¿Hacía
falta volver a contar el origen de Spiderman? Esa es la principal pregunta que
uno se hace tras ver The amazing Spiderman, el nuevo reinicio para la saga
fílmica del hombre araña después de la trilogía de Sam Raimi. Lo más normal
hubiera sido continuar contando nuevas aventuras del personaje allí donde lo
dejó el director de El ejército de las tinieblas, con el mismo reparto o uno
nuevo, pero la apuesta ha sido volver a empezar de nuevo y contar oootra vez el
origen del personaje, algo seguramente innecesario dado que, 1, ¿hay alguien
que no sepa cómo Peter Parker se convierte en Spiderman?, y 2, hace muy poco
que eso se contó en el cine. Pero se ve que la productora perdía los derechos sobre el personaje si no hacía una película pero ya...
Al
margen de la idoneidad del planteamiento, lo cierto es que la buena mano del
director, Marc Webb (predestinado a dirigir esta película, puesto que su
apellido significa red en inglés) y el monumental trabajo del nuevo Spidey,
Andrew Garfield, junto a una encantadora Emma Stone como Gwen Stacy, superan los
errores de bulto de un guión con demasiados problemas para facturar una cinta
que, muy posiblemente, supera la visión de Raimi, demasiado canónica (y
aburrida), a excepción de su tercera entrega. Vaya por delante que esa es, de
lejos, mi favorita, puesto que es la que más tramas plantea, aunque lo haga de
una manera un tanto caótica, además de mostrar el lado oscuro de Parker, lo que
ocurre cuando se ve tentado por su poder. Y respecto a la segunda entrega, al
parecer tan venerada por los fans, siempre me pareció un remake de su
predecesora, aunque Alfred Molina hacía la mejor interpretación de su carrera como
Octopus.
Pero
a lo que vamos. A la hora de volver a contar el origen de Spìderman, y teniendo
bien presente que Raimi lo contó con gran maestría hace muy poco tiempo, se le
ha tratado de dar un nuevo enfoque. Y se ha recurrido a dos referentes
antológicos. Por un lado, se ha tenido muy en cuenta la visión oscura que Nolan
ha dado de Batman, así que aquí también se ha optado por un enfoque más
realista, potenciando la faceta más atormentada de Peter Parker, tanto al
creerse culpable de la muerte de su tío Ben como, en esta nueva versión, por la
temprana muerte de sus padres, que es una de las tramas claves de esta entrega.
Como
ocurre con Batman, veremos a la policía persiguiendo a Spiderman,
considerándole una amenaza, y también veremos cómo Parker descubre sus poderes
y los va controlando y convirtiéndose poco a poco en Spiderman, de una manera
más realista que en la versión de Raimi, mucho más a lo Nolan. De hecho, y al
igual que ocurría en Batman Begins, el auténtico protagonista es Peter Parker y
tardaremos una hora en ver a Spiderman, en una película que se pasa con el
metraje, 2 horas y 10 minutos, con un argumento que no da para tanto.
La
otra gran influencia a la hora de contar los inicios de Spiderman es Ultimate
Spiderman, la serie guionizada desde hace como una década por Brian Michael Bendis, el mejor guionista de Marvel en la actualidad y el gran arquitecto de
la casa durante los últimos años, en la que se prescindía de la continuidad y
la evolución del personaje durante décadas para volver a narrar sus aventuras
desde el principio (¿de qué me sonará eso?).
Como
en dicha versión, aquí recuperamos al Peter Parker de 17 años que acude al
instituto, y se tarda más en ‘matar’ a Ben Parker para profundizar en su
relación con Peter. También se recoge una de las grandes novedades de Ultimate
Spiderman (y esto no es spoiler porque ya sale en el tráiler): que Parker
desvele su identidad secreta a su novia a las primeras de cambio, en lugar de
tardar años como en la versión original. Aunque aquí la novia es Gwen Stacy, la
primera de los cómics originales, y no Mary Jane, como en Ultimate, donde por
cierto Gwen cambia su aspecto ñoño y angelical por el de una punk rebelde y con
navaja… aunque su padre sigue siendo policía, eso sí.
Dado
que en la versión de Raimi Mary Jane no se entera de que Peter es Spiderman
hasta el final de la segunda película, esto lo cambia todo… o no, puesto que el
cierre de The amazing Spiderman deja a la pareja protagonista en la misma
situación que al final del primer film de Raimi… salvo por cierta escena que lo
echa todo a perder. Y es que parece que los guionistas no tenían las ideas muy claras.
Por
lo demás, tenemos a Flash armando bulla en el colegio y desaparecen tanto el
Daily Bugle como la familia Osborn… aunque Oscorp está muy presente y mucho nos
tememos que el Duende Verde aparecerá en la próxima entrega. Lo que sí tenemos
es otro villano involuntario, para seguir con la norma de esta saga fílmica, un
nuevo científico al que sus investigaciones se le escapan de las manos. Ya
ocurría con el Duende Verde en la primera entrega de Raimi, luego con el Doctor
Octopus en la siguiente, y en la última teníamos el legado del Duende Verde,
más un ladrón de buen corazón que se convertía en el Hombre Arena y un alien.
Ahora
el papel de malo recae en el doctor Kurt Connors, al que se relaciona con los
padres de Peter, y que acabará transformándose en el Lagarto. Vaya por delante
que es uno de mis personajes favoritos del cómic, y tal vez por eso no me ha
maravillado especialmente la versión que han dado de él en la gran pantalla ni
la interpretación de Rhys Ifans, que no lo hace mal pero se queda muy lejos de
Willem Dafoe como el Duende Verde o el citado Alfred Molina.
Todo
lo contrario que el derroche de carisma de Andrew Garfield, mucho más acertado
para el personaje que Tobey Maguire, volcado en transmitir todos los matices de
Peter Parker. Emma Stone está, sencillamente, maravillosa como Gwen, y tiene
una magnífica química con su pareja, en la pantalla, y por lo visto fuera de la
misma. Por cierto, tanto ella como el capitán Stacy y familia están retratados
de una manera mucho más fiel al cómic que en la última cinta de Raimi, donde
Gwen parecía una super modelo… justo lo que siempre ha sido Mary Jane. Otro de
los factores que creo que han llevado a confundir al público a la hora de
abordar esta nueva entrega.
Siguiendo
con el reparto, Martin Sheen se luce mucho más que Cliff Robertson como un tío
Ben mucho más real… y que además dispone de muchos más minutos en pantalla.
Todo lo contrario de Sally Field, como una tía Ben con la que no han sabido qué
hacer… y no solo estoy pensando en sus dos últimas intervenciones.
En
cuanto a las escenas de acción, son sencillamente asombrosas. La técnica sigue
avanzando y los movimientos de Spiderman son aún más fluidos y reales que en
las entregas anteriores. Por cierto, que también se han recuperado con acierto
los lanzarredes originales del cómic, a diferencia de la versión de Raimi,
donde la red salía directamente de las muñecas de Peter.
A
pesar del tono oscuro de la mayor parte del film, las salidas humorísticas de
Spiderman siguen ahí, como válvula de escape para tanto sufrimiento por el que
pasa el personaje, con grandes momentos como ver a Spiderman hablando por el
móvil con tía May y diciéndole que está a punto de ir a comprar huevos.
Al
final, aunque lejos de la espectacularidad y épica de Los Vengadores, e imagino
que muy lejos del tercer Batman de Nolan, el reboot de Spiderman, aunque más
que prescindible, sale bien parado gracias, como ya he dicho, a su director y a
su protagonista, el primero con grandes momentos como cuando Connors coloca su
único brazo ante un espejo para crear la ilusión de que tiene dos.
Otra
cosa es el guión, que combina aciertos con defectos. Entre los primeros, el
origen de la máscara de Spiderman, en un homenaje a la versión canónica, o esa
parte final, muy a lo The Dark Knight, con toda la ciudad aterrorizada por el
Lagarto y los buenos ciudadanos de Nueva York ayudando a su héroe a luchar
contra el malo. Respecto a lo otro, pocas sorpresas y demasiada tendencia a
optar por lo fácil (qué curioso que Gwen sea compañera de clase de Parker,
ayudante de laboratorio de Connors e hija del capitán de policía) y a no cerrar
tramas, y ahí vamos con los
SPOILERS
¿Qué
les pasó realmente a los padres de Peter y qué papel tuvo en ello Connors? Vaya
usted a saber, como el destino del asesino del tío Ben, al que por lo visto a
Peter se le olvida seguir buscando en medio de tanto lío. O qué ocurre con
Connors, al que meten en la cárcel y va que chuta.
El detalle: No os perdáis la ya tradicional aparición de Stan Lee, el creador de la mayoría de personajes Marvel. La mejor, de lejos, de todas las que he visto hasta ahora. Imperdible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario