De Hollywood nos llega, para empezar, la enésima adaptación --ya he perdido la cuenta-- del célebre cómic gótico de James O'Barr El cuervo, en el que el protagonista regresa de entre los muertos tras ser víctima de una paliza para proteger a su amada. Esta vez le toca a Bill Skarsgard dar vida al personaje, así que tras It sigue encadenando maquillajes aparatosos.
También del otro lado del charco tenemos Diabólica, lamentable traducción del original AfrAId, que juega con la palabra asustado y las siglas en inglés de Inteligencia Artificial. Porque de eso se trata, en otra película de terror de este verano interminable, el monstruo es una Alexa a la que se le va la mano.
Y acabamos las novedades norteamericanas con Un regalo para papá y mamá, esclarecedora traducción del original The present (El regalo), donde repetimos el Día de la Marmota, esta vez con unos chavales que quieren impedir que sus padres se separen.
Nos vamos a Francia, que sigue llevando al cine la vida de todos sus pintores, y tienen unos cuantos. Ahora es el turno de Bonnard en Bonnard, el pintor y su musa, otra aclaradora traducción del original Bonnard, Pierre et Marthe.
Y acabamos en casa con Volveréis, donde Jonás Trueba sigue a lo suyo, es decir, películas sencillas de relaciones personales. En este caso, la original idea es que una pareja, encarnada por la cada vez más interesante delante y detrás de la pantalla Itsaso Arana y por Vito Sanz, anuncian a sus amigos que celebran una fiesta... para celebrar su separación.
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