domingo, 31 de julio de 2011

Spielberg aún sabe cómo divertirse

Tengo ‘mono’ de Spielberg. En lo que queda de año el director norteamericano va a estrenar no una, sino dos películas, a cada cuál más esperada, su Tintín y ‘War horse’, que pinta pero que muy bien. Hasta entonces, vamos a matar la espera con la crítica de su última película hasta la fecha. En efecto, hablamos de la última aventura de Indy, y sé que me voy a meter en problemas, pero es mi favorita de la serie, exceptuando la primera, claro está.

‘En busca del arca perdida’ es ya más que un clásico y la película imprescindible de la saga porque todo está en ella. ‘El templo maldito’ vale la pena por un inicio (el club y el aterrizaje forzoso) y un final (las vagonetas y el puente) que son de lo mejor de la serie, aunque la parte central sea lo más flojo que hemos visto de Indy. En cuanto a ‘La última cruzada’, también podéis flagelarme, pero siempre me ha aburrido.

Lo mejor de ‘El reino de la calavera de cristal’ es que no pretende ser una aventura más, sino que aprovecha el paso del tiempo. Tenemos a un Indy al que los reflejos empiezan a fallarle y no siempre calcula bien. Si a ello le sumamos la línea argumental paterno-filial, podemos resumir diciendo que Spielberg sabe como reírse de sí mismo, además de sembrar el metraje de autoreferencias que se ganan al espectador, como la primera aparición de Indy mediante una sombra con su característico sombrero o la presencia del Arca de la Alianza en el almacén del Área 51. Indy ya no es el aventurero indestructible, pero sigue listo para la aventura. Como el propio director, que demuestra un talento inagotable para rodar las mejores persecuciones que se hayan visto en una pantalla.

Como de costumbre los secundarios son otro de los puntos fuertes, desde ese sabio lunático encarnado, no podía ser otro, por John Hurt, a ese amigo mercenario del que nunca sabemos bien de qué bando está, magnífico Ray Winstone, o a Jim Broadbent como un profesor con el que Indy recuerda a los ya desaparecidos Connery (solo en la pantalla) o Elliott. Aunque la gran estrella de la película no es otra que la recuperada Marion, una Karen Allen que se lo pasa en grande y logra transmitir de verdad el espíritu de este film: un reencuentro con los viejos amigos. Lo mejor de la película, por encima de un Shia Labeouf que cumple y una Cate Blanchett entregada a la causa. En cuanto a Harrison Ford, siempre me ha parecido bastante limitado, pero aquí da todo lo que se espera de él.

La trama es todo lo que podemos esperar, con continuos viajes y una ambientación muy lograda en la parte de Sudamérica que nos recuerda al inicio de la saga. Además, Spielberg no solo se autohomenajea, sino que incluye referencias desde el Marlon Brando de 'Salvaje' a los films de Tarzán. En definitiva, una cinta de acción de la que el Hollywood actual podría aprender mucho y que demuestra que Spielberg sigue en la cúspide. Y para rematar, algún spoiler tras el tráiler.

SPOILER: Vale, la parte alienígena igual sobraba, aunque tratándose de Spielberg era inevitable que acabase utilizándola. Pero la idea de que Eldorado no fuese un tesoro material sino un tesoro de saber, el museo definitivo, me parece genial, dado que Indy no es otra cosa que un historiador, alguien que no busca tesoros por su valor económico, sino saber, objetos con los que entender el mundo. Otra cosa es la parte de la prueba nuclear, que sí es un poco… marciana. Ah, y me encanta el título.

sábado, 30 de julio de 2011

El estreno: En el día más brillante

Tras la sequía de blockbusters de hace siete días, esta semana tenemos dos, y dejando de lado 'Los pitufos', para mí el estreno es 'Green Lantern' (y esta vez es evidente por qué no lo han traducido). Y es que soy fan del personaje desde que por primera vez cayó en mis manos un cómic de Linterna Verde (tenía que decirlo).

Aclaremos, fan del Green Lantern por excelencia, Hal Jordan, el que aparece en el film, ese piloto de pruebas sin miedo que acaba convirtiéndose en el guardián estelar de la Tierra y su sector espacial, algo así como un sheriff intergaláctico, dotado de un anillo que convierte todos sus pensamientos en materia. Imaginad las posibilidades. Pero lo que más me impresionó de aquella primera historia fue el respeto por todas las formas de vida de la galaxia y sus distintas costumbres y valores, algo similar a lo que ocurre en 'Star Trek', con esa política de no injerencia, de respetar y tratar de entender al diferente en lugar de aniquilarlo o imponerle nuestras ideas. Y si queréis saber más sobre el personaje, os remito al post sobre el cómic que reescribe sus orígenes, y que hubiera sido el guión perfecto para esta película.

En cuanto a la película, no espero gran cosa de ella, si acaso un buen entretenimiento y que no traicionen demasiado el original. De su director, Martin Campbell, podemos esperar que esté tan inspirado como en 'La máscara del zorro' y 'Casino Royale', sus mejores filmes, pero también tiene muchos otros en los que no llega a ese nivel. Tampoco me ilusiona demasiado Ryan Reynolds como Jordan, aunque tenemos como secundarios a Tim Robbins, Angela Basset, y sobre todo a Mark Strong, con su enésimo malo, pero esta vez de altura: Sinestro. Aunque habrá que esperar a la secuela para verlo realmente como malvado. Desde luego, en el cómic, un gran personaje.

Pero, hey, valdrá la pena por ver a un montón de green lanterns de distintos planetas y razas volando y entrenándose en Oa, el planeta de los Guardianes del Tiempo. Empiezo a desbarrar...

jueves, 28 de julio de 2011

Un prisionero en la Villa

‘Perdidos’ ha creado escuela, y en esa línea podría inscribirse ‘The prisoner’, el remake de la serie original, en el que tal vez lo mejor sea su brevedad. No, no es tan mala, pero para empezar la apuesta es alta,ya que muestra mayor ambición que el original, que no he visto y que finalizó abruptamente al cabo de 17 episodios para convertirse en serie de culto y hasta ser homenajeada en 'Los Simpson'.

Aquí ya desde el principio renuncian a una serie larga que se prolongue indefinidamente, con lo que sabemos que en seis episodios se va a contar toda la historia. El argumento, aún más críptico que el original, arranca con un hombre que se despierta en la misteriosa Villa, idílica en apariencia, pero donde no existe la libertad, sin saber cómo ha llegado allí ni nada de su vida anterior, solo algunos recuerdos. Allí insisten en llamarle 6, y es que nadie tiene nombre, solo un número.



Cada capítulo tiene una trama más o menos autoconclusiva, continuando la historia central, que se centra en el enfrentamiento entre 6, obsesionado con huir de la Villa, y 2, el todopoderoso director de la Villa, que parece controlarlo todo. ‘The prisoner’ acaba convirtiéndose casi desde el principio en la típica serie con pretensiones intelectuales, en la que, como ocurría en ‘Perdidos’ y sus seguidoras, no sabes si te están tomando el pelo o realmente sus apuntes y reflexiones existencialistas y metafísicas tienen un auténtico sentido.

Lo cierto es que la serie va in crescendo y tras un primer episodio introductorio despega a partir del cuarto, ‘Amor’, en el que 6 se debate entre sus dos intereses románticos, la joven doctora de la Villa (uno de los personajes más interesantes y un gran trabajo de Ruth Wilson), y la mujer que aparece cuando 6 recuerda su pasado, que en este caso toma la forma de Hayley Atwell y llega a la Villa, pero no como 6 podría imaginar…



Pero la verdad es que quien salva la función no es otro que Sir Ian McKellen, ese magnífico actor a quien el gran público identifica como el Magneto de la trilogía X-men o el Gandalf de ‘El señor de los anillos’ de Jackson. Aquí da un auténtico recital interpretativo, que, más que otra cosa, hace que valga la pena ver la serie, y se come en cada escena a un voluntarioso Jim Caviezel, que, al igual que le ocurre a 6, no puede hacer otra cosa que reconocer que 2 tiene la sartén por el mango. El mejor ejemplo es el capítulo 5, en el que 2 acapara todo el protagonismo con un intrigante desdoble de personalidad.

Por lo demás, destacan como secundarios Lennie James, que tuvo uno de los mejores papeles de ‘Jericho’, y el joven Jamie Campbell Bower, a quien vimos cantando en ‘Sweeney Todd’ y debuta este domingo en Antena 3 como el rey Arturo de la nueva ‘Camelot’.

‘The prisoner’, eso sí, tiene como punto a favor un final bastante logrado, de esos que cierran la trama y aclaran bastantes interrogantes, aunque lo bastante abierto como para que uno siga dándole vueltas. En eso al menos le gana a ‘Perdidos’.




PD: ¿Qué es la Villa? Esperad al último capítulo, aunque antes ya se va dejando alguna pista. Como era de esperar, la verdad es muy poco verosímil, pero tiene su punto y es bastante sorprendente.

domingo, 24 de julio de 2011

Rowling aprueba, Yates suspende

Y llegamos al final del camino. Ocho películas de Harry Potter en las que hemos tenido un poco de todo, en una historia que tal vez se ha estirado demasiado para lo que había que contar. Centrándonos en este último capítulo, la sensación es que no estamos ante el gran final que cabía esperar después de tan largo viaje... al menos en la versión para la gran pantalla.

Y es que J. K. Rowling sí puso en la versión literaria el broche de oro a su magna obra con el mejor libro de toda la saga, en el que ata todos los cabos, da mayor profundidad a todos los personajes y ofrece varias revelaciones que cambian muchas de las cosas que dábamos por sentadas. El séptimo volumen avanza poco a poco, demorándose cuando tiene que hacerlo y acelerando cuando hace falta, dedicando las páginas necesarias a cada personaje y haciendo que todo encaje y que hasta la última página (bueno, el epílogo igual sobraba...) no decaiga el interés.

En la versión fílmica... como era de esperar, se han introducido varias escenas que no aparecían en el libro para dar más espectacularidad, incluyendo algunos momentos, trolls incluidos, que parecen una copia de 'El señor de los anillos'. Una copia deslucida, a excepción de la banda sonora, porque a ratos da la impresión de que, ¿para qué gastarnos más dinero en efectos especiales, si la gente va a ir igual al cine?

Por contra, vuelven a escamotearnos algunos de los pasajes más interesantes del libro, como toda la parte en la que se desvela el oscuro pasado de Dumbledore, que apenas se menciona en el film, igual que con anterioridad desaparecieron la mayoría de flashbacks sobre los padres de Harry, restándole profundidad a las películas. Por fortuna no se saltan el flashback más decisivo para el desenlace, aunque queda un tanto acelerado y no explica las cosas tan bien como el libro, al igual que ocurre con la última revelación sobre la peculiar relación entre Harry y Voldemort, que tampoco se explica con tanto detalle como en el libro.

Lo más grave es que David Yates naufraga por completo en la dirección, limitándose a ilustrar pasajes del libro, pero sin darle el tono épico que requiere el final de la saga. Pese a su buen debut con 'Harry Potter y la Orden del Fénix', ha acabado filmando las dos entregas más flojas y en ésta apenas le salva la mayor intensidad y dramatismo de lo que ocurre, y que en ningún momento sabe cómo reflejar. Ya puede morir quien sea o reaparecer quien sea, que apenas logra emocionar.

En cuanto al reparto, al margen de la aparición de casi todo el elenco de personajes de la saga, tanto Hermione (clave en la entrega anterior) como Ron pierden todo protagonismo. De hecho, Yates los introduce, como mero decorado, en escenas en las que no intervienen en el libro, ya que Harry ha de afrontar solo su destino. Y en cuanto a Voldemort, es la peor interpretación de toda la carrera de Ralph Fiennes, que nunca ha sabido darle una apariencia realmente amenazadora a su personaje.

J. K. Rowling ha sabido crear un universo alrededor de Harry Potter, aunque un tanto limitado y repetitivo, y darle el final que tocaba, con una gran sorpresa incluida (y he de decir, que al final, yo siempre había estado en lo cierto...). En cuanto a la versión fílmica, posiblemente Chris Columbus fue quien mejor supo entender el personaje, con dos sensacionales primeras entregas, en las que captó el tono del libro y lo convirtió en imágenes, pero además mejorándolo, cosa que nadie ha vuelto a hacer, y contando con nada menos que Richard Harris como Dumbledore (aunque Michael Gambon supo mantener el tipo). Luego vino Alfonso Cuarón, que naufragó por completo (pese a lo que digan sus palmeros) y no supo en ningún momento qué tenía entre manos. Mike Newell, ese hombre que vale para un roto y para un descosido (desde las magníficas 'Cuatro bodas y un funeral' y 'Donnie Brasco', a las más comerciales y rutinarias 'Prince of Persia' o su versión de 'El amor en los tiempos del cólera'), convirtió 'Harry Potter y el cáliz de fuego' en un gran espectáculo, eliminando las partes más farragosas del libro. Y finalmente David Yates se convirtió en el director oficial de la saga, poniéndole más oficio que inspiración.

En fin, pueden guardar sus varitas mágicas.

viernes, 22 de julio de 2011

El estreno: ¿Y si mamá estuviera como un tren?

Esta semana toca rebuscar. Después de los transformes y los harrys potters, parece que nadie se atreve a estrenar, así que este fin de semana todos los estrenos son películas 'menores', y en su mayoría europeas. De entre ellas me quedo con la italiana 'La prima cosa bella', con un tráiler de esos que dan ganas de ver la película que anuncian.

Tiene hasta el aval de los premios, nominada al Mejor Director en los del Cine Europeo, y hasta 18 nominaciones en los 'Goya' italianos, los David de Donatello, de los que al final se llevó actor, actriz y guión.

El punto de partida es la difícil relación entre el protagonista y su madre, rememorada a base de flashbacks. Y es que no es fácil tener a una madre atractiva y extrovertida cuando uno tiene ocho años. Lo dicho, echadle un vistazo al tráiler, seguro que también os apetece verla.


domingo, 17 de julio de 2011

La comedia de House

Por segunda vez desde la emisión del primer episodio de 'House' la serie corría peligro de agotamiento, así que esta vez la solución fue... convertirla en una comedia.

La sexta temporada concluía con el inicio del romance entre House y Cuddy, lo que crea un nuevo escenario: un House feliz (o colocado más bien) y un tono de comedia mucho más evidente que en temporadas anteriores. Lo mejor, que Hugh Laurie ha podido dar (aún más) rienda suelta a su vena más histriónica.

La apuesta por el humor queda bien evidente en uno de los episodios más dramáticos, en el que la enferma es la propia Cuddy y todo apunta a que va a morir. La trama es interrumpida una y otra vez para ofrecer parodias de otras series (muy buena la de 'Dos hombres y medio') o películas (soberbios House y Cuddy en el final de 'Dos hombres y un destino'), e incluso un número musical. Y también veremos a House 'ejerciendo' de padre y conociendo a su suegra, la gran Candice Bergen.

Eso sí, el humor no le ha ido tan bien a todo el reparto. Chase se ha convertido en una caricatura (salvo momentos puntuales), Foreman también parece un caso perdido para los guionistas y Taub es el único que sirve para la comedia, sobre todo por su vida amorosa. Incluso la sustituta de Trece (es lo que tiene que Olivia Wilde encadene 'Tron' con 'Cowboys and aliens'), Masters (una Amber Tamblyn que es la revelación de la temporada) casa a la perfección con el nuevo tono de la serie, una niña prodigio a la que House despide una y otra vez, y que es como la versión 'infantil' y exagerada de Cameron. Por no hablar de Wilson, casi desaparecido en esta temporada, en la que básicamente se dedica a mantener tontas apuestas con House.

Y la comedia aún pisa el acelerador cuando ocurre lo que todos veíamos venir desde el primer episodio, la ruptura entre House y Cuddy. A partir de ahí el buen doctor se va de putas, se casa con una rumana y practica el balconing (uno de los momentos más bajos de la temporada, aunque con la versión de Peter Gabriel del 'My body is a cage' de Arcade Fire), en un camino de autodestrucción.

Y entonces el drama acaba volviendo, y a marchas forzadas. Primero la despedida de Masters, que huye de la mala influencia de House, y el regreso de Trece, que oculta una tragedia personal. Y finalmente dos episodios antológicos en los que se mantiene la habilidad de los guionistas para cerrar cada temporada de manera soberbia. Y esta vez consiguen que tengamos más ganas que nunca de ver el siguiente episodio, el primero de la octava temporada... que parece que puede ser la última.

Episodios a destacar, pues por ejemplo el del regreso de Trece, con hasta cuatro tramas perfectamente entrelazadas, o el de la ruptura, con ese diálogo entre House y una pareja casiadolescente (la niña se sale).





PD: Un poco de spoiler. Masters se va porque quiere ser una gran médica, como House, pero no a costa de perder su humanidad y volverse como él. Y en el último episodio House afronta el caso más difícil: una paciente que está enferma de verdad pero también finge otros síntomas para ponérselo difícil. Una paciente que al final elige el amor en lugar de su carrera, al revés que House, que hasta ese momento ha antepuesto su trabajo como médico a la relación con Cuddy.

jueves, 14 de julio de 2011

El estreno: Y el cuento de Potter se acabó

...Y esta vez no hay sorpresa. El estreno de la semana, no podía ser de otro modo, es la última entrega de la saga Harry Potter. Octava, y no séptima, como los libros, al haber dividido el último en dos películas, obviamente para seguir ordeñando la vaca, aunque bien es cierto que 'Harry Potter y las reliquias de la muerte' era, junto con el quinto libro de la serie, el más voluminoso.

¿Lo mejor para el final? Pues, dado que ya he completado la lectura del original, hay que responder que sí: el desenlace está a la altura de lo esperado, y en mi caso, he descubierto que todo el tiempo tuve razón sobre determinado personaje y sus motivaciones... pero esa es otra historia y un spoiler como una casa.

¿Qué nos espera? Si hay fidelidad al libro (y no siempre ha sido así, incluidos aspectos muy importantes, relacionados en su mayoría con los padres de Harry), abriremos con una misión imposible: el asalto a las cámaras de Gringotts, el banco de los duendes, para seguir con la batalla definitiva en los pasillos de Hogwarts y la lucha a muerte entre Harry y Voldemort. Más algún flashback revelador, el regreso de... bueno, ya lo veréis... y un epílogo un tanto meloso. Todo ello servido por David Yates, director 'oficial' de la saga desde la quinta entrega, que debutó con una de las adaptaciones más inspiradas y luego nos 'regaló' los dos capítulos más flojos.

Cierto es que, la saga en su conjunto (tanto literaria como cinematográficamente), está muy lejos del nivel de, por ejemplo, 'El señor de los anillos', y pese a que cada libro es mejor que el anterior, no deja de ser mucho menos de lo esperado.

En cualquier caso, recordemos que por esta saga fílmica ha pasado la práctica totalidad de los mejores actores británicos, y alguno estadounidense. Y, a excepción de Richard Harris, el primer Dumbledore, fallecido tras las dos primeras entregas, todos estarán presentes en la entrega final. Atención: John Hurt, Jim Broadbent, Emma Thompson, Alan Rickman, Jason Isaacs, Maggie Smith, Helena Bonham Carter, Michael Gambon, Kelly Macdonald, Julie Walters, Myriam Margolies, Ciarán Hinds, David Thewlis, Miranda Richardson, Peter Mullan, Timothy Spall o Ralph Fiennes. En una palabra: abracadabrante (no he podido resistirlo). Aunque solo sea por eso, y por poner fin a la historia, habrá que verla.

¿Quién vivirá? ¿Quién morirá? Esperad y veréis, porque hay algunas sorpresas... ah!, y un dragón...



PD: Oh, vale, no puedo resistirme: esperad a ver el duelo entre la madre de Ron y la bruja de Helena Bonham Carter, esto... Bellatrix Lestrange.

miércoles, 13 de julio de 2011

Baricco sobre ruedas

Completamos hoy la ‘trilogía del motor’ con la obra que mejor ha captado el mundo del automovilismo y las carreras de coches, sobre todo la épica de los pioneros. ‘Esta historia’ (2005) era, hasta la reciente publicación de ‘Emaus’, la última novela del italiano Alessandro Baricco, una de mis debilidades, cuya obra más conocida es esa pequeña maravilla titulada ‘Seda’.

En este libro Baricco insiste en sus personajes…, digamos, estrafalarios (aunque es imposible no enamorarse de ellos) que buscan sueños ¿imposibles? y recurre de nuevo a una estructura en la que una serie de relatos, más o menos independientes, se enlazan componiendo una única historia vista desde distintas perspectivas y contada por diferentes voces y mediante diversas técnicas literarias.

Todo ello al servicio de una historia en la que al pasar las páginas escuchamos el rugir de los motores y sentimos el olor a gasolina. ‘Esta historia’ arranca con un prólogo antológico en el que Baricco entremezcla hechos históricos y leyenda para meternos de lleno en una mítica carrera de 1903, cuando la Fórmula Uno era mera quimera y los únicos circuitos eran las carreteras y caminos, por donde se aventuraban frágiles máquinas a velocidades que parecían sobrehumanas. Una carrera desde París a Madrid, que dejó a su paso un reguero de cadáveres.

Lo que sigue después es una delicia, la infancia del protagonista, Ultimo Parri (el origen de su nombre no tiene desperdicio), narrada de manera inigualable por un Baricco que saca a relucir su vena más humorística. Para releerla una y otra vez sin cansarse.

Viene luego el primer tour de force de esta novela, un duro alegato antibelicista en el que Baricco nos descubre el horror de uno de los más trágicos episodios de la primera guerra mundial, la batalla de Caporetto, donde reencontramos a Ultimo que ya va dándole vueltas a su obsesión: crear el circuito de carreras perfecto, un circuito que refleje toda su vida en cada curva.

Y tras Caporetto, ‘Elizavetta’, tal vez la parte más perfecta de ‘Esta historia’, el magistral análisis psicológico de un personaje inolvidable, para mí el gran personaje de este libro, incluso por encima de Ultimo. Lo sabremos TODO de Elizavetta, el gran amor de Ultimo, a través de su diario, un diario que sigue a través de los años y las décadas, y que nos revelará que no debemos creer todo lo que leemos. En este caso, la relectura se vuelve obligatoria para comprender lo ocurrido.

‘1947. Sinnington. Inglaterra’ es el único borrón, hasta cierto punto, de la novela. Aquí Baricco, de nuevo en busca del más difícil todavía, toma la voz del hermano de Ultimo, que sufre cierto retraso mental, lo que el autor trata de reflejar en una sucesión de frases infantiles que se repiten una y otra vez, volviendo ésta la parte de lectura más ardua.

Eso sí, el libro se recupera de inmediato para ofrecer ‘1950. Mil millas’, una deliciosa y breve historia romántica enmarcada, de nuevo, en una carrera, con un Ultimo más adulto y alguna escena que tomará un nuevo sentido (como siempre en Baricco) en el desenlace, un epílogo en el que Elizavetta reaparece para darle sentido a todo, en uno de los mejores finales de la bibliografía de Baricco, que, solo con su fraseo y sus palabras, sin imágenes, traslada al lector el ambiente de las carreras con mucha mayor autenticidad y viveza que películas como ‘Cars 2’ o ‘Speed racer’.

Supongo que Valentino Rossi, a quien está dedicada (más o menos) ‘Esta historia’, estará orgulloso, aunque aquí se trate de carreras de coches.

domingo, 10 de julio de 2011

Pura psicodelia

Seguimos con otra de coches, ‘Speed racer’ (2008), el retorno de los Wachowski tras la trilogía Matrix, y que por desgracia para ellos, está más cerca de ‘Cars 2’ que de ‘Cars’. ‘Speed racer’ adapta un manga japonés y pretendía ser el inicio de otra franquicia de éxito, pero se convirtió en un monumental descalabro. En el plano artístico la película resulta fallida ya que está muy descompensada: las carreras son fabulosas, pero el resto del film es mucho más flojo, además de excesivamente largo.

La cinta, tan revolucionaria visualmente como ‘Matrix’, presenta un aspecto en el más puro estilo ‘cartoon’, como si de un dibujo animado se tratara. Sin embargo, la trama peca de manida y falla sobre todo al tomarse demasiado en serio en muchos momentos, lo que contrasta con la parte más infantil y desenfadada del film. Ni que decir que le sobran por completo el hermano pequeño del protagonista y su mono, absolutamente insufribles, además de los numeritos de kung fu, que acaban de darle un toque bizarro.

Pero donde la película se desmelena para bien es en las sucesivas carreras en las que participa el protagonista, donde la psicodelia campa a sus anchas y la mandíbula del espectador se desploma al suelo. Nunca se ha visto nada parecido, ni en las dos entregas de ‘Cars’, a medio camino entre la animación y la imagen real. El único pero: que es casi imposible no marearse, pero esas secuencias son las únicas que justifican el visionado del film.

Y es que, como le ocurre a la secuela de ‘Cars’, el apartado visual es arrollador y las carreras te dejan sin aliento, pero no hay un guión tan trabajado como el de ‘Cars’, aunque al menos la secuela es mucho más compensada que ‘Speed racer’ y no decae entre carrera y carrera.


viernes, 8 de julio de 2011

Llámame McQueen, Rayo McQueen

Por una vez, y sin que sirva de precedente, toca la crítica del estreno que iba a destacar este fin de semana, la secuela de 'Cars', una de las joyas de Pixar. Un film que ha confirmado plenamente lo que me veía venir: donde en la primera entrega teníamos un sólido guión, con una trama dramática a la altura de cualquier película de imagen real, aquí se apuesta más por el sketche, por una sucesión interminable de gags y la multiplicación de personajes y escenarios, en una apuesta por el entretenimiento como única posibilidad para continuar la saga.

La película combina dos tramas: por un lado convierte a Mate, auténtico protagonista de esta secuela, en actor involuntario en una aventura al más puro estilo James Bond (de hecho el film arranca con el típico prólogo de la serie 007), y por otro Rayo McQueen participa en un torneo mundial con escala en Tokio, Londres y una espectacular ciudad italiana, con paradita en París incluida (cambiando así el escenario del primer film, que era un homenaje al auténtico oeste norteamericano y a sus interminables carreteras).

La cinta no da tregua y recurre a los tópicos del cine de acción y a la espectacularidad de las carreras en circuitos para apabullar al espectador y no dar un minuto de descanso... pero a pesar de todo ello, y aunque una película Pixar siempre es una película Pixar... al final tanto golpe de efecto acaba cansando y bajo la (fantástica) pirotecnia se echa en falta la sólida trama de la primera parte, que tenía más 'corazón' y mucho mayor desarrollo de personajes, aunque en esta se recurra a poner en juego la amistad de Rayo y Mate. Definitivamente, 'Cars 2' no entra en el cuadro de honor de Pixar, aunque nadie se aburrirá en la sala. O sí, porque yo diría que la trama de esta secuela es demasiado simple para los adultos y demasiado compleja para los niños, a los que se les puede hacer demasiado larga.

Lo que sí tiene 'Cars 2', en la versión original, es un reparto absolutamente increíble. A Owen Wilson como Rayo McQueen se le suman Michael Caine y Emily Mortimer como los dos agentes secretos, John Turturro como el nuevo rival italiano de Rayo y un largo elenco de invitados especiales, desde Sofía Loren durante la visita a Italia, a Joe Mantegna, Franco Nero, Peter Jacobson (el Taub de 'House'), Tony Shalhoub (el televisivo 'Monk', que repite como Luigi), Jason Isaacs, Bruce Campbell, Jenifer Lewis, Vanessa Redgrave como la reina de Inglaterra... o los mismísimos Fernando Alonso y Lewis Hamilton... sin olvidar a Antonio Lobato, que, simplemente, se sale.

Ah, y no entréis tarde, porque antes echan un corto de Toy Story (post 'Toy Story 3'), que, francamente, estoy tentado de decir que es mejor que todo lo que viene detrás.



miércoles, 6 de julio de 2011

'El resplandor' en una sola habitación

Stephen King es el puto amo, y John Cusack uno de los mejores actores de su generación. La primera afirmación es indiscutible, aunque más dudosa en el caso que nos ocupa. ‘Habitación 1408’ (los cuatro números sumados dan… 13) está basada en una historia corta de King que no he leído, así que no sé hasta qué punto el mérito es suyo o de los tres guionistas del film. Pero Cusack se sale.

King, que, cierto, también se repite como el ajo, nos cuenta la historia de un escritor (en King siempre hay un escritor) que tras una primera gran novela (sobre la relación con su padre) se dedica a escribir novelas populares sobre hoteles encantados. Sin embargo, esta experiencia le ha convencido de que no existen los fantasmas ni lo sobrenatural.

Descubre entonces la existencia de la misteriosa habitación 1408 en un hotel de Nueva York, donde han muerto 56 personas durante varios años, 22 de ellas de manera ‘natural’ y el resto en horribles circunstancias. Pese a que el director del hotel –magnífico Samuel L. Jackson- trata de impedirle a cualquier precio que entre en la habitación, esto solo hace que el protagonista se empeñe más, convencido de que es un truco del director para que tenga más ganas de pasar allí una noche. Finalmente, tras media hora de soberbio prólogo, que combina suspense y humor de manera perfecta, Cusack entra en la habitación, donde nadie ha durado más de una hora…

…y entonces arranca la función. Las expectativas creadas hasta ese momento son enormes, pero lo que viene está a la altura. Una hora en tiempo real con John Cusack y una habitación. Lo que sigue es una revisitación de ‘El resplandor’, pero si entonces King (o mejor dicho, Kubrick) logró la historia definitiva de casas encantadas, disponiendo de todo un hotel, aquí llega el más difícil todavía: una sola habitación encantada (incluyendo salón, dormitorio y baño) y un solo personaje.

La película se convierte en un duelo entre habitación e inquilino, en el que la primera usará todas las armas a su alcance para acabar con su ocupante, en un continuo ataque psicológico y físico. Pero el escritor está curado de espantos y va a ser un duro oponente. Al final, solo uno de ellos sobrevivirá.

La apuesta es arriesgada, pero un soberbio guión y un Cusack que se echa toda la cinta a sus espaldas hacen que resulte una de las escasas obras maestras del género de terror de los últimos años… y otra vez de la mano de Stephen King.

Por cierto, la vi la otra noche en una sesión doble que echaron en Canal 9, después de ‘The wicker man’, un bodrio de mucho cuidado de esos que contribuyeron a echar a perder la carrera de Nicolas Cage. Si no sabéis lo que significa el título no lo busquéis en el diccionario. Así, igual tardáis más de cinco minutos en descubrir el final sorpresa.

PD1: En cuanto a ‘El resplandor’, no he leído el libro, pero la versión en miniserie orquestada por King, que abomina de la versión de Kubrick, era otro bodrio, así que le doy más mérito al cineasta, que firmó una película aterradora e inolvidable… y por cierto, al final, en ‘Habitación 1408’ resulta que también hay una familia compuesta por el padre, la madre y una hija…

PD2: Sobre todo en su primera parte, ya lo he comentado, el film tiene importantes dosis de humor. Baste con decir que el ‘fantasma’ se presenta poniendo en marcha mágicamente un radiodespertador en el que siempre suenan… los Carpenters.


domingo, 3 de julio de 2011

Nick Cave compone un western de altura

Y hoy también toca western. ‘La propuesta’ (2005) tiene como exótico escenario los desiertos de Australia, lo que sirve para introducir a los aborígenes como elemento novedoso en la mitología del género. Otra de las sorpresas que guarda el film es que su guionista es el cantante Nick Cave, que también firma la banda sonora. Entre él y el director John Hillcoat (cuyo posterior trabajo, ya en Hollywood, fue la adaptación de ‘The road’ con Viggo Mortensen) levantan un sólido western sin concesiones, no tanto crepuscular, que también, sino duro, no apto para estómagos sensibles.

La propuesta a la que alude el título es la que le hace un ‘sheriff’ a un forajido al que acaba de capturar en la primera escena de la cinta, un tiroteo que recuerda a la captura de la banda de Billy The Kid en el film de Peckinpah: salvará a su hermano menor de la horca si acepta buscar y matar a su hermano mayor.




A partir de ahí, por simplificar, se siguen los pasos del forajido, un Guy Pearce que cumple como siempre, hasta hallar a su hermano, un lunático Danny Huston, previo encuentro con un John Hurt al que le bastan unos minutos para demostrar el gran actor que es. De manera paralela, conocemos más en profundidad al 'sheriff' (formidable trabajo de Ray Winstone), que no es el canalla que parece en la primera secuencia, y a su mujer, estupenda Emily Watson, un alma sensible a la que su marido trata de proteger en un ambiente de gran hostilidad, aunque parezca una lucha perdida.

Poderosa visualmente y nada complaciente, ‘La propuesta’ destaca por la dureza de algunas escenas y acaba convirtiéndose en un western de envergadura que además aporta cierta originalidad al género y demuestra que Nick Cave es todo un artista polifacético y que habrá que seguir a Hillcoat. Os dejo con Nick Cave.


viernes, 1 de julio de 2011

El estreno: El regreso de Butch Cassidy

Y... no, esta semana no le toca a la tercera entrega de 'Transformers', entre otras cosas porque aún no he visto ninguna peli de la saga, ni ganas. No sé, yo pertenezco a la generación que conoció la 'primera época de esplendor' de estos muñequitos, y este es un revival que no me atrae lo más mínimo... al igual que la figura del señor Michael Bay, del que sólo salvo (qué le voy a hacer), aquella versión inconfesa de 'La fuga de Logan' que se tituló 'La isla'.

A lo que vamos, la película de este fin de semana, por muchos motivos, es 'Blackthorn', ¿y quién es este hombre? Uno de los mejores finales de toda la historia del cine es el de 'Dos hombres y un destino', con Butch Cassidy y The Sundance Kid, encarnados por Paul Newman y Robert Redford, respectivamente, afrontando su muerte en un tiroteo desesperado. Nadie que la haya visto podrá olvidar (y a estas alturas creo que no es ningún spoiler) cómo la cámara se congela en los dos amigos, que empuñan sus pistolas y salen al patio, mientras decenas de soldados esperan para masacrarles.

Y es que, según la historia oficial, los dos forajidos encontraron su final en Bolivia. En cambio, la mano derecha de Amenábar, Mateo Gil, en su regreso tras las cámaras una década después del thriller 'Nadie conoce a nadie', pone en imágenes un guión de Miguel Barros en el que nos muestra a un envejecido Butch Cassidy viviendo sus últimos días en Bolivia. De ahí el subtítulo 'Sin destino', aunque sus autores inciden en que no es una continuación del film de George Roy Hill.

¿Qué podemos esperar? Western crepuscular de altura, con aroma de Peckinpah. Veremos si resiste la comparación, aunque parece que cuenta con imágenes poderosas, una narrativa impecable/implacable y muchos números para ser una de las grandes películas españolas del año.

Y para encarnar a un mito, otro: Sam Shepard. Actor, autor, y buen conocedor de la mitología del western, puede sacar oro de un personaje como Butch Cassidy, y más en esta visión de su ocaso. Y junto a él, nada menos que el británico Stephen Rea como su perseguidor, y también el actor fetiche de Mateo Gil, Eduardo Noriega.

Así que, a la espera de 'Cars 2', disfrutad de un western al que, temo, sólo pueden perjudicarle unas expectativas demasiado altas. Veremos.

PD: ...y sí, me parece que lo complicado será encontrar una copia de 'Blackthorn' en la cartelera..., en fin...