Porque de Hollywood apenas nos llegan la secuela de terror --al fin y al cabo estamos en Halloween-- Terrifier 3 y la comedia romántica Anora, que le da una curiosa vuelta de tuerca a Pretty Woman. Y es que aquí cuando la familia del novio, encabezada por un oligarca ruso, se entera de que su hijo se ha prometido con una prostituta, pues viajan a los USA para frustrar el enlace.
Otra cosa es el tercer estreno norteamericano, El jurado número 2, posiblemente la última película del incombustible Clint Eastwood a sus 94 años. Aquí se marca un thriller judicial con reparto potente (Nicholas Hoult, Toni Collette, Kiefer Sutherland o JK Simmons) y una idea no menos potente: ¿y si un miembro del jurado en un caso de homicidio... fuera el verdadero culpable?
Pasamos a las novedades patrias, empezando por dos comedias. Yo no soy esa supone el reencuentro de su directora, Maria Ripoll, con Verónica Echegui ocho años después de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, y en efecto, parece que la Ripoll retoma su vena más cómica después de dos cintas más dramáticas como Vivir dos veces, quizás su mejor film, y Nosotros no nos mataremos con pistolas. La excusa, como en Siete vidas, alguien que despierta de un coma tras varia décadas y ve como todo su mundo ha cambiado.
Más ambiciosa se presenta la otra comedia española, Escape, producida por el mismísimo Martin Scorsese y con la que busca reverdecer laureles un Rodrigo Cortés que empezó muy bien (Concursante, Buried, Luces rojas), pero luego se fue despistando (Blackwood). Aquí otorga todo el protagonismo a Mario Casas (aunque también tenemos a un largo elenco de secundarios que encabezan José Sacristán y Anna Castillo) como un hombre dispuesto a todo... para entrar en la cárcel. A tenor del tráiler, podemos estar ante una bizarrada total o una de las películas españolas más frescas de la temporada. Veremos.
Pero me quedo con Salve María, la otra cinta nacional de este fin de semana dirigida por una mujer, Mar Coll. La primera buena noticia del film es su estreno, ya que hablamos apenas del tercer trabajo para la gran pantalla de la directora catalana desde su magistral debut en 2009 con Tres días con la familia, con la que inauguró la inacabable factoría de nuevas directoras que ha sido desde entonces la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña. Cuatro años después llegaba Todos queremos lo mejor para ella, y posteriormente series de televisión como Matar al Padre o Esto no es Suecia. La cinta que nos ocupa se suma a las que en los últimos tiempos vienen alertando de que la maternidad no es un sueño de color de rosa, en este caso con Laura Weissmahr como protagonista absoluta en la adaptación de la novela de Katixa Aguirre sobre una escritora que acaba de dar a luz y se obsesiona con la historia de una mujer francesa que ahogó a sus gemelos de diez meses en la bañera, tratando de entender sus motivos. Forma de thriller para una nueva reflexión sobre la maternidad, esta vez de la mano de una directora que cambió para siempre el cine español, abriéndolo a las mujeres.
No me resisto a comentar que, igual no hemos cambiado tanto, dado el revuelo que parece estar causando el cartel original del film, ya que se ve una teta... Incluso se ha utilizado un cartel alternativo, aquí lo tenéis, comparad:
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