domingo, 29 de enero de 2012

Proyecto Millenium II: La familia disfuncional (y rara) de Lisbeth



Si la versión sueca de ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’ me gustó en el cine y aguantó en la revisión en DVD, su secuela, ‘La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina’, me decepcionó, por lo que ya pasé de la tercera y última entrega. Con su revisión en DVD ha ocurrido lo mismo que con el primer capítulo, mantengo mi opinión.

La idea no es mala. Tenemos un nuevo misterio, en este caso el asesinato de un periodista que estaba a punto de destapar una trama de trata de blancas, con lo que el autor de la novela original, Stieg Larsson, insiste en su crítica hacia quienes se ceban en las mujeres. Para que el caso sea aún más interesante, la víctima trabajaba con Blomkvist y además hay un montaje para que Lisbeth parezca haber cometido el crimen. Muy buen punto de partida pero…

Para empezar, los dos protagonistas principales vuelven a vivir tramas paralelas, sin encontrarse hasta el último momento, un recurso literario que sigue perjudicando a la película. Además, ésta no arranca hasta pasada media hora, tras un inicio centrado en la reaparición de Lisbeth tras el fallecimiento de su madre.

Pero, sobre todo, lo que acaba por dejar la historia por debajo de lo que podría ser, es el empeño, supongo que de Larsson, en que su serie parezca obra de David Lynch. Y es que alrededor de Lisbeth tenemos a un gigante albino mudo que no puede sentir dolor, un enano cojo con la cara quemada, un amigo boxeador y una amante (esta segunda entrega sí incluye una escena lésbica con Lisbeth, mostrando su bisexualidad de manera más explícita que en el primer capítulo) kickboxer.

Sumémosle, por ejemplo, el personaje del policía que investiga el asesinato inicial, que está poco definido, y una pelea entre Lisbeth y dos moteros, ridícula en su ejecución, y tenemos demasiados elementos raros que, al menos para mí, le restan credibilidad a la trama principal y me apartan continuamente de la misma, de modo que para cuando llegamos al baño de sangre final (clímax de grand guignol que también encuentro forzado), hace mucho que me ha dejado de importar lo que le ocurra a Lisbeth.

En cuanto a dicho personaje, Noomi Rapace está muy lejos de la buena interpretación del primer film. Aquí tenemos a Lisbeth aún más rara y convertida en una caricatura, con sus extraños andares y aún más piercings en el arranque, aunque casi es peor lo que viene después, con esa peluca rubia que la hace parecer un travesti.

Cierto es que se van desvelando más detalles del escabroso pasado de Lisbeth, y de todos los abusos de que fue objeto, en diálogos demasiado extensos (resulta evidente el origen literario), pero todo acaba siendo demasiado estrambótico, hasta llegar a un final abrupto... aunque para eso está la siguiente entrega.

Por lo demás, el cambio de director no le viene nada bien a la saga, ya que donde el primero, Niels Arden, aportaba cierto empaque cinematográfico y una narrativa eficaz (sobre todo teniendo en cuenta que la versión para cines elimina escenas que sí aparecían en la versión televisiva), el segundo, Daniel Alfredson, se muestra demasiado rutinario, con un estilo más de televisión (mala, no esas series que ahora nos deslumbran), y en casos como la citada pelea con los motoristas, naufraga por completo.

En definitiva, si a la primera entrega le perjudicaba el personaje de Lisbeth, pese a lo cual era un más que solvente film de intriga (tal vez demasiado largo), esta segunda (con menos metraje), al centrarse más en su protagonista femenina y rodearla de una serie de personajes a cuál más estrambótico, pierde credibilidad y echa a perder lo que podía haber sido una buena trama policíaca. Veremos qué nos depara el capítulo final, y si la serie recupera el buen pulso de su arranque




PD: Bueno, Lisbeth será muy rara, pero usa muebles de Ikea...

viernes, 27 de enero de 2012

El estreno: Edgar Hoover visto por Eastwood


Semana cargada de estrenos, y para todos los gustos. Pasaremos olímpicamente de la enésima entrega de la saga 'Underworld', que como tantas otras no debió pasar de un primer y más que interesante capítulo, y también del film de acción que reúne, creo que por primera vez, a Nicolas Cage y Nicole Kidman, en lo que parece todo un despropósito aunque incluya a dos ganadores del Oscar. 

En la zona media, encontramos propuestas bastante interesantes, como el film de animación 'Arrugas', basado en el cómic del valenciano Paco Roca y que se ha quedado a las puertas de una nominación al Oscar (Trueba y Mariscal son dos pesos pesados...); 'Albert Nobbs', dirigida por Rodrigo García, donde volvemos a encontrar a Mia Wasikowska, la Alicia de Burton, y sobre todo a Glenn Close, que se ha ganado una nominación al Oscar por su papel de mujer que se hace pasar por hombre para poder ser mayordomo; y por último, la curiosidad de la semana, 'El monje', film francés protagonizado por Vincent Cassel, y en cuyo variopinto reparto encontramos desde Geraldine Chaplin a Sergi López, pasando por el ya fallecido Jordi Dauder en uno de sus últimos papeles.

Pero si hay un estreno de Clint Eastwood, ese es el film que hay que ver, aunque su último trabajo, 'Hereafter', sigue en mi lista de pendientes, algo que no me ocurría con este director desde hace muchos, pero muchos años. Esta vez toca película ambiciosa, con la visión que nos da el 'tío Clint' de uno de los personajes más polémicos y controvertidos de la historia reciente norteamericana, posiblemente el que más junto a Nixon: J. Edgar Hoover, quien dirigiera durante bastantes años el FBI.

No esperéis ver una cinta de intriga, sino más bien política, que por lo visto no ha tenido unas críticas tan positivas como sería de esperar en Eastwood, e incluso se ha visto apeada en la carrera de los Oscar. Es decir, que Dicaprio tampoco se llevará este año la estatuilla, pese a otro papel elegido para ello.

Pero como siempre en Eastwood, aunque tal vez no se alcance la excelencia, el nivel medio-alto suele estar garantizado, y si además os interesa el personaje en cuestión, pues no creo que resultéis decepcionados.

PD: La resaca de las nominaciones a los Oscar nos ha traído el reestreno de 'The artist', una de las principales favoritas, en algunos cines de la provincia de Castellón. Así que aprovechad y dadle una oportunidad. Todos los días no se ve en el cine un film mudo y en blanco y negro, y menos rodado hoy en día.

miércoles, 25 de enero de 2012

Los muertos vivientes siguen bien vivos



A la espera de que se emita en España la segunda parte de la segunda temporada de 'The walking dead', vamos con lo que nos han dejado estos siete capítulos. Vaya por delante que el nivel de calidad de la primera se mantiene, aunque el ritmo baja, pero mucho. Eso, de por sí, no es malo. De hecho, es posible que la serie incluso haya ganado en profundidad, tomándose más tiempo para abordar todas las posibilidades que ofrece el argumento y sus personajes. Pero es evidente que ahora se toman las cosas con más calma. Y aunque en la parte con spoilers lo dejaré más claro, valga como ejemplo que la trama principal de estos siete capítulos se basa en solo tres cómics de 20 y pocas páginas. Aunque bien es cierto que el contenido de los mismos se ha ampliado... pero mucho.

Y es que pasar, pasan muchas cosas. Los protagonistas se tiran todo el tiempo en el mismo lugar, en cierta granja, pero los siete capítulos dan para mucho. Y aunque el nivel de violencia y dureza del cómic es bastante elevado, y poco apto para el público en general, la serie no se queda muy atrás, y depara momentos que no dejan a nadie indiferente... de los que hablamos en muy poco.

Y luego está el final. Gran as en la manga de los guionistas, y un buen ejemplo de lo que acabo de citar. Qué mal cuerpo se te queda, qué pocas ganas de seguir viendo la serie... porque este mundo de zombis es todo menos agradable, y lo más difícil es tener esperanza.

SPOILERS

La temporada arranca con una magistral secuencia en una autopista atestada de coches detenidos, que no estaba en el cómic y es una absoluta genialidad. A partir de ahí la niña que acompaña a los protagonistas desaparece y su búsqueda va a ser uno de los ejes centrales de la temporada. Precisamente buscándola, en otra secuencia llena de magia (dejémoslo claro, toda la carne en el asador está en el primer y último capítulos de la temporada), el hijo de Rick se queda embelesado viendo un ciervo hasta que alguien dispara al animal y le da al crío.

Eso sí está en el cómic, y al igual que en el mismo, los protagonistas llegan a la granja de Hershel, que se mantiene allí apartado de todo con su familia, lejos de los zombis. Los protagonistas creen haber encontrado el paraíso, pero, para empezar, Hershel, buen ejemplo de fanático religioso (otro tema de esta temporada), no quiere compartir su casa y oculta un secreto... que en el cómic se descubre en el mismo número en el que todos llegan a la granja y aquí tarda como cuatro capítulos en revelarse.

Lo mismo ocurre con el embarazo de Lori, que ella misma le comunica a Rick al tiempo que se entera el lector. En la serie se juega con que el espectador lo sabe, y al final prácticamente todos... menos Rick. Es un tema al que se le saca más partido en la serie, no solo porque Shane sigue vivo... sino porque se reflexiona, aún más que en el cómic, sobre si vale la pena traer un niño a un mundo en el que se puede morir en cualquier momento. Trama que se introduce, antes de que sepamos nada del embarazo, mientras el hijo de la pareja se debate entre la vida y la muerte... con alguna que otra secuencia también de gran impacto.

Resulta curioso, por otra parte, que mientras Shane sigue vivito y coleando, se hayan cargado a Otis y a la pequeña, con ese final absolutamente desolador... aunque me parece que a Shane le queda poco y se están sembrando las semillas que conducirán a su muerte en los próximos episodios.

Por cierto, aunque el final no puede ser más brillante, con la solución al misterio de la pequeña, decepciona lo que ocurre inmediatamente antes. La bomba de relojería que supone tener encerrados a un montón de zombis (buena parte de ellos integrantes de la familia de Hershel) simplemente se liquida con un tiroteo en el que los protagonistas se cargan a todos los muertos vivientes. En el cómic la escena es mucho más brutal, ya que mueren algunos familiares vivos de Hershel a manos de los zombis y por tanto aún hay más consecuencias.

Por lo demás, las escenas con los zombis siguen resultando impresionantes, y cada personaje tiene sus propias tramas y puntos de interés, aunque, dentro de los cambios, también resulta curioso que Andrea se líe en la serie con el cachas de Shane y no con el viejo...

Resumiendo, en la serie han puesto el freno de mano y están profundizando en las mismas tramas que el cómic, o al menos en las más destacadas, convirtiendo la versión televisiva en una adaptación corregida y ampliada del original, ligeramente menos dura. Veremos qué nos depara el resto de la segunda temporada... y también los siguientes arcos argumentales del cómic. Los zombis dan igual, pero ese grupo de supervivientes que tratan de hallar esperanza en un mundo devastado te clava a la butaca.

domingo, 22 de enero de 2012

Mal vamos, Hollywood, mal vamos


A unas 48 horas de que se den a conocer las nominaciones de los Oscars de este año (otro que, me temo, no pasará a la historia del séptimo arte), vamos con la ganadora del pasado año, que, como ocurriera con su predecesora, 'En tierra hostil', he visto con casi un año de retraso... lo que posiblemente no dice mucho en su favor.

Vaya por delante que 'El discurso del rey' me ha encantado, y por una vez, ha cumplido con todas mis expectativas. Colin Firth se ganó el Oscar sobradamente (por supuesto he visto el film en VOS), con una memorable interpretación en la que no se dejó vencer por la tentación del histrionismo en la que seguramente hubiera caído cualquier intérprete norteamericano. Otro que está formidable es Geoffrey Rush, al que perfectamente podían haber nominado a Mejor Actor y no a Secundario, dado que aparece en pantalla el mismo tiempo que Firth. Rush, también limitando su tendencia al histrionismo (aunque en su caso siempre se hace perdonar), nos recuerda lo gran actor que es, y que es una lástima que siempre le toquen papeles secundarios... aunque él los hace grandes (no hay más que echar un vistazo a la saga 'Piratas del Caribe', donde siempre acaba llevándose el gato al agua).

Por su parte, Helena Bonham Carter nos recuerda que hay vida fuera de Tim Burton, y el espectador acaba echando en falta que no salga más en este film, donde también brillan en sus escasas apariciones dos grandes actores que han ganado popularidad con la saga de Harry Potter (como la Bonham): Michael Gambon, el segundo Dumbledore, como Jorge V, y sobre todo Timothy Spall, más conocido como Colagusano, memorable como Churchill.

La película, en contra de lo que daba a entender su publicidad, no narra cómo Jorge VI se preparó para vencer su tartamudez y dar el discurso anual (ese en el que este año en España todos esperábamos que mencionase a Urdangarín) en una época en que era radiofónico, exclusivamente la voz, y en plena declaración de guerra con Alemania tras los desmanes de Hitler.

Ese es el argumento de la última media hora. Hasta entonces tenemos la historia de dos hombres, de uno que no quiere ser rey pero que es el más indicado para serlo, y de otro que trata de sacar adelante a su familia y ser actor, aunque sea aficionado, aunque su mayor talento es ayudar a otros a mejorar su dicción. La historia de una amistad entre un rey y un hombre de la calle. Una historia que recurre a lo que podríamos denominar la épica de las pequeñas cosas, donde un discurso puede motivar a toda una nación.

El film discurre de una manera perfecta, sin excesos, sin irregularidades, creciendo poco a poco y fiándolo todo a sus intérpretes. Una película que se agradece en estos tiempos de efectos especiales y vacuidad, pero...

...su director, Tom Hooper, cuyo Oscar sí resulta más que discutible, por mucho que también me encantase su anterior trabajo, 'The damned United' (no os perdáis esta divertida comedia, sobre todo si sois fans del fútbol, de Michael Sheen y, otra vez, Timothy Spall), no evita que estemos ante un film que no puede ocultar su condición de... teatral. Porque eso es lo que parece 'El discurso del rey', más una obra de teatro que una película.

Y por tanto, nunca debiera haber ganado el Oscar a la Mejor Película, que debería premiar no solo una buena historia e interpretaciones, sino dirección y espectáculo visual. Por lo mismo que ya dije hace un año que antes le hubiera dado el Oscar a 'Avatar', que quedará en la historia del cine por su revolución digital con las 3D (no como lo que ha venido después), que a 'En tierra hostil', reconozco, por mucho que me haya gustado 'El discurso del rey', que espero más de una película ganadora del Oscar. Mal vamos si los dos últimos films premiados por Hollywood no pasan de películas con calidad, más que correctas, pero no fabulosas, de esas que sí son la MEJOR del año con todas las letras. Claro que si no había nada más...

viernes, 20 de enero de 2012

El estreno: Un asesino en serie en la División Azul



Pues esta semana Gerardo Herrero y sus chicos le ganan la partida a Clooney y sus descendientes, por mucho que estos últimos huelan bastante a Oscar. Y por chicos entendemos a Carmelo Gómez y Juan Diego Botto, a quienes les toca protagonizar un thriller de inusual escenario: la investigación de un crimen en pleno frente ruso, en el seno de la División Azul.

Nueva mirada sobre la guerra civil española y sus aledaños, en esta ocasión partiendo de la novela de Ignacio del Valle 'El tiempo de los emperadores extraños'. Al personaje de Botto, antes inspector de policía y ahora soldado raso, le toca investigar el hallazgo del cadáver de un soldado, congelado entre los cadáveres de varios caballos atrapados en un lago helado. En el pecho de la víctima aparece un mensaje grabado con un cuchillo: 'Mira que te mira Dios'.

Y para complicar cosas el personaje de Carmelo Gómez no pretende tanto ayudar a Botto en sus pesquisas como controlarlas.

En fin, confiemos en Gerardo Herrero, que suele acertar bastante, tanto como director como productor, y en su pareja de protagonistas, para sacarle partido a una trama a priori bastante interesante.

miércoles, 18 de enero de 2012

'Mushi-shi', cuando el terror anida en la belleza



Belleza. Así de claro. Eso es lo que encontraréis en ‘Mushi-shi’, serie de animación japonesa basada en el manga del mismo título, y que también ha dado lugar a una película de imagen real.

Los mushi a los que alude el título son unos seres microscópicos que representan la frontera entre la vida y la muerte, más fantasmas que seres vivos, que acostumbran a comportarse de forma parasitaria, ocasionándoles serios problemas a todo ser humano que entra en contacto con ellos.

Un mushi-shi es quien se dedica a estudiarlos, y en este caso tenemos a Ginko, inconfundible con su cabello blanco, que le tapa el ojo que le falta precisamente por causa de un mushi. Ginko recorre las zonas rurales de Japón, pequeñas aldeas junto al mar o la montaña, para conocer más sobre estos seres, diríase sobrenaturales, y resolver los problemas de aquellos que han tenido la mala suerte de encontrarse con ellos, aunque no siempre está en su mano.

A ratos la serie recuerda a la reciente ola de films de terror japoneses, en los que el miedo siempre surge de una manera a la que el público occidental no está acostumbrado. Pero sobre lo que en realidad reflexionan estas historias es sobre la capacidad del ser humano para cambiar y modificar su destino. En no pocas ocasiones los protagonistas aceptarán los efectos del mushi si eso les permite mantener con ellos a sus seres queridos, aunque solo sea en apariencia y pagando un alto precio.

Cada capítulo es independiente y en estos cuentos, que acostumbran a dejar una huella imborrable, encontramos propuestas tan sorprendentes como una ciega a la que los mushis le devuelven la vista… a cambio de la maldición de ver el futuro; un niño al que le brotan cuernos blandos en la cabeza; un pantano que avanza hacia el mar; alguien que provoca que las personas se oxiden a su alrededor; un puente que aparece y desaparece o una espora de algodón que adquiere la forma de un bebé para sustituir al auténtico y engañar a la madre para que lo cuide.

Pero sobre todo ‘Mushi-shi’ destaca por el cuidado puesto en cada fotograma, desde los bellos paisajes y pequeñas aldeas por las que deambula Ginko a la delicada música que acompaña las escenas, incluyendo un tema principal que parece sacado de los más inspirados Simon & Garfunkel.

Todo ello realza unas historias que, pese a la aparente rareza de sus argumentos, siempre acaban haciendo que el espectador se identifique con los protagonistas, aprendiendo sobre el ser humano y sus sentimientos.

Acompañad a Ginko en su incesante peregrinaje, descubriréis un mundo extraño, a veces aterrador, pero siempre lleno de belleza.

PD: Lo que siempre me he preguntado es: ¿qué hierba fuma Gimko episodio tras episodio? Porque Ducados no son.



domingo, 15 de enero de 2012

Proyecto Millenium I: Los hombres que no amaban a Lisbeth Salander



Aprovechando el estreno de la versión USA de la saga 'Millenium', voy a completar la versión de la sueca, ya que aún me quedaba pendiente el tercer y último capítulo. Pero dado que ya hace tiempo que ví las dos primeras, aprovecho para revisionarlas, empezando por la primera. Y ya sé que lo que siguiente no les gustará a los fans de la serie, pero vaya por delante que 'Los hombres que no amaban a las mujeres' es un film más que interesante, aunque le sobra... Lisbeth Salander.

Qué fácil es ser polémico, ¿verdad? Pero esa es mi valoración tras el segundo visionado del primer capítulo. No he leído los libros, así que todo lo siguiente va exclusivamente sobre el film sueco. La primera traslación a la gran pantalla de la obra de Stieg Larsson se beneficia del buen pulso de Niels Arden, cuya mano seguramente se notará menos que la de Fincher, pero sabe darle empaque y estilo a la película, además de captar la atmósfera de los paisajes nórdicos.

'Los hombres que no amaban a las mujeres', sin ser nada del otro mundo, eso es cierto, se sigue con bastante interés, aunque se pasen con el metraje (2 horas y 20 minutos) gracias a su trama de intriga, que empieza al más puro estilo de 'The killing' o 'Twin Peaks', eso sí, no con la aparición del cadáver de una joven intachable, sino con una nueva investigación sobre su desaparición 40 años después de la misma. Ahí es nada el reto que se le plantea al protagonista, el periodista Mikael Blomkvist. Y como suele ocurrir, todo se irá complicando al salir a la luz toda una serie de asesinatos de los que nadie sabía nada, hasta un doble desenlace que en absoluto decepciona.

La trama se sigue con interés, aunque hay un elemento molesto que, sobre todo en la segunda visión, me impide concentrarme en ella: Lisbeth Salander, que poco aporta a la historia. En la primera mitad del film, Lisbeth protagoniza una trama paralela a la principal, sin ningún interés, y cuando se encuentra con Blomkvist hay una total falta de química entre los dos personajes, que ignoro si se reproduce en el remake o ya venía del libro. En la pantalla sueca el romance entre los protagonistas no hay quien se lo crea, y el misterioso pasado de Lisbeth se resuelve en dos patadas... claro que para eso están las dos siguientes entregas, las que se supone justifican la popularidad del personaje, demasiado artificial para mi gusto, al menos en esta primera entrega.

Lo que no quita para que tengamos una sólida cinta de intriga cuyo interés no decae en el segundo visionado, a pesar de que ya sabemos quién es el asesino, y que sirve para denunciar los abusos que cometen los hombres sobre las mujeres. En cuanto a los protagonistas, una cosa es que Lisbeth aporte poco, y otra que Noomi Rapace no firme una interpretación más que convincente, sobre todo aportando intensidad a su personaje, mientras que Michael Nyqvist le da humanidad, aunque no por ello Blomkvist deja de quedar como un personaje poco trabajado.

PD: Me parece que voy a tardar bastante en ver la versión USA. Qué queréis que os diga, es una historia que ya he visto y no le veo ningún aliciente al remake, menos aún para pagar por verlo. Así que, bien, supongo que cuando la echen por la tele, si no tengo nada mejor que hacer, igual le echo un vistazo simplemente para ver qué ha hecho Fincher (al que supongo que habrán pagado bien para ponerse a los mandos del remake tras peliculones de la talla de 'Zodiac' y 'Benjamin Button').


viernes, 13 de enero de 2012

Que Dios ilumine a Kenneth Brannagh

Y lo que son las cosas, viernes 13 y dos posts. Simplemente para comentar una, para mí, noticia bomba. El señor Kenneth Brannagh (que Dios le inspire) va a adaptar "La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey", única novela de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, de carácter epistolar, que me encantó, y que puede dar lugar (repito, que Dios le inspire) a una gran película. 

De momento, Brannagh desde luego no es tonto, y su protagonista será interpretada por Kate Winslet, más conocida como la mejor actriz de su generación. Aquí no hace falta la inspiración divina, seguro que la inglesa sabe muy bien qué hacer con un bombón de personaje. Ya me tienen esperando el tráiler...

El estreno: A ver si De la Iglesia acierta esta vez...


Semana floja en cuanto a estrenos, según como se mire. Porque tenemos cine cubano... pero de zombis ('Juan de los muertos'); lo último de Fincher, que versionea una película que no hace ni dos años que se estrenó ('Millenium I'); la última chorrada de Chris Gorak ('La hora más oscura'), el de 'Guardianes de la noche', y lo nuevo del creador de 'Saw' ('El coleccionista'). Así que, puestos a destacar entre tanta película de la que paso olímpicamente... pues una de la cual paso también bastante, lo último de Álex de la Iglesia.

Director, por cierto, del que no me hacen ni pizca de gracia sus inicios ('Acción mutante'), pero que ha sabido levantar una carrera con títulos tan interesantes como 'La comunidad' o 'Muertos de risa'. Su última 'Balada triste de trompeta' tampoco me llamó en absoluto la atención, a excepción de sus dos protagonistas, dado que parecía una soberana rayada... que evidentemente fue del agrado de Tarantino.

Pero, en fin, esta 'Chispa de la vida' parece que se suma a las reflexiones sobre la crisis actual, y aunque esté protagonizada por un señor que detesto, tiene entre su reparto a Juan Luis Galiardo, Blanca Portillo, Fernando Tejero o Santiago Segura... sin olvidarnos de Salma Hayek

Claro que lo que a uno le gustaría ver es aquel proyecto, no sé si abandonado definitivamente, según el cual De la Iglesia iba a adaptar el cómic 'La marca amarilla', de la serie protagonizada por Blake y Mortimer. Un truño de cómic, la verdad, pero es que los dos personajes de marras iban a ser interpretados por Jack Bauer y Greg House, digo... Kiefer Sutherland y Hugh Laurie. En fin...

miércoles, 11 de enero de 2012

'Homicidios': incomprendida pero más que eficaz



Ya avisé que hablaría de ‘Homicidios’, así que ahí vamos. Si la Sexta ayudó bastante al fracaso de ‘Buenagente’ (aunque de hecho, parece ser que la audiencia no era tan mala…), Tele 5 hizo lo propio con una de sus grandes apuestas de la última temporada. Protagonizada por Eduardo Noriega, ‘Homicidios’ se estrenó en el prime time de los martes, pero ahí solo duró dos capítulos. Pese a la buena audiencia de la serie en dichas entregas, la tercera, que coincidió con el estreno de ‘Gran Hotel’, se retrasó a las 23.00 horas, y la quinta a las 00.00. Para rematar la faena, luego pasaron la serie al lunes, manteniéndola en el mismo horario. Lo más curioso es que el último episodio volvió a las 22.30 horas. En fin, por lo visto el programador sigue siendo un mono encerrado con un teclado que va pulsando a boleo…

Horarios al margen, ‘Homicidios’ es de lo mejorcito que han dado últimamente las productoras nacionales, un policíaco a la usanza norteamericana que aguanta bastante bien el tipo. Los referentes son evidentes: el equipo de CSI (y los decorados, calcados), y el protagonista de ‘El mentalista’, un psicólogo experto en la mente criminal que colabora con la policía.

Los 13 capítulos emitidos, y que no van a tener continuación, han desarrollado una única trama, la del psicópata conocido como ‘El cazador’, personaje que al menos, en una época llena de argumentos trillados en la que sorprender es lo más difícil, utiliza un modus operandi de lo más original: se hace amigo de un potencial psicópata, lo convence para que mate, y después lo ejecuta impartiendo justicia por ese crimen, y encima hace que parezca un suicidio. Rebuscado, pero más que convincente en cuanto a análisis psicológico de personaje.

Desde el principio queda claro que ‘El cazador’ conoce al protagonista, el psicólogo Tomás Soller, y la serie se convierte en un duelo psicológico en el que el asesino juega con todo el equipo policial. Una trama desarrollada con bastante pericia, por medio de investigaciones que llevan a otras investigaciones y pistas que conducen a otras pistas, estrechando el cerco en torno al asesino hasta un final que está bastante a la altura de lo esperado. Otra cosa es que a Soller no se le ocurra hasta el penúltimo episodio que el asesino es otro psicólogo, cuando es algo evidente desde mucho antes.

Para que nadie se aburra, la mayoría de episodios combinan la trama principal con otra autoconclusiva, exactamente a la manera de CSI, con los miembros del equipo repartidos entre los dos casos. Las excepciones son el primer capítulo, que parece autoconclusivo hasta que descubren que se trata de un asesino en serie que ya ha matado antes; el séptimo, centrado en la búsqueda de dos niños desaparecidos (más actual imposible); y la recta final de los capítulos 10 al 13, con un continuo in crescendoa partir del momento en el que ‘El cazador’ amenaza a los propios agentes.

Todo ello con una realización bastante competente y buenos guiones, a veces a lo ‘Miénteme’, donde nada es lo que parece. Súmense a los casos policiacos las historias personales de los protagonistas (léase como: romances más o menos atípicos) y tendremos una serie que cumple en todos los aspectos.

Uno de los aciertos es el reparto, empezando por los dos protagonistas principales. A Soller lo encarna de manera bastante convincente un Noriega que no da para mucho más, pero que aquí cumple… salvo en los momentos más exigentes. Y como su jefa e interés amoroso (relación llevada con gran habilidad por los guionistas) recuperamos a Celia Freijeiro, a quien ya vimos en ‘Pelotas’.

El equipo se completa con Vicky Luengo como la novata (con bastante drama familiar a sus espaldas), Carlos García (otro con pasado misterioso) y Enrique Berrendero, visto en 'Hospital Central'. Y luego tenemos un buen número de secundarios habituales: la pesada de Esmeralda Moya como el otro interés romántico de Soller; Mariano Venancio como el comisario, y el siempre eficaz Mingo Ràfols como el policía rival de Sóller, duro pero profesional, aunque un poco desaprovechado como personaje, al igual que ocurre con la forense interpretada por Marian Aguilera.

La serie nos ha deparado bastantes momentos no aptos para estómagos sensibles, pero ha tenido un nivel más que aceptable. Eso sí, lo único que habrá que agradecerles (o no) a los responsables de Tele 5 es la decisión de no continuarla, dado que se antoja todo un desafío crear otra trama central a la altura de la de esta, finalmente, única temporada. 

martes, 10 de enero de 2012

'The killing': Cuando la forma lo es todo




Muy posiblemente la mejor serie que se ha podido ver durante el último trimestre de 2011 en las teles generalistas sea ‘The killing’, cuya primera temporada puede catalogarse perfectamente de obra maestra… a excepción, tal vez, del final.

En esta adaptación norteamericana de una serie danesa la forma lo es todo. La historia nos la han contado mil veces: una joven desaparece, es hallada muerta y se investiga para descubrir al asesino. Pero la clave es cómo se nos cuenta esa historia, y ahí, todo es de 10.

‘The killing’ nos muestra una Seattle que nada tiene que ver con la que nos ha enseñado ‘Anatomía de Grey’. Como si de la ciudad de ‘Seven’ se tratara, aquí siempre llueve, siempre está nublado, con una lograda atmósfera visual que lo es todo. El factor tiempo también es esencial, hasta el punto de que es la serie que mejor ha captado un ritmo temporal desde ‘24’. Aquí cada capítulo narra un día, empezando por el que acaba, bien entrada la noche, con el descubrimiento del cadáver, en la que es, sin duda, la mejor escena de toda la serie, y la que mejor ha utilizado un móvil desde que la telefonía cambió por completo. Además de todo un homenaje a la misma secuencia del arranque de 'Twin Peaks', a la que 'The killing' remite en ciertos, pero menos aspectos de los que uno pueda imaginarse.

Muy en la línea de ‘Homicidios’, pero apostando el todo por el todo, los 13 capítulos narran una única investigación, en la que la policía halla indicio tras indicio, reconstruyendo poco a poco las últimas horas de la víctima, Rosie Larsen. Si acaso se le puede poner un pero, es el continuo baile de sospechosos, que acaba cansando un poco, y sobre todo al final, creando cierta sensación de que, una vez más, los guionistas hacen equilibrios sobre la cuerda floja sin saber cómo resolver la trama central.

No contentos con mostrar la investigación, el argumento de la serie se ramifica en otras tramas que involucran a la pareja de policías protagonistas, la campaña política por la alcaldía, y sobre todo, cómo afecta la muerte de Rosie a sus padres, posiblemente la parte más interesante.

Como protagonista tenemos a la actriz Mireille Enos, que, en lo personal, tampoco es que me haya parecido nada del otro mundo, aunque cumple sobradamente y acaba de ser nominada al Globo de Oro a la Mejor Actriz de Drama. Del resto del reparto, eficaz del primer al último secundario, destacan Michelle Forbes como la muy sufridora madre de Rosie y Brent Sexton como el padre, así como Billy Campbell en el papel del líder de la oposición.

Desde un principio surgió la comparación entre ‘The killing’ y ‘Twin Peaks’, dado que ambas se centran en el asesinato de una joven aparentemente perfecta, en una pequeña población, y poco a poco van saliendo a la luz los trapos sucios de todos los vecinos, víctima incluida. Todo eso también está presente en ‘The killing’, pero no hay elemento sobrenatural, ni atmósfera de terror, ni toques de humor… ni enanos, vaya. De nuevo, tal vez sea la misma historia, pero nada que ver en el tono.

En cuanto al polémico final, sin destripar nada, sencillamente, y desde el desconocimiento de la versión danesa, lo que ha ocurrido es que ‘The killing’ ha sido un éxito en los USA, así que habrá segunda temporada, con el peligro de estirar en exceso una trama que parecía resuelta por completo, en todos sus aspectos… a falta de un minuto para el final del último capítulo. Y ahí es donde todo da un vuelco y dejan un continuará de esos que te dejan sin aliento.

Ahora no solo habrá que ver si la segunda temporada está al nivel de la primera (difícil lo tienen) y si el misterio se resolverá de manera coherente (más difícil todavía), sino si la Sexta emitirá los nuevos capítulos tras haber acabado programando la serie a las 0.00 después de ‘The walking dead’ y ‘Person of interest’.

sábado, 7 de enero de 2012

El estreno: El año de Sherlock

Vale, elegir la segunda entrega de Sherlock Holmes en la semana en la que se estrena el trabajo que le puede dar su tercer Oscar a la mejor actriz del mundo, Meryl Streep, no es muy 'profesional', pero la Thatcher nunca ha sido santo de mi devoción.

En cambio, Sherlock Holmes sí es uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos, y la versión que nos ocupa, al menos en su primera entrega, no estuvo nada, pero que nada mal, y fue mucho más respetuosa con el original de lo que parece a simple vista.

Por no hablar de que, mientras Robert Downey Jr. siga interpretándose a sí mismo (vamos, lo que hace en esta serie y en Iron Man), me va a tener fijo haciendo cola ante la taquilla (sí, es el único motivo por el que veré 'Avengers'. Eso, y que la dirige Joss ('Buffy, Cazavampiros') Whedon).

Lo de Jude Law ya es otra historia, porque ya cargaba en la primera. Al menos repite, aunque no tiene pinta de salir mucho, Rachel McAdams, y tenemos a Jared Harris como villano. Mejor dicho, como EL villano: Moriarty, y al parecer muy en la línea de su personaje de 'Fringe'.

Sigue a los mandos Guy Ritchie, por fortuna y por desgracia (esa cámara lenta...), y lo mejor es que para los fans de Holmes, el próximo jueves Antena 3 (No.....!!!!) estrena 'Sherlock', una innovadora versión del personaje a cargo de la BBC, de la que hablan maravillas. Solo un par de detalles: transcurre en nuestros días, y solo son tres episodios. Avisados estáis.

Ah, y aún tendremos otro Holmes este año, el que prepara Garci, con el personaje en Madrid persiguiendo a Jack el Destripador. Solo que es Garci, claro... Lo mejor es que son tres visiones muy distintas de un mismo personaje, que sigue gozando de magnífica salud. Ya estáis tardando en releer sus historias... ¿o aún no las habéis leído? Sería algo imperdonable, y toda una suerte, por poder disfrutarlas por primera vez.

jueves, 5 de enero de 2012

Diva no hay más que una (y se llama Kylie)



Noche de Reyes, y mi regalo es una recomendación, uno de los discos que más me han gustado en los últimos tiempos, ‘Aphrodite’ de Kylie Minogue. Sí, de Serrat a Kylie, es lo que hay.

En su último trabajo la australiana logra lo más difícil, superar su ‘Fever’ (2001), hasta ahora mi disco favorito de su discografía (el único, de hecho, que me ha gustado de verdad). La cantante sigue en la línea pop-dance que inauguró dicho trabajo y alcanza cotas impresionantes.

Pero donde luce de verdad es en el directo. Si podéis no os perdáis el dvd de su última gira, ‘Aphrodite. Les Folies’, que recoge el concierto que ofreció en junio del pasado año en Londres. Más sensual y diva que nunca, el recital la pone en un pedestal inalcanzable ahora mismo para otras aspirantes como la mismísima Madonna, o Rihanna y su nefasto estilista.

Mezcla de espectáculo a lo Folies Bergere y con reminiscencias de la antigua Grecia, Kylie deslumbra en todo momento y en todos los aspectos, como clave de bóveda de un montaje apabullante (y gay, pero que muy gay), en el que no deja de sorprender al espectador. Incluso se permite el lujo de volar a lomos de un ángel, ahí es nada.

Un concierto (vale, pelín hortera en la puesta en escena, pero a esta mujer se le acaba perdonando todo) en el que canta la práctica totalidad de temas de su último trabajo y solo se sale en dos ocasiones del material de los últimos cuatro, que le han valido sus mayores cotas de popularidad desde que fusionase pop y dance. Esas dos piezas son el mítico ‘Better the devil you know’, muy versioneado para los nuevos tiempos, y una versión del ‘There must be an angel (playing with my heart)’ de Eurythmics.



Por lo que respecta al disco, apenas hay temas de relleno, y una tras otra se suceden piezas vertiginosas. La apertura no puede ser mejor, con una balada tan espectacular como ‘All the lovers’ seguida de la extraordinaria ‘Get outta my way’, mi tema favorito del disco y el que me lo descubrió, con un derroche de energía extraordinario y esa letra en la que Kylie le dice a su chico que espabile o le va a perder.

No hay bajón. Lo siguiente es ‘Put your hands up (if you feel love)’, con un estribillo demoledor que deviene himno en directo, y ‘Closer’, que queda como pieza menor pero solo comparada con las tres precedentes y las dos que le siguen: ‘Everything is beautiful’, otro precioso medio tiempo con la voz de Kylie más suave que nunca, y el demoledor ‘Aphrodite’, pensado para servir de apertura a la gira, el tema más teatral, más propio de un musical, que es lo que a ratos parece su concierto.

‘Illusion’, ‘Better than today’ y ‘Too much’ representan el momento más flojo del disco, pero más por comparación con el resto que porque no sean buenos temas. Y la recta final se abre con ‘Cupid boy’, otro temazo hiper bailable con Kylie en plan diva total, al que le sigue ‘Looking for an angel’, otro baladón de musical. Y cerramos con ‘Can’t beat the feeling’, un espectacular increscendo por todo lo alto, capaz de dinamitar las pistas de baile, y que en el concierto lo fusionan con gran habilidad con ‘Love at first time’, tal vez el mejor tema de ‘Fever’.

Ahora mismo, es el mejor disco que se me ocurre para levantar los ánimos, olvidar la crisis y tener un subidón de energía. Y si sois fans de Kylie, vais a ir directos al séptimo cielo.

lunes, 2 de enero de 2012

Cruise sigue en plena forma (y Hunt también)



Pues sí, amigos. Los casi 50 tacos que se gasta Tom Cruise se notan como nunca, sobre todo en los primeros planos (este hombre parece que no sabe lo que es el botox), pero qué físico luce el tío, y cómo corre (concretamente por Moscú, Dubai y Bombay). Pero a lo que nos interesa: ‘M:I: Protocolo fantasma’ mantiene el nivel de las mejores entregas de la saga (esto es, todas menos la segunda, que tampoco estaba tan mal), confirmando a Ethan Hunt como su seguro de vida. De hecho, parece que la taquilla está respondiendo, algo que Cruise casi no recordaba. Y si siguen haciéndolas tan bien, por mí que hagan muchas más M:I.

¿Es tan buena la cuarta entrega como su predecesora, la mejor de la saga? Pues así, así. Le gana en algunos aspectos, como la caracterización de los secundarios. Simon Pegg ya está presente en todo el metraje y garantiza el toque de humor, convirtiendo este film en el más divertido de la serie, y sin que ello perjudique a las tramas de intriga y al clima de tensión, que era lo difícil.

No lo hace mal JeremyRenner, aunque esperaba más, de él y de su personaje. Pero la revelación es Paula Patton, con la que se consigue lo que estuvieron a punto de hacer en la tercera parte con Maggie Q, darle un papel de verdad, más allá de lucir su físico. Aquí dan en la diana, y la chica deja huella.

En cambio, el malo deja bastante que desear, y acaba siendo el típico malo de las películas de Bond, muy lejos de la exhibición de Philip Seymour Hoffman, aterrador en el film precedente. Y no solo eso es lo que esta película tiene de Bond, ya que, a pesar de que nos venden que la F:M:I es desmantelada y el equipo de Hunt queda solo ante el peligro, lo cierto es que siguen teniendo cochazos espectaculares, jets privados y todo tipo de artilugios de última tecnología. Muy a lo Bond (no hablemos de Bombay…), y nada que ver con esos capítulos en los que Jack Bauer se queda solo, pero de verdad (vale, siempre nos quedará Chloe). De hecho, y salvo en la segunda entrega de la saga, Hunt está más que acostumbrado a tener que apañárselas solo con su equipo y a ir contra los jefazos de la F:M:I, por lo que no hay ninguna novedad, sino que los guionistas se mantienen fieles a las señas de identidad de esta serie.

La trama tampoco es la mejor de la saga, tal vez incluso solo por encima de la segunda (¿ah, pero, tenía trama?), lo que no impide que Brad Bird lleve la cinta con mano firme durante la mayor parte del metraje, convirtiendo esta nueva entrega en todo un espectáculo de acción y suspense, al nivel de lo mejor que puede dar Hollywood.

Incluso, en lo que tal vez sea el mejor hallazgo del guión, han resuelto de una manera brillante la pregunta que me hacía en el post dedicado al estreno de esta película: ¿qué habrá pasado con la mujer de Ethan Hunt? Porque en la tercera el agente lo arriesgaba todo para salvarla y en el tráiler de esta nueva entrega no se la veía por ningún lado… Repito, no la han obviado, como a cualquier chica Bond de un film para otro, y han resuelto el tema a la perfección.

Por lo demás, la influencia de las pelis de Bourne sigue presente en las peleas, Hunt cada vez recuerda más a Bauer en determinados aspectos, y esta vez ya no hacen falta ni las máscaras. Por cierto, no os perdáis el prólogo. Tenían una buena papeleta después de los tres anteriores, sobre todo el último, brutal, así que lo han solucionado optando por otra vía: acción in crescendo, fondo musical de Dean Martin y mucho humor. Diferente, pero igualmente efectivo.

Nada, a esperar ¿5 años más? para la próxima. Aunque me da que no van a tardar tanto… (y si no que se lo digan a Spielberg y a Harrison Ford, que esa es otra).