domingo, 30 de diciembre de 2012

Peter Jackson naufraga en el cielo de Alice Sebold



Aprovechando el reciente estreno de El hobbit, vamos a despedir el año con un post dedicado al anterior trabajo de Peter Jackson, su fallida adaptación de la novela The lovely bones, de Alice Sebold, traducida en nuestro país como Desde mi cielo, aunque en la gran pantalla mantuvieron el título original.

Dado que no he leído el libro, desconozco si los problemas que muestra el film de Jackson ya parten de la historia de Sebold, o por el contrario se deben exclusivamente a que el director no ha sabido traducir la obra en imágenes. El caso es que, si bien The lovely bones prometía traer de regreso al Jackson más lírico e intimista, el de Criaturas celestiales, tras la épica de El señor de los anillos y su King Kong, el cineasta naufraga por completo y entrega uno de sus trabajos más decepcionantes.

La historia narrada por Sebold es la de Susie Salmon, una adolescente de 14 años que es asesinada por un vecino. Tras este arranque, que en absoluto es spoiler, asistimos a cómo su familia trata de reconstruir sus vidas y tanto a la investigación del crimen como a los esfuerzos del asesino por cubrir su rastro. Pero la particularidad de The lovely bones es que también es testigo de todo ello la propia Susie, desde una especie de cielo, más bien purgatorio, donde permanece hasta que haya asumido su muerte y sea capaz de dejar atrás a sus seres queridos para ir al cielo ‘de verdad’.

Este enfoque, al menos en el film, no funciona, ya que se pierde entre momentos y frases más o menos filosóficas y aparentemente trascendentes que no llegan al espectador, a la vez que todo ello le resta importancia a lo que ocurre en el ‘mundo real’, donde no sucede nada que no hayamos visto ya en mil telefilms de sobremesa sobre historias parecidas.

Jackson se luce al plasmar ese mundo onírico, pero solo en el apartado visual, creando planos y escenas de gran belleza, pero que en el fondo no transmiten nada. Y la historia va y viene entre esas imágenes espectaculares, sin que apenas logren crear interés los problemas de los padres de Susie para mantener a flote su matrimonio o la caza del asesino.

En el apartado interpretativo, lo mejor, pese a todo, es Saoirse Ronan, que va confirmando su gran futuro como actriz, encarnando a Susie de manera magistral y transmitiendo, ella sí, sus emociones. Tanto Rachel Weisz como MarkWahlberg cumplen como los padres, al igual que Susan Sarandon como la abuela. Otra cosa es que la personalidad, digamos hippie, de esta última, y sus problemas alcohólicos, apenas apuntados, no aporten nada a la historia, de manera que al final la abuela no es otra cosa que un personaje ‘raro’, que añade otro punto de incredulidad a la trama, al igual que mantener la acción a principios de los 70, como en la novela, lo que aquí solo sirve para distanciar más al espectador de lo que ocurre.

Curiosamente, la peor interpretación corre a cargo de Stanley Tucci, como el asesino, de manera que su nominación al Oscar al mejor actor secundario se antoja poco menos que inexplicable. Su caracterización es ridícula, con un aspecto que parece decirle al espectador que a un psicópata se le empieza a reconocer por su físico, que alguien de apariencia normal nunca podría ser un asesino. Y, como vemos cada día, eso es falso por muy tranquilizador que resulte pensar lo contrario.

Con un metraje demasiado largo, The lovely bones falla por todos lados, excepto en su espléndida banda sonora, pese a que uno pueda identificarse con la historia de una familia destrozada por el asesinato de una joven de 14 años. Pero ya se encarga la película de ir haciendo que eso te importe cada vez menos a medida que avanza la trama, por mucho que se recurra a tratar de enganchar al espectador con los esfuerzos de la hermana de la víctima por desenmascarar al asesino y el plan de este para repetir su ‘obra’ con ella.

Esperemos que Tolkien haya vuelto a inspirar más a Jackson que su lectura del libro de Sebold.

Y con esto, feliz año nuevo para todos!



Ahora sí, SPOILERS

Tal vez otro de los errores de la película es que, a diferencia del libro, no se menciona para nada la violación de la protagonista (la propia Alice Sebold fue víctima de una agresión de este tipo y se ha basado en sus experiencias para escribir su obra) y apenas se sabe nada sobre cómo fue asesinada.

Y en cuanto al destino final del asesino, fiel al libro, no puede ser más insatisfactorio, típico y grotesco.

sábado, 29 de diciembre de 2012

El estreno: 'Los Miserables', el musical salta al cine


Los estrenos de este fin de semana, en plenas fiestas navideñas, se han repartido entre los que llegaron el 25 de diciembre y los del viernes 28. Tenemos una nueva cinta de animación para niños, Rompe Ralph, y la comedia norteamericana Despedida de soltera, con Kirsten Dunst echándose a perder. Y si os apetece una propuesta más 'seria', ahí está el documental sobre Woody Allen de Robert B. Weide.

Vamos, que el estreno de la semana es, sin discusión, la nueva adaptación de Los Miserables, novelón de Víctor Hugo que ya estáis tardando en leer si no lo habéis hecho, porque es uno de los mejores libros de todos los tiempos. ¿Qué distingue a esta nueva versión en la pantalla grande de las desventuras de Jean Valjean (gran personaje donde los haya)? Pues que es la primera adaptación cinematográfica del mítico musical de Broadway... y que en la dirección tenemos a Tom Hooper, a quien yo descubrí con la ácida comedia futbolística The damned United y que se consagró con El discurso del rey, Oscars incluidos.

Los Miserables supone su salto a Hollywood, y lo hace a lo grande, acompañado nada menos que por Hugh Jackman como Valjean, Russell Crowe como su implacable perseguidor, Javert; Anne Hathaway como Fantine y Amanda Seyfried como su hija, Cosette. Sin olvidar a Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen, que repiten después de coincidir en otra adaptación musical, el Sweeney Todd de Tim Burton, como los Denardier, una pareja que desaparece con demasiada frecuencia en las adaptaciones de la voluminosa obra de Hugo.

Pocas dudas sobre la capacidad vocal de Amandda Seyfried y Hugh Jackman. A la primera ya la vimos cantando como los ángeles en Mamma Mia y Jackman está curtido en los musicales de Broadway. Anne Hathaway, a tenor del tráiler, se sale y va disparada hacia el Oscar (donde me temo que su principal rival será Amy Adams, otra que se merece la estatuilla pero ya). Así que la gran incógnita es Russell Crowe.

En definitiva, tras El Hobbit, llega el segundo gran estreno de las navidades, y último del año 2012.

martes, 25 de diciembre de 2012

Pi: la apasionante aventura de un náufrago



Ang Lee acostumbra a mantener un alto nivel en sus películas (vale, olvidemos su Hulk), y La vida de Pi no es una excepción. Pese a todo, parece que le falta algo para acabar de ser un gran film, y supongo que, como suele ocurrir, el libro de Yann Martel será mejor.

Antes de que el protagonista, como sabe quien haya oído hablar mínimamente de esta historia, se convierta en un náufrago, perdido en alta mar a bordo de un bote… con un tigre por única compañía, la película nos narra la infancia y juventud de Pi, contada por este a un periodista que quiere escribir un libro sobre su aventura marina.

Se podría temer que en esta primera parte se arrastrasen los minutos hasta el momento en el que ‘comienza la acción’, pero uno acaba hasta olvidándose de que todo se dirige hacia ese instante. Es en este inicio donde La vida de Pi recuerda más a Big Fish, tal vez la segunda mejor película de Tim Burton (obviamente, la primera es Ed Wood), que también adaptaba una novela en la que otro prodigioso narrador cambiaba el relato de su vida a su antojo, con la excusa de embellecerla para su público.

Esa es una de las claves de La vida de Pi: no hay que olvidar que la historia la cuenta su protagonista, y por ello no hay que creerle a pies juntillas. De ahí que su interlocutor, el periodista, no deje de plantearle que cuanto le cuenta parece demasiado… increíble.

La historia del verdadero nombre de Pi, y de cómo pasó a llamarse así, es puro Big Fish, y de lo mejorcito de la película, desternillante. Al igual que la historia del nombre del tigre o cómo un joven Pi acaba adorando a la vez al dios cristiano, a Alá y a los dioses indios. Y es que su búsqueda de la fe verdadera y del sentido de la vida es la otra clave de la película, con su moraleja de que Dios existe aunque lo de menos sea el nombre que le demos o los ritos que nos sirven para comunicarnos con él.

Y luego llega el naufragio. A partir de ahí, Ang Lee se luce en el aspecto visual, con imágenes impactantes de gran belleza, mientras asistimos al mejor cine de aventuras, con un Crusoe que ni siquiera tiene isla, sino únicamente una balsa y un singular compañero de peripecias. Humor, terror y audacia se combinan a la perfección en esta segunda parte del film, que a menudo deja al espectador sin aliento ante la potencia de lo que está viendo… hasta llegar a la pirueta argumental del desenlace, que obliga a revisar todo lo acaecido durante el singular viaje de Pi.

Más allá de sus enseñanzas filosóficas, tal vez la parte más floja del film (y donde imagino que se queda más lejos del libro), Ang Lee ha firmado un trabajo espectacular y sorprendente, que al menos supone un soplo de aire fresco en una cartelera donde (innecesarios) remakes y secuelas apenas dejan espacio para nada. Una buena opción para estas fechas tan especiales. 

Bon Nadal!

domingo, 23 de diciembre de 2012

'El cebo': Somoza se repite (y aún así...)



El cebo (2010), última novela de José Carlos Somoza (ha publicado después el volumen de relatos Tetrammeron), gustará más a quienes se acerquen por primera vez a este autor que a quienes hayan seguido su obra. Y es que el escritor español empieza a repetirse.

Su penúltima propuesta levanta el vuelo con respecto a la anterior Zigzag (2006) (aún no he leído la posterior La llave del abismo (2007)), la más floja de Somoza, en la que se empeñaba en dar verosimilitud científica a un argumento de lo más rebuscado, y donde dibujaba a los peores personajes de su bibliografía.

El cebo no alcanza las cotas de brillantez de sus obras más redondas, Clara y la penumbra (2001), y sobre todo La dama número 13 (2003) (curiosamente, la propuesta del autor que más abunda en elementos fantásticos), pero se les acerca bastante y está mucho más lograda que Zigzag, más homogénea.

El problema, para quien ha leído sus obras anteriores, es que Somoza repite en exceso los esquemas, personajes y situaciones, precisamente, de sus dos obras magnas. Como de costumbre la protagonista es una mujer, aunque esta vez sin contrapartida masculina, con un enigmático asesino en las sombras. Además, como en La dama número 13, la protagonista, y parte del reparto, poseen cierto ‘poder mágico’ capaz de influir en la conducta de las personas, algo similar a lo que ocurría con las brujas de aquella novela. Y el doctor Gens, el ‘creador’ de dicho poder en El cebo, recuerda mucho al artista que en Clara y la penumbra ‘inventaba’ las estatuas vivientes.

Somoza, que también ha perdido parte de su habilidad para describir asesinatos macabros, perdiendo originalidad, recupera su declarada pasión por Shakespeare, convirtiéndole en parte de la trama, como ocurría en La dama número 13. Si allí las protagonistas causaban efectos extraordinarios al declamar de una determinada manera los versos del bardo (y los de otros autores), aquí el autor inglés también es clave para los ‘poderes’ de los cebos.

La acción nos sitúa en un cercano futuro, en el que la tecnología no sirve para atrapar a los criminales, que cuentan a su vez con sistemas aún más avanzados que la propia policía. La idea que nos presenta Somoza (y en eso es un maestro, en idear propuestas innovadoras como las estatuas vivientes de Clara y la penumbra o los versos mágicos de La dama número 13) es la siguiente: los psicólogos han descubierto el psinoma del ser humano. Si el genoma nos programa físicamente, el psinoma guía nuestras emociones: cada persona responde de una manera a un estímulo visual que nos produce placer.

En última instancia, la polémica tesis que expone Somoza es que nadie es responsable de sus actos, porque, de manera insconsciente, solo busca satisfacer su psinoma. El autor, eso sí, se demora en exceso en explicar toda esta teoría, que va apuntando poco a poco, y su relación con las obras de Shakespeare, un avanzado a su tiempo, que incluyó en sus obras, en clave, los tipos esenciales de psinoma y cómo afectarlos. Porque la labor de los cebos no es otra que controlar el psinoma, identificar la filia de cada criminal y mediante meros gestos corporales, seducirlo y adueñarse de su voluntad.

La protagonista, Diana Blanco, es la mejor cebo y está a punto de retirarse mientras su hermana menor culmina su aprendizaje para seguir sus pasos. Pero El Espectador, el peor asesino en serie de todos los tiempos, hará que Diana se replantee su decisión.

A pesar de que la trama de El Espectador está bastante conseguida, lo cierto es que el libro realmente despega a mitad del volumen (de más de 400 páginas), cuando Somoza muestra su primer as bajo la manga, y es que El Espectador solo es un actor más en la compleja trama a la que se enfrenta Diana. Ahí es donde realmente arranca la novela, hacia un final cada vez más incierto.

Al final, ya he comentado que El cebo no es un dechado de originalidad pero sí una obra bastante redonda, Somoza ata todos los cabos, con mayor o menor verosimilitud, y lo explica absolutamente todo (incluido el prólogo), reservándonos revelaciones sorprendentes hasta la última página.

Situada, en cuanto a calidad literaria, detrás de La dama número 13 y Clara y la penumbra, El cebo nos muestra a un Somoza en forma, más efectivo que original, que repite con habilidad las claves de sus obras más logradas, para elaborar una intriga que crece en interés a cada página y con un fuerte apartado psicológico, como en él es habitual, al igual que una leve y mórbida atmósfera erótica. Aunque a veces las escenas donde los cebos ejecutan su ‘magia’ bordeen el ridículo… complicando una posible adaptación cinematográfica.



PD: Y sí, yo diría que la del tráiler es María León.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El estreno: Una historia 'navideña' diferente


Y vuelve a repetirse la historia. Esta vez sí que el estreno español de la semana cae ante el que nos llega de Hollywood. A punto de celebrar la Nochebuena, parece que los grandes estrenos taquilleros se retrasan, aunque ya está aquí El hobbit, y mientras los pequeños pueden divertirse con la terrorífica El alucinante mundo de Norman, la apuesta española más fuerte es El cuerpo, otro thriller de terror (cuanto daño hizo Amenábar...) en cuya producción están involucrados quienes perpetraron El orfanato y Los ojos de Julia.

Repite como protagonista Belén Rueda, junto a Hugo Silva y un José Coronado al que por lo visto se la tenía jurada su estilista. Masiva campaña en Antena 3, y a tenor del tráiler tenemos un punto de partida interesante, con la desaparición de un cadáver, el del personaje encarnado por Belén Rueda. A partir de ahí puede dar juego la ambigüedad sobre si alguien ha hecho desaparecer el cuerpo o si la explicación es sobrenatural. Tal vez el tráiler da demasiadas pistas, y habrá que ver cómo se resuelve todo.

Tampoco es que me dé demasiadas garantías Las sesiones, con la historia de un tetrapléjico en busca de sexo y algo más, que puede dar lugar a la típica cinta lacrimógena bienintencionada. Pero tenemos un trío interpretativo de lujo, con Helen Hunt reverdeciendo laureles, William H. Macy (y una espectacular melena) como sacerdote y consejero espiritual del protagonista, y John Hawkes como aspirante a una de las interpretaciones del año. Y sobre todo, como podéis apreciar en el tráiler, un sentido del humor que puede ser la clave del film. No es la típica cinta navideña... o tal vez sí.

sábado, 15 de diciembre de 2012

El estreno: Peter Jackson vuelve a la Tierra Media


El cine español sigue en un momento dulce y esta semana tenemos dos estrenos. Por un lado, El muerto y ser feliz, original propuesta de Javier Rebollo, medio inspirada en El Quijote, que le valió a José Sacristán, al parecer recuperado para la gran pantalla, el premio al mejor actor en San Sebastián. Y por otro, El bosque, cinta fantástica, con un argumento que recuerda a El laberinto del fauno, y para la que su director, Óscar Aibar, ha reclutado a Tom Sizemore.

De Francia nos llega De óxido y hueso, cinta de Jacques Audiard que puede mostrar de lo que es capaz la mejor Marion Cotillard en un papel dramático, y que en la última Seminci se llevó los galardones a la dirección, guión y actor, para Matias Schoenaerts. Y de Polonia, El molino y la cruz, con los veteranos Rutger Hauer, Charlotte Rampling y Michael York en el Premio Especial del Jurado del Festival de Sevilla 2011, sobre la historia que muestra el cuadro Cristo cargando la Cruz de Pieter Brueghel el Viejo y el proceso de creación del mismo.

Pero, evidentemente, esta semana el estreno no podía ser otro que El hobbit: Un viaje inesperado, con el que Peter Jackson regresa al universo de Tolkien. Los fracasos de sus cintas posteriores a la trilogía El señor de los anillos, King Kong y Desde mi cielo, y la desbandada de Guillermo del Toro, que debía dirigir este proyecto y acabó harto de esperar financiación, han llevado a Jackson a volver a recrear la Tierra Media. ¿Para bien?

El nuevo film abre otra trilogía, lo que a todas luces parece exagerado dado que El hobbit, obra anterior a El señor de los anillos, está muy lejos de aquella en extensión, resultando un cuento para niños de bastante envergadura, pero de mucha menor calidad literaria. No daría ni para las dos películas del proyecto inicial, pero al parecer Jackson ha apostado por enriquecer la obra original y narrar también los hechos que llevan a la batalla inicial de La comunidad del anillo.

Vuelve a la carga la mayor parte del reparto inicial, aunque como el protagonista, un Bilbo Bolsón más joven, tenemos ahora a Martin Freeman, el Watson de la nueva versión televisiva de la BBC, cuyo Sherlock, Benedict Cumberbatch, pone voz al dragón Smaug. Y sí, también vuelve Gollum.

Habrá que verla, y también habrá que ver qué prestaciones ofrece la nueva tecnología con la que se ha rodado, que incrementa el número de imágenes por segundo para ofrecer una mayor sensación de realismo... que no está levantando demasiados aplausos precisamente.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El estreno: Va de machos... o no tanto


Fin de semana cargado de títulos, de lo que no son blockbusters, pero cargados de interés. Y como viene ocurriendo, las películas españolas están entre lo mejorcito. Pero vayamos por partes.

Lo más interesante que nos llega de los USA es lo último de Lee Tamahori, que parece reverdecer laureles con El doble del diablo, donde Dominic Cooper se metamorfosea en el doble del hijo de Sadam Husein. Otro que busca recuperar terreno perdido es Jake Gyllenhaal, que en Sin tregua interpreta a un policía de Los Angeles. Y Gerard Butler se une a Jessica Biel en Un buen partido, comedia sobre un ex jugador de fútbol (sí, de balompié en un film made in Hollywood), que también cuenta con Uma Thurman y Catherine Zeta-Jones. Y si sois fans de Jean Reno, lo encontraréis en su salsa (nunca mejor dicho), en la comedia francesa El chef.

Pero como dijimos, lo mejor viene de nuestro país. Primero, Operación E, nueva incursión de Luis Tosar por tierras sudamericanas, como un campesino al que obligan a cuidar de un niño secuestrado por las FARC, que luego le arrebatan hasta que se monta la operación para liberarlo.

Podría haber sido el estreno de la semana, pero ese puesto es para Una pistola en cada mano, lo nuevo de Cesc Gay, que apuesta de nuevo por un film coral como En la ciudad, en el que se suceden las escenas con un reparto que deja en poco el calificativo 'de lujo': Javier Cámara, Ricardo Darín, Eduard Fernández, Eduardo Noriega, Jordi Mollà, Alberto San Juan, Leonardo Sbaraglia, y, haciendo doblete en la taquilla, Luis Tosar. Eso, en el lado masculino, de esta película sobre hombres y sus comportamientos. En el femenino: Candela Peña, Leonor Watling, Cayetana Guillén Cuervo y Clara Segura. Falta ver el guión, pero parece una apuesta segura.


sábado, 1 de diciembre de 2012

El estreno: Un náufrago llamado Pi


Y se repite la historia de hace siete días. A punto ha estado un nuevo estreno patrio de ocupar el lugar preferente, para caer a los puntos. Ya se está convirtiendo en una buena costumbre que cada semana tengamos una cinta española de bastante nivel, y esta no es una excepción. Le toca el turno a Invasor, lo último de Daniel Calparsoro, que aborda la participación española en la guerra de Irak con una factura visual que en nada tiene que envidiar a la de un thriller norteamericano y un atractivo reparto encabezado por  Alberto Ammann y Antonio de la Torre.

Más allá de la última aventura de Astérix, Al servicio de la reina, y la cinta de animación navideña El origen de los guardianes, otra propuesta estimulante es lo último de Costa Gavras, El capital, que nos propone otra reflexión sobre la crisis económica actual.

Pero si hace una semana era Clint Eastwood quien acaparaba los focos, ahora es el último trabajo de Ang Lee, con una de las películas más esperadas del año, La vida de Pi, adaptación de la prestigiosa novela de Yann Martel sobre un náufrago perdido en el mar en una barca, solo... con un tigre. Como mínimo, el aspecto visual del film es sencillamente portentoso, e incluso me está haciendo pensar en volver al 3D. Otra cosa será si ha sabido captar todos los aspectos filosóficos del libro, cuyos fans van a ver la película con lupa.