miércoles, 12 de septiembre de 2012

Parnassus: Puro Gilliam (para bien y para mal)


En los últimos tiempos el director y exMonty Python Terry Gilliam se ha hecho más famoso por sus dificultades para llevar a cabo sus proyectos cinematográficos que por otra cosa. Así que El imaginario del doctor Parnassus (2009) continúa siendo su último trabajo, aunque también estuvo a punto de quedarse en el camino. 

La cinta, que reunía de nuevo al director con el guionista Charles McKeown, con el que ya realizó Las aventuras del barón Munchausen, reúne lo mejor y lo peor de Gilliam: una imaginación desbordante, pero también desmedida y un tanto caótica. La excusa argumental, el duelo eterno entre Parnassus, un inmortal contador de historias, encarnado por el omnipresente Christopher Plummer, y el diablo, en la piel de Tom Waits, absolutamente magistral. Ambos se desafían por ¿última? vez a reunir cinco almas, y el premio es el destino de la hija de Parnassus, Valentina, a quien da vida la modelo Lily Cole.

Parnassus, antaño poderoso, ahora recorre el mundo, o mejor, Londres, en su carromato de feriante, tratando de atraer con sus historias y su espectáculo de titiritero a un público al que ya no le interesan sus historias. Y en medio de este duelo aparece un misterioso personaje, Tony, quien dice no recordar su pasado, y que parece clave para desnivelar la balanza... aunque no sabemos de qué lado. Por cierto que, al parecer, para este personaje director y guionista se inspiraron en el mismísimo Tony Blair, quien "diría las cosas más extrañas e incluso se las creería sobre sí mismo".

Tony es interpretado por Heath Ledger, en el que fue su último papel, y en el que volvió a dar muestras de encontrarse en ese estado de gracia como actor que había alcanzado en The Dark Knight con su inolvidable Joker, al que Tony recuerda en muchos momentos con su exagerada teatralidad. De ahí que su fallecimiento pusiera en serio riesgo la finalización del film.

Al final, la solución no pudo ser más ingeniosa. Tres buenos amigos de Ledger, nada menos que Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell, le sustituyeron, interpretando todos el mismo papel... pero en las escenas en las que Tony cruza el espejo mágico de Parnassus, lo que justifica su cambio de rostro. Sin embargo, y pese a que los tres están magníficos y mantienen una interpretación muy similar a la de Ledger, este recurso contribuye a confundir aún más al espectador, inmerso en un derroche de efectos visuales que tanto da lugar a imágenes de gran belleza, como a embrollar la trama en un continuo delirio que se sigue a ratos con fascinación y a ratos con pesadez e indiferencia.

Completan el reparto el nuevo Spiderman, Andrew Garfield, como el ayudante de Parnassus y eterno enamorado de su hija, y Verne Troyer como el enano Vincent, el mejor amigo de Parnassus.

¿Quien ganará en el duelo entre Parnassus y el diablo? Bien, quizás al final eso no sea lo más importante...


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