domingo, 5 de junio de 2011

El día que Laura se enamoró de un fantasma

Gene Tierney fue ‘Laura’, pero también fue la señora Muir, una auténtica delicia de película, la segunda dirigida por Joseph L. Mankiewicz, que luego nos dejaría incontables obras maestras como ‘Eva al desnudo’, 'Julio César' o ‘La huella’, pero pocas veces alcanzaría la perfección y ligereza de este pequeño clásico.

¿Puede enamorarse una mujer de un fantasma? Esa es la pregunta que trata de responder ‘El fantasma y la señora Muir’ (1947), una original comedia romántica (por simplificar), en la que Gene Tierney sigue en estado de gracia. Rodada tres años después de ‘Laura’, dos después de su única nominación al Oscar a la Mejor Actriz por ‘Que el cielo la juzgue’ y uno después de formar parte del reparto coral de ‘El filo de la navaja’, ésta será su última gran creación antes de su temprano declive. Y tal vez sea su mejor interpretación, ya que es la única en la que muestra no solo su talento para el drama sino también para la comedia, en otro papel inolvidable.

Solo un actor de la talla de Rex Harrison podía estar a su altura y ser, más que interpretar, ese rudo marino que vuelve del más allá y que se resiste a ceder su casa a la joven viuda interpretada por Gene Tierney. Harrison clava el personaje, que posiblemente completa su trilogía dorada, junto a ‘My fair lady’ y su Julio César de ‘Cleopatra’.

Y junto a ellos una jovencísima Natalie Wood, que encarna a la hija de la protagonista, y George Sanders como descarado galán, tercer vértice del más curioso triángulo amoroso que haya dado la gran pantalla.

La película empieza haciéndonos creer que es un film de terror, de casas encantadas, pero pronto vira hacia un tono romántico (inolvidable toda la parte final) y una maravillosa ironía en los perfectos diálogos entre la pareja protagonista, que son la base que sostiene el film. Sin olvidar la escena en la que la protagonista recibe a su familia política y el fantasma está presente pero solo ella puede verlo: divertidísima.

No me resisto a reproducir un breve diálogo. La criada de la señora Muir le dice que ha hecho un gran trabajo al criar a su hija y ella responde: ‘Bueno, tampoco tuve ningún mérito especial, ella fue algo que simplemente pasó’. Y la criada dice: ‘Sí, eso decía también mi madre; yo fui la undécima’.

El detalle: Imprescindible ver esta película a oscuras para disfrutar al máximo la maravillosa iluminación, sobre todo en la primera parte, donde la protagonista descubre que su nueva casa está encantada y el fantasma empieza a hacer de las suyas.


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