miércoles, 11 de enero de 2012

'Homicidios': incomprendida pero más que eficaz



Ya avisé que hablaría de ‘Homicidios’, así que ahí vamos. Si la Sexta ayudó bastante al fracaso de ‘Buenagente’ (aunque de hecho, parece ser que la audiencia no era tan mala…), Tele 5 hizo lo propio con una de sus grandes apuestas de la última temporada. Protagonizada por Eduardo Noriega, ‘Homicidios’ se estrenó en el prime time de los martes, pero ahí solo duró dos capítulos. Pese a la buena audiencia de la serie en dichas entregas, la tercera, que coincidió con el estreno de ‘Gran Hotel’, se retrasó a las 23.00 horas, y la quinta a las 00.00. Para rematar la faena, luego pasaron la serie al lunes, manteniéndola en el mismo horario. Lo más curioso es que el último episodio volvió a las 22.30 horas. En fin, por lo visto el programador sigue siendo un mono encerrado con un teclado que va pulsando a boleo…

Horarios al margen, ‘Homicidios’ es de lo mejorcito que han dado últimamente las productoras nacionales, un policíaco a la usanza norteamericana que aguanta bastante bien el tipo. Los referentes son evidentes: el equipo de CSI (y los decorados, calcados), y el protagonista de ‘El mentalista’, un psicólogo experto en la mente criminal que colabora con la policía.

Los 13 capítulos emitidos, y que no van a tener continuación, han desarrollado una única trama, la del psicópata conocido como ‘El cazador’, personaje que al menos, en una época llena de argumentos trillados en la que sorprender es lo más difícil, utiliza un modus operandi de lo más original: se hace amigo de un potencial psicópata, lo convence para que mate, y después lo ejecuta impartiendo justicia por ese crimen, y encima hace que parezca un suicidio. Rebuscado, pero más que convincente en cuanto a análisis psicológico de personaje.

Desde el principio queda claro que ‘El cazador’ conoce al protagonista, el psicólogo Tomás Soller, y la serie se convierte en un duelo psicológico en el que el asesino juega con todo el equipo policial. Una trama desarrollada con bastante pericia, por medio de investigaciones que llevan a otras investigaciones y pistas que conducen a otras pistas, estrechando el cerco en torno al asesino hasta un final que está bastante a la altura de lo esperado. Otra cosa es que a Soller no se le ocurra hasta el penúltimo episodio que el asesino es otro psicólogo, cuando es algo evidente desde mucho antes.

Para que nadie se aburra, la mayoría de episodios combinan la trama principal con otra autoconclusiva, exactamente a la manera de CSI, con los miembros del equipo repartidos entre los dos casos. Las excepciones son el primer capítulo, que parece autoconclusivo hasta que descubren que se trata de un asesino en serie que ya ha matado antes; el séptimo, centrado en la búsqueda de dos niños desaparecidos (más actual imposible); y la recta final de los capítulos 10 al 13, con un continuo in crescendoa partir del momento en el que ‘El cazador’ amenaza a los propios agentes.

Todo ello con una realización bastante competente y buenos guiones, a veces a lo ‘Miénteme’, donde nada es lo que parece. Súmense a los casos policiacos las historias personales de los protagonistas (léase como: romances más o menos atípicos) y tendremos una serie que cumple en todos los aspectos.

Uno de los aciertos es el reparto, empezando por los dos protagonistas principales. A Soller lo encarna de manera bastante convincente un Noriega que no da para mucho más, pero que aquí cumple… salvo en los momentos más exigentes. Y como su jefa e interés amoroso (relación llevada con gran habilidad por los guionistas) recuperamos a Celia Freijeiro, a quien ya vimos en ‘Pelotas’.

El equipo se completa con Vicky Luengo como la novata (con bastante drama familiar a sus espaldas), Carlos García (otro con pasado misterioso) y Enrique Berrendero, visto en 'Hospital Central'. Y luego tenemos un buen número de secundarios habituales: la pesada de Esmeralda Moya como el otro interés romántico de Soller; Mariano Venancio como el comisario, y el siempre eficaz Mingo Ràfols como el policía rival de Sóller, duro pero profesional, aunque un poco desaprovechado como personaje, al igual que ocurre con la forense interpretada por Marian Aguilera.

La serie nos ha deparado bastantes momentos no aptos para estómagos sensibles, pero ha tenido un nivel más que aceptable. Eso sí, lo único que habrá que agradecerles (o no) a los responsables de Tele 5 es la decisión de no continuarla, dado que se antoja todo un desafío crear otra trama central a la altura de la de esta, finalmente, única temporada. 

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