miércoles, 7 de marzo de 2012

Los franceses también saben... o no



Con el film ‘Arsene Lupin’ (2004) los franceses trataron de poner al día a uno de sus personajes clásicos de folletín, Arsenio Lupin (que diríamos aquí), un ladrón de guante blanco de esos con los que el público empatiza de inmediato por su carisma y su encanto… y porque sólo roba a los ricos.

La propuesta del director Jean-Paul Salomé (también autor del libreto junto a Laurent Vachaud) fue una actualización en la línea del ‘Sherlock Holmes’ de Robert Downey Jr…. solo que el film francés fue anterior. Aquí también se apuesta por la espectacularidad y por convertir al mítico ladrón (aquí desconozco por completo el original literario) en un héroe de acción de finales del siglo XIX, para lo cual no se repara en gastos… bien es cierto que con la coproducción de Italia, España y Gran Bretaña.

De ahí que la película no tenga nada que envidiar a la americana en cuanto al aspecto visual y el derroche de medios. Si acaso, Salomé peca de exceso de ambición y una búsqueda de lo espectacular por lo espectacular, con un abuso de planos vertiginosos y un montaje demasiado acelerado. Además de constantes, y excesivos, golpes de efecto, el guión incluye un prólogo con la infancia de Arsene que busca dar más complejidad al personaje y aportar un componente dramático con el enigma en torno a la muerte de su padre… que no se resolverá hasta avanzada la trama con una doble sorpresa (la primera me la esperaba, la segunda no).

En la parte final reside otro de los problemas de la cinta, ya que Salomé parece no saber cómo acabar la historia y encadena epílogo tras epílogo, de nuevo buscando un drama que le dé más hondura al film, al tiempo que tratando de dejar abierta alguna trama que permita rodar una secuela.

Salomé tampoco acierta en la elección del protagonista, Romain Duris, que se pasa con su toque chulesco y por el que no siento ninguna simpatía. Vamos, que se echa en falta a Downey Jr., quien lo hubiera bordado… aunque lo veo un poco mayor para el personaje.

En cambio, uno de los puntos fuertes del film son sus dos protagonistas femeninas, las dos mujeres que compiten por el amor de Lupin: el ángel que le ofrece un amor puro y la diablesa cuyas verdaderas intenciones se nos escapan. La primera se encarna en el bello cuerpo de Eva Green, tan brillante como siempre, aunque en aquella época no era tan conocida como después de ser la mejor chica Bond, por lo que hay que buscar su nombre con lupa en el póster. En cambio, Kristin Scott Thomas, la aportación inglesa al film, no solo comparte cartel con el protagonista, sino que se lo merienda en cada escena, bordando un enigmático y diabólico personaje envuelto en el misterio.

Si buscáis una de aventuras a lo pulp, repito, muy en la línea del último Sherlock cinematográfico (que no televisivo), seguramente disfrutaréis, aunque le fallan algunos aspectos para haber sido más redonda, una cinta de evasión a lo grande. Lo dicho, a veces se quieren meter demasiadas cosas en el guión (y si no que se lo digan a ‘Alatriste’).

No hay comentarios:

Publicar un comentario