Vulgarmente
hablando, Brian de Palma la jodió bien. ‘La Dalia Negra’ lo tenía todo para
haber sido un bombazo de taquilla, y desde luego una gran película. Estamos hablando de la,
por lo visto, mejor novela de James Ellroy, uno de los maestros de la novela
negra norteamericana, ambientada en el Hollywood dorado y partiendo de hechos
reales, uno de los asesinatos más macabros de aquella época, el de una joven
aspirante a actriz que fue hallada cortada por la mitad y con un corte en la
boca, de oreja a oreja. Encima, estaba el precedente de ‘LA Confidential’,
soberbia adaptación a cargo del director Curtis Hanson de otra obra cumbre de
Ellroy, y perteneciente, al igual que la que nos ocupa, al denominado ‘Cuarteto
de Los Ángeles’.
De
Palma contó con un presupuesto de lujo, aunque otra cosa es el reparto, donde no sé
si el propio director o los productores, cometieron varios errores mayúsculos que empezaron a echar a perder la película. Nada que ver con ‘LA Confidential’,
esta versión de ‘La Dalia Negra’ se acerca bastante a un despropósito, en el
que los escasos aciertos no son suficientes para salvar la función.
La
cinta arranca con casi media hora previa al hallazgo del cadáver de la Dalia
Negra, poniéndonos en situación. Y es que, tal vez más que en ‘LA
Confidential’, Ellroy aprovecha aquí para hacer una radiografía de la época.
Así que arrancamos con disturbios callejeros tras la Segunda Guerra Mundial y
luego vemos cómo funcionaban las cosas: uno de los protagonistas, Bucky, sube en la
policía tras dejarse perder en un combate amañado contra el policía estrella, Lee Blanchard, encarnado por Aaron Eckhart. A partir de ahí, los dos se convierten en amigos
inseparables, formando un curioso triángulo con la novia del último, encarnada
por Scarlett Johansson, quien demuestra que le sientan de maravilla los
vestidos y peinados de los 40-50.
Ellroy
empieza a tejer varias tramas a la vez, incluyendo la de la Dalia Negra, que en
esta versión no acaba de mandar, o al menos de manera convincente. Tampoco se
traslada al espectador la obsesión del personaje de Eckhart por este caso, que,
por un lado, es explicada de manera demasiado apresurada, y por otro, precisamente a partir
del inicio de la trama de la Dalia, Eckhart desaparece prácticamente de la
pantalla.
Ahí
empieza a venirse abajo el film, puesto que el actor elegido para encarnar a Bucky, auténtico protagonista del film en esta versión, es Josh Harnett, a quien el encargo le viene muy, pero que muy grande, como
ya vimos en ‘Pearl Harbour’, y es que de actuar, nada de nada. Claro que el
otro error de casting aún es mayor. Porque el protagonista, enamorado de la
novia de su mejor amigo, acaba encontrando otro amor, la clásica mujer fatal,
encarnada aquí por Hilary Swank. Y admitámoslo, Swank puede ser muy buena
actriz, pero sobre todo cuando se hace pasar por chico, ahí están sus dos Oscar
por ‘Boys don’t cry’ y ‘Million Dollar Baby’, irreprochables. Pero guapa, no
es. O mejor dicho, es guapa, y puede serlo mucho, pero no es una belleza
arrebatadora. Así que la primera vez que aparece en ‘La Dalia Negra’ parece, en
serio, un travesti, y resulta imposible que uno la prefiera a ella antes que a
la Scarlett Johansson más deslumbrante.
Por
si fuera poco, se supone que el personaje de Hilary Swank es clavado
físicamente a la Dalia, encarnada aquí por Mia Kirshner… y no se parecen en
nada, lo que sigue creando perplejidad en el espectador. Perplejidad que llega
a su momento culminante cuando hace su entrada la familia ‘monster’ del
personaje de Swank, que no dudo que resultara estrafalaria en la novela, pero
De Palma la caricaturiza tanto, que lo único que contribuye es a distanciar al
espectador de lo que está viendo.
No
hay marcha atrás. Aunque la trama va avanzando de manera implacable,
resolviendo interrogantes de manera más que convincente, Harnett y Swank acaparan
la mayor parte del metraje adoleciendo de una total falta de carisma y de química entre ambos, que acaba
por vencer al espectador. Para cuando llega el desenlace ya nos da igual el
misterio de la Dalia, al que De Palma no ha sabido encontrar el enfoque
adecuado, y la resolución del enigma resulta demasiado excéntrica e
insatisfactoria.
Se
salva la recreación de la época, qué menos tratándose de una superproducción, y
el voluntarismo de Eckart, junto a una perdida Johansson y una angelical Mia
Kirshner que es, de lejos, lo mejor de la película, porque ella sí se las
ingenia para transmitir a la perfección la melancolía y la tragedia de la Dalia
en sus apariciones, siempre en blanco y negro, en las pruebas de aquella chica
que soñaba con Hollywood y despertó a la peor de las pesadillas.
Huelga
decir que ‘La Dalia Negra’ no funcionó en taquilla y que Hollywood volvió a
darle la espalda a De Palma, cuya última gran obra sigue siendo ‘Misión:
Imposible’, e incluso prefiero ‘Misión a Marte’ a la adaptación de Ellroy, ya
que al menos en aquella sí aparecía el estilo inconfundible del cineasta. Aquí,
no está mal el combate de boxeo inicial, pero poco más. Una de las grandes
decepciones de los últimos tiempos, dado el material original y la categoría
del director.
El detalle: ‘El hombre que ríe’, la película muda
que aparece en el film, y que es clave para la trama, sirvió también de
inspiración para la creación del archienemigo de Batman, el Joker. Por si no lo
habíais imaginado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario