Semana Santa, vacaciones de Pascua, y pocos estrenos para unos cines vacíos en estas fechas.
Así que nos quedamos sin novedades españolas y prácticamente llegadas de Hollywood, a excepción de la cinta de terror La llorona, que recupera el mito de la mujer que ahogó a sus hijos, se suicidó y desde entonces trata de arrebatar los niños de otras mujeres.
Lo que no descansa es el cine europeo, que, para empezar, nos trae La espía roja, a mayor gloria de Judi Dench, basada en hechos reales sobre una ancianita británica que resultó ser una espía de los rusos.
De Alemania nos llega Un corazón extraordinario, a la que muchos han definido como la versión germana de Campeones, en la que un joven irresponsable es obligado por su padre a cuidar de uno de sus pacientes que tiene una grave enfermedad cardíaca.
La coproducción europea Donbass, a cargo del bielorruso Sergei Loznitsa, podría ser perfectamente el estreno de la semana, con una más que interesante y necesaria propuesta sobre la situación actual de Ucrania y fenómenos tan preocupantes como las fake news.
Pero la palma se la lleva Gracias a Dios, lo último del francés François Ozon, que se estrena muy oportunamente en plena Semana Santa para hacerle así la pascua a la Iglesia católica, que trató de impedir su rodaje y estreno. Y es que de nuevo estamos a vueltas con los constante abusos a menores tolerados y encubiertos por la curia de Roma, en este caso con uno de los personajes más influyentes del Vaticano en el centro de la historia. Otra forma de celebrar la Pascua.