La cantidad no llega precisamente de los USA, de donde solo tenemos la tardía secuela --ocho años después-- de Vaiana, la cinta más hawaiana de Disney, y un documental que nos acerca la visión del Camino de Santiago desde el otro lado del charco, Santiago: un camino espiritual.
Dos son también las propuestas que recibimos de Reino Unido, Bird, con el clásico adolescente que empieza a ser adulto y Barry Keoghan como secundario, y la bizarrada de la semana, Winnie the Pooh: El bosque sangriento, en la que el adorable osito y sus amigos se convierten en asesinos sanguinarios...
El periplo internacional también nos lleva a Alemania con uno de los platos fuertes de la semana, El ministro de propaganda, centrada en la figura de Goebbels, y a Francia con Esperando la noche, primera cinta de vampiros del finde, aquí en plan romántico a lo Crepúsculo.
De Taiwán nos llega Un viaje en primavera, en la que un anciano que dependía de su esposa tras el repentino fallecimiento de esta la mete en un congelador y sigue con su vida diaria, hasta que la llegada de su hijo y su nueva pareja le hacen afrontar la muerte de su mujer.
Y Checoslovaquia nos presenta la otra rareza de la semana, Las margaritas, film experimental en el que dos adolescentes, convencidas de que si el mundo está corrompido, ellas también lo están, inician toda una serie de travesuras que se suceden a modo de collage.
Ya en casa, tenemos hasta siete novedades, pero parece que la época de los grandes estrenos nacionales toca a su fin. Para empezar, dos documentales, Sobreviure a l'incendi: el documental de Zoo, dedicado como su título indica al grupo musical valenciano más popular de los últimos tiempos, y Los restos del pasar, sobre un niño que encuentra a su mentor en un anciano pintor.
Cuando los amos duermen es la peli española de vampiros de la semana, en tono de comedia desatada, mientras en Por donde pasa el silencio un joven regresa a su pueblo de origen para hacerse cargo de su hermano gemelo que tiene una discapacidad, y la cinta catalana La leyenda del Escanyapobres nos muestra la lucha entre una campesina y un usurero a modo de western a finales del siglo XIX.
Llegamos finalmente a las propuestas más comerciales. Pídeme lo que quieras es la adaptación de la novela erótica de Megan Maxwell del mismo título, que recuerda un tanto a 50 sombras de Grey, a cargo de la castellonense Lucía Alemany tras La inocencia y Mari (dos).
Pero me quedo en una apuesta a ciegas con Desmontando a Lucía, comedia negra con guión y dirección de Alberto Utrera, en la que Susana Abaitua da vida a una mujer que es detenida a 200 km/h al volante del coche de su novio, ensangrentada y amnésica. Solo recuerda una discusión con su novio, que está desaparecido al igual que Elena, una amiga con la que compartían el fin de semana. Un perito judicial, encarnado por Hugo Silva, deberá investigar lo ocurrido, y todo se irá complicando. La presencia de Julián Villagrán, un aliciente más para el film.
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