viernes, 30 de marzo de 2012

El estreno: Cuidado zombis, llega Leticia Dolera


No es que sea demasiado fan de la saga 'Rec', de Balagueró y Plaza, pero la competencia de este fin de semana no da para más, sobre todo la que viene de Hollywood, con una saga que aún me interesa menos (por no decir nada), como es la de 'Ira de titanes', o la comedia 'La cazarrecompensas', con una Katherine Heigl que me encantaba en 'Anatomía de Grey' pero se prodiga demasiado en films insustanciales.

El primer 'Rec' me pareció una propuesta muy válida, filmada de manera impecable, cuyo único defecto era su duración. Y es que una hora no da para mucho, de modo que era evidente que hacía falta una continuación, o mejor dicho, el resto de la película. Incluso podríamos hablar de estafa, dado que el espectador tenía que conformarse con un apunte de lo que podía ser todo el film.

La secuela no la he visto, pero esta tercera entrega (exclusivamente a cargo de Paco Plaza) tiene algunos elementos que le dan interés por sí misma. Para empezar, el escenario, una boda, con una novia de armas tomar, Leticia Dolera, que tal vez ha encontrado el papel para ganar una popularidad que se merece por su buen hacer. Creo que los zombis, o lo que sean, han encontrado un hueso duro de roer. Menos me convence la presencia de Diego Martín como el novio. Veremos en qué acaba el enlace... (y recordemos que hay cuarta entrega en marcha). De lo que no tengo ninguna duda es de que va a arrasar en taquilla.

Y ya lo sabéis, si vais a casaros en próximas fechas, cuidado con los muertos vivientes...

PD: Sigo pensando que lo mejor que ha hecho Balagueró es su debut, 'Los sin nombre', tremenda.


miércoles, 28 de marzo de 2012

Adele, voz de diamante


Calidad. A menudo, sobre todo cuanto uno ha visto ya tantas películas, escuchado tantos discos o leído tantos libros (y aún así apenas ha llegado a una minúscula parte de todo lo filmado, cantado o publicado), uno se pregunta qué es realmente bueno, qué tiene calidad en mayúsculas. Uno se cuestiona, y más en tiempos de mediocridad generalizada, si lo que le parece bueno lo es de verdad, o si dentro de un par de años le seguirá pareciendo que vale la pena dedicarle unas horas.

Pero entonces llega esa película, ese libro, ese disco tan especial, y de pronto, sin sombra de duda, sabes que es bueno, sin matices, con total seguridad, de manera incuestionable: es bueno, y punto. Y eso es lo que pasa con el segundo trabajo de Adele, '21' (2011). Ya se sabe que, 'muerto el rey, viva el rey', así que no ha estado vacante demasiado tiempo el trono dejado por la malograda Amy Winehouse. Adele es otra blanca con voz de negra, que domina el soul y el blues como nadie. Ya empezó a darse a conocer en 2008 con su primer álbum, '19', pero ha sido el siguiente el que la ha convertido en toda una estrella.

Y no es para menos. Como dije al principio, '21' es lo que se dice, sin peros, una obra maestra. Del principio al final, Adele encadena una joya tras otra, temazo tras temazo (y además siendo coautora de la mayoría de ellos), de manera que se hace muy difícil elegir unos temas por encima de otros. La inglesa conquista al oyente por completo con una voz y un sonido que te hacen viajar al pasado, a las salas de fiesta de los 50, a una película de gangsters de Scorsese, a la época en la que importaba más la pureza de la música que el look del artista.



En mi caso, creo que prefiero a Adele en su versión más espectacular, cuando se suelta la melena y lanza todo su chorro de voz, en las celebérrimas 'Rolling in the deep' o 'Someone like you', imprescindibles (vamos, como el resto del disco) pero sobre todo 'Set fire to the rain', con ese estribillo que es una tremenda explosión de energía.

La cantante no se queda atrás cuando toca ser romántica. Ahí es capaz de entonar maravillas como 'Turning tables', 'He won't go' o 'Lovesong' (versión de The Cure), que te conmueven al tiempo que te dejan sin adjetivos a la hora de aplaudir el arte de esta mujer. '21' es igual a 11 piezas inolvidables, a las que en la versión extendida se le suman dos deliciosas miniaturas, entre las que sobresale especialmente la primera, 'If it hadn't been for love', desenchufada, casi a capella, y con Adele sonando más negra que nunca, puro blues.

Y encima, Adele parece una mujer de lo más normal, sin divismos ni excentricidades. Ojalá podamos seguir disfrutándola muchos años más.

domingo, 25 de marzo de 2012

Unos zombis muy rápidos y una madre coraje



Los zombis del título de este post son los que aparecen en ‘Invasión’ (2007), la primera aventura en Hollywood del director alemán de la portentosa ‘El hundimiento’ (2004), Oliver Hirschbiegel, quien se encargó de la, al menos, cuarta versión de ‘Los ladrones de ultracuerpos’, teniendo como precedentes la original en glorioso blanco y negro, el excelente remake de Philip Kaufman con Donald Sutherland y un sobrecogedor plano final, y la prescindible versión de Abel Ferrara con Gabrielle Anwar.

Aquí los aliens invasores acaban recordándonos mucho a los zombis de toda la vida, pero muy rápidos cuando les interesa, y también muy habladores. Pero la rapidez de la que hablo en el título, por desgracia, también hace referencia al montaje, frenético a no poder más. Y es que este film es otro ejemplo de cómo el montaje y los intereses comerciales echan a perder una película. Tal vez la versión completa fuera más que estimable, pero lo que queda, al parecer tras múltiples cortes para aligerar la cinta, dejándola en una escasa hora y media, es una historia que avanza a golpes, con Nicole Kidman yendo de un lugar para otro, y con un más que apresurado final. Hasta el punto de que por lo visto Hirschbiegel se desentendió del proyecto, finalizado por James McTeigue, que venía de dirigir 'V de vendetta' (2006).

Una de las novedades de esta versión es convertir a la protagonista en una madre coraje dispuesta a salvar a su  hijo a toda costa, recurso fácil para enganchar al espectador, pero que le resta interés a la historia y la simplifica demasiado, aunque claro, igual en el montaje original había más tramas.

En cuanto al otro gran nombre del reparto, Daniel Craig, esta vuelve a ser otra de esas películas en las que su rostro aparece bien grande en el cartel publicitario pero sus minutos en pantalla son muy pocos… y si no, recordemos ‘La brújula dorada’, vaya, también con la Kidman.



El director alemán parece tratar de plasmar en la pantalla la invasión alienígena de una manera más contundente y realista que en las versiones precedentes, apostando por un estilo visual muy en la línea de la reciente ‘Estallido’ de Soderbergh, pero quedándose muy lejos de los logros del norteamericano, que supongo controló más el montaje final.

La mano del alemán se nota especialmente en el mensaje, o mejor, reflexión, que quiere trasladar, partiendo de la cinta original, que parecía alertar de los peligros del comunismo, pero también de la ‘caza de brujas’ de McCarthy en los USA. Cierto, en esta versión moderna los aliens también dejan claro que ‘en nuestro mundo no hay lugar para el inmune’, es decir, para lo diferente. Solo tiene cabida la uniformidad, un pensamiento único.

Pero Hirschbiegel va más allá de este planteamiento y deja en el aire la pregunta de qué es mejor: un mundo en el que cada uno pueda ejercer libremente su opinión y en el que se respeten los distintos puntos de vista, aunque los diferentes intereses de las personas nos lleven, como ha dejado patente la historia humana hasta el momento, a guerras, crímenes y hambre… o un mundo en el que nadie se haga daño, en el que todos actúen en aras del bien común, a cambio de sacrificar la personalidad propia.

Lástima que el director alemán, tal vez por ese montaje nefasto, no logre los mismos resultados que el libro ‘El dador’, y que a la escena final le sobre cierta voz en off, más que redundante, por si alguien no se había enterado. En cambio, el director insiste en este mensaje con fragmentos de noticiarios de radio y tv, que aparecen de fondo mientras transcurre la acción principal, y donde si nos fijamos veremos cómo, mientras avanza la invasión, ‘gracias’ a la conversión de los humanos en aliens sin personalidad acaban los atentados suicidas en Irak, los norteamericanos abandonan Irak (bueno, en este caso no ha hecho falta una invasión extraterrestre para ello)… e incluso Bush y Chávez se dan la mano y se ponen a trabajar juntos.

Por lo demás, parece que esta versión no va a ser la última. Y es que ya está disponible el primer avance de ‘La huésped’, la nueva adaptación de la autora de la saga ‘Crepúsculo’. Atentos, su argumento ‘cuenta cómo una raza extraterrestre toma el control de los cuerpos de los seres humanos para aniquilar la violencia en el planeta’. ¿A qué me suena eso? Muy original no es la señorita Meyer, y si le echáis un vistazo al tráiler (sí, yo diría que lo que suena es la banda sonora de ‘Tron: Legacy’, a cargo de Daft Punk), seguro que os parecerá que pertenece a ‘Invasión’. Al menos este proyecto tiene dos bazas a su favor: Andrew Niccol al guión y dirección, y Saoirse Ronan como protagonista. Crucemos los dedos (una vez más… y van).

Tras el avance de 'La huésped', spoiler gordo de ‘Invasión’. Vamos a hablar del final, del de todas las invasiones de ultracuerpos.




SPOILER

Y es que, a diferencia de las versiones anteriores (al menos las dos primeras, las buenas), en esta no triunfa la invasión y tenemos un final desesperanzador, sino que, faltaría más en Hollywood (ahí está también la última adaptación de ‘Soy leyenda’, y la lista es larga), los buenos ganan y todos se curan sin recordar nada, como si solo hubieran pasado un mal catarro. La escena final justifica en cierta medida este nuevo desenlace, aunque, como el resto del film, esa victoria de los humanos cuando todo parece perdido no puede ser más apresurada, de golpe, y casi sin explicar nada… como si faltara bastante metraje.

viernes, 23 de marzo de 2012

El estreno: Mullan ataca de nuevo (y a lo grande)


Seguimos en uno de los mejores periodos del año en cuanto a estrenos, con múltiples y variadas propuestas. La elegida podía haber sido 'Al borde del abismo' (mucho mejor el título original: 'Man on the edge', o sea 'Hombre en el abismo'), thriller con Sam Worthington a punto de saltar de un edificio, bien secundado por Jamie Bell, Edward Burns, Elizabeth Banks, Genesis Rodríguez (la hija de El Puma) y... Ed Harris, que últimamente se prodiga poco.

Podía haber sido la última (y primera de las que nos vienen, unas cuantas) versión de 'Blancanieves' (de nuevo mucho mejor el título original: 'Mirror, mirror', o sea 'Espejito, espejito'). Lo del título original ya nos dice por donde van los tiros, y es que aquí Tarsem Singh deja su tan querida épica por lo que parece una desternillante comedia, donde una autoparódica Julia Roberts es la madrastra (y protagonista absoluta) y Lily Collins (la hija de Phil Collins) una pizpireta Blancanieves a la que se le da bien hasta usar la espada. Si añadimos que por ahí anda metido Nathan Lane... esto promete, aunque visualmente parece lejos de las audacias visuales del cineasta, que eso sí, casi ha encadenado esta cinta con su anterior trabajo, 'Immortals', después de espaciar mucho los anteriores, 'La celda' y 'The fall' (conocida aquí como 'El sueño de Alexandria'... si es que no aprendemos).

Podía haber sido 'El exótico hotel Marigold', que tiene toda la pinta de comedia para jubilados a tenor del reparto, fantástico por otra parte: Judi Dench, Bill Nighy, Tom Wikinson o Maggie Smith, ahí es nada. Y con el director de 'Shakespeare in love', John Madden. O podía haber sido 'Extraterrestre', comedia (sin mucha gracia, por lo que parece) de Nacho Vigalondo, que sigo sin tener claro si es un bluff.

Pero gana 'Redención', más que nada porque tiene como absoluto protagonista a Peter Mullan, a quien recientemente he disfrutado el 'War horse' de Spielberg y sobre todo 'El perdón' (véase el último post del blog) de Winterbottom. Aquí lo tenemos en su salsa, en un film inglés independiente, asumiendo un rol duro y sin concesiones. Nótese también la curiosidad de que pasamos de 'El perdón' a 'Redención', aunque (por enésima vez) el título original, que no necesita traducción, era... 'Tyrannosaur'.

Debut en la dirección de Paddy Considine, a Mullan le secunda Olivia Colman, que, tal vez por aquello de que a Mullan no hay que descubrirlo a estas alturas, se ha llevado los mayores elogios (y si no, echadle un vistazo después a los premios y nominaciones del film). ¿Alcanzará esta vez Mullan la redención, como un viudo alcohólico y violento que conoce a una mujer muy religiosa (y al parecer con marido violento incluido)?

  • 2011: Festival de Sundance: World Cinema: Mejor director, Premio Especial del Jurado.
  • 2011: British Independent Film Awards: Mejor película, director y actriz (Olivia Colman).
  • 2011: Satellite Awards: 2 nominaciones: guión original y actriz (Olivia Colman).
  • 2011: Premios BAFTA: Nominada al Mejor debut británico.
  • 2011: Independent Spirit Awards: Nominada a Mejor película extranjera.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El ocaso de los pioneros del far west



Toca western, aunque un tanto atípico. ‘El perdón’ (2000), dirigida por el británico MichaelWinterbottom, es una de las cintas con mayor presupuesto de este cineasta, que adaptó para la ocasión ‘El alcalde de Casterbridge’, una novela de Thomas Hardy, el autor de ‘Tess’, trasladando la acción al oeste norteamericano, y concretamente a un punto clave de su historia. Si en ‘Sin piedad’ era la creación de un nuevo estado, aquí es la llegada del ferrocarril, o lo que es lo mismo, la civilización. En ambos casos, los cambios ponen en peligro la posición de los primeros pioneros del far west, quienes se habían convertido en algo similar a reyes, dominando pequeñas poblaciones a su antojo, sin más ley que su voluntad.

En el caso que nos ocupa, no solo el ferrocarril pone en peligro al personaje interpretado por Peter Mullan con su habitual sobriedad, sino especialmente la llegada al pueblo de dos mujeres relacionadas con su pasado, que desencadenarán una serie de acontecimientos de final imprevisible. Aquí, la cuestión reside en si puede haber perdón o qué castigo merece el acto de traición más vil que cabe imaginar.

Por cierto que el título original y sus traducciones dan para bastante. El original es ‘The claim’, es decir, ‘La demanda’, la reclamación por aquel hecho innombrable. En cambio, en España se decidieron por ese perdón que a su vez pide el protagonista, en tanto que los franceses también apostaron por esa ‘Redención’ que ¿alcanzará? Mullan, mientras que en los USA prefirieron el sonoro título de ‘Kingdom Come’, que es el nombre del pueblo donde transcurre la acción, y cuyo significado es ‘La venida del Reino’, hablando en términos teológicos.

La película, más drama que western, no olvida la épica, presente sobre todo en los escenarios helados (al director se le congelaron las orejas durante el rodaje) que rodean Kingdom Come y las expediciones de los operarios del ferrocarril, además del apocalíptico desenlace. También destaca la banda sonora de MichaelNyman, muy en la línea de ‘El piano’, menos omnipresente eso sí, y acaparando la atención precisamente en esas escenas de exteriores.

Para dar la réplica a Mullan como el ingeniero del ferrocarril tenemos a un Wes Bentley que acababa de saltar al estrellato gracias a ‘American beauty’, y a ello le sumamos un trío de ases femenino: Nastassja Kinski (la 'Tess' de Polanski), Sarah Polley y Milla Jovovich en un papel que inicialmente era para Madonna y en el que (no sé si con su voz original) canta un par de temas en portugués, que completan la excelente banda sonora. Por cierto que, visto lo visto, creo que salimos ganando con el cambio y esta mujer a la que se le da tan bien matar zombies firma aquí una de sus mejores interpretaciones, con un personaje más que interesante.

A medio camino entre Clint Eastwood y Lars von Trier, la estética fría del film y su ritmo pausado tal vez le restan algo de fuerza, pero la propuesta es más que interesante y al final queda clara su moraleja: hay que saber elegir el amor ante la tentación de la codicia. De lo mejorcito el plano final, en el que la cámara también se queda con quienes anteponen su amor a todo lo demás, después de mostrarnos como hay quien nunca aprende y solo piensa en el dinero.

domingo, 18 de marzo de 2012

Superman en Pandora (Pixar mediante)



Parece que los chicos de Pixar ya no se conforman con facturar obras maestras de la animación y quieren hacerlo también con actores. Los dos primeros en dar el salto a la imagen real han sido Brad Bird y Andrew Stanton, y si el primero lo ha hecho a lo grande con el último capítulo de ‘Misión: Impossible’, el segundo también ha dejado el pabellón alto con su adaptación de ‘John Carter’, aunque no parece que Disney haya sabido demasiado lo que tenía entre manos.

John Carter es la otra creación más conocida del padre de Tarzán, Edgar Rice Burroughs, quien escribió una decena de novelas protagonizadas por este veterano de la guerra de secesión norteamericana que de repente aparece en Marte. Estos libros, escritos a principios del siglo pasado, han tenido una gran influencia en todo tipo de obras de ciencia ficción posteriores, desde Flash Gordon a Star Wars… o la misma ‘Avatar’.

Porque lo que volvemos a encontrar en este film es al soldado descreído que arrastra una tragedia personal (uno de los mejores momentos de la película es cuando ésta se desvela por completo) y reniega de luchar en cualquier guerra, por lo que no quiere ayudar a ningún bando en conflicto y prefiere mantenerse neutral. Al final, como en ‘Bailando con lobos’, ‘El último samurai’ o la misma ‘Avatar’, acabará siendo uno más de uno de los pueblos de Marte y liderará su lucha. Eso sí, aparte de aprender muy rápido el idioma (recurso facilón al canto), sobre todo al principio, Carter se parece más a Superman que otra cosa, ya que, debido a la diferencia de gravedad entre la Tierra y el planeta rojo puede dar unos saltos gigantescos (vale, más tipo Hulk que Superman) y adquiere superfuerza.

En la inevitable comparación con ‘Avatar’ la película de Disney pierde por goleada en dos aspectos: el 3D, ya que en ningún momento ‘John Carter’ aprovecha esta técnica, que aquí solo sirve para ver peor la imagen, y también en cuanto a la riqueza de un mundo nuevo que sí ofrecía Pandora, mientras que aquí, básicamente, Marte es un desierto.

En cambio, el film que nos ocupa es más ligero, sin la carga ecológico-filosófica de ‘Avatar’ que a ratos lastraba la cinta de Cameron, y acaba convirtiéndose en una perfecta mezcla de aventura, comedia, drama y romance, que no decepciona en absoluto y es más que disfrutable. Queda por ver si el montaje original de tres horas, reducidas en la versión final a poco más de dos, permitía a ‘John Carter’ convertirse en la gran película épica que podía ser, y de la que se ha quedado muy cerca. Tal vez en el metraje desechado se profundizase en aspectos levemente apuntados en la versión final, como esa reflexión sobre cómo la civilización se desarrolla hasta que estallan las guerras y comienza la explotación salvaje del planeta.

También hay lugar para el humor, muy tipo Pixar, desde luego, como el ‘adorable perrito’ que sigue a John Carter a todas partes, y la confusión sobre su nombre y origen, que hace que una raza de marcianos le llame Virginia. La cinta mantiene en todo momento un equilibrio casi perfecto de los ingredientes, y tal vez le falta ese metraje adicional para ser aún mucho más de lo que es. 

En cuanto al reparto, su protagonista, Taylor Kitsch (conocido por la teleserie 'Fryday night lights'), cumple con el cometido y no resulta especialmente antipático. Pero, sobre todo, tiene química con su pareja, LynnCollins, absolutamente espectacular en todos los sentidos como Dejah Thoris, la ‘Princesa de Marte’ a la que hace alusión el título de la novela original. Personaje completo donde los haya, no tiene nada que ver con la clásica damisela en apuros y representa una curiosa combinación (sobre todo para la época en que fue escrita la novela, si es que el personaje es en ella igual que en el film) de científica (y por tanto muy inteligente) y guerrera. Impagable la secuencia en la que conoce a Carter, quien, como buen cowboy, toma la espada para protegerla de quienes la atacan y le dice que se quede tras él, para acto seguido tomar ella la espada y cargarse a varios atacantes de un plumazo, dejando a Carter estupefacto. O cuando la vemos con el vestido de boda, bastante sexy, y comenta que le parece vulgar.

Lynn Collins hace completamente suyo el papel, y va a ser difícil no pensar en Dejah Thoris cuando hablen de esta actriz en el futuro. Por cierto, sí, es la misma Lynn Collins que nos maravilló en ‘El mercader de Venecia’, la de Pacino, aunque su apariencia física haya cambiado por completo.

Del resto del reparto, el villano principal no deja de ser un malo de opereta, pues no es más que un títere del auténtico poder en la sombra, interpretado por un Mark Strong tan perverso como siempre, aunque ya cansa que siempre le den el mismo papel. También hay que hacer una mención destacada para Willem Dafoe y SamanthaMorton, a quienes encontraréis convertidos en aliens verdes de cuatro brazos, el primero como Tars Tarkas, el jefe del clan, y la segunda como Sola. También tenemos a Thomas Haden Church como el rival del jefe, pero es Dafoe quien más se luce, con momentos para la comedia, el drama y la épica.

La película juega además de manera hábil con la relación entre Marte y la Tierra, con esa época posterior a la guerra civil norteamericana que tenemos al inicio de la película y en su tramo final. Entretenimiento de primera clase, y a esperar que el montaje del director muestre si Disney ha acertado al recortar metraje o nos ha privado de una gran epopeya que por ahora se ha quedado en el mejor cine de palomitas de los últimos tiempos, ‘M:I:4’ aparte. Reiteramos, las dos dirigidas por ex Pixar.




El detalle cinéfilo 1: Sí, la escena de los monos blancos recuerda mucho a la del circo en 'El ataque de los clones', pero si estaba en el libro original, ya sabéis quien se inspiró en qué.

El detalle cinéfilo 2: Sí, John Carter, como el John Carter de 'Urgencias', ¿coincidencia u homenaje por parte de Michael Crichton, creador de la serie médica?

El detalle cinéfilo 3: Hace solo unos pocos años hubo otra versión de 'John Carter', más modesta, en la que el papel de Dejah Thoris le tocó en suerte... a la ex reina del porno Traci Lords.

viernes, 16 de marzo de 2012

El estreno: El 11S según Daldry


Otra semana cargada de estrenos, de esos que pasan de puntillas por la cartelera, que parecen de segunda, pero que suelen ser de lo más interesante. Desde la española 'La montaña rusa' al último thriller protagonizado por Mark Wahlberg, 'Contraband', la terrorífica 'Devil inside' (qué cansinos son con las pelis de exorcistas...), o el drama 'Tenemos que hablar de Kevin', con Tilda Swinton... y hasta tres estrenos franceses: 'Las malas hierbas', 'Los nombres del amor' y 'Mi hijo y yo'.

Pero la elegida es una de las películas nominadas al Oscar, 'Tan fuerte, tan cerca', más que nada porque la dirige Stephen Daldry, es decir, el director de 'Billy Elliot', 'Las horas' y 'El lector'. Y eso, hasta ahora, es una garantía de cine con mayúsculas. Esta vez adaptando la novela de Jonathan Safran sobre un niño que en los atentados del 11S pierde a su padre y trata de descubrir qué abre una llave que este le dejó... lo que, por cierto, recuerda mucho al argumento de 'La invención de Hugo', basada a su vez en otro libro.

Otro punto fuerte de la película es su reparto, empezando por Tom Hanks y Sandra Bullock (y esto no es una comedia) y siguiendo por unos secundarios de lujo, como John Goodman, Jeffrey Wright y sobre todo Max von Sydow, como un superviviente de la segunda guerra mundial que no ha vuelto a hablar desde entonces, personaje que le valió la otra nominación del film, esta al Mejor Actor Secundario.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Demasiado premio para los malvados



Ya es la segunda vez que lo digo en este blog, al final, igual deberían haberle dado los principales Goya a ‘La piel que habito’, no solo el (imprescindible) a Elena Anaya, lo mejor de la película, o el (más que prescindible) a Jan Cornet. Y es que la gran ganadora de la noche, ‘No habrá paz para los malvados’, está bastante sobrevalorada.

Cierto, la cinta de Urbizu es redonda y logra todo lo que se propone (por lo que sí merecía el Goya al mejor Director), pero la de Almodóvar, pese a sus altibajos y a estar muy lejos de lo que pretendía el manchego, ofrece momentos de gran cine y al menos se ha de reconocer que el director de ‘Volver’ se lanzó al vacío en busca de algo nuevo y diferente.

Por el contrario, la película protagonizada por José Coronado, de impecable factura, la hemos visto ya mil veces, no ofrece nada nuevo: solo una pieza solvente, pero poco más, de cine negro, con leves apuntes sobre el mal funcionamiento de la justicia en nuestro país… y un recital a cargo de su protagonista, que más que interpretar se metamorfosea en Santos, aunque sigo quedándome con otras interpretaciones del actor, como en ‘La vida de nadie’.

El hecho de que el pasado y las motivaciones de Santos no acaben de explicarse no afecta a la trama ni le resta hondura, aunque apenas proponga otra cosa que seguir los pormenores de dos investigaciones policiales: la que lleva a cabo el propio Santos, con imprevisibles consecuencias, y la de la juez, encarnada eficazmente (pero tal vez con excesiva frialdad) por Helena Miquel, la cantante de Delafe yLas Flores Azules.

Por lo que respecta al resto del reparto, Urbizu ha tirado de ‘El Barco’, con hasta cuatro de sus intérpretes, con un Juanjo Artero que aquí cumple (dado que no se le exige tanto como en la citada serie) y un ‘Gamboa’ tan impecable como de costumbre. Por lo demás, también tenemos a Rodolfo Sancho, en un papel poco trabajado en el guión, que al fin y al cabo lo fía todo a Santos, el clásico policía que pese a haber caído en los infiernos, no ha perdido su olfato de sabueso.

Aunque lejos de 'La caja 507' o 'La vida mancha' (y en ambas Coronado estaba aún mejor), Urbizu muestra su buena mano de artesano en ‘No habrá paz para los malvados’ y factura otro thriller sin peros, pero aburrido. Y si esto es lo mejor que puede hacer el cine español… mal vamos.

domingo, 11 de marzo de 2012

Adiós al padre de Blueberry y John Difool


Nos dejaba ayer el francés Jean Giraud, más conocido como Moebius, uno de los mejores autores de historieta europeos, un auténtico gigante cuya influencia en el cómic es incalculable. Su extraordinaria carrera se dividió en dos líneas bien definidas: firmaba con su propio nombre (o el más breve Gir) los álbumes en los que, ya fuese como dibujante o artista completo, abordaba historias de corte realista, como el interminable y magnífico western protagonizado por Blueberry, que empezó a dibujar con guiones de Jean-Michel Charlier, y en la que tras el fallecimiento de este último acabaría asumiendo el guión. Y cuando, habitualmente como autor completo, creaba espectaculares fantasías de ciencia ficción, como la mítica 'El incal', firmaba como Moebius.

Tanto las aventuras del vaquero como las andanzas galácticas de John Difool (aquí con guión de Jodorowsky) han sido disfrutadas por miles de lectores en todo el mundo y han influido a incontables autores, por lo que el noveno arte queda huérfano de uno de sus artistas más portentosos, cuyo arte también se transmitió al celuloide, no en vano 'El incal' influyó notablemente en 'El quinto elemento' y los diseños de Giraud fueron utilizados en films como 'Alien', 'Abyss', el primer 'Tron' o la saga 'Star Wars'.

Reconozco que apenas he leído su obra, de la que solo he disfrutado los tres primeros álbumes de 'Blueberry', en los que su arte aún estaba lejos de su mejor época, pero junto a Charlier ofrecía ya un perfecto manual de lo que debe ser un western. Y algunos de los últimos álbumes de la serie, como 'Gerónimo el apache' o 'OK Corral', tienen una pinta sencillamente apabullante. El mejor homenaje que podéis hacerle es leerlo.

sábado, 10 de marzo de 2012

El estreno: Clooney vuelve a la arena política



Como suele ocurrir en la época pre y post Oscar, se suceden un montón de estrenos de lo más atractivos, y esta semana tenemos además para todos los gustos. Para empezar, dos películas españolas más que interesantes: 'De tu ventana a la mía', debut en la dirección de Paula Ortiz con una cinta de corte feminista y tres historias con tres mujeres en tres épocas distintas: Maribel Verdú, Leticia Dolera y Luisa Gavasa (y entre los chicos, Fran Perea, Roberto Álamo o Álex Angulo), y sobre todo, 'Dictado', otro debut, a cargo de Antonio Chavarrías, con Bárbara Lennie y Juan Diego Botto, una pareja que se encuentra con una niña muy especial, en lo que apunta a thriller de terror con muchas posibilidades.

El cine francés aposta esta vez por la comedia con 'Intocable', sobre un rico parapléjico y su cuidador, un ex presidiario negro, mientras que nos llega la última cinta de acción y ciencia ficción USA, 'John Carter', recuperando un personaje clásico de pulp, en una maniobra a cargo de Disney que recuerda a 'Avatar'.

Y también de los USA nos llega el estreno de la semana, lo último de George Clooney por partida triple, como director, guionista (con Grant Heslov, adaptando la obra teatral de Beau Willimon) y actor, encarnando en 'Los idus de marzo' a un candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, cuyo jefe de prensa descubrirá un secreto oculto tras su perfecta fachada. Me temo que, como ocurriera con la cinta sobre Edgar Hoover de Eastwood, la taquilla española le dará la espalda a este film, que trata sobre política, y encima norteamericana. Tema que a mí sí me parece apasionante, y que esperemos nos devuelva al Clooney más inspirado tras las cámaras, el de 'Buenas noches y buena suerte'.

A su favor, un extraordinario reparto, con el cada vez más consolidado Ryan Gosling disputándole el protagonismo a Clooney, y unos secundarios de lujo: Paul Giamatti, Philip Seymour Hoffman, Marisa Tomei, Jeffrey Wright y Evan Rachel Wood.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Los franceses también saben... o no



Con el film ‘Arsene Lupin’ (2004) los franceses trataron de poner al día a uno de sus personajes clásicos de folletín, Arsenio Lupin (que diríamos aquí), un ladrón de guante blanco de esos con los que el público empatiza de inmediato por su carisma y su encanto… y porque sólo roba a los ricos.

La propuesta del director Jean-Paul Salomé (también autor del libreto junto a Laurent Vachaud) fue una actualización en la línea del ‘Sherlock Holmes’ de Robert Downey Jr…. solo que el film francés fue anterior. Aquí también se apuesta por la espectacularidad y por convertir al mítico ladrón (aquí desconozco por completo el original literario) en un héroe de acción de finales del siglo XIX, para lo cual no se repara en gastos… bien es cierto que con la coproducción de Italia, España y Gran Bretaña.

De ahí que la película no tenga nada que envidiar a la americana en cuanto al aspecto visual y el derroche de medios. Si acaso, Salomé peca de exceso de ambición y una búsqueda de lo espectacular por lo espectacular, con un abuso de planos vertiginosos y un montaje demasiado acelerado. Además de constantes, y excesivos, golpes de efecto, el guión incluye un prólogo con la infancia de Arsene que busca dar más complejidad al personaje y aportar un componente dramático con el enigma en torno a la muerte de su padre… que no se resolverá hasta avanzada la trama con una doble sorpresa (la primera me la esperaba, la segunda no).

En la parte final reside otro de los problemas de la cinta, ya que Salomé parece no saber cómo acabar la historia y encadena epílogo tras epílogo, de nuevo buscando un drama que le dé más hondura al film, al tiempo que tratando de dejar abierta alguna trama que permita rodar una secuela.

Salomé tampoco acierta en la elección del protagonista, Romain Duris, que se pasa con su toque chulesco y por el que no siento ninguna simpatía. Vamos, que se echa en falta a Downey Jr., quien lo hubiera bordado… aunque lo veo un poco mayor para el personaje.

En cambio, uno de los puntos fuertes del film son sus dos protagonistas femeninas, las dos mujeres que compiten por el amor de Lupin: el ángel que le ofrece un amor puro y la diablesa cuyas verdaderas intenciones se nos escapan. La primera se encarna en el bello cuerpo de Eva Green, tan brillante como siempre, aunque en aquella época no era tan conocida como después de ser la mejor chica Bond, por lo que hay que buscar su nombre con lupa en el póster. En cambio, Kristin Scott Thomas, la aportación inglesa al film, no solo comparte cartel con el protagonista, sino que se lo merienda en cada escena, bordando un enigmático y diabólico personaje envuelto en el misterio.

Si buscáis una de aventuras a lo pulp, repito, muy en la línea del último Sherlock cinematográfico (que no televisivo), seguramente disfrutaréis, aunque le fallan algunos aspectos para haber sido más redonda, una cinta de evasión a lo grande. Lo dicho, a veces se quieren meter demasiadas cosas en el guión (y si no que se lo digan a ‘Alatriste’).

domingo, 4 de marzo de 2012

Cuando la ley falla a la justicia



Ley y justicia. Dos palabras que deberían ser sinónimos, pero que más a menudo de lo que debiera no lo son, tal como nos muestra la realidad judicial española más reciente. Sobre ello reflexiona también ‘Sin piedad’ (1999), western televisivo ambientado durante la creación del estado de Wyoming, y por tanto el momento histórico en el que la ley y los jueces empiezan a sustituir a los pistoleros a la hora de impartir justicia en el oeste americano, lo que le sitúa en una temática cercana a la de la clásica ‘El hombre de las pistolas de oro’, que también abunda sobre que nadie puede impartir su propia justicia, por mucho que tenga la razón.

Ahora que Spielberg y su ‘War horse’ han vuelto a poner a los caballos como leit motiv de un film, aquí también la clave son dos corceles, maltratados de forma salvaje, por lo que su dueño no parará hasta recibir la justicia que merece. De ahí el título original, ‘The jack bull’, que al parecer hace referencia a una raza de perro que cuando muerde a su presa no la suelta por nada. Y es que, lo que parece algo sin demasiada importancia (claro está, siempre desde el punto de vista particular), acaba desencadenando una violencia sin límites que acarrerá graves consecuencias.

Con un inicio poco distinto al de cualquier película del oeste de las de Canal 9 por la tarde, ‘Sin piedad’ sigue luego unos derroteros bien distintos, hasta llegar a un desenlace difícil de intuir y poco habitual en el género. Su principal baza es John Cusack, que se echa toda la película sobre sus hombros encarnando con convicción al protagonista que busca justicia sin detenerse ante nada. Cusack es además el productor de la cinta, que cuenta con un guión de su padre, Dick, a partir de la novela ‘Michael Kohlhaas’ de Heinrich von Kleist, en este caso ambientada en el siglo XVIII.

Lástima que Cusack confiase la dirección a John Badham, que tras dirigir éxitos como 'Fiebre del sábado noche' (1977) o 'Juegos de guerra' (1983) a principios de los 80, ha acabado pasándose a la televisión en la última década. Aquí se limita a ilustrar, y poco más, lo que perjudica a la película y la priva de convertirse en una gran obra, otro ‘Sin perdón’ (1992), film que sin duda estaba en la mente del traductor español del título. Pese a ello, es de lo mejor de su director, lo que demuestra la importancia de un buen guión… y también de un buen director para sacarle el máximo partido a un texto.

En cuanto al reparto, también destacan una Miranda Otto pre ‘El señor de los anillos’, y un excelente John Goodman, que deja huella pese a su escaso tiempo en pantalla. Su discurso final sintetiza la moraleja del film a la perfección, antes de dar paso a

SPOILER

la ejecución más descorazonadora desde ‘Billy Budd’, y un plano final sobrecogedor.





PD: Cusack tal vez falló al elegir director, pero sí acertó en el tema central de la película, ‘Ring them bells’, con un Dylan que vuelve a poner la banda sonora más adecuada a un western crepuscular, como ya hiciera con ‘Knockin on heaven’s door’ en la portentosa ‘Pat Garret and Billy the Kid’ de Peckinpah.

viernes, 2 de marzo de 2012

El estreno: Angelina Jolie se pone tras las cámaras


Semana cargada de estrenos, y con bastantes con buena pinta, dentro de lo que cabe. A punto ha estado de llevarse la palma 'Luces rojas', lo nuevo del director de 'Buried', Rodrigo Cortés, con Sigourney Weaver, Robert de Niro y Cillian Murphy. La idea, sobre alguien que investiga a un vidente o psíquico, no está nada mal, aunque visto el tráiler parece que igual tiran por la fácil. ¿Acierto o desastre? Lo mismo para De Niro, que interpreta a un ciego con pinta inquietante, y puede moverse entre la caricatura y la gran interpretación. Al menos Murphy vuelve a ser prota. 

Aún más cerca ha estado 'Chronicle', una película de superhéroes pero distinta, con tres adolescentes normales, tres actores desconocidos, que de pronto se encuentran con poderes asombrosos. ¿Cómo reaccionarán? Y por tener, tenemos la última comedia de Ventura Pons, 'Año de gracia'; una de acción a lo Bourne a cargo de Soderbergh con la luchadora Gina Carano, 'Indomable'; o la cinta italiana 'De cintura para arriba'.

Pero, por temática, me quedo con el debut de Angelina Jolie en la dirección, que le supuso la nominación al Globo de Oro como película de habla no inglesa. 'En tierra de sangre y miel' se centra en cómo se ve afectada la relación entre un  serbio y una mujer bosnia tras el inicio de la guerra de los 90. Un tema valiente y difícil, que le granjeó numerosos problemas durante el rodaje, y que habrá que ver si muestra a una directora prometedora o aún hay mucho que pulir. El tráiler pinta muy bien, sobre todo en lo visual, y dicen que el punto débil es el guión, también de la propia Jolie.

PD: Por cierto, uno de los mejores carteles que he visto en mucho tiempo. Idea sencilla, y brutalmente eficaz.