Desde
luego, para mí la serie revelación de este verano ha sido Alphas. A diferencia de, por ejemplo, Juego de Tronos, no estamos ante un éxito masivo con la crítica
rendida a sus pies. De hecho, no tenía ni idea de qué era Alphas hasta que empezaron a anunciarla en Cuatro, y tenía claro
que si la veía o no, iba a depender mucho de cómo la programasen. Finalmente
Cuatro la puso los miércoles a las 22.30 horas, a doble sesión, y después le
tocó el turno a Grimm, que tenía
claro que no la iba a ver. Si hubiera sido al revés, pues no hubiera visto Alphas y no habría sabido lo que me
perdía…
…que
es exactamente lo que decía en el título del post. Aquí los mutantes son
denominados alphas, debido a que sus poderes se deben a un desarrollo especial
de determinadas zonas del cerebro. Y tenemos a un actor de prestigio, DavidStrathairn, asumiendo el papel del clásico científico despistado, que además
recuerda, y mucho, al profesor Xavier de la Patrulla X, en su afán por lograr
que humanos y alphas coexistan pacíficamente.
Y
es que, como ocurre en los cómics de los x-men, tenemos tanto humanos que
recelan de los alphas como alphas que recelan de los humanos. Capítulo a
capítulo, y eso que la primera temporada solo tiene once, los guionistas se han
esforzado en crear un universo propio, con un montón de ‘villanos’ dispuestos a
reaparecer a la menor ocasión.
Ya
en el doble capítulo piloto aparece la organización terrorista Bandera Roja,
cuyo propósito es defender a los alphas del acoso de los humanos. También
aparece El Fantasma, asesino a sueldo de Bandera Roja, que escapará para poder
reaparecer cuando el guión lo crea oportuno. En el segundo episodio se presenta
el Magneto particular de Alphas,
convencido de que tarde o temprano estallará la guerra entre humanos y alphas,
y en el cuarto conoceremos a uno de los líderes de Bandera Roja cuya identidad
resulta de lo más sorprendente.
La
habilidad de los guionistas a la hora de elaborar las tramas es portentosa, con
capítulos que se superan en interés sin cesar, al tiempo que el mundo de Alphas va creciendo en complejidad
hasta un final de temporada sencillamente espectacular, en el que por fin los
protagonistas descubren al gran cerebro oculto tras Bandera Roja, la auténtica
némesis, y encima reaparece la hija del personaje encarnado por Strathairn, el doctor Rosen, hasta un desenlace que lo
cambia todo y abre infinitas posibilidades para la segunda temporada.
Pero,
como ocurría con la primera temporada de Fringe,
la clave son los personajes. El doctor Rosen es un psicólogo que dirige/estudia a un equipo de alphas a los que ha enseñado a aceptar y controlar sus
poderes, al tiempo que a tratar de moverse de manera más o menos normal en la
sociedad:
- Bill, ex agente del FBI, que en momentos de estrés adquiere fuerza sobrehumana.
-
Cameron, ex jugador de béisbol dotado de una agilidad y coordinación de
movimientos perfectos. Es el que proporciona los momentos de acción más
espectaculares, y ojo a su pelea con el anterior personaje en uno de los
últimos episodios, porque saltan chispas.
-
Nina, capaz de hacer que cualquiera haga lo que ella quiera con solo mirarle, y
dotada además de un cuerpo de infarto.
- Rachel, todos sus sentidos están hiperdesarrollados, y tiene que lidiar con una
familia muy tradicional que ve su poder como una enfermedad.
-
Gary, un autista capaz de interceptar cualquier señal de televisión, móvil o
internet. Su poder aparece representado con unas luces muy chulas, aunque acaba
siendo el ‘informático’ del grupo. Pero es su personalidad única la que le
convierte en el personaje que más conecta con el público.
La
interacción entre todos ellos, como el incipiente romance entre Cameron y Nina,
les hace crecer como personajes, que, al igual que los mutantes originales,
tratan de utilizar su poder para hacer el bien y ayudar a todo el mundo, aunque
a menudo se sienten perseguidos y despiertan recelos entre aquellos a quienes
quieren ayudar.
Y
es que otro de los puntos fuertes es la manera en la que las autoridades
perciben a los alphas, incluyendo a cierto agente con tendencia a encerrarles y
lobotomizarles a la menor ocasión, lo que parece dar credibilidad a las teorías
de Bandera Roja.
A
todo ello se suma una realización ágil y eficaz, que no desentonaría en un film de Bourne o de
superhéroes, y en el que logran camuflar con habilidad la falta de mayor
presupuesto. Así, abundan los capítulos en los que la mayor parte de la trama
transcurre en un único edificio, sin que por ello se resienta el interés del
argumento o la espectacularidad de la acción.
Y ahora, rematamos con el análisis de capítulos:
- El
tercero es uno de los mejores, y eso es mucho decir, con un alpha que segrega
feromonas capaces de volver violenta a la gente. Ojo a la que arma en la sede
de los protagonistas, con una pelea brutal (en serio), en la que muere uno de
los personajes fijos en el arranque de la serie.
-
Tras la reaparición de Bandera Roja y su sorprendente líder en el cuarto
capítulo, en el quinto Rachel afronta la ruptura con sus padres y la acción se
traslada a un pueblecito donde está muriendo gente de manera muy extraña.
-
Luego llega una buddy movie con Will y Gary como estrellas absolutas, en el
único capítulo en el que el villano no es un alpha, para a continuación centrar
la atención en una alpha fugitiva interpretada por Summer Glau, la protagonista
de Firefly y Serenity.
-
En el octavo episodio se aborda el peligro de las sectas, aquí con un alpha
cuyo poder es hacer que la gente se sienta feliz y cree que es un don divino…
solo que los convertidos acaban muriendo unos días después… lo que él cree obra
del diablo.
-
En el noveno tenemos a un nuevo invitado, Brent Spinner, el Data de Star Trek: La Nueva Generación, como un
alpha sónico, que no solo ve con un radar (como Daredevil, y los murciélagos,
ya puestos) pese a ser ciego, sino que emite ultrasonidos. El equipo de Rosen lo
interroga en su sede porque se le
relaciona con Bandera Roja, pero parece que alguien más se ha colado en el
edificio. Una pista: formó parte del reparto de Perdidos.
-
Y antes del formidable desenlace, en el que ponen toda la carne en el asador,
otro capítulo de ‘encerrados entre cuatro paredes’, en el que el equipo trata
de descubrir a un traidor en sus filas… si es que realmente lo hay.
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