Como podéis ver arriba, en su cartel Ted anuncia que contiene “juerga,
pasotes, chonis y todas esas cosas que molan mogollón”. ¿Cumple con ello?
Podríamos decir que sí… sobre todo si te molan los 80.
Ted supone el salto a la gran pantalla de Seth MacFarlane, creador de Padre
de familia, serie de animación que reconozco apenas haber visto (básicamente porque donde
estén Los Simpson, puede quitarse cualquier imitación), por lo que no voy a
entrar a comparar. Aquí MacFarlane, que por cierto, presentará la próxima gala
de los Oscar, ejerce de productor, guionista, director e incluso le pone la voz
al osito de peluche protagonista así que va a por todas.
Para la causa ha reclutado a Mark Wahlberg y a Mila Kunis, vieja conocida
puesto que lleva años poniendo voz a la hija de Padre de familia. Y el chico
parece tener unos cuantos amigos, ya que la cinta abunda en cameos e
intervenciones especiales de impacto. No es cuestión de destripar, pero esperad
a ver la breve aparición de Ryan Reynolds, y sobre todo la intervención de Norah Jones.
El film tiene puntazos de este tipo, y aunque al parecer su humor no es tan
‘salvaje’ como en Padre de familia, sí tiene unos cuantos chistes, digamos de
trazo grueso, en una trama bastante previsible y habitual en el cine romántico,
aunque ese osito juerguista y mal hablado la hace más llevadera.
Pero la clave son los 80, la época en la que vivieron su infancia el osito
y el personaje de Mark Wahlberg, cuyo deseo hizo que Ted cobrase vida. La
película homenajea los iconos de aquellos años una y otra vez, desde el
desternillante doble flashback sobre cómo se conocieron el protagonista y su
novia a la omnipresente versión fílmica de Flash Gordon protagonizada por Sam J. Jones.
Como suele ocurrir en este tipo de comedias, aunque funciona bastante bien la
combinación de humor amable y gamberrada, el asunto romántico tampoco da para
demasiado, de ahí el segmento de acción final, cuando explota una trama que ya
se había apuntado levemente.
Debut sin excesivas pretensiones, film de consumo rápido entre la
carcajada y la sonrisa, aunque la idea del osito hablador (un clon de Mimosín),
tal vez hubiera sido más adecuada para una telecomedia. La verdad es que, como ocurriera con Up, lo mejor está al principio: el prólogo con el momento en que Ted cobra vida y los títulos de crédito, con toda una serie de fotos y grabaciones de vídeo que muestran momentos descacharrantes de la infancia y adolescencia de los protagonistas.
El detalle: En la versión española Santi Millán se ocupa del doblaje, y la
verdad uno pronto se olvida de que es él, y cumple con bastante eficacia su
labor. Por cierto, que en el doblaje han cambiado varios de los chistes, para 'españolizarlos'.
El detalle 2: Si habéis visto el tráiler, no esperéis ver el chiste de "estaba mandando un tweet", porque la versión del tráiler está más lograda.
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