Empezamos con la única novedad española, Tu madre o la mía: guerra de suegras, que, como su título indica, narra la batalla entre dos suegras por controlar la boda de sus hijos, con Carmina Barrios como reclamo principal.
Nos vamos al país vecino, que además de Juegos Olímpicos también nos trae cine en cantidad. Lo más interesante de la semana es Dogman, lo nuevo de Luc Besson, con protagonismo para Caleb Landry Jones como un joven maltratado por su padre y su hermano que solo encuentra cariño en los perros y de los cuales ha sacado un instinto letal que muestra en esta peculiar cinta de acción. En cambio, Matronas es cine de denuncia social sobre este sector laboral, y Regreso a Córcega nos muestra a una mujer que regresa a dicha isla para cuidar niños, acompañada por sus hijas adolescentes.
La australiana Carmen es un curioso musical sobre una joven que trata de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, cuyo destino acaba unido al de un veterano de la guerra de Afganistán que se une a las patrullas fronterizas, mientras que El monje y el rifle ha estado a punto de ser el estreno de la semana con su crónica en clave de comedia de la llegada de la democracia a Bután.
Pero al final me quedo con Longlegs, otra aspirante a hacernos temblar en un verano en el que prácticamente no hay semana sin estreno de terror. Lo nuevo de Oz Perkins como director y guionista es un thriller con alma de terror en el que una detective interpretada por Maika Monroe sigue los pasos de un aterrador asesino, encarnado por Nicolas Cage con una apariencia... dejémoslo en rara, y que juzgue el espectador. Toques satánicos y mucho mal rollo en una película calificada por unos como la cinta de terror del año --apelativo que llevan la mayoría de estrenos del género de este verano-- y por otros como simplemente pasable. Pero es evidente que el terror es el género de este estío canicular.
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