El titular no exagera. Muy posiblemente, ‘La biblioteca de los muertos’ es el peor libro que he leído, hasta el punto de que hace que ‘El código Da Vinci’ (del que no soy fan precisamente) parezca una obra maestra. Por cierto, el título original es ‘El secreto del séptimo hijo’, ole por el traductor.
El primer libro de Glenn Cooper, que acaba de publicar el segundo, o sea, la continuación directa del primero, es la clásica gran idea desaprovechada, aunque de eso hablaremos en la versión spoiler. Esa buena idea es lo único bueno, junto con los pasajes medievales (aunque la comparación con ‘El nombre de la rosa’ de las cubiertas es sencillamente… risible) y una ligera mejora en las últimas páginas.
Hasta ahí, la novela, cuyo éxito no me explico (claro que yo también he picado), está mal escrita con ganas, la trama no puede ser más estúpida (también lo aclararé luego) y el personaje protagonista no puede ser más tópico. De hecho, casi parece ideado para una de esas novelas románticas. Las mujeres caen rendidas ante su imagen de tipo duro, y la historia de amor con su ayudante no hay por donde cogerla… igual que una escena en un avión donde el autor convierte una simple discusión en una secuencia de acción. Una escena totalmente fuera de lugar, salvo para convertir el libro en una película comercial.
En fin, si aún estáis pensando en leerlo, grave error, no sigáis, que vienen los SPOILERS.
Huelga decir, ya se encargan de ello las cubiertas, que la gran idea de Cooper, y eso sí lo es, es una biblioteca llena de libros en los que pone la fecha de nacimiento y muerte de todo humano desde casi el año 800 hasta… Obviamente la mejor parte del libro es la que explica, en la Edad Media, el origen de la biblioteca, así como su descubrimiento tras la Segunda Guerra Mundial. Sin pasarse en cuanto a interés, esos pasajes se alternan con la trama en nuestros días, pero ni aún así se disimula lo floja que es esta última.
Y es que al único que sabe el secreto de la Biblioteca lo único que se le ocurre es utilizarla para gastar una broma a un amigo, inventándose un asesino en serie (la trama que abre el libro pero que no se sostiene desde el primer momento), y ganar dinero vendiéndola a una agencia de seguros de vida. Muy realista, pero poco novelesco.
Y por si ‘La biblioteca de los muertos’ no tuviera bastantes defectos, ahí va el último: resulta que solo es, como mínimo, la primera parte de una historia completa. Y es que justo al final Cooper parece descubrir el verdadero potencial de su idea. Es decir, vale, tenemos la fecha de nacimiento y muerte de todo el mundo… ¿hasta cuándo? ¿La bibloteca dice cuándo acaba el mundo? Respuesta: la segunda parte que acaba de publicarse: ‘El libro de las almas’. Y aquí la traducción es literal. Motivos para leerlo: no demasiados.
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