Stephen King es el puto amo, y John Cusack uno de los mejores actores de su generación. La primera afirmación es indiscutible, aunque más dudosa en el caso que nos ocupa. ‘Habitación 1408’ (los cuatro números sumados dan… 13) está basada en una historia corta de King que no he leído, así que no sé hasta qué punto el mérito es suyo o de los tres guionistas del film. Pero Cusack se sale.
King, que, cierto, también se repite como el ajo, nos cuenta la historia de un escritor (en King siempre hay un escritor) que tras una primera gran novela (sobre la relación con su padre) se dedica a escribir novelas populares sobre hoteles encantados. Sin embargo, esta experiencia le ha convencido de que no existen los fantasmas ni lo sobrenatural.
Descubre entonces la existencia de la misteriosa habitación 1408 en un hotel de Nueva York, donde han muerto 56 personas durante varios años, 22 de ellas de manera ‘natural’ y el resto en horribles circunstancias. Pese a que el director del hotel –magnífico Samuel L. Jackson- trata de impedirle a cualquier precio que entre en la habitación, esto solo hace que el protagonista se empeñe más, convencido de que es un truco del director para que tenga más ganas de pasar allí una noche. Finalmente, tras media hora de soberbio prólogo, que combina suspense y humor de manera perfecta, Cusack entra en la habitación, donde nadie ha durado más de una hora…
…y entonces arranca la función. Las expectativas creadas hasta ese momento son enormes, pero lo que viene está a la altura. Una hora en tiempo real con John Cusack y una habitación. Lo que sigue es una revisitación de ‘El resplandor’, pero si entonces King (o mejor dicho, Kubrick) logró la historia definitiva de casas encantadas, disponiendo de todo un hotel, aquí llega el más difícil todavía: una sola habitación encantada (incluyendo salón, dormitorio y baño) y un solo personaje.
La película se convierte en un duelo entre habitación e inquilino, en el que la primera usará todas las armas a su alcance para acabar con su ocupante, en un continuo ataque psicológico y físico. Pero el escritor está curado de espantos y va a ser un duro oponente. Al final, solo uno de ellos sobrevivirá.
La apuesta es arriesgada, pero un soberbio guión y un Cusack que se echa toda la cinta a sus espaldas hacen que resulte una de las escasas obras maestras del género de terror de los últimos años… y otra vez de la mano de Stephen King.
Por cierto, la vi la otra noche en una sesión doble que echaron en Canal 9, después de ‘The wicker man’, un bodrio de mucho cuidado de esos que contribuyeron a echar a perder la carrera de Nicolas Cage. Si no sabéis lo que significa el título no lo busquéis en el diccionario. Así, igual tardáis más de cinco minutos en descubrir el final sorpresa.
PD1: En cuanto a ‘El resplandor’, no he leído el libro, pero la versión en miniserie orquestada por King, que abomina de la versión de Kubrick, era otro bodrio, así que le doy más mérito al cineasta, que firmó una película aterradora e inolvidable… y por cierto, al final, en ‘Habitación 1408’ resulta que también hay una familia compuesta por el padre, la madre y una hija…
PD2: Sobre todo en su primera parte, ya lo he comentado, el film tiene importantes dosis de humor. Baste con decir que el ‘fantasma’ se presenta poniendo en marcha mágicamente un radiodespertador en el que siempre suenan… los Carpenters.
No hay comentarios:
Publicar un comentario