Un niño pasea con su
impermeable amarillo bajo la lluvia, viendo cómo se desliza entre los arroyuelos
el barquito de papel que le ha hecho su hermano mayor, en cama con fiebre. El
barquito cae por una rejilla del alcantarillado… y abajo alguien se ofrece a
dárselo al niño, un payaso que también le dice que le dará un globo ‘porque aquí abajo todos flotamos, Georgie’.
Pero cuando el niño mete el brazo por la rejilla, el payaso se lo arranca de
cuajo.
Desde luego StephenKing lo cuenta mejor que yo, pero baste decir que solo este prólogo hace que
las más de 1.200 páginas (y con letra pequeña) de ‘It’ (Eso) sean lo mejor de toda su obra. Un libro que arranca con
un inolvidable comienzo ‘El terror, que
no terminaría por otros 28 años –si acaso terminó alguna vez-, comenzó, hasta
donde lo sé o puedo decirlo, con un barco hecho con una hoja de diario que
flotaba por una alcantarilla hinchada de lluvia’. Un arranque solo superado
por el de la otra obra cumbre del autor, ‘La
torre oscura’: ‘El hombre de negro
huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de él’. Sencillo, pero muy
efectivo.
‘It’
es más que la obra maestra de Stephen King, su obra definitiva, la más
ambiciosa (vale, ‘La torre oscura’
se sale de madre). Aquí no hay una casa o un hotel encantado, es toda una
ciudad, Derry, que como de costumbre en su obra, pertenece al mismo estado en el que vive King, Maine. Allí habita Eso,
un mal más antiguo que el hombre. Eso es el monstruo del armario, el hombre del
saco, un ser que duerme durante 28 años y despierta para alimentarse de niños.
Su forma real no la conoceremos hasta el final, pero tiene la habilidad de
aparecer ante cada niño como lo que más teme. Eso le sirve a King para
mostrarnos un amplio repertorio de monstruos: el hombre lobo, la momia, un ojo
gigantesco, el mítico Paul Bunyan convertido en un gigante asesino, un leproso,
un pájaro aterrador, etc. Aunque la forma más reconocible es… la de un payaso,
lo que lo vuelve mucho más aterrador.
Pero ‘It’, y ese es su verdadero valor, es
mucho más que una novela de terror. Como en otras de las más apreciadas obras
del autor, como ‘Cuenta conmigo’, es
una reflexión maravillosa y sobrecogedora sobre la infancia. Los protagonistas
son un grupo de niños de 11 años que harán frente al mal en un verano
inolvidable, superando todos sus miedos gracias al poder que les da su amistad.
King les llama ‘los perdedores’, y en efecto, en ese grupo de 7, número mágico,
tenemos de todo: el tartaja, el gordito, el chistoso, el hipocondríaco, el
negro, el judío y la pelirroja desgarbada.
Todos ellos arrastran
sus propios problemas y temores reales, como una madre sobreprotectora que ha
convertido a su hijo en un asmático, un padre que pega a su hija y muy
posiblemente le hará cosas peores ahora que empieza a ser una mujer, o el odio del típico matón de clase, que aquí está más allá de la locura. Y en el
caso de Bill, el tartamudo, la obsesión por vengar a su hermano George, el
primer niño asesinado por Eso, y recuperar el cariño de sus padres, que no
parecen sentir nada por él desde la muerte de su hermano.
King narra el
enfrentamiento entre los chicos y Eso en dos épocas: el verano del 58, cuando
eran niños y todo parecía posible, y en 1985, cuando todos ellos rondan los 40
y ya no creen en nada. De hecho, ni siquiera recuerdan lo que ocurrió 28 años
atrás ni unos a otros, todo ha desaparecido de su memoria de manera mágica.
Esto permite al escritor acometer una cuidada estructura, en la que alterna
presente y pasado, a medida que los protagonistas van recordando y descubriendo
su pasado al mismo tiempo que el lector. Y, faltaría más, Bill es escritor,
otra constante en la obra de King, lo que aquí le sirve para hablarnos del
origen de las historias, de dónde las saca cada uno, y encima otro de los
amigos es bibliotecario, el depositario de la memoria oscura de Derry.
Porque King no se
conforma con contarnos la historia de esos niños, sino que su ambición es
testimoniar el horror que ha vivido Derry década tras década, siglo tras siglo.
No solo seremos testigos de la llegada de Eso eones atrás, sino que el autor
aprovecha los interludios entre las distintas partes en que divide la historia
central para viajar a momentos claves en la historia de Derry, en los que el
maligno influjo de Eso dio forma a pesadillas como una matanza a cargo de un
leñador y su hacha, la muerte de unos ‘Bonnie and Clyde’ acribillados por todos
los vecinos o un incendio con tintes racistas. Todo ello en relatos autónomos
que amplían y dan mayor profundidad a la historia central, que acaba con la apocalíptica destrucción de una ciudad maldita, narrada por el autor de manera épica.
Pero el mayor logro es
dar una absoluta verosimilitud a los siete protagonistas, definir sus
personalidades, en dos épocas tan distintas de su vida, con tantos matices, que
se vuelven tan reales en las páginas escritas por King que cuando acaba el
libro el lector comparte la misma sensación de los protagonistas, ha perdido a
sus mejores amigos. Porque ha compartido con ellos sus miedos y deseos y les ha
seguido a cada paso de su camino.
Con ellos descubriremos
que ‘los verdaderos monstruos son los
adultos’, el primer amor (con un emotivo triángulo amoroso), el despertar
sexual, el fin de los juegos, lo que supone volverse adulto… Y que creer en
monstruos puede hacerlos reales, pero también puede servir para acabar con
ellos, por ejemplo, convirtiendo un spray de agua en un veneno letal, si de
verdad lo crees.
Por eso, como los
protagonistas, al final, le cuesta creer que ‘nos
vamos de Derry; si todo esto fuera un relato, éstas serían las últimas cinco o
seis páginas, te estarías preparando para guardar esto en los estantes y
olvidarlo’.
En última instancia,
como dice el propio King, ‘It’ es ‘la fascinación eterna del cuento de hadas:
¿sería derrotado el monstruo… o comería?’.
PD:
Mira tú por donde, empieza a hablarse de una nueva adaptación fílmica de ‘It’.
Ya hubo una, en formato miniserie televisiva, en la que lo más destacado fue la
recreación del payaso Pennywise a cargo de Tim Curry en una de sus mayores
creaciones. Dicen que tendrá dos partes, una por cada época, lo cual me parece
un error, ya que la estrategia de King consiste en que lector y protagonistas
vayan descubriendo poco a poco en el presente qué ocurrió en el pasado, de
manera paralela. Puede que sea la única opción posible, pero le restará muchos
puntos. Y es imposible trasladar a la pantalla la prosa de King y todos los
matices de esta historia. Veremos.
SPOILER: Magistrales los dos epílogos finales, pero me quedo con el primero, en el que los protagonistas, tras vencer de manera definitiva a Eso, se dan cuenta de que vuelven a olvidarse unos a otros debido a un poder superior. Les alivia, porque no recordarán la pesadilla que han vivido, pero tampoco recordarán a los mejores amigos que tuvieron nunca. La manera en que King describe cómo afrontan eso los protagonistas es conmovedora e inolvidable. Tanto, como la escena en la que Beverly se las ingenia para salvar a todos sus amigos.
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