domingo, 27 de mayo de 2012

Darín nos cuenta un inofensivo cuento chino


Una de dos (o las dos): o en los últimos Goya estaban de saldo o yo me vuelvo cada vez más exigente. Ya dejé claro que la gran ganadora de la pasada edición, 'No habrá paz para los malvados', me pareció muy, muy sobrevalorada. Buen ejercicio de cine negro de toda la vida, pero sin pasarse. Y José Coronado tampoco hacía la interpretación de su vida, otra cosa es que cambiase por completo de registro y pillase a más de uno desprevenido. Volviendo a lo que íbamos, tampoco se lucieron demasiado con el premio a la mejor película hispanoamericana, que fue a parar a la argentina 'Un cuento chino'.

Ni mucho menos se trata de una mala película, todo lo contrario. Sebastián Borensztein escribe y dirige una fábula amable en la que se nos presenta, con un arranque impecable, a Roberto, un maduro solitario y refunfuñón, una suerte de cruce entre House y Scrooge, que vive como un ermitaño, atendiendo su ferretería y manteniendo costumbres fijas: siempre desayuna lo mismo, se acuesta invariablemente a las 23.00 horas... rehúsa cualquier relación social (especialmente con una amiga que no deja de tirarle los tejos), idolatra a sus padres fallecidos y tiene un curioso hobby: coleccionar historias sorprendentes aparecidas en la prensa.

Historias, que son de lo más divertido del film, aunque la tragedia siempre está presente en ellas, pero de la manera más inverosímil, como la del prólogo. En ella un joven chino se declara a su chica cuando una vaca le cae encima y la mata (escena muy bien aprovechada por el cartel italiano que tenéis arriba). El chino acaba viajando a Argentina en busca de un pariente, y solo, sin dinero y sin entender ni papa de argentino, acaba siendo recogido en la calle por Roberto, que empezará a mostrarnos que en realidad es un trozo de pan.

También acabaremos descubriendo, en una de las mejores escenas, los motivos que han llevado a Roberto a tener su particular visión del mundo y a encerrarse en sí mismo. Y como en tantas cintas norteamericanas, el chino acabará, más o menos, revolucionando el mundo de Roberto y haciéndole replantearse su manera de vivir. Lo cierto es que 'Un cuento chino' no pasa de film correcto y bienintencionado, pero tiene a su favor la presencia de Ricardo Darín, que asume el rol de Roberto y se echa toda la película a sus espaldas, aunque esta cinta no estará desde luego entre lo mejor de su filmografía... pero tampoco entre lo peor. 

Volviendo al inicio, al igual que 'No habrá paz para los malvados', 'Un cuento chino' es una buena película, sobre todo para los tiempos que corren, pero si eso es lo mejor que han dado el cine español y latinoamericano en el último año, mal vamos.

viernes, 25 de mayo de 2012

El estreno: De negro... en los 70


Siguen llegando, de uno en uno eso sí, sin apelotonarse, los grandes 'blockbusters' veraniegos de Hollywood. Ahora le toca el turno a la tercera entrega de 'Men in black', que desde luego se ha tomado su tiempo. Cinco años pasaron entre las dos primeras entregas, y una década más ha habido que esperar para este nuevo capítulo. Desde luego, imaginación y nuevas ideas no es precisamente algo que abunde en la meca del cine.

Por fortuna Barry Sonnenfeld sigue tras las cámaras, y delante continúan Will Smith y Tommy Lee Jones, aunque este último me parece que cede todo el protagonismo a Josh Brolin, que interpreta la versión joven de su personaje. Y es que la clave, y lo que definitivamente me ha ganado para darle una oportunidad al regreso de los hombres de negro, es que el personaje de Smith viaja al pasado para desentrañar un misterio del presente. Así que tenemos más hombres de negro... en los 70. Se abren infinitas posibilidades, que veremos si saben aprovechar.

Recordar aquí que las dos primeras entregas me encantan por su falta de pretensiones, poco habitual en este tipo de megaespectáculos taquilleros, la química entre Smith y Lee Jones (creo que son las únicas comedias que ha rodado), y un Sonenfeld inspirado como nunca (por cierto, que apenas ha hecho nada reseñable desde la anterior entrega de la saga). Las he visto un montón de veces y me siguen gustando.

Esperamos que la inspiración no les haya abandonado 10 años después (el tráiler da buenas sensaciones), y por si acaso, confiemos en la 'chica men in black' de turno, Emma Thompson, que toma el relevo de Linda Fiorentino y Rosario Dawson, estupendas en las cintas precedentes.

Ah, y si os apetecen otro tipo de historias, ahí está lo último de la directora española Patricia Ferreria, 'Los niños salvajes', que en Málaga se llevó los premios a mejor película, guión, actor secundario (Àlex Monner) y actriz secundaria (Aina Clotet). Ahí es nada.

miércoles, 23 de mayo de 2012

'Vengadores', la espera valió la pena o ¡qué grande es Joss Whedon!



Peliculón, peliculón. Así de claro. Joss Whedon ha rodado la mejor película de superhéroes que se ha hecho hasta ahora. Y dejemos también claro que Batman NO es un superhéroe (no tiene poderes). Whedon tiene claro que los Vengadores NO tienen nada que ver con Batman y da al público lo que tiene que dar: puro espectáculo 100%, la culminación de esa nueva era del cine de acción que se inició cuando los personajes con leotardos empezaron a dar el salto del cómic a la gran pantalla.

No tengo ninguna duda de que la tercera entrega del Batman de Nolan será aún mejor, porque añadirá drama y reflexión a lo visto en ‘Los Vengadores’, pero este film es lo que tiene ser: acción superheroica en estado puro. Porque no todos los cómics son iguales, y por eso es bueno que haya un Batman y unos Vengadores.

En primer lugar una aclaración. ‘Los Vengadores’ viene precedida de dos películas de Iron Man, otras dos de Hulk, una de Thor y otra del Capitán América. En mi caso he visto solo las cuatro primeras y puedo afirmar que, sí, la cinta que nos ocupa se disfruta más si has visto las anteriores, pero tampoco se echa en falta no haberlas visto.

Desde la primera escena hasta la última, ‘Los Vengadores’ es cine de palomitas de primer nivel, sin dar un respiro al espectador. Nunca se me habían pasado tan rápido dos horas y cuarto. Y desde luego cada centavo del mastodóntico presupuesto se ve en la pantalla.

Es, con mayúsculas, la película que siempre habían esperado los fans de estos personajes (inciso: siempre me parecieron los menos interesantes de Marvel, hasta la etapa actual, comandada por el guionista Brian Michael Bendis). Podría haber sido un absoluto desastre, y en cambio está a la altura de las mejores expectativas. Todo el mérito es de un hombre: Joss Whedon, que para mí siempre será el creador de la serie ‘Buffy, cazavampiros’, y con eso está todo dicho.

Whedon no solo demuestra que sabe dirigir cine de acción, algo que no es tan sencillo como parece, sino que además firma el guión… en solitario. Lo habitual en este tipo de películas es que el libreto venga escrito y reescrito por cuatro o cinco guionistas, con resultados lamentables. Aquí toda la responsabilidad recae en Whedon, que ha sabido dar el tono justo a cada personaje, preservando la esencia de todos ellos y haciéndolos interactuar de manera maestra, sin que ninguno tenga más protagonismo que otros.

El gran mérito de la película es que brilla tanto en las (abundantes) escenas dialogadas, donde chocan sin cesar los protagonistas, como en las (impresionantes es poco) secuencias de acción. Y encima Whedon aporta su toque de humor característico, que aparece siempre en el momento justo… aunque el mejor chiste corre a cargo de Stan Lee, creador de todos los personajes, y al que estas películas le están proporcionando una vejez dorada.

Whedon logra que los Vengadores (unos más que otros, vale) parezcan reales, y cumple el sueño de ver en imagen real zurras como las que se meten Iron Man y Thor, o Thor y Hulk, que encantarán a los más fans de estos superhéroes.

La película tiene tres partes bien diferenciadas. Empieza con el prólogo en el que se establece la amenaza y se va formando el grupo. Luego viene toda la parte del helitransporte de Shield (repito, ¡en imagen real!), primero con diálogos y más diálogos, y luego con acción y más acción (aunque acaba recordando demasiado al puente de mando de ‘Star trek’). Y por último, el desmelene, cuando la película mete toda la carne en el asador y al espectador se le cae la mandíbula y no hay  manera de recomponerla. Porque es lo que esperabas y mucho más.

Y ahora, vamos con el análisis personaje a personaje, sin desvelar demasiado:

Iron Man. Porque él lo vale. Robert Downey Jr. es, faltaría más, el amo de la función, por algo las dos películas de este personaje son las que mejor han funcionado. Él dispara las mejores frases y Whedon le hace interactuar magistralmente con Banner, alguien que comparte su talento científico, y el Capitán América, con el que choca por sus caracteres tan diferentes.

Capitán América. Chris Evans parece creer que es el Capitán América. Siempre he pensado que era el personaje más simple de Marvel, pero hay guionistas que lo han trabajado magníficamente. Aquí brilla en momentos puntuales, sobre todo en plena acción, cuando hace lo que mejor sabe hacer: asumir el mando, ser el soldado definitivo y guiar a los demás para proteger a los inocentes.

Hulk. Mark Ruffalo es el tercer actor que encarna a la Masa en la gran pantalla, después de Eric Bana y Edward Norton. Con mucho menos papel que ellos, encarna la esencia del personaje, y encima, tenemos al mejor Hulk digital, el primero que conserva los rasgos de Ruffalo. Hulk hace lo que mejor sabe: aplastar (y si no, que se lo digan a Loki).

Thor. El más flojo de todos. A Chris Hemsworth se le ve demasiado envarado y, más allá de la relación con su hermano Loki, Whedon tampoco parece saber demasiado qué hacer con él, aunque sus peleas son memorables... o ese momento en el que Hulk intenta levantar su martillo… y no puede.

La Viuda Negra. Buffy se pone un uniforme de cuero negro ajustado y… Scarlett Johansson se lía a dar patadas como la cazavampiros en sus mejores momentos (memorable su primera aparición), pero también es el personaje más humano de la película, con un lado vulnerable que no se adivina al principio, y con lo que representa ser la única chica entre tanto machote. Y además protagoniza una de las mejores escenas del film, en la que Natacha Romanov hace de Clarice Starling y Loki de Hannibal Lecter… (Sí, y queda un poco ridícula con sus pistolitas cuando la cosa se pone fea... pero esperad a ver cómo salva el día).

Ojo de Halcón. Otro que no sale demasiado y al que se aprovecha poco. Lanza flechas y poco más (se salva por su relación con la Viuda Negra), pero qué grande es Jeremy Renner y cómo les saca partido a este tipo de personajes.

Secundarios. Samuel L.Jackson da la talla como Nick Furia (aunque le falta el puro…) y en Shield también destacan una María Hill que pide a gritos más papel y Coulson, que acaba siendo clave para la resolución del conflicto. También tenemos a GwynethPaltrow como Pepper Potts, muy poco, pero luciendo una vez más su fantástica química don Downey Jr. (qué ganas tengo de ver 'Iron Man 3'). En cambio, se echa de menos a Natalie Portman, la novia de Thor, y tenemos que conformarnos con Stellan Skarsgaard (no es lo mismo, no).

Villanos. Al igual que ocurría en ‘M:I:3’, tenemos a un villano que acapara la atención y otro en las sombras. El primero es Loki, con un convincente Tom Hiddleston, que combina una imagen inquietante con la del alfeñique que sabemos que no tiene ninguna opción. Y el segundo… esperad a después de los títulos de crédito. Aviso, es una bomba… aunque solo si leéis cómics. Vaya por delante que es uno de mis personajes favoritos de todo el universo Marvel y que puede dar mucho, pero que mucho juego en buenas manos. Whedon ha demostrado que lo son, y si sigue al mando de la franquicia vengadora… esto no ha sido más que un aperitivo.

¡Vengadores… reuníos! (aunque creo que esta frase no aparece en toda la película…)

El detalle 1: Si os fijáis en el cartel de arriba, solo hay un personaje que aparece dos veces (vale, Hulk también, pero a Banner casi no se le ve). Y no, no esperéis ver a Ojo de Halcón con la máscara, ni que le llamen así, solo Clint Barton.
El detalle 2: ¿A qué viene llamarle 'teseracto' a lo que toda la vida ha sido un cubo cósmico? En fin...



domingo, 20 de mayo de 2012

Hagan juego con los Pelayos


Tan olvidable como disfrutable, 'The Pelayos', la última propuesta del director Eduard Cortés, se ha convertido en una de las cintas más atractivas que ha dado la cartelera patria en lo que va de año. También recupera la mejor forma del cineasta catalán, una década después de su, posiblemente, mejor trabajo, 'La vida de nadie'.

La filmografía de Cortés es otra buena muestra de lo difícil que es hacer cine en nuestro país, y de que la televisión acaba siendo refugio o lugar de aprendizaje de numerosos directores. Cortés dio sus primeros pasos con un buen número de series vinculadas a la televisión autonómica catalana, TV3, como 'Oh Europa!' (1994), 'Sitges' (1996) o 'La memòria dels Cargols' (1999). Tras dar el salto a la gran pantalla con la magnífica 'La vida de nadie' (2002), tal vez el mejor trabajo de José Coronado e inspirada, como 'The Pelayos', en hechos reales, solo ha rodado un par de películas más y ha seguido más vinculado a la televisión, ya fuese con el apreciable telefilme 'El pallasso i el Führer' (2007) o, más recientemente, con las series de terror juvenil 'Hay alguien ahí' y 'Ángel o demonio'.

Nada que ver con la dramática 'La vida de nadie', en 'The Pelayos' Cortés aborda la historia de la familia de Gonzalo García-Pelayo, que se hizo famosa por desbancar casinos mediante un método legal, basado en las imperfecciones de la ruleta... que ya han sido corregidas. El director opta por un enfoque lúdico, dirigido a un público joven, y firma una comedia intrascendente pero efectiva, en la que el punto dramático lo ponen un curioso triángulo amoroso, la relación entre el patriarca de los Pelayo y su hijo, y el enfrentamiento con 'La Bestia', el director de un casino que se la tiene jurada a Gonzalo.

El principal 'pero' del film es que su propuesta acaba resultando banal, y al parecer la historia original podía haber dado para mucho más. Pero Cortés ha buscado la vía más comercial, y ahí ha de reconocérsele que ha logrado lo que pretendía: una comedia fresca y desenfadada que se disfruta de principio a fin.

En cuanto al reparto, Cortés ha equilibrado la presencia de actores solventes con la de otros que, más allá de su calidad, están ahí para atraer al público más juvenil. De ahí que entre los cuatro actores cuya imagen destaca más en el cartel publicitario estén Blanca Suárez ('El barco'), que apenas luce físico en un pequeño papel, y Miguel Ángel Silvestre ('Sin tetas no hay paraíso'), que borda el clásico papel de tonto descerebrado y bravucón. La aportación de 'El barco' se completa con Marina Salas, también con un breve papel, mientras que Vicente Romero ('Con el culo al aire'), vuelve a demostrar que lo suyo es la comedia.

Romero es sin duda el más destacado del reparto, junto a Eduard Fernández, que curiosamente ni aparece en los créditos del cartel. Él encarna a 'La Bestia', acaparando las escenas de mayor tensión dramática de la película, esas en las que apunta lo que podría haber sido de haber optado por otro enfoque. Fernández actúa además como némesis de los Pelayo, de modo que, por mucha comedia que hagan los demás, sin él no habría film.

En cuanto a los dos Pelayo principales, Lluís Homar como Gonzalo, sigue cumpliendo sobradamente, esperando que le den un papel en el que sacar todo el partido a sus dotes como actor. En cuanto a Daniel Brühl, ese chico que todo lo hace bien, se pone el sombrero y se echa la mayor parte de la película a sus espaldas, saliendo bastante airoso del envite.

Hagan juego, señores, y recuerden, esto no es Scorsese, es Monte Picayo.

sábado, 19 de mayo de 2012

El estreno: Una de miedo


Esta es una de esas semanas en las que los estrenos parecen de saldo. De los USA nos llega la enésima comedia, 'El canguro', y un nuevo thriller con Richard Gere y, al menos aquí, uno de esos títulos tan manidos de telefilme de sobremesa: 'La sombra de la traición'. Entre las propuestas más interesantes encontramos el documental de Álvaro Longoria protagonizado por Javier Bardem 'Hijos de las nubes, la última colonia', sobre la situación del Sáhara Occidental, pero puestos a elegir alguna película...

...pues me arriesgo con 'El ángel entre la niebla', una de esas cintas españolas de bajo presupuesto y actores desconocidos que apenas logran difusión y solo se estrenan en unas pocas salas. Con guión y dirección del vasco Karlos Alastruey, presenta una historia a medio camino entre el terror y la fantasía, protagonizada por una joven traumatizada por la muerte de su hermana. Diez años después de este suceso, y gracias a los poderes de un bosque muy especial, puede regresar al pasado y cambiar lo ocurrido... pero eso no solo la afectará a ella sino a otras personas.

Desde luego cuenta con un trailer de lo más inquietante...

miércoles, 16 de mayo de 2012

Ten cuidado con lo que deseas...



Tenía aún pendiente la penúltima película estrenada por Woody Allen, ‘Conocerás al hombre de tus sueños’, anterior a la aclamada ‘Medianoche en París’. A diferencia de esta, el regreso a Londres del cineasta neoyorquino, tras su experiencia en Barcelona y una parada en su Nueva York, pasó completamente desapercibida. ¿Fueron justos el público y la crítica?

Lo cierto es que la cinta que nos ocupa se inscribe a la perfección en la última etapa de Allen, y combina varios de los elementos presentes en otros films de la misma. Como viene ocurriendo desde ‘Hannah y sus hermanas’, pero sobre todo en su más reciente filmografía, los protagonistas pertenecen a la clase media, tirando a alta, y el cineasta reflexiona sobre sus miserias y alegrías.

Aquí no encontramos un gancho como el viaje al París de los 20 de su última entrega, sino que los personajes deambulan de una manera más previsible y anodina, enamorándose, desenamorándose, y sobre todo, tratando de hacer realidad sus fantasías y deseos.

Una de las protagonistas es una mujer madura, ya iniciando su vejez, a la que su marido acaba de abandonar. Empieza a frecuentar a una vidente, que entre otras cosas le dirá aquello de ‘conocerás a un hombre alto y moreno’, el hombre de tus sueños de la versión hispana, vamos. Pero no solo ella busca al hombre de sus sueños, sino todo el reparto.

Así, su hija, casada con un hombre que no quiere ser padre, empieza a fantasear con su apuesto jefe, mientras su marido lo hace con la nueva y joven vecina. Y tenemos al ex marido de la protagonista, que para sentirse joven se busca a una pareja que podría ser su nieta.

Bajo la apariencia de comedia ligera (aunque en este caso estamos ante una de las películas menos humorísticas de Allen), el cineasta neoyorquino desliza una serie de reflexiones que afloran mejor en un segundo visionado o cuando uno deja reposar el film, que empieza entonces a ganar enteros. El director muestra cómo sus personajes no se enamoran tanto de una persona, como de una idea: buscan alguien o algo que les haga sentirse más jóvenes o que les saque de la rutina en que se ha convertido su vida.

Y ahí, a diferencia de su anterior película, ‘Si la cosa funciona’, que mostraba a un Allen optimista, con un protagonista sarcástico y con una visión más bien oscura de la vida, pero cuyo mensaje final era algo así como que cada uno busque aquello que le hace feliz, ‘si la cosa funciona’, aquí aparece su lado más cáustico y desesperanzado, y es que la mayoría de los personajes de ‘Conocerás al hombre de tus sueños’ acaban mostrando su lado más ruín, lo que pondrá en peligro sus sueños, hasta desembocar en un triple desenlace abierto no demasiado halagüeño para determinados protagonistas.

Una de las tramas, por cierto, acaba con un giro inesperado, donde Allen vuelve a esos toques de cine negro que ha empleado, con mayor o menor acierto, en toda su etapa londinense, desde la perfecta ‘Match point’ a la menos lograda ‘El sueño de Cassandra’, pasando por la desternillante ‘Scoop’. Y es que parece que Londres saca al director de cine negro que Allen lleva dentro.

No está ‘Conocerás al hombre de tus sueños’ entre lo mejor del cineasta, desde luego, pero oculta más de lo que parece a simple vista y no desmerece tanto de ‘Medianoche en París’, aunque carece de su encanto. Lo que sí tiene es un reparto de lujo en el que brillan especialmente Anthony Hopkins y Naomi Watts, que retratan a sus personajes a la perfección, muy especialmente el primero, que podría limitarse a la imagen de viejo verde que ofrece al principio, pero luego muestra la amplia gama de matices de un personaje mucho más rico. Watts, por su parte, es la que parece haber entendido mejor el propósito de Allen, con un personaje al que vemos evolucionar desde una apariencia despreocupada al descubrimiento de los dramas que oculta su vida y que le acaban explotando de golpe.

El reparto estelar, y absolutamente internacional, lo completan un apuesto, y poco más, AntonioBanderas, una guapísima, y poco más, Freida Pinto, y Josh Brolin, con su habitual intensidad, aunque algo perdido, al igual que su personaje, lo que tal vez sea en este caso una virtud. Por cierto que el personaje de este último sirve para que Allen reincida en otra de sus constantes, que también lo es de otros autores como Stephen King (y no os extrañéis de que últimamente este escritor aparezca una y otra vez por el blog, porque pronto acaparará todo el protagonismo): hacer que uno de sus personajes sea un escritor para reflexionar sobre los mil aspectos que afectan al proceso de crear una obra literaria. Y recordemos que el protagonista de 'Medianoche en París' es, de nuevo, un escritor, aunque en este caso diría que la reflexión es más interesante y profunda en 'Conocerás al hombre de tus sueños'.




El detalle: El personaje de la joven pareja de Hopkins iba a ser interpretado inicialmente por Nicole Kidman, que hubiera completado un reparto ya absolutamente de vértigo. Supongo que huyó en cuanto leyó el guión y vio que se trataba de una nueva variación de la prostituta corta de luces a la que dio vida magistralmente Mira Sorvino, y otras similares que han ido apareciendo en la filmografía de Allen. Imagino que pensó que daría una imagen estúpida y ordinaria que no favorecería a su prestigio. Puestos a imaginar, dudo que hubiera sido tan creíble como la actriz que asume finalmente este rol, Lucy Punch, aunque con su afición al botox hubiera tenido mucho camino hecho.


PD: Por cierto, no habrá nueva temporada de 'Alcatraz', así que... nos quedamos sin saber qué pasó en la isla. Es lo malo de este tipo de series a lo JJ Abrams: si la audiencia no responde, las incógnitas se quedan ahí para toda la eternidad. Cierto que para tirarse seis temporadas y acabar como 'Perdidos'... Al menos tendremos quinta temporada de 'Fringe', que parece que ahora sí será la última y cerrarán todas las tramas. Esperemos que estén más inspirados que en la famosa isla...

domingo, 13 de mayo de 2012

Jennifer Lawrence gana en los juegos del sopor



No, ‘Los juegos del hambre’ no es tan mala como puede hacer pensar el titular, pero está muy lejos de lo que podía haber sido, ese es el problema. No conozco el libro en el que se basa el film, por lo que no voy a comparar, pero desde luego la idea daba para mucho más. Así que le echaremos la culpa a Gary Ross, que volvía a dirigir una década después de ‘Seabiscuit’ y 15 años después de ‘Pleasantville’, y que también se ha encargado del guión, junto a la autora del libro, Suzanne Collins, aunque buena parte del mediocre resultado final se deba a la obsesión por hacer una película para todos los públicos.

Muy lejos de ‘John Carter’, por ahora el auténtico blockbuster de palomitas de 2012 (y cuyo fracaso creo que solo se explica por una pésima promoción por parte de Disney, y el hecho de que sea un personaje muy poco conocido por el público actual, a diferencia de Spiderman, Batman, Vengadores, Alien o los hobbits, protagonistas de los grandes estrenos que vienen), ‘Los juegos del hambre’ carece por completo de épica, incluso cuando llega un conato de rebelión popular, y en ningún momento parece una superproducción, con unas vistas exteriores del Capitolio hechas por ordenador y más de la mitad del metraje en un bosque.

La película tenía más posibilidades como drama de crítica social, y por ahí parece que vayan los tiros al principio, con la contraposición entre el distrito (léase estado o comunidad autónoma) de la protagonista, atrasado, con los hombres trabajando en las minas o en el campo y apenas nada que comer, y el Capitolio, el estado que ganó la guerra y tiene a los demás sometidos, con una tecnología de ciencia-ficción y riquezas sin fin… aunque depende de los recursos del resto para sobrevivir y por eso los tiene sojuzgados.

Los Juegos del Hambre son el circo romano de ese futuro alternativo, donde el lema 'los que van a morir te saludan' es sustituido por el estúpido 'que la suerte esté siempre de tu parte'. Un pasatiempo televisivo para los ricos (con un gusto hortera a más no poder para vestir…) a modo de Gran Hermano, en el que participan 24 jóvenes, dos de cada distrito que se sublevó, quienes luchan a muerte hasta que solo queda uno.

Hay algunos apuntes, y los mejores corresponden a Donald Sutherland, como el dictador de este mundo. En el mejor de ellos explica que hay un vencedor para dar esperanza a la gente, no tanta como para provocar una rebelión, pero sí la suficiente para evitar una rebelión por no tener nada que perder. Algo que los ricos aprendieron ya hace tiempo con la revolución francesa, cuando el pueblo moría de hambre en las calles mientras el rey montaba fastuosas fiestas en palacio… hasta que la gente se fue a por él y le cortó la cabeza. Algo similar ocurrió en Rusia, pero en nuestros días es más complicado, porque se había creado un estado del bienestar que parecía garantizar unos mínimos a todos… algo que empieza a estar en cuestión.

La película de Ross (el director de 'Pleasantville' ni aparece ni se le espera) apenas profundiza en ello, aún menos que ‘In time’, superior a esta cinta en dicho aspecto. Como tampoco se aprovechan todas las posibilidades que da este sangriento Gran Hermano. Esta parte está más explotada, y resulta magistral ver cómo el público responde cuando surge un romance entre dos de los participantes, lo que les hace ganar popularidad. Pero estamos hablando de un programa televisivo en el que los concursantes… mueren de manera violenta, y ahí es donde falla la cinta.

Falla porque mueren, una y otra vez, niños, y eso no queda muy bien en pantalla si queremos llenar los cines de adolescentes. Así que Ross recurre de manera torpe a la cámara al hombro para que la pantalla se mueva y se emborrone, restándole dramatismo y seriedad al film. Nada que ver con los recursos poéticos que utiliza Spielberg en ‘War horse’ para que todas las muertes ocurran fuera de plano… al margen de que eso es lo que ocurre porque en esos momentos no está presente el protagonista del film, el caballo.

‘Los juegos del hambre’ acaba incluso pecando de aburrimiento, con la mitad del metraje esperando a que empiecen los Juegos y el resto mostrando el enfrentamiento entre los 24, sin trasladar en ningún momento (vale, hay uno) la brutalidad de que la gente se divierta viendo a niños matarse entre sí… hasta un desenlace cerrado que solo hace esperar que esto haya sido el primer acto, el prólogo, y que la cosa se ponga mucho más interesante en el segundo capítulo de la trilogía, ‘En llamas’. De lo contrario, estaremos ante un nuevo bluff. Por cierto, ya queda claro qué significa el título de la segunda entrega.

A pesar de todo, la película no se hace larga aunque dura dos horas y cuarto, y se sigue con cierto interés. Algo que se debe, única y exclusivamente, al extraordinario trabajo de su protagonista, Jennifer Lawrence, que se echa todo el film a sus espaldas y lo sostiene de manera admirable, aportándole intensidad a cada escena, algo en lo que naufraga Ross una y otra vez.

En cuanto al resto del reparto, tenemos el mismo problema que la película. El mejor caso es el del personaje de Woody Harrelson, del que estamos todo el tiempo esperando que confiese que se ha convertido en una esponja humana, un borracho sin remedio, por el trauma de haber tenido que matar a otros niños para ganar los Juegos. Una escena que nunca llega, restando profundidad a su personaje y fiándolo al buen hacer del actor, que sí le aporta ese carisma que falta en el guión. Lo mismo puede decirse del estilista, que se salva porque ahí está Lenny Kravitz, y mientras Stanley Tucci se luce como presentador de los Juegos, el otro presentador, Toby Jones, casi ni sale, y Wes Bentley, como el director del programa, apenas es una excusa para las eficaces intervenciones de Sutherland.

Al final lo que podía haber sido una gran película se queda en espectáculo tirando a aburrido y desde luego instrascendente. ¿Cuál será el argumento de la secuela? Esa será la clave, aunque las prisas que está dando la productora para seguir explotando este filón comercial no presagian nada bueno. Ross se ha descartado por ello mismo, así que habrá que ver quien se pone a los mandos. Al menos seguirá Jennifer Lawrence…

viernes, 11 de mayo de 2012

El estreno: Depp saca del ataúd a Barnabas Collins


En 1965 Dan Curtis tuvo un sueño sobre una misteriosa joven que iba en un tren. Ese fue el origen de 'Dark Shadows', serie de culto que se emitió en los USA entre 1965 y 1971 y alcanzó los 1.225 episodios. Empezó como una típica telenovela, pero al cabo de medio año de emisión empezó a introducir elementos sobrenaturales y tras el primer año hizo su debut el personaje del vampiro Barnabas Collins, lo que disparó su popularidad.

Objeto de un par de remakes (el de 1991 con Ben Cross como Barnabas), ahora salta al cine de la mano de Tim Burton y con Johnny Depp asumiendo el rol del vampiro. Al parecer el actor soñaba con ser como él de niño (lo que explicaría muchas cosas...), y por lo visto ha sido el máximo impulsor de este proyecto, que cuenta con un reparto de lujo en el que destaca Eva Green en una faceta cómica que nunca habíamos visto, pero también Michelle Pffeifer, Helena Bonham Carter o Chloe Moretz, otra de las niñas de Hollywood que vienen pisando fuerte.

El argumento nos presenta a Barnabas reapareciendo en los locos 70 y enfrentado a la bruja que le convirtió en vampiro. La duda es si la propuesta de Burton será divertida o una mamarrachada. Si es lo primero, tendremos de vuelta al director de 'Bitelchus', si es lo segundo (me temo...), será la confirmación de que Burton hace tiempo que dio lo mejor de sí. No en vano no factura una obra maestra desde 'Ed Wood', en 1994, y tocó fondo con 'El planeta de los simios' en 2001. Exceptuando la brillante cinta de animación 'La novia cadáver' (2005), su filmografía reciente abunda en remakes como la fallida 'Charly y la fábrica de chocolate' (2005) y adaptaciones televisivas como la que nos ocupa, y solo ha brillado con guiones ajenos, como 'Big fish' (2003) o una 'Alicia en el País de las Maravillas' (2010) en la que renunciaba a buena parte de su imaginario en favor de Disney.

Y es que Burton es, con los Coen, el otro gran bluff de Hollywood (bueno, sin olvidarnos de Tarantino...). Queda muy bien ensalzarlos por 'diferentes' pero están muy, muy sobrevalorados. Claro que destacan al lado de Michael Bay y tantos otros, pero si la comparación es con los grandes, los Lubitsch, WilderLean, Ford, Hawks, Capra, Coppola, Scorsese, Spielberg, Allen... Pues eso.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Bienvenidos a la casa del terror de Ryan Murphy



Sin duda una de las mejores series de los últimos meses ha sido ‘American Horror Story’, así que no extraña que haya sido renovada en los USA. Una serie de terror que tiene como uno de sus creadores (el otro es Brad Falchuck) a Ryan Murphy, director de films como ‘Come, reza, ama’, y responsable de series tan rompedoras como ‘Nip/tuck’ o el fenómeno musical ‘Glee’.

El sello de Murphy queda bien patente en su nueva criatura, lo que significa que además de terror tenemos mucho sexo, y enfermizo a poder ser. ‘American Horror Story’ aprovecha todos los referentes que puede, desde ‘La semilla del diablo’ a ‘La dalia negra’ pasando por Frankenstein o los tiroteos masivos en institutos, por no hablar de fragmentos musicales míticos del 'Drácula' de Coppola o 'Kill Bill'. Pero también encontramos fantasmas gays (a alguien tenía que ocurrírsele esta idea…), sexo entre fantasmas y humanos, un misterioso hombre enmascarado y vestido por completo de látex o un personaje que tiene la mitad de la cara quemada.

Pero más allá de sus extravagancias y sus apuntes caricaturescos, ‘American Horror Story’ es una gran historia de terror, digna del mejor Stephen King, con una casa encantada que no tiene nada que envidiar al hotel Overlook y cuenta con una larga historia de muertes y horror que empieza en los años 20 e iremos conociendo poco a poco (atentos al prólogo de cada capítulo), al igual que las relaciones entre los distintos personajes que van apareciendo… y cuidado, porque no todos dicen la verdad.

La otra clave de la trama pasa por llevar a sus últimas consecuencias lo que ya apuntaron como pioneras ‘El sexto sentido’ y ‘Los otros’: que la acción combine fantasmas y personas vivas sin que quede muy claro en qué bando está cada personaje. Así, poco a poco el espectador va descubriendo qué ocupantes de la casa están vivos y cuáles no, así como las intenciones de estos últimos.

Pero ‘American Horror Story’ es ante todo la historia de una familia, un matrimonio y su hija adolescente que tratan de recomponer su vida después de un aborto y una infidelidad. Los miedos de los que nos habla esta serie son los de una mujer que teme perder a su marido, un hombre que teme no ser un buen cabeza de familia. Miedos cotidianos, mucho más fuertes que el miedo a un monstruo que acecha en la oscuridad.

Y, bueno, sí, la estrella es Jessica Lange, en una madurez extraordinaria, como el gran personaje de la serie, la vecina de los protagonistas, dama sureña de las de toda la vida, más diva que nunca, en un papel que le ha valido numerosos premios.

A su lado, la familia protagonista peca de sosa, aunque habrá que prestar atención a la joven TaissaFarmiga, la hermana de Vera. Y eso sí, imposible olvidar las apariciones de Zachary Quinto, el 'Sylar' de ‘Héroes’, el nuevo Spock, como fantasma locaza que acapara el protagonismo cada vez que aparece.

Atreveos a entrar en la Casa del Crimen. Seguro que lo pasais de miedo.



El detalle 1: De manera bastante infrecuente en estos tiempos, ‘American Horror Story’, serie de una única trama a lo ‘24’ o ‘Perdidos’, cierra de manera convincente su primera temporada de 12 episodios, y por lo visto, en cada temporada contará una historia diferente. Lo tienen difícil para sorprender tanto como en esta primera entrega, aunque, eso sí, seguiremos disfrutando de Jessica Lange y Zachary Quinto… en nuevos papeles.

El detalle 2: Lo de la desastrosa programación de series USA en nuestro país cada vez es más habitual. Cuatro lanzó esta serie a bombo y platillo, pero como la audiencia no respondió, tras los 7 primeros capítulos la cambió de día y la pasó del primer time a la medianoche… para dejar sin emitir (que yo sepa) los tres últimos episodios. En fin.

domingo, 6 de mayo de 2012

'Green zone': buena denuncia, film mediocre



‘Green zone’ fue la tercera película protagonizada por MattDamon bajo la dirección de Paul Greengrass y la primera de ellas en la que el actor no interpretó a Jason Bourne. Greengrass volvió a demostrar su capacidad para dirigir thrillers de acción sin aliento, casi con la cámara al hombro, en los que dosifica una gran cantidad de información mientras la acción se sucede a ritmo vertiginoso. Pero aquí no tenía un guión a la altura del de sus dos entregas de Bourne.

El film, en la misma línea que ‘Caza a la espía’, del que ya nos ocupamos en el blog, vuelve a denunciar cómo el gobierno Bush Jr. manipuló a la opinión pública con las inexistentes Armas de Destrucción Masiva (ADM) para justificar la invasión de Irak. En este caso lo hace sobre el terreno, en plena guerra, retratada magistralmente por el cineasta, hasta el punto que parece que sea un documental. Y es que en esto, en Hollywood son los amos.

El papel central recae en el personaje de Damon, un soldado que dirige una de las unidades destinadas a buscar las ADM… y que empieza a mosquearse porque ninguno de los soplos que reciben les conduzca a armas algunas. Mientras sus superiores le ordenan que siga a lo suyo, encontrará un aliado en un miembro de la CIA, que sirve para mostrar a quienes eran partidarios de una alianza con los hombres fuertes de Sadam para evitar lo que ha ocurrido después, que el terrorismo campara a sus anchas en Irak.

En el bando opuesto, un miembro de la administración que dirige las operaciones sobre el terreno trata de obstaculizar los intentos de Damon por sacar a la luz la verdad, mientras tenemos también el punto de vista de una periodista que publicó que había ADM en Irak, según había revelado al Gobierno norteamericano un confidente secreto en las filas del Sadam.

Lo que sigue puede considerarse SPOILER, pero también es cierto que todos sabemos cómo acabó lo de las ADM y si habéis visto el tráiler, pues eso. Damon descubre que el misterioso confidente negó la existencia de ADM pero quien se entrevistó con él, el miembro de la administración que intenta frenar a Damon, dijo al Gobierno que le había dicho todo lo contrario. Así que todos buscan al confidente, unos para matarlo y hacerle callar, y otros para revelar la verdad.

La cinta cumple como cine-denuncia y también como peli de acción, salvo si no os va el rollo militar. Pero acaba resultando demasiado lineal y esquemática, y sus personajes también son demasiado planos y predecibles. Buen pulso de Greengrass, aquí más en la línea de ‘United 93’, más directo pero menos intrigante que en Bourne.





El detalle: Las mejores frases de ‘Green zone’ corren a cargo de los iraquíes. Cuando el personaje de Damon se encuentra finalmente con el confidente y de qué ocurrió en la famosa reunión, dice: ‘Ese hombre mintió y por eso estamos en Irak’. A lo que el confidente repone: ‘Tu Gobierno quería creer esa mentira, por eso estáis aquí’. Y ojo a otra sentencia sin desperdicio del confidente, cuando el soldado le recuerda que ya les han derrotado: ‘Creéis que habéis ganado la guerra porque estáis en Bagdad. Ni siquiera ha empezado’. Más profético imposible.

Pero la mejor es la que le dice al soldado protagonista el civil iraquí que le ayuda en su investigación: ‘No sois vosotros quienes tenéis que decidir lo que debe pasar aquí’. Y ahí reside la clave de todo.

sábado, 5 de mayo de 2012

El estreno: Cine histórico a la francesa


Posiblemente ahuyentados por los recientes estrenos de 'Los Vengadores' y 'Los juegos del hambre' (5,5 y 3,5 millones de euros, respectivamente, en su primer fin de semana), no hay estrenos potentes esta semana, aunque tenemos hasta nueve títulos que se incorporan a la cartelera, como la española 'El sexo de los ángeles', la oriental 'El hombre sin pasado' o, sí, la cuarta entrega de 'American Pie'.

Pero el cine francés vuelve a llevarse la palma con, si no me fallan las cuentas, tres estrenos, que aspiran a reeditar el éxitazo de 'Intocable', que lleva dos meses aguantando en la cartelera y casi alcanza el millón de euros solo en el último fin de semana. El aspirante con mayor pedigrí es 'Adiós a la reina', una nueva mirada a los últimos días de María Antonieta, después de la que nos mostró Sofía Coppola en la cinta protagonizada por Kirsten Dunst.

Bajo la dirección de Benoit Jacquot, el punto de vista es en esta ocasión el de la lectora de María Antonieta, interpretada por una Lea Seydoux cada vez más omnipresente, mientras que Diane Kruger, como la reina, aporta el toque internacional. Completa el espectacular, y bellísimo, reparto femenino Virginie Ledoyen, como la amante de la soberana en una cinta histórica que nos cuenta los tres últimos días de María Antonieta.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Clooney endulza el drama del despido



‘Up in the air’ logra eso que parece tan difícil que es hablar de la actual crisis económica con una sonrisa. Es su mayor logro, y aunque desde luego no está entre las mejores películas que ha interpretado George Clooney y es un film bastante sobrevalorado, se ve de manera agradable, aunque a ratos resulte incómodo.

Clooney interpreta a Ryan Bingham, que trabaja para una empresa dedicada a notificar el despido cuando el empresario que ha decidido prescindir de su trabajador no se atreve a hacerlo. Tal como dice el jefe de Bingham, ‘la industria del automóvil va mal, el negocio inmobiliario peor… se abren grandes oportunidades para nosotros’. Así de claro.

Por si fuera poco, la revolución en el trabajo de Bingham vendrá de una jovencita recién salida de la facultad, Natalie, quien, en plena era de las redes sociales, ve innecesario que Bingham y sus compañeros derrochen el dinero de la empresa volando día tras día hasta donde se encuentra la empresa que requiere sus servicios, cuando a la gente se la puede despedir… vía videoconferencia.

Bingham es el único que se opone a una medida que no puede ser más denigrante: que te despidan sin ni siquiera la decencia de decírtelo a la cara, en persona. Así que por el momento Natalie le acompañará para aprender del mejor hasta que se aplique el nuevo sistema.

Siempre en tono amable, y teniendo como contrapunto las escenas de despidos, en su mayoría reales, donde queda patente el auténtico drama de esta crisis, la cinta aborda otra trama ya clásica en el cine norteamericano: cómo el protagonista se cuestiona su modo de vida para evolucionar/redimirse.

Y es que Bingham se ha montado su vida de manera que no tiene hogar, literalmente: pasa casi todo el tiempo viajando, ha convertido aeropuertos y hoteles en su casa (con la aspiración de llegar a los 10 millones de millas viajadas) y evita cualquier tipo de relación social, incluidas sus dos hermanas, a las que apenas ve. Incluso da conferencias en las que recomienda quitarse el peso vital de posesiones y relaciones para ser más libre.

La aparición de Natalie (ojo a la escena en la que ella siente en sus carnes qué es que te despidan vía sms, aunque no es eso lo que le pasa a ella) y el inicio de una relación, en principio de meros encuentros sexuales sin compromiso alguno, con otra viajera habitual, Álex, unido a la boda de su hermana menor, le harán replantearse por completo su manera de ver la vida, preguntándose si habrá estado equivocado.

Clooney cumple con su solvencia habitual y el film tiene la suerte de contar con una Vera Farmiga más espectacular que nunca, y unos secundarios más que eficaces, además de la revelación que supone Anna Kendrick, perfecta en su réplica como Natalie. JasonReitman se muestra ágil y acertado en la dirección, aunque no tan inspirado en el guión, adaptando la novela de Walter Kirn. Y sí, ‘Juno’ era mejor.

Por último, antes de los SPOILERS, recomendaros que no os perdáis las impresionantes panorámicas aeréas que se suceden cada vez que los protagonistas llegan a un nuevo destino.




SPOILERS
Al menos el final de la película huye de lo habitual en estos casos, y por ello resulta de lo más descorazonador. Bingham ve lo vacía que está su vida y se la juega, dispuesto a formar una familia con Álex… opción que le es negada, en lo que considero una vil artimaña del guionista, puesto que nada, en absoluto, de lo que sabemos hasta ese momento de Álex cuadra con la revelación que precipita el desenlace. Y después de que hayamos sido testigos de cuán dramático puede ser un despido, Bingham vuelve a su rutina habitual, a pesar de que, ahora sí, es consciente de cuán vacía es... o de cuánta razón tenía al rechazar cualquier relación estable.