Hollywood domina por cantidad, empezando por la cinta de acción Juego de Ladrones: Pantera, secuela de un anterior éxito de Gerard Butler con la novedad de que quien fuera policía en la primera entrega se une ahora al ladrón de aquella, y siguiendo con la comedia A real pain, que dirige y protagoniza Jesse Eisenberg junto a Kieran Culkin, una road movie en la que dos primos viajan a Polonia para rendir homenaje a su abuela.
Ciudad de asfalto nos recuerda a Al límite, aquella película ahora bastante olvidada que dirigió en 1999 Martin Scorsese, con guión de Paul Schrader, en la que quien transitaba por una Nueva York infernal no era Travis Bickle al volante de su taxi sino un enfermero en la ambulancia del turno de noche a quien daba vida Nicolas Cage en el mejor momento de su carrera. Aquí son Sean Penn y Tye Sheridan quienes interpretan a un veterano paramédico y al joven a quien toma bajo su tutela.
Pero lo más potente es Las vidas de Sing Sing, una de las candidatas a los próximos Oscar, basada en el programa de reeducación de presos en el famoso penal a través del teatro, y que le ha valido la segunda nominación consecutiva como mejor actor a Colman Domingo, que lo está petando después de que acabara Fear the walking dead, el spin off de la no menos famosa serie, del que fue uno de los principales protagonistas con un personaje lleno de aristas.
En cuanto a las novedades patrias, empezamos con dos documentales, Ciento volando, sobre el escultor vasco Chillida, y Las novias del sur, con una nueva mirada a la sexualidad femenina a través de los testimonios de mujeres maduras que repasan su propia experiencia.
Y dos son también las películas españolas que llegan a la cartelera este fin de semana, ambas con alicientes más que suficientes. La mitad de Ana supone el debut como directora de la actriz Marta Nieto, siguiendo así los pasos de su pareja, Rodrigo Sorogoyen, o de Paz Vega, otra estrella de nuestro cine que recientemente se ha puesto tras la cámara. Si esta última eligió abordar los malos tratos, Nieto le da otra vuelta de tuerca a uno de los últimos éxitos españoles, 20.000 especies de abejas, con un nuevo acercamiento a la infancia trans, donde ella misma interpreta a una madre cuya hija empieza a replantearse su identidad sexual.
Finalmente, tenemos Desmontando un elefante, duelo actoral entre otras dos grandes, Emma Suárez y Natalia de Molina --sin olvidar a Darío Grandinetti, que también anda por ahí--, como una mujer que acaba de abordar un problema de adicción que no había afrontado hasta ahora y su hija. Parece que ya vamos preparando los Goya del próximo año.
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