Parece
que la crisis ha llegado hasta al cine de animación. Vale, no todo va a ser
Toy Story 3, una absoluta maravilla que cerró de manera portentosa una
trilogía imprescindible, pero desde que Johnny Depp se transmutara en lagarto
nada ha vuelto a ser lo mismo. Dreamworks y Fox han tirado este verano por lo
fácil, por nuevas entregas de Madagascar (y van 3) y Ice Age (y van 4, igualando a Shrek). Solo
Pixar ofrece algo nuevo, aunque después de la decepción de Cars 2 es más que
comprensible. Sin embargo, no puedo decir que el tráiler de Brave, con su
propuesta de fantasía medieval en tono de comedia y protagonista femenina, me
atraiga demasiado.
Lo
cierto es que la saga ambientada en la era glacial nunca ha pasado del aprobado
alto, con más buenas intenciones que otra cosa, y destinada bastante más al
público infantil que al adulto, algo que se nota especialmente en esta última
entrega. Pocas novedades y una trama y desarrollo rutinarios, que hacen que la
película se vea con agrado pero también que te olvides de ella en cuanto salen
los títulos de crédito finales.
La
separación de los continentes es la excusa para que los tres protagonistas
queden separados de la familia del elefante Manny y naveguen a la deriva, tratando de
volver a casa. Por el camino, y tratando de aprovechar el éxito de Piratas del
Caribe, se encontrarán con unos malvados piratas que no les darán cuartel, cuyo capitán es interpretado por Peter Dinklage, o sea, Tyrion Lannister en Juego de Tronos.
Con
un apartado gráfico impecable, pero que ya no sorprende tras cuatro entregas,
las principales novedades en cuanto a personajes son el nuevo interés amoroso
de Diego (demasiadas parejas y demasiados hijos ya…), a cargo de Jennifer López en la versión original, y la abuela de Sid, que
protagoniza los momentos más desternillantes y es lo mejor de esta entrega, en
la que también ganan protagonismo la hija de Manny y sus amigos, con una trama que parece sacada de una serie de adolescentes de Disney.
Los
síntomas de agotamiento de la saga son más que notables, como denota el que la
cinta no llega ni a la hora y media, aunque en este caso lo peor (además de
alguna cancioncita que se cuela en el metraje) es que se ha reducido mucho la
presencia de Scrat, la ardilla, auténtica estrella de la serie con sus cortos
mudos. Después del espectacular arranque, en el que descubriremos su decisivo
papel en la separación de los continentes, sus apariciones son escasas, y lo
que es peor, demasiado breves.
Igual
habrá que ir pensando en cerrar una saga cuyo éxito creo que ha superado con
creces lo esperado por sus creadores.
PD: Lo mejor de ir a ver Ice Age 4 tiene lugar justo antes de que empiece la película. Hablamos del corto de Los Simpson con protagonismo total para Maggie, enfrentada de nuevo al bebé unicejo, y aún antes, del tráiler de Epic, lo nuevo de Fox en animación, muy en plan Los diminutos, y con una pinta deslumbrante. Parece que aún hay esperanza para los dibus en pantalla grande.
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