lunes, 26 de septiembre de 2011

'The suburbs': la apoteosis de Arcade Fire


Uno de los discos imprescindibles del último año es sin duda ‘The suburbs’, la tercera entrega de Arcade Fire, donde la banda canadiense ha tocado su techo hasta el momento. Personalmente me convence mucho más que su anterior trabajo, ‘Neon bible’, en el que encuentro por igual aciertos y piezas menos logradas. Aquí han apostado por un disco conceptual, al estilo del ‘Greendale’ de Neil Young, por citar un precedente más o menos reciente, y han logrado una obra redonda y absolutamente espectacular.

Arcade Fire se ha convertido ya en la banda del momento, con su grandilocuente y barroca mezcla de folk y rock, a ratos íntima y a ratos épica. Y si ya avisa el primer tema del álbum, precisamente ‘The suburbs’, con un magnífico videoclip de Spike Jonze (de hecho, parte del corto 'Life in the suburbs' del mismo director), el segundo corte, ‘Ready to start’, es el auténtico bombazo del disco, un tema cargado de energía, para mí el mejor que han facturado hasta ahora, que en directo debe convertirse (mira que no haber estado en su concierto en el FIB…) en una explosión de adrenalina. Soberbio también el videoclip, con toda la banda actuando en directo y en glorioso blanco y negro.

No les anda a la zaga ‘Modern man’, muy en la misma línea siguiendo el concepto global del disco, en el que apenas hay temas irregulares, si acaso ‘Rococo’. Pero tras este último irrumpen las voces femeninas en ‘Empty Room’, para reaparecer tras ‘City with no children’ (de nuevo, puro Arcade Fire) en la primera parte de ‘Half Light’, una pieza delicada antes del continuo in crescendo de la segunda parte.

Y sin descanso, el disco alcanza otro momento álgido en la sobrecogedora ‘Suburban War’, para luego ofrecer el más puro rock and roll en ‘Month of may’ y recordar justamente al Young más suave en ‘Wasted hours’. ‘Deep blue’, que evoca a la perfección lo que significa su título (‘Profunda tristeza’) con una tonada delicada y al mismo tiempo cargada de energía, profundamente épica, abre la portentosa recta final del disco, que sigue con otro de los mejores temas, ‘We used to wait’, y las dos partes de ‘Sprawl’, donde se intercambian los papeles: primero el vocalista, Win Butler, se luce en el tema mas íntimo del disco, antes de que las chicas ataquen otra explosión musical, tan idónea para cerrar un concierto como lo es ‘Ready to start’ para abrirlo. Y aún queda, de propina, la pequeña coda del tema inicial, para redondear un trabajo imprescindible que supone la definitiva consagración de Arcade Fire… aunque también les pone el listón muy alto. Por ahora, disfrutémoslo, y si puede ser en directo, mucho mejor, porque cada recital de esta banda debe ser apoteósico.


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