Es el caso de Bitelchús, Bitelchús, una de esas secuelas que se toman su tiempo en llegar, casi tres décadas en este caso. Y es que el original Bitelchús data de 1988, nada menos, cuando su director, Tim Burton, y su protagonista, Michael Keaton, daban sus primeros pasos, es decir, pre Batman. Porque sí, hablamos de cuando el hombre murciélago aún no había protagonizado ninguna película, eso para situar el contexto. Repite también Winona Ryder, que en aquella época nos tenía enamorados a todos los que ahora ya rebasamos los 40 y los 50, y a la que sustituye como prota adolescente Jenna Ortega, la última chica Burton tras el éxito de Wednesday en Netflix. Habrá que ver si el reencuentro con el histriónico fantasma ha valido la espera.
Las novedades made in USA se completan con la comedia familiar Mi amigo el pingüino, donde Jean Reno interpreta a un pescador que rescata a un... pingüino.
En casa también tenemos bastantes estrenos. De menos a más, empezamos por Nueva Tierra, curiosa cinta de ciencia ficción con un reparto muy televisivo en el que caben Imanol Arias, Andrea Duro Juan José Ballesta o Iván Sánchez. Seguimos con Estación Rocafort (la de Barcelona, no la de Valencia), donde el director Luis Prieto, curtido en los USA, vuelve a casa para proponernos una peli de misterio y terror sobre la leyenda urbana de las desapariciones en dicha estación de metro. El imprescindible Javier Gutiérrez y la joven Natalia Azahara unirán fuerzas para resolver el enigma.
Y uno de los claros aspirantes a estreno de la semana ha sido El 47, donde Marcel Barrena vuelve a confiar en Eduard Fernández tras Mediterráneo para contarnos la historia de Manolo Vital, un conductor de autobús que en 1978 secuestró uno de estos vehículos en Barcelona para demostrarle al Ayuntamiento que sí era posible subir la empinada cuesta de uno de los suburbios de la ciudad para llevar hasta allí el transporte público, reivindicando así la fuerza del movimiento vecinal. Abrimos temporada de cine español, ahora ya en serio.
Seguimos en lengua hispana con el film peruano Reinas, en el que en plena crisis política de los 90 dos hermanas adolescentes se reencuentran con su padre, cuyo permiso necesitan para salir del país.
La finlandesa Luz del 86 nos muestra los efectos de la tragedia nuclear de Chernobyl a través de la historia de dos mujeres...
...Y acabamos en Bélgica con la película más incómoda, y necesaria, de la semana, Un silencio. El cineasta Joachim Lafosse regresa con un film basado en la historia real del abogado Victor Hissel, que defendió a las familias de dos jóvenes violadas y asesinadas, pero que más tarde fue acusado de pederastia y tenencia de pornografía infantil. Buena parte de la crítica no está siendo precisamente benevolente con esta película, a la que se le achaca que hasta avanzado el metraje apenas se entiende nada, posiblemente porque el director tiene que lidiar con la dificultad de contar hechos reales y además muy recientes. A su favor, el protagonista está encarnado por Daniel Auteil, mi actor francés favorito, que tiene ante sí un personaje lleno de claroscuros, y le acompaña Emmanuelle Devos, quien da vida a la mujer del abogado. De nuevo, los silencios más imperdonables que envuelven los abusos... y que acaban estallando de manera atronadora.
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