miércoles, 31 de agosto de 2011

Abrams, aprendiz de Spielberg

J.J. Abrams aún no es Spielberg. Y ‘Super 8’ no es ‘ET’, pero a pesar de quedarse lejos de su modelo es probablemente el mejor blockbuster de este verano, el único que ofrece cine de verdad y que a los treintañeros nos recuerda aquellos veranos que pasamos viendo pelis como la del entrañable extraterrestre, ‘Los Goonies’ o las aventuras de Indiana Jones: aventura, espectáculo y emoción en estado puro.

Después de dos espectaculares capítulos en pantalla grande de ‘Misión: Imposible’ y ‘Star Trek’, Abrams ha abordado su proyecto más personal, aunque este homenaje al cine de Spielberg y al propio cineasta (imposible no ver en el grupito de protagonistas al director de ‘Tiburón’ y a sus compañeros de promoción Lucas y Coppola) acaba siendo excesivamente deudor del universo de Spielberg, de modo que la asignatura pendiente del creador de ‘Perdidos’ y ‘Fringe’ sigue siendo dar con un tono y un universo propio.

Mientras llega ese momento, se muestra casi tan hábil como su maestro a la hora de llevar al espectador a donde quiere, aunque aún no domina por completo el ritmo y se le va la mano en el tramo final con los efectos especiales. También se muestra mucho menos sutil que Spielberg en el desenlace, donde recurre a un simbolismo excesivamente ramplón, que funciona, pero queda como un subrayado excesivo “para espectadores tontos”. Igual es que el público actual está acostumbrado a que se lo den todo bien mascado. Ya me entenderéis.

En cuanto al monstruo, olvidaos de él. La película no trata de eso. Si ‘ET’ era en realidad un film sobre cómo un niño afronta el divorcio de sus padres y vive ese momento en el que se deja atrás la infancia, ‘Super 8’ aborda cómo el protagonista supera la muerte de su madre y la difícil relación con su padre, mientras vive el primer amor y comparte con sus amigos el sueño de hacer cine.

El monstruo es secundario, y como tal es la parte más floja de la película, la menos trabajada en el guión. Un guión al que tal vez le falta media hora más para acabar de desarrollar la parte de los niños, y en especial darle más personalidad a parte de la pandilla. Y es que quitando al protagonista y al director del corto -los dos grandes amigos-, la chica y el divertido ‘pirómano’ (ya lo entenderéis), los otros dos niños sobran por completo ya que no aportan nada.

Pero para compensarlo está Elle Fanning, que interpreta a Alice, esa niña con la que el padre del protagonista no quiere que su hijo tenga ninguna relación (un ‘misterio’ que se resuelve en uno de los mejores momentos del film). La joven actriz se come la pantalla cada vez que aparece y es lo mejor de la película. De hecho, sin ella no habría película, argumentalmente hablando. Va a dar mucho que hablar.

Sí, ‘Super 8’ podría haber sido mejor, pero esa película ya existe y se llama ‘ET’. Tal como está Hollywood ahora mismo, podemos darnos un canto en los dientes con que Abrams nos regale una pequeña maravilla como ésta, y también sentirnos afortunados por haber disfrutado en su momento con la obra maestra de Spielberg.

Y sí, la cinta de Abrams parece un mecano en el que todo -o casi- está en su sitio para funcionar como debe y, bajo la supervisión de Spielberg (que es quien paga), repetir el bombazo de ‘ET’, pero lo cierto es que consigue transmitir todos los sentimientos de esos adolescentes que viven la aventura de sus vidas: salvar a la chica del alien y sobrevivir entre mil explosiones, pero también crecer, hacer cualquier cosa por sus amigos y aprender a lidiar con sus padres. En suma, vivir. Esa es la gran aventura.




PD: Y no os perdáis los títulos de crédito finales, porque disfrutaréis con el corto que los chicos ruedan durante la película. Una de zombis muy especial…

domingo, 28 de agosto de 2011

La forja de un estratega

‘El juego de Ender’ era uno de los libros que tenía pendientes de comentar en el blog. La novela más popular de su autor, Orson Scott Card, hace honor a su fama, y es una de las mejores obras de ciencia-ficción que he leído. Ciencia-ficción de la buena, de la que conjuga la espectacularidad de las space-operas con las reflexiones sobre el futuro de la humanidad y el sólido tratamiento de los personajes.

Sin duda, lo mejor del libro es su protagonista, Andrew Wiggin (que se gana el apodo de Ender, 'el finalizador'), con un tratamiento psicológico impresionante. Cierto es que ‘El juego de Ender’ se basa en un relato corto del propio Scott Card, que ya contiene lo esencial de la novela, pero en ésta aprovecha para desarrollar por completo a su personaje central, así como a sus hermanos, la dulce Valentine y el psicópata Peter, los tres vértices que sustentan la trama.

En un mundo en el que la humanidad, aún dividida en dos grandes bandos (a imagen y semejanza de la guerra fría), se enfrenta a una raza extraterrestre, los insectores, el ejército entrena desde niños a quienes dirigirán sus batallones interestelares. Ender, con 6 años, es la gran esperanza, el elegido para convertirse en el líder estratega que les conduzca a la victoria. Y por ello será adiestrado de manera implacable, sin importar que solo sea un niño.

Página a página asistiremos al aprendizaje de Ender y a su tormento interior, a los magníficos diálogos entre sus instructores acerca de lo que le espera con los que se abre cada capítulo. Scott Card dosifica la información de manera perfecta para ir acrecentando el interés del lector, como ocurre con la mítica batalla en la que el mejor estratega humano derrotó por primera vez a los insectores, y de la que no lo sabremos todo hasta avanzado el volumen.

Asistimos al crecimiento de Ender, a todos sus sacrificios y la lucha de su personalidad por salir indemne del peligroso juego en el que le han involucrado, conociendo de primera mano todos sus pensamientos y sentimientos. Pocas veces un personaje literario me ha parecido tan real.

En mi caso el libro solo falla en las sucesivas batallas-juegos en las que los niños aprenden a combatir, tal vez demasiado técnicas, aunque en algún caso con desenlace espectacular y sorprendente, ya que Ender cuestiona todas las reglas que los demás dan por inamovibles. Pero es cuando interactúan los tres hermanos cuando el libro alcanza sus mayores cotas, no en vano Peter y Valentine acaban siendo tan decisivos para el destino de la humanidad como el propio Ender.

El libro de Scott Card, publicado por primera vez en 1977, ya habla de limitar los nacimientos por ley (Ender es un ‘tercero’, una excepción permitida por el Gobierno) y se adelanta varias décadas en su visión de los ordenadores y de internet, sobre todo las redes sociales, aunque haya quedado desfasado en cuanto a su descripción de los videojuegos.

Pero por encima de todo, ‘El juego de Ender’ contiene uno de los mayores alegatos pacifistas: quizás deberíamos tratar de entender al otro en lugar de atacarle.

PD: Mucho se ha hablado de una adaptación cinematográfica de ‘El juego de Ender’ que sigue sin llegar, y que estuvo a punto de protagonizar el niño de ‘El sexto sentido’. Mientras, Scott Card lleva años exprimiendo su gallina de los huevos de oro con continuaciones y sagas paralelas. La primera secuela fue ‘La voz de los muertos’, que repitió los premios Hugo y Nébula, los más importantes en literatura de ciencia-ficción, que ya obtuvo ‘El juego de Ender’. Y dado lo mucho que he disfrutado este libro, acabará cayendo, aunque lo tiene difícil para igualarlo, ya que lo que no volveremos a ver es la peculiar infancia de Ender, cómo un niño se convierte en el estratega invencible.

Y ahí os dejo con lo que podría ser este libro en versión para la pantalla grande, gracias a un fan.


viernes, 26 de agosto de 2011

El estreno: El mejor anfitrión os aguarda

Otras semana con estrenos poco masivos, a excepción de la quinta (increíble pero cierto) entrega de 'Destino final'. Que sagas como ésta, 'Saw' o 'Fast and furious' sigan creciendo da mucho que pensar del Hollywood actual. También tenemos alguna comedia española subida de tono ('Lo contrario al amor') y alguna comedia italiana con tan buena pinta como las últimas que nos han llegado de dicho país ('Gianni y sus mujeres'). Pero quien se lleva el gato al agua es un anfitrión muy especial.

'El perfecto anfitrión' tiene pinta de combinación entre 'El guateque', 'La cena de los idiotas' y algún film de serial killers. Su mayor peligro es que está basada en un corto del mismo autor, lo que puede acabar dando la sensación de argumento excesivamente estirado. Un argumento que arranca cuando un atracador trata de ocultarse de la policía y se hace pasar por otra persona para ocultarse en una casa. El problema es que su propietario le va a dar una buena sorpresa.

Comedia negra bastante ácida, 'El perfecto anfitrión' también tiene una pinta bastante teatral y un arranque de cara a cara entre dos personajes para luego ampliar el elenco. Y por encima de todo, y por ello ha sido la elegida de esta semana, ese 'perfecto anfitrión' no está interpretado por otro que David Hyde Pierce, es decir, Miles, el mítico hermano de Frasier en la serie homónima, una de mis comedias favoritas de todos los tiempos, quien parece que ha encontrado en este film un vehículo para su total lucimiento. Y si no, echadle un vistazo al tráiler.


miércoles, 24 de agosto de 2011

Su nombre es John Constantine

Seguid mi consejo. Si queréis conocer a John Constantine, mejor leed los cómics. La peli no está mal, pero… Veamos, el gran problema de ‘Constantine’ es el guión, una de esas extravagancias con ángeles y diablos y sin pies ni cabeza, que parecen proliferar en el Hollywood actual. A favor, un presupuesto de superproducción, un director que sabe sacar el máximo partido a lo poco que le han dado… y un gran reparto.

Por ahí es donde se salva la película. Rachel Weisz se convierte en la gran baza, tan creíble como siempre aunque el film sea un despropósito. Pero cada vez que aparece ella, te olvidas del estúpido argumento y casi parece que la película sea buena. Casi, casi, vale lo mismo para Keanu Reeves. Una de las paradojas de ‘Constantine’ es que, argumentalmente, tiene muy poco, por no decir nada, que ver con el original del cómic. (Debo aclarar que no me he leído ni un solo número de ‘Hellblazer’, la serie que narra sus aventuras, pero sí me he leído toda su participación en ‘La cosa del pantano’, la serie en la que apareció por primera vez). Y, sin embargo, la personalidad, el tono del personaje sí está captado con bastante veracidad, y Keanu Reeves lo hace suyo con bastante acierto. Incluso diríamos que era el único actor capacitado para ello…

…dejando de lado que Constantine fue creado porque el dibujante Stephen Bissette quería dibujar a alguien con los rasgos de Sting, de modo que, si tenemos en cuenta que Gordon Sumner ha hecho sus pinitos cinematográficos, hombre, quizás no hubiera sido mala idea…

Otra nota positiva del film son sus secundarios, por poco que aparezcan, como un jovencísimo Shia Labeouf como taxista, Djimon Hounsou, Peter Stormare como el mismísimo diablo o la siempre extraña Tilda Swinton como el ángel Gabriel. Todos ellos contribuyen a hacer más llevadero el film, siempre que no te preocupe el argumento y cerrando los ojos cada vez que Constantine coge su arma mata-diablos. En fin.

Lo de siempre. Pudo haber sido peor, sobre todo con otro reparto, aunque desde luego no le hace ninguna justicia al original y se queda muy por debajo de las expectativas. Digamos que, si no eres fan de Keanu Reeves o Rachel Weisz, mejor abstenerse.

El detalle: En la masacre final de diablos, diría que una de ellos es Michelle Monaghan, que coincidiría con Labeouf en ‘La conspiración del pánico’. Aquí sale unos cinco segundos… como mucho.


domingo, 21 de agosto de 2011

No estaban muertos, estaban de parranda

SPOILERS a mansalva, avisados estáis.

La muerte y resurrección de personajes, a cuál más totémico, se ha convertido en una rutina en los cómics norteamericanos durante los últimos años, en lo que casi parece una competencia entre Marvel y DC a ver quien se carga a más superhéroes. Dos de las que han generado más polémica, por tratarse de los pesos más pesados de cada casa, han sido las del Capitán América y Batman, hasta el punto de que, como suele ocurrir en estos casos, la noticia ha saltado a la primera página de los medios más importantes, llegando hasta aquellos que no siguen habitualmente los cómics. Y como cabía esperar, ninguno ha permanecido criando malvas mucho tiempo. ¿Ha valido la pena la operación de marketing?

Dejando de lado los aspectos comerciales de la aventura, en el aspecto creativo me ha dejado bastante más satisfecha la historia de Batman, así que empezamos por el Capi. ‘Captain America Reborn’, miniserie de 6 números, está guionizada por Ed Brubaker, uno de los mejores guionistas de Marvel en la actualidad, y que además, según dicen, lleva varios años escribiendo la mejor etapa del Capitán América en toda su historia. Aquí, sin embargo, no anda demasiado fino.

Steve Rogers, el Capi original, fue asesinado por un francotirador tras el final de la Civil War y desde entonces ha sido su antiguo compañero Bucky Barnes quien se ha enfundado el traje del Centinela de la Libertad. Pero ahora descubrimos que no murió… y la premisa de Brubaker es más que rebuscada, incluso menos creíble que la de Batman, de la que ya hablaremos. Más o menos, lo que ocurrió fue que, en un plan de su archienemigo Cráneo Rojo, la mente de Rogers fue enviada a viajar en el tiempo ¿? con el fin de que el malvado pueda meter su mente en el cuerpo del Capitán América ¿?

Y ahí tenemos la excusa para una interminable sucesión de flashbacks destinados a recordarnos los mejores momentos en la carrera de Rogers: su origen, tal como lo hemos podido ver en la película, su participación en la batalla de Normandía, el momento en el que Namor lo encuentra congelado en hielo dando origen a Los Vengadores, y algunas de las batallas más memorables del grupo. Cierto que estas escenas son las mejores de la saga, sobre todo en cuanto a dibujo, pero en el fondo no sirven más que para alargar una historia que se podría haber resuelto en muchos menos números, algo que se hace patente en la trama central, donde los amigos del Capi se enfrentan a Cráneo Rojo, al Doctor Muerte y a Norman Osborn (estamos en el 'Reinado Oscuro') para hacerle volver. Una trama que acaba convertida en un batiburrillo alargado, y lastrado por la deslavazada labor de Bryan Hitch al dibujo, más que mediocre.

Podría haber sido peor, pero no estamos ante el mejor Brubaker y el apartado gráfico tampoco está en absoluto a la altura. Si alguien quiere ver el regreso de Rogers por todo lo alto, mejor que lea ‘Asedio’. Y sí, ‘Capt. América Reborn’ también acaba dejando la puerta abierta a una nueva macrosaga. Y es que no aprenden.

‘Return of Bruce Wayne’ es otra cosa, empezando por el título, más acertado. Porque quien vuelve es Bruce Wayne, no Batman, igual como el que vuelve era Steve Rogers y no el Capitán América, ya que ambos pijamas contaron con nuevos portadores de inmediato. Wayne murió, o eso pensábamos, no al final de la saga ‘Batman RIP’, sino en su siguiente aventura, la ‘Crisis final’, asesinado por un dios, Darkseid, tras matarle de un disparo (sí, Batman nunca usa armas, pero un dios es un dios). Un final por todo lo alto para Batman… pero ya en la última página de ‘Crisis final’ veíamos a Wayne en la prehistoria dibujando un murciélago en una cueva… de modo que, a diferencia del Capi, a Wayne no se le ha resucitado, porque siempre hemos sabido que no estaba muerto, o sea, que nadie nos ha engañado.

La sanción omega de Darkseid no mata a Wayne, sino que le borra la memoria y lo envía a la prehistoria (no en mente, como el Capi, sino todo él) y luego hacia delante en el tiempo dando saltos, con el fin de que cuando vuelva a nuestra época detone una bomba que le sigue y acabe con todo el universo (más o menos).

Grant Morrison se busca así una excusa para, mientras devuelve a Wayne al presente y retoma el argumento del doctor Hurt, pasárselo en grande contando historias de Batman en otras épocas: prehistoria, puritanos, piratas, western y cine negro. Como era de esperar, tratándose de historias más o menos autoconclusivas, las hay mejores y las hay peores. El western, con aparición de Jonah Hex incluida, no es la más lucida, pero sobresalen la aventura pirata con Barbanegra, a ritmo de ‘24’, y el soberbio capítulo de cine negro, en el que Wayne tendrá la oportunidad de investigar la muerte de su propia madre en la época en la que era un niño. Sí, suena todo muy raro y extravagante, pero Morrison hace que funcione, y sobre todo le da el tono épico necesario, demostrando que Wayne es el mayor héroe, y que siempre saldrá adelante, en cualquier época y ante cualquier reto.

Y todo ello contando en cada número con un dibujante distinto, rayando todos a un gran nivel, con lo que tenemos un apartado gráfico mucho más cuidado que el del Capi.

También como ocurría con el abanderado, Batman tiene a sus amigos buscándole, aunque en este caso para impedirle llegar al presente y destruirlo. Esta línea argumental tiene poco peso, el que tocaba, y nos deja grandes momentos como el del grupo formado por Superman, Green Lantern y Booster Gold, viajando hasta el fin de los tiempos (esas ideas que tiene Morrison, a veces desquiciantes, a veces inspiradas, frecuentemente ambas cosas).

Pero por encima de todo, Morrison se dedica a dar coherencia a toda la historia alrededor de Hurt, el gran villano de RIP, a resolver su identidad (recordemos que él asegura ser el padre de Wayne) y disponer todo el escenario para su enfrentamiento final con Wayne en las páginas de ‘Batman y Robin’, en ese inolvidable número 16 que cierra una trama desarrollada a través de varios siglos.

Sí, a Grant Morrison a veces se le va la mano, pero no puede negarse que tiene más imaginación que una docena de guionistas juntos, que ha aportado algo nuevo a las aventuras de Batman, y que le ha dado una coherencia nunca vista a toda la mitología del personaje.

Y, sí, el único pero a ‘Return of Bruce Wayne’ es que la historia no concluye, sino que sigue en ese ‘Batman y Robin’ 16, cuyo desenlace, cerrado, abre un nuevo capítulo en la historia de Batman, el tercero en la etapa Morrison. Tras ‘Batman’ y ‘Batman y Robin’, lo próximo es… ‘Batman Inc.’.


viernes, 19 de agosto de 2011

El estreno: La película del verano

Si habéis leído el titular, poco más hay que añadir. Sí, este fin de semana también tenemos el remake de 'Conan, el bárbaro' (se ve que hay que volver a rodar todas las películas de los 80 y 90, qué le vamos a hacer) y la tercera entrega de la serie romántica italiana 'Manuale d'amore', que hasta ha fichado a Robert de Niro. Pero 'Super 8' es, sin duda, la película más esperada del verano.

Es, con diferencia, el film menos promocionado de la temporada, pero del que más se ha hablado. Nada se sabía de su argumento ni de sus actores, solo que es la tercera película como director de J. J. Abrams, creador de varias de las series que han revolucionado la televisión y han hecho correr más ríos de tinta, como 'Alias', 'Perdidos' o 'Fringe'. Y que hasta ahora ha dirigido para la gran pantalla el tercer capítulo de 'Misión: Imposible' y el relanzamiento de otra mítica franquicia, 'Star Trek'. Ah, sí, y que la paga Spielberg...

...solo que Spielberg parece que ha hecho algo más que poner la pasta. Para que nos entendamos, si alguien ha visto el tráiler, la sensación que se le queda a uno es que estamos ante el 'ET' de Abrams para los tiempos modernos. Una historia ambientada en los 70, con protagonistas adolescentes que van a vivir la aventura de sus vidas. Como en 'ET', como en 'Los Goonies'. Una aventura más grande que la vida, en la que un alien o lo que sea que se escapa de un tren en su viaje hacia el (sí, otra vez) Área 51, pondrá a prueba a toda una pequeña población norteamericana. Como en 'ET', como en 'Tiburón'. Las imágenes del tráiler no engañan, Abrams, que aquí también ejerce de guionista, ha querido devolver al cine actual aquel espíritu, que personajes y público vuelvan a descubrir lo que es maravillarse ante lo desconocido.

Ya lo dijo Abrams. 'Super 8' no es una secuela, no hay superhéroes, no está basada en un libro, juguete o serie de tv. Es algo totalmente nuevo... y que va a arrasar las taquillas. Ojalá sea tan mágica como parece la historia de esos niños que ruedan con super 8... como hacía Spielberg hace unas cuantas décadas.

¿La película del año? Podéis apostarlo, seguro que estará entre las mejores.


jueves, 18 de agosto de 2011

Bendis sigue en plena forma (y cierra un capítulo)

En los últimos posts dedicados al cómic ya comenté que me había gustado más el Reinado Oscuro orquestado por Brian Michael Bendis en Marvel que la saga ‘La noche más oscura’ de Geoff Johns en DC. ‘Asedio’, la saga que pone fin al Reinado Oscuro de Norman Osborn, es una nueva muestra de que Bendis sigue en estado de gracia, mientras a Johns parece que se le va la mano con los anillos de colorines.

‘Asedio’ resulta modélica como macrosaga. Para empezar, apenas dura cuatro números e incluso los crossovers son reducidos. Y por una vez sí estamos ante una historia épica de verdad. Lo siguiente, spoilers a mansalva.

Bendis cierra con esta saga su larga primera etapa al mando de la franquicia vengadora, que ha durado unos cinco años. Un periodo que se abrió con la fuga de la prisión La Balsa, y en el que ha habido tiempo para una ‘Dinastía de M’, una ‘Guerra civil’, una ‘Invasión secreta’ y un ‘Reinado oscuro’. El guionista ha ido hilvanando distintos argumentos con una continuidad perfecta, tal como hiciera en su etapa en ‘Daredevil’, en la que también desarrolló un único y complejo argumento durante varios años.

Golpes de efecto aparte, Bendis ha sabido poner del revés el universo Marvel, el de toda la vida, cambiando una y otra vez el escenario en el que se desenvuelven sus personajes emblemáticos, y devolviéndolos a la primera página de la actualidad. Se podrá discutir si se quiere la calidad de sus historias, pero no que los Vengadores vuelven a ser la estrella de Marvel, y como muestra véase la multiplicación de las cabeceras.

‘Asedio’ supone el punto y final a esta etapa, de modo que ahora todo puede volver a empezar hacia nuevas direcciones, aunque Bendis sigue al mando. Un punto y final centrado en el ataque de Norman Osborn a Asgard, la ciudad de los dioses nórdicos liderados por Thor, para lo cual toma una excusa que le sirva para declarar una ‘guerra justa’. Como ha hecho anteriormente, Bendis sigue utilizando el universo superheroico para reflexionar sobre los últimos acontecimientos mundiales y la política norteamericana.

La saga se convierte en una megabatalla, pero de las que hacen época, con el regreso de los pesos pesados de Marvel: un Thor que se las ve y se las desea contra los Vengadores Oscuros, un Iron Man que recupera su armadura original, e incluso un resucitado Capitán América (más adelante hablaremos de este regreso). Todos ellos protagonizan grandes momentos, como el cierre del segundo número, en el que el reflejo del escudo del Capi en el casco de Osborn anuncia el regreso del héroe por excelencia.

Bendis, criticado muchas veces por utilizar un montón de números para narrar cuatro cosas, va a por todas y no solo pone fin al reinado de Osborn, sino que culmina la historia de El Vigía, personaje de Paul Jenkins al que, como ha hecho tantas veces con otros héroes, supo recuperar y darle un nuevo interés. En las páginas de ‘Asedio’, y sobre todo en los crossovers de ‘Vengadores oscuros’, se nos desvelan todos los misterios alrededor de este personaje, que afronta su última historia.

La saga abunda en epílogos. Ya el cuarto y último número de la serie central se cierra con una página doble en la que el Capitán América asume el mando y anuncia que necesitará a los héroes para “lo que va a venir”, anunciando que se avecina otro megaevento. En ‘Vengadores oscuros’ 16, cierre de la colección, vemos qué le depara el futuro a cada miembro del equipo… y por supuesto a Osborn. Y en ‘New Avengers finale’ Bendis cierra, de momento, otra historia, la de El Encapuchado, otro personaje creado por otro guionista al que él ha sabido sacarle todo el jugo. Derrotados todos los enemigos, Bendis repasa, como ya hiciera en ‘Avengers finale’, toda la serie de los ‘Nuevos Vengadores’ y todas las macrosagas de este periodo, para acabar con los héroes vestidos de calle paseando por el parque: un descanso entre la batalla.

Pero el mejor epílogo viene de la mano de Jenkins, quien si no, para despedir a El Vigía, en un gran homenaje. ¿Sabrá Bendis mantener este buen nivel? ¿Qué le depara el futuro a los Vengadores, Nuevos Vengadores, Vengadores Secretos, etc.? Al menos serán nuevas historias, sin seguir estirando los mismos argumentos.

domingo, 14 de agosto de 2011

¿Qué se esconde bajo la Capucha Roja?

A falta todavía de un verano para que se estrene la tercera y última entrega del Batman de Christopher Nolan, vamos con una de las mejores cintas de animación sobre el Caballero Oscuro que se han realizado en los últimos años, ‘Under the red hood’ (Bajo la capucha roja).

Para quienes estén versados en la historia de Batman, Red Hood es un personaje más que especial, ya que fue la primera encarnación del Joker, cuando solo era un gangster con esmoquin y capucha roja. Esta historia arranca con la aparición de un nuevo Red Hood más macarra, de quien desconocemos su identidad. Ésta se desvela en el film ya desde un principio, o más bien se intuye, a diferencia de la anterior versión en cómic, por lo que lo siguiente no es spoiler. Y es que el nuevo Red Hood no es otro que Jason Todd, el primer Robin.

A Batman no le ha acompañado siempre el mismo Chico Maravilla. Por simplificar, al primer Robin, Dick Grayson (luego emancipado como Nightwing), le sucedió Jason Todd, más violento y que acabó asesinado a manos del Joker, hasta llegar a Tim Drake, el actual… también por simplificar. La versión fílmica arranca precisamente con la mítica escena de la saga ‘Una muerte en la familia’ en la que muere Jason, reversionada para la ocasión, para luego dar a paso a la presentación de Red Hood.

A partir de ahí el film no le anda a la zaga a los de Nolan en oscuridad y complejidad, tal vez un poco más superheroico. En la animación no hay presupuestos imposibles, así que pueden permitirse una secuencia espectacular con un batavión o una mayor dosis de efectos especiales, sin que eso le reste un ápice de dramatismo al argumento, centrado en la relación entre Bruce Wayne y sus pupilos, y en la diferente manera de luchar contra el crimen de Batman y Jason.

También tenemos, no podía ser de otra manera, al Joker, con una versión más que acertada, a Máscara Negra en plan malvado-chiste, e incluso alguna breve pero interesante aparición de Ra's al Ghul. Pero sobre todo ‘Under the red hood’ demuestra que un film de Batman puede basarse en Robin y funcionar perfectamente, sin que se convierta en una comedia ligera.

Como único punto negro la ausencia de Gordon, aunque en este caso no es una historia sobre él. A cambio volvemos a ver juntos a Batman y el primer Robin, rememorando viejos tiempos, y tenemos un desenlace de esos que no se olvidan. Incluso el guionista, Judd Winick, que adapta su propia historia, da una mejor explicación al regreso de Jason de entre los muertos que en el cómic. Si todas las películas de animación de Batman tienen este nivel, que sigan rodándolas. No está mal mientras esperamos a Nolan.

PD: Para variar, en la versión original tenemos a algún que otro conocido, como el mejor Kennedy cinematográfico, Bruce Greenwood, dando voz a Batman; el protagonista de 'Los Pitufos', Neil Patrick Harris, como Nightwing; Jason Isaacs como Ra's al Ghul; la espectacular Kelly Hu doblando a la secretaria de Máscara Negra, quien corre a cargo de Wade Williams, de 'Prison break', e incluso al 'Loco' Murdock de 'El equipo A', Dwight Schultz, como un traficante de drogas.

viernes, 12 de agosto de 2011

El estreno: Una de samuráis

Parece mentira que estemos en verano pero toca otro de esos fines de semana con apenas estrenos y tan solo uno de esos, digamos 'fuertes', pero poco, la comedia norteamericana 'Zooloco', para todos los públicos, y si acaso la más gamberra, y posiblemente más interesante, 'La boda de mi mejor amiga'. Pero ya puestos, me quedo con una de samuráis.

'13 asesinos' apunta desde su título por donde van los tiros, 13 hombres dispuestos a buscar justicia, a hacer pagar su crimen a un lord intocable que ha violado y asesinado a una mujer. La cinta en cuestión es el remake del original de 1963 de Eiichi Kudo, ahora revisitada por el prolífico Takishi Miike. Una muestra, pues, de que los remakes no son patrimonio exclusivo norteamericano.

Esta nueva versión parece además haber gozado del beneplácito de la crítica. No solo tuvo 10 nominaciones en los Oscar japoneses, donde se llevó 4 premios técnicos, sino que estuvo nominada al León de Oro (Mejor Película) en Venecia, mientras que en Sitges se llevó el Premio del Público y el del Diseño de Producción. Igual Miike ha firmado su obra maestra. La pregunta es: ¿cuánto tardaremos en ver el remake USA?


miércoles, 10 de agosto de 2011

Buen inicio para 'BuenAgente'


Vale, este post llega un poco tarde, pero es lo que hay. ‘BuenAgente’ no ha empezado mal. Su primera temporada, los 8 capítulos vistos hasta la interrupción veraniega, la han convertido en mi serie española favorita del momento. ‘Los quien’, estrenada a la vez, dejó de interesarme pronto (digamos que era más ‘Aída’ que ‘Siete vidas’, con apuntes de ‘Cuéntame’, y entre unas cosas y otras, pues no).

En cambio, ‘BuenAgente’ me ganó casi de inmediato y hasta ahora mantiene cierto nivel. Más fresca, más directa, no sé si más gamberra pero sí menos artificiosa, es lo más parecido que se ha hecho a ‘Cuestión de sexo’, digámoslo ya, mi telecomedia española favorita de los últimos tiempos, aunque flojease en la tercera y última temporada (es lo que tiene quitar a una de las tres parejas originales y a Diego Peretti, que elevó en la segunda temporada el listón de la primera, por no hablar de que el argumento ya no daba para más).

‘BuenAgente’ recuerda a aquella en su visión aparentemente desinhibida del sexo (básicamente con el personaje que interpreta Patricia Montero, siempre con las rodillas y mucho más al aire, mostrándose espectacular como nunca), y en centrarse en pocos personajes pero bastante extremos y esperpénticos. La acción gira, al igual que en ‘Cuestión de sexo’, en torno a tres parejas, solo que aquí se trata más bien de proyectos de pareja.

La mayor parte del pastel es para el trío que forman los personajes interpretados por Antonio Molero, Malena Alterio y Arturo Valls. Los dos últimos son las auténticas estrellas de la serie, y en especial Valls, que se sale en un personaje radicalmente opuesto al que le dio popularidad en ‘Camera Café’, aquí en plan apocado metepatas, pero con el inconfundible ‘toque Valls’. Lo mejor de la serie, y muy por encima de un Molero que sigue siendo el 'Fiti' de ‘Los Serrano’, pero llevado al límite, lo que redunda en beneficio de la serie.

El reparto principal se completa con Itziar Lazkano, precisamente una de las protagonistas de ‘Cuestión de sexo’, bordando otro gran papel al que solo se le echan en falta más escenas. Y finalmente, Montero y su enamorado, Raúl Fernández, la trama más sosa de la serie, pero que curiosamente depara el gran ‘continuará’ de la temporada.

En cuanto a los secundarios, aquí es donde encontramos el punto a mejorar, sobre todo por parte de la madre de Malena, estereotipo de ‘suegra carca beata y de derechas’ (al fin y al cabo esto es La Sexta) con muy pocos minutos, y aquí sí, a años luz de la sensacional suegra de ‘Los quien’, personaje con el que Kiti Manver hace maravillas. También sobran, pero mucho, los niños, y solo se salvan la farmacéutica y su marido, el dueño del bar, personajes a explotar ya que han dado algunos de los mejores chistes.

Y además, la serie tiene a su favor la duración de los capítulos, por fortuna menos extensos de lo habitual, lo que se agradece sobre todo en una comedia. Tal vez ‘BuenAgente’ no sea para tirar cohetes, y desde luego tres horarios distintos en solo 8 capítulos no es manera de potenciar la audiencia, pero de momento hemos pasado buenos ratos y hay mimbres para seguir haciéndolo. Y ya que hablamos de buenos inicios, ahí tenéis:


domingo, 7 de agosto de 2011

La gran aventura de Po

La secuela de ‘Kung fu panda’ no engaña a nadie. Tal vez porque no me esperaba nada del otro mundo la he disfrutado más que ‘Cars 2’, en la que es evidente que se ha puesto más empeño y se han estrujado más la cabeza, aunque quizás lo han hecho demasiado, cansando al espectador con tanto gag y tanto personaje… y han cometido un grave error al darle todo el protagonismo a Mate. Pero esa es otra historia.

La segunda entrega de “Kung fu panda” es exactamente eso, una gran aventura. Al igual que ocurre con la secuela de ‘Cars’, no es posible repetir la gran historia de la primera entrega, en la que veíamos cómo Po se convertía en un héroe y conocía a Los 5 Furiosos. Aquí se trata de que todo el equipo viva una nueva aventura, con mucho menos humor que en la primera parte y mucha más acción. Ya no hay que explicar nada, así que vamos directos a la aventura.

Y sí, hay menos humor, hay menos guión, pero el apartado visual sigue siendo más que apabullante, de un virtuosismo extraordinario, tanto en las peleas de artes marciales como en los escenarios y en las escenas en animación tradicional. La historia la hemos visto cientos de veces, pero verla así da gusto. En cuanto al argumento, descubriremos el verdadero origen de Po, que tratará de ajustar cuentas con alguien de su pasado.

Visto lo visto, va a ser difícil que la saga ‘Cars’ continúe, pero la de ‘Kung fu panda’ lo tiene más fácil, encadenando aventura tras aventura, mientras sean tan espectaculares como ésta. De hecho, es evidente que habrá tercera parte. Cuando acabéis de ver ‘Kung fu panda 2’ sabréis incluso de qué va.

PD: Las películas de animación de Hollywood hace tiempo que nos acostumbran a repartos de impresión, y esta cinta no es la excepción. Repiten Jack Black (Po), Angelina Jolie (Tigresa), Dustin Hoffman (Shifu), Lucy Liu (víbora) y Jackie Chan (Mono), y a ellos se suman nada menos que Gary Oldman como el malo de la función, Michelle Yeoh como una cabra vidente que tiene las claves del origen de Po, e incluso Dennis Haysbert (el presidente Carter de ‘24’, aquí como el Maestro Buey) y… el mismísimo Jean Claude Van Damme (Maestro Cocodrilo).


PD2: La otra noche vi por casualidad 'Las crónicas de Riddick', que debe ser de lo mejorcito de Vin Diesel. No es 'Star Wars', pero sorprende agradablemente, mostrando cierta originalidad y ambición, además de diseños espectaculares. Pero la otra sorpresa fue que su argumento es clavado al de 'Kung fu panda 2'. Aunque claro, es una historia que ya hemos visto: una profecía anuncia que un héroe de una determinada raza acabará con el malo y este aniquila esa raza... pero, vaya, se deja a uno vivo...

viernes, 5 de agosto de 2011

El estreno: Vamos a hacer el mono


El catálogo de superhéroes sigue ampliándose en la gran pantalla. Hace poco teníamos a Thor y la semana pasada a Green Lantern. Pues a la espera de que vuelva Conan con su remozada versión, esta semana le toca al Capitán América. Y aunque no es un personaje que me haya interesado demasiado, no tiene mala pinta del todo su versión cinematográfica, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, con un reparto bastante interesante (a excepción del 'prota', Chris Evans, que ya fue la Antorcha Humana de Los 4 Fantásticos), y con la seguridad de que la secuela no tendrá nada que ver... empezando por el salto temporal.

Pero a lo que vamos, me quedo con 'El origen del Planeta de los Simios', que tampoco es que me ilusione demasiado, en esta semana en la que tenemos duelo de blockbusters veraniegos. La cinta es el remake de otra de las entregas de los simios de los 70, la precuela en la que se cuenta cómo el planeta Tierra fue dominado por los monos. Una película en la que Roddy McDowall realizaba una de sus interpretaciones más recordadas, aunque llevaba puesto todo el metraje el traje de mono.

Y por ahí, puede que la película no esté mal del todo, con las reflexiones sobre experimentación con animales y la evolución simio-humana. También tiene a un reparto variopinto, encabezado por James Franco, que al final parece que acabará convirtiéndose en una estrella y todo, más Freida Pinto, la belleza de 'Slumdog millionaire', más John Lithgow, Brian Cox y Andy Serkis, que es a quien le toca emular a McDowall. Bueno, recordemos que fue él quien interpretó a Gollum y a quien veremos como Haddock en el Tintín de Spielberg.

La apuesta puede salir bien, o no.

miércoles, 3 de agosto de 2011

José Sanchis deja huérfano a Pumby

Los fans de los cómics, o mejor, los tebeos, estamos hoy un poco tristes. Nos ha dejado alguien a quien debemos muchas sonrisas y carcajadas, José Sanchis Grau, conocido sobre todo por su creación más emblemática, el gato Pumby.

Este personaje surgió en aquella época en la que en España aún no se había introducido el cómic norteamericano, y mucho menos el manga japonés, y Edival, o Editorial Valenciana, competía con Bruguera a la hora de poblar los sueños de los niños de la época con todo tipo de personajes entrañables.

Pumby, nacido en 1954 en las páginas de la mítica 'Jaimito', contaría de inmediato con serie propia y mil reediciones (incluso protagonizó en 1993 una historia de la Comunidad Valenciana). Era un gato de trazo limpio, con enormes ojos y cascabel, que vivía mil y una aventuras. Podríamos citar la influencia de Flash Gordon, no en vano le solían acompañar en sus aventuras Blanquita y el profesor Chivete (una cabra), que recordaban poderosamente a Dale Arden y el profesor Zarkov. También compartía con el Capitán Trueno las ganas de vivir aventuras, acabar con los tiranos y defender al débil, aunque sus andanzas tenían un toque más fantástico. En ellas viajaba a mundos imposibles, países mágicos en los que podía pasar cualquier cosa, a menudo con tintes surrealistas, y con frecuencia homenajeaba las grandes obras de la literatura, digamos juvenil, y en especial a Julio Verne. Sanchis hasta se dio cuenta de lo que se avecinaba y a veces convertía al simpático gatito en Superpumby con un simple zumo de naranja.

Pumby supuso todo un soplo de aire fresco para la época, con su inocencia y fantasía, y fue uno de los primeros personajes que me hicieron amar los tebeos. De hecho, el de la portada de arriba igual lo tengo todavía por ahí metido en una caja. Voy a ver si lo encuentro...

PD: José Sanchis también fue un pionero a la hora de reclamar los derechos por los personajes de su creación, a menudo retenidos por las grandes editoriales. En su caso fue en 1998, a raíz de la adaptación cinematográfica de Pumby, cuando litigó por sus derechos hasta que le dieron la razón. Se nos ha ido un maestro del cómic valenciano.

PD2: Ahora que caigo, hay otro personaje de Sanchis del que también leí unos cuantos números de pequeño, su versión de Mazinger-Z, que en cierto modo le convirtió también en pionero del manga a la española.