miércoles, 25 de enero de 2012

Los muertos vivientes siguen bien vivos



A la espera de que se emita en España la segunda parte de la segunda temporada de 'The walking dead', vamos con lo que nos han dejado estos siete capítulos. Vaya por delante que el nivel de calidad de la primera se mantiene, aunque el ritmo baja, pero mucho. Eso, de por sí, no es malo. De hecho, es posible que la serie incluso haya ganado en profundidad, tomándose más tiempo para abordar todas las posibilidades que ofrece el argumento y sus personajes. Pero es evidente que ahora se toman las cosas con más calma. Y aunque en la parte con spoilers lo dejaré más claro, valga como ejemplo que la trama principal de estos siete capítulos se basa en solo tres cómics de 20 y pocas páginas. Aunque bien es cierto que el contenido de los mismos se ha ampliado... pero mucho.

Y es que pasar, pasan muchas cosas. Los protagonistas se tiran todo el tiempo en el mismo lugar, en cierta granja, pero los siete capítulos dan para mucho. Y aunque el nivel de violencia y dureza del cómic es bastante elevado, y poco apto para el público en general, la serie no se queda muy atrás, y depara momentos que no dejan a nadie indiferente... de los que hablamos en muy poco.

Y luego está el final. Gran as en la manga de los guionistas, y un buen ejemplo de lo que acabo de citar. Qué mal cuerpo se te queda, qué pocas ganas de seguir viendo la serie... porque este mundo de zombis es todo menos agradable, y lo más difícil es tener esperanza.

SPOILERS

La temporada arranca con una magistral secuencia en una autopista atestada de coches detenidos, que no estaba en el cómic y es una absoluta genialidad. A partir de ahí la niña que acompaña a los protagonistas desaparece y su búsqueda va a ser uno de los ejes centrales de la temporada. Precisamente buscándola, en otra secuencia llena de magia (dejémoslo claro, toda la carne en el asador está en el primer y último capítulos de la temporada), el hijo de Rick se queda embelesado viendo un ciervo hasta que alguien dispara al animal y le da al crío.

Eso sí está en el cómic, y al igual que en el mismo, los protagonistas llegan a la granja de Hershel, que se mantiene allí apartado de todo con su familia, lejos de los zombis. Los protagonistas creen haber encontrado el paraíso, pero, para empezar, Hershel, buen ejemplo de fanático religioso (otro tema de esta temporada), no quiere compartir su casa y oculta un secreto... que en el cómic se descubre en el mismo número en el que todos llegan a la granja y aquí tarda como cuatro capítulos en revelarse.

Lo mismo ocurre con el embarazo de Lori, que ella misma le comunica a Rick al tiempo que se entera el lector. En la serie se juega con que el espectador lo sabe, y al final prácticamente todos... menos Rick. Es un tema al que se le saca más partido en la serie, no solo porque Shane sigue vivo... sino porque se reflexiona, aún más que en el cómic, sobre si vale la pena traer un niño a un mundo en el que se puede morir en cualquier momento. Trama que se introduce, antes de que sepamos nada del embarazo, mientras el hijo de la pareja se debate entre la vida y la muerte... con alguna que otra secuencia también de gran impacto.

Resulta curioso, por otra parte, que mientras Shane sigue vivito y coleando, se hayan cargado a Otis y a la pequeña, con ese final absolutamente desolador... aunque me parece que a Shane le queda poco y se están sembrando las semillas que conducirán a su muerte en los próximos episodios.

Por cierto, aunque el final no puede ser más brillante, con la solución al misterio de la pequeña, decepciona lo que ocurre inmediatamente antes. La bomba de relojería que supone tener encerrados a un montón de zombis (buena parte de ellos integrantes de la familia de Hershel) simplemente se liquida con un tiroteo en el que los protagonistas se cargan a todos los muertos vivientes. En el cómic la escena es mucho más brutal, ya que mueren algunos familiares vivos de Hershel a manos de los zombis y por tanto aún hay más consecuencias.

Por lo demás, las escenas con los zombis siguen resultando impresionantes, y cada personaje tiene sus propias tramas y puntos de interés, aunque, dentro de los cambios, también resulta curioso que Andrea se líe en la serie con el cachas de Shane y no con el viejo...

Resumiendo, en la serie han puesto el freno de mano y están profundizando en las mismas tramas que el cómic, o al menos en las más destacadas, convirtiendo la versión televisiva en una adaptación corregida y ampliada del original, ligeramente menos dura. Veremos qué nos depara el resto de la segunda temporada... y también los siguientes arcos argumentales del cómic. Los zombis dan igual, pero ese grupo de supervivientes que tratan de hallar esperanza en un mundo devastado te clava a la butaca.

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