Nueva semana cargada de estrenos y con el premio gordo más reñido que nunca, en un doble duelo entre España y los USA con cuatro estrenos por barba, que solo rompe El imperio, cinta francesa de ciencia ficción en la que un bebé muy especial desata el enfrentamiento entre fuerzas extraterrestres del bien y del mal.
Nos vamos primero a los USA, donde para empezar tenemos dos westerns, Dos forajidos (Rust), tristemente famoso porque durante su rodaje Alec Baldwin mató accidentalmente a la directora de fotografía, y Sueños de trenes, otra de las apuestas de Netflix para los Oscar donde Joel Edgerton interpreta a un trabajador del ferrocarril. También tenemos Badlands, enésima entrega de la saga Predator, cuyo mayor interés radica en el personaje interpretado por Elle Fanning (y si habéis visto el tráiler ya sabéis de qué hablo), y la propuesta más interesante y a la vez arriesgada de la semana, Bugonia, lo nuevo del cada vez más inclasificable (y eso es decir mucho) Yorgos Lanthimos, de nuevo con su actual musa, Emma Stone, junto a otro de sus fieles, Jesse Plemons, y una recuperada Alicia Silverstone. El punto de partida, dos conspiranoicos que raptan a la presidenta de una gran compañía creyendo que es una extraterrestre que quiere destruir el mundo...
Ya en casa, tenemos dos cintas de misterio, la independiente Subsuelo, en torno a dos hermanos mellizos y su madre, con mucho que ocultar sobre un trágico accidente, y la multipublicitada Reversión, uno de esos thrillers en los que nada es lo que parece, con Belén Rueda y Jaime Lorente como principales ganchos.
También tenemos la probable sorpresa más agradable de la semana, Leo & Lou, donde Isak Férriz interpreta a un tipo en cuyo camino se cruza una niña muda que se ha escapado de un centro de acogida, y a la que tratará de llevar de vuelta a casa.
Pero finalmente me quedo con Siempre es invierno, lo nuevo de David Trueba que repite con otro David, Verdaguer, después del exitazo de Saben aquell... La propuesta, eso sí, nos suena de algo ya que sigue los pasos de lo último de Mario Casas (Muy lejos) o Manolo Solo (Una quinta portuguesa). Aquí, en la adaptación de Blitz, novela del propio Trueba, tenemos a un arquitecto que viaja a Bélgica con su novia para participar en un congreso, pero la pareja rompe y él se queda allí para recomponer su futuro. Quienes hayan leído el libro pueden ir comparando si Trueba ha contado mejor la historia con la pluma o con la cámara.

No hay comentarios:
Publicar un comentario