domingo, 30 de octubre de 2011

Una carretera muy dura

‘The road’ (2009) lo tenía todo para arrasar en las taquillas y en los premios: basada en una novela galardonada con el Pulitzer de Cormac McCarthy, autor, entre otras, de ‘No es país para viejos’, y protagonizada por Viggo Mortensen y Charlize Theron. Sin embargo, pasó de puntillas por la cartelera, sin apenas hacer ruido.

Y la verdad es que no me extraña. No es que la cinta no tenga calidad, todo lo contrario. Pero si se le puede dar un calificativo es el de deprimente. El film arranca con una situación vista mil veces: un mundo apocalíptico. Sin que el espectador conozca el motivo, los animales han muerto, los árboles también, y la mayor parte de los humanos. Hace un frío espantoso, el cielo siempre está teñido de un gris desolador y se suceden los terremotos e incendios. Apenas hay comida y no solo proliferan las bandas de ladrones sino los caníbales.

Pero esto no es ‘Mad Max’ ni ‘Waterworld’ ni nada que se le parezca. Apenas hay acción. Aquí solo hay un padre y un hijo que tratan de sobrevivir día a día, de llegar al mar para dirigirse al sur en busca de zonas más cálidas. Ese es el otro motivo que explica la escasa comercialidad del film. La mayor parte del metraje son conversaciones entre padre e hijo, en las que ante todo, el primero trata de transmitirle al segundo las ganas de vivir, de superar cualquier adversidad y no rendirse jamás.

La otra cara de la moneda la representa la madre. En sucesivos flashbacks, vemos cómo se derrumba y cede al desaliento, lo que la lleva a suicidarse al verse incapaz de vivir en un mundo sin esperanza. Incluso se plantea abortar para que su hijo no tenga que afrontar una vida sin futuro.

Y no hay más. Algún encuentro con caníbales (con momentos de gran crudeza como la visita a la ‘despensa’) o con algún viejo errante (Robert Duvall, siempre impecable). Lo que no significa que la película sea mala ni aburrida. La sostiene un inmenso Viggo Mortensen, en una de sus mejores interpretaciones, y esa relación entre padre e hijo capaz de superar cualquier obstáculo.

‘The road’, aunque inferior al anterior trabajo de Hillcoat, el wester australiano ‘La propuesta’ (con el que tiene en común los autores de la banda sonora, Nick Cave y Warren Ellis, aquí menos inspirados), vale la pena, pero no es una cinta fácil ni agradable de ver, y mucho menos cine de palomitas. Y como no he leído el libro original, me abstengo de comparaciones.


viernes, 28 de octubre de 2011

El estreno: ¿Tintín... o Indiana Jones?

Spielberg nos ha dejado sin su cine unos cuantos años, desde 'Munich' (2006) (su última gran obra seria) y el último Indiana Jones (2008) (con el que demostró que sigue rodando aventuras como nadie), así que el regreso del 'rey Midas' de Hollywood se lleva la palma, en una semana en la que tenía un más que serio competidor, 'Eva', cine español de ciencia ficción con triángulo amoroso (nada más y nada menos que Marta Etura, Daniel Brühl y Alberto Ammann), cuyo teaser me atrajo más que el trailer. Y es que el cine español está en plena temporada de cintas más que interesantes.

A lo que vamos. El regreso de Spielberg era esperado, aunque el proyecto que nos ocupa despertaba todas mis suspicacias. En primer lugar, porque se trata de una película de animación motion capture, técnica que nunca me ha atraído en exceso, a excepción del 'Beowulf' de Zemeckis. Y en segundo, porque con Tintín tengo sentimientos encontrados. De pequeño disfruté como un enano, creo que más con la serie de dibujos animados que con los cómics, pero de mayor, cuando he intentado volver al personaje, lo he encontrado demasiado plano y sencillo, falto de vida, a excepción del capitán Haddock, el gran personaje de Hergé, muy por encima de Tintín.

Pero las primeras imágenes de este Tintín son de las que te dejan con la boca abierta. Spielberg ha ido más allá con la motion capture, apoyándose en Peter Jackson como productor, dejando claro que, como Cameron o Lucas, cuando la técnica no es capaz de trasladar lo que quieren a la pantalla, inventan lo que haga falta. Lo otro que deducimos del trailer es que, con Harrison Ford cada vez más 'maduro', Spielberg ha encontrado la manera de seguir explotando el filón de Indy. Porque, o mucho me equivoco, o 'El secreto del unicornio' tiene más del arqueólogo aventurero que del periodista belga. Y si preferís al Spielberg serio, tranquilos, que antes de fin de año llega 'War horse', con pinta de llevarse todos los Oscar.

Ah, y recordemos que es una cinta de animación, interpretada por Daniel Craig, Jamie Bell y Andy Serkis.

jueves, 27 de octubre de 2011

'Contagio': impecable documental sobre epidemias

Soderbergh une en ‘Contagio’ a los dos cineastas que tiene dentro, al experimental y al comercial. Y aunque parezca lo contrario, es el experimental el que domina, porque su última cinta es mucho más un documental que una película.

El cineasta norteamericano ha colado al gran público un documental sobre el tratamiento de epidemias provocadas por virus, en el que aborda todos los puntos de vista, como si fuera una superproducción de Hollywood. ‘Contagio’, con su impecable y frenético montaje, su implacable banda sonora y su reparto de lujo, muestra cómo reaccionaría el mundo ante una epidemia de proporciones devastadoras, desde el primer contagio hasta… No desvelaremos el final, aunque eso sí, en contra de lo que he leído por ahí en alguna crítica, sí se aclara, totalmente, el origen de la epidemia.

Tal como pensaba, esto no es ‘Traffic’, ante todo por la duración de ‘Contagio’, que no llega a las dos horas, y porque, como he dicho, se trata de un documental, en el que los personajes apenas están dibujados. Personajes que, como el de Matt Damon, reflejan lo que supone la epidemia más allá de las cifras: cómo afronta alguien la pérdida de un ser querido. Personajes que, como el de Lawrence Fishburne (en plena forma), afrontan el dilema de dar a conocer la epidemia a un ser querido, aún a riesgo de que se extienda el pánico. Personajes que, no vamos a citar nombres, desaparecen del metraje mucho antes de lo que pensábamos… porque nadie sabe si va a escapar del virus.

Realista hasta decir basta, Soderbergh muestra además una visión despiadada de internet como fuente de información (poco o nada contrastada) y de los blogueros que se erigen en ‘portavoces de la verdad’, cuando en muchos casos solo sirven a su interés... y al de quien les paga.

El director se luce especialmente a la hora de mostrar cómo el pánico al virus desata el caos en las calles y se convierte en una barrera para las relaciones sociales. Ni siquiera se puede dar la mano, el saludo universal, por temor al contagio. Ahí es donde mejor funciona Soderbergh, acercándose al efecto que logró Spielberg con ‘Tiburón’: ‘Contagio’ crea desasosiego en el espectador, porque cae en la cuenta de que cualquier roce, cualquier contacto, puede contagiarnos… cualquier cosa. Ya lo avisa el cartel: ‘Nada se expande como el miedo’.

En cambio, donde falla Soderbergh, por desgracia, es en el desenlace, debido a su contenido, muy poco verosímil. Ah, pero esto era una superproducción de Hollywood… y ese es el único momento en el que se nota.

El detalle cinéfilo: La veteranía es un grado, y siempre que aparece cualquier vaca sagrada acaba robando la función. Las oscarizadas y los galanes cumplen, pero es Elliott Gould quien llena de humanidad su pequeño papel.


domingo, 23 de octubre de 2011

Un nuevo Doctor en el vecindario

Segundas partes nunca fueron buenas… y algo de eso hay en la segunda temporada de la era moderna del ‘Doctor Who’ de la BBC. La primera temporada (y esto es un gran SPOILER si no la habéis visto) acababa con la enésima regeneración del Doctor, esto es, el truco de la serie para perpetuarse con continuos cambios de su protagonista principal, tanto por lo que respecta a su intérprete como a su personalidad y aspecto. Christopher Eccleston, reputado actor británico elegido como gancho en la resurrección televisiva del Doctor, retoma su carrera y es David Tennant quien le sustituye como décimo Doctor. ¿Está a la altura del legado que recibe? Pues…

Eccleston había dejado el listón alto. Cierto que su Doctor fue el más antipático y psicópata, pero también el que llevó mejor la parte dramática y uno de los mejores. En cuanto a Tennant… Mi impresión es que no acaba de pillarle el punto al personaje, al menos en su primera temporada. Su aspecto es muy ‘Doctor’, con el elegante traje chaqueta cubierto por una larga gabardina y rematado con unas zapatillas deportivas. Pero en cuanto a personalidad no se aleja demasiado de su predecesor, y además parece abusar del histrionismo y de esa pinta de ‘no me tomo nada en serio’. De hecho, se luce más en los momentos dramáticos, en los que sí parece captar la esencia del personaje, por lo que tengo muchas esperanzas depositadas en él.

Tennant, como Eccleston, ha tenido como fiel escudera a Billie Piper en el papel de la joven Rose Tyler…, cuya segunda temporada ha estado bastante por debajo de la primera. En aquella Rose rivalizaba en importancia con el Doctor, convirtiéndose en una de las compañeras más interesantes de cuantas ha tenido. En esta, aunque también brilla en muchos momentos, hay demasiados capítulos en los que apenas hace otra cosa que estar en pantalla, o ni siquiera eso.

Y es que, a diferencia de la primera temporada, esta resulta demasiado irregular, con capítulos sensacionales pero también con otros muy por debajo del mejor nivel de la serie. Esta arranca con un buen especial, a cargo del guionista titular de la serie, Russell T. Davies, que sirve de ‘presentación’ del ‘nuevo’ Doctor en medio de una nueva invasión alienígena en Londres (no hay que perderse el ataque de los árboles de Navidad…) y empieza a sembrar las semillas para el arco final, tal como ocurriera en la temporada anterior. Si entonces las palabras claves eran ‘Bad wolf’, ahora es ‘Torchwood’… solo que la idea se llevó mejor a la práctica en la primera temporada.

Tras el especial llegan los dos primeros capítulos, también a cargo de Davies, primero con un viaje al futuro (como ocurriera en la anterior temporada) en el que reaparece un viejo enemigo, y después al pasado (también como en la anterior temporada) para conocer a un hombre lobo y a la Reina Victoria, que no deja de decirle a Rose que va muy desnuda.

Luega llega lo mejor, curiosamente sin Davies. Primero ‘Reunión escolar’, con el reencuentro entre el Doctor y la mejor compañera de toda su historia (a la que conocimos en los capítulos que echaron hace años en TV3, Sarah Jane Smith, interpretada como siempre por Elisabeth Sladen. El capítulo, al margen de una trama más o menos accesoria, está cargado de momentos inolvidables, como cuando Sarah Jane descubre la Tardis, y sirve para confrontar a Sarah Jane con Rose y reflexionar sobre la soledad del Doctor y los efectos que causa en sus compañeras, a las que invariablemente acaba por dejar. Ya le ocurrió a Sarah Jane, que ahora puede decirle al Doctor lo que sintió… y Rose vislumbra su propio futuro. ¡Si hasta sale el perro cibernético K-9!

Y no le anda a la zaga ‘La chica en la chimenea’, magnífico episodio de viajes temporales, donde el Doctor tiene un romance con madame Pompadour en la Francia prerrevolucionaria. Para el Doctor apenas pasan unas horas, pero para ella la acción del episodio abarca toda su vida. Y Rose, casi sin hacer acto de presencia…

A continuación llega la primera aventura en dos episodios, que sirve para presentar la versión moderna de otro de los enemigos míticos del Doctor. Si en la anterior temporada fueron los Daleks, ahora llegan los Cybermen. Como ocurrirá en cada aventura doble, es al final del primer episodio cuando se descubre al ‘malo’ de la función, que en esta ocasión transcurre… en un universo paralelo. Dado que esta temporada se emitió en 2006, uno no puede evitar pensar que para ‘Fringe’ se inspiraron bastante en esta trama… con ese universo en el que cambian las cosas ligeramente, donde el padre de Rose no murió pero ella sí… por no hablar de que, como descubriremos en el último arco argumental de la temporada, los viajes entre universos paralelos crean brechas temporales que pueden destruir el mundo… Demasiadas coincidencias.

Tras una aventura que acaba volviéndose épica tenemos uno de los capítulos más flojos (dedicado a criticar la ‘caja tonta’ televisiva) antes de otra doble aventura, más de ciencia ficción que nunca, en la que el enemigo, en una estación espacial junto a un agujero negro, parece ser… el propio diablo.

Luego llegan un par de episodios bastante flojos, el primero a cargo de Davies, centrado en un ‘fan’ del Doctor, en el que este y Rose apenas aparecen, aunque tiene su gracia, y el siguiente situándonos en el Londres olímpico de 2012 (repito, el episodio se emitió en 2006) y con una niña de 10 años como enemiga.

Y entonces llega el bombazo final, la doble aventura en la que Davies echa el resto con Torchwood, los Cybermen, la brecha entre universos y… los Daleks (ah, y el Arca del Génesis de los Señores del Tiempo). Todo ello además del encuentro entre la madre de Rose de un universo y el padre del otro, además del destino final de Rose. Aquí si se sale Davies, con momentos gloriosos como la escena en la que los últimos cuatro Daleks no consideran rivales a cinco millones de Cybermen pero sí temen al Doctor.

Si toda la temporada hubiera mantenido el nivel del desenlace y capítulos tan fantásticos y conmovedores como ‘Reunión escolar’ (por cierto, con el mítico Giles de 'Buffy, cazavampiros' como malo) y ‘La chica en la chimenea’ en los que es imposible no emocionarse, sería una temporada de 10, pero acaba quedándose en un aprobado alto debido a episodios mucho más flojos, a la pérdida de protagonismo de Rose, mucho más gris que en su debut aunque de cuando en cuando resurja poderosamente, y a un Tennant que no acaba de pillarle el punto al personaje. Pero el Doctor y la Tardis siguen su viaje… y habrá que acompañarle.

PD: Volviendo al tema de las acompañantes, ojo al momento en el que, de pasada, y sin que vuelva a tocarse el tema, el Doctor deja caer que una vez fue padre... ¿Qué prepara Davies?


viernes, 21 de octubre de 2011

El estreno: Una de crisis... y un reparto de lujo

Este es uno de esos fines de semana en los que, a falta de un blockbuster, sacan la cabeza un montón de películas pequeñas, de esas que apenas se espera que sobrevivan en la taquilla, y tenemos de todo: cine de ciencia-ficción independiente ('Otra tierra'), cine francés ('Nanneri, la hermana de Mozart'), un remake ('La cosa'), una secuela ('Paranormal activity 3'), una comedia con Sarah Jessica Parker que no es 'Sexo en Nueva York' ('Tentación en Manhattan'), e incluso, tal vez, una de las mejores películas españolas del año, 'La voz dormida'.

Pero como el tráiler de esta última me deja bastante frío, y la que ha ido, supongo que mucho más merecidamente, a los Oscar ha sido 'Pa negre', pues el premio se lo lleva 'Margin call'. ¿Por qué? Debut en la dirección de un tal J. C. Chandor (huele bastante a seudónimo) con un repartazo: Kevin Spacey, Jeremy Irons, Stanley Tucci, Paul Bettany... y Demi Moore. (Ah, y Simon Baker, 'El mentalista').

¿Argumento? Pues, ¿qué tal si hablamos de la crisis y de los tiburones financieros que la han provocado y se han aprovechado de ella? ¿A que interesa? Pues eso.

viernes, 14 de octubre de 2011

El estreno: El virus de Soderbergh

Lo de esta semana no tiene misterio. Por más que tengamos un Balagueró con buena pinta, incluso con Tosar & Etura, si hay un blockbuster de Soderbergh... habrá que verlo.

Vale, Soderbergh es demasiado, digamos, irregular..., y alterna los trabajos personales con otros más comerciales, que son los que la gente suele ver, y a veces, los más redondos. Así que tras el díptico del Che y un par de 'experimentos' ('The girlfriend experience' y 'El informante', vuelve a Hollywood por la puerta grande.

Si en el anterior post comentaba que 'Syriana' era al petróleo lo que 'Traffic' a las drogas, 'Contagio' parece ser lo mismo pero en torno a los virus. Y si uno se fija en el tráiler, ahí lo tenemos todo: un argumento visto mil veces, pero que bajo la batuta de Soderberg se convierte en gran espectáculo, llevado a la pantalla como nunca, con la intención de combinar reflexión y taquilla, abordando la idea central desde todos los puntos de vista hasta alcanzar una dimensión épica. Uno de los mejores tráilers de la temporada.

Y ya que hablamos de 'Traffic', Soderbergh también viene acompañado de un reparto como solo él parece ser capaz de juntar, y si no, recordemos que ha dirigido la trilogía 'Ocean's eleven' o la multitud de secundarios de lujo en las dos entregas del Che. Aquí tenemos a un habitual como Matt Damon junto a otros que se estrenan con el director como Jude Law (a ver si levanta cabeza...) y Lawrence Fishburne, que siempre imprime carácter. Pero lo mejor es el reparto femenino, en el que parece que el requisito para participar era tener un Oscar: Kate Winslet, Marion Cotillard y Gwyneth Paltrow. Ahí es nada.

¿Se quedará en mero gran espectáculo o alcanzará el nivel de 'Traffic'? Apuesto por lo primero, pero si es espectáculo-Soderbergh, valdrá la pena pagar la entrada.

miércoles, 12 de octubre de 2011

'Syriana', demasiado políticamente incorrecta

¿Por qué razón ‘Syriana’ (2005) no fue nominada al Oscar a la Mejor Película? Simplemente por ser demasiado políticamente incorrecta. Por eso no encajaba la nominación de ‘Capote’, que desentonaba junto a las otras cuatro nominadas, entre las cuales ‘Crash’ se llevó el premio gordo, precisamente, por ser la menos políticamente incorrecta. ‘Brokeback Mountain’ tocaba la homosexualidad (así que le damos el Oscar al Mejor Director a Ang Lee, que ya tocaba, pero el de Película ya es otro cantar…). ‘Buenas noches y buena suerte’ tocaba el mal momento de los políticos yankees y la paranoia con el terrorismo… pero a través de la ‘caza de brujas’ de décadas pasadas, así que podía ser nominada, pero no premiada. ‘Munich’ también nos hablaba del pasado, pero se metía con el Gobierno de Israel (sigue siendo el último filme serio de Spielberg, que le echó agallas), así que tampoco se la podía premiar. En cuanto a ‘Crash’, bueno, no se metía con ningún colectivo en concreto, solo con una sociedad demasiado egoísta, insolidaria o apresurada.

Pero ‘Syriana’ se metía directamente con el Gobierno USA y las compañías petrolíferas, aliadas por interés mutuo. Y es que eso de que la CIA se cargue a un mandatario árabe porque le estorba a las petroleras… Ya digo, políticamente incorrecto. Y no solo con los americanos. Mi secuencia favorita es aquella en la que el personaje de Matt Damon le dice al árabe ‘bueno’ que si siguen con su política actual (la de los países árabes en general), de gastarse el dinero los jeques en yates y fiestas, dentro de unos años (antes de lo que pensamos), cuando se acabe el petróleo, volverán a llevar a pastar a las cabras porque no habrán aprovechado la mayor oportunidad para sacar a sus países de la miseria y convertirlos en auténticas potencias económicas con industrias y servicios que den empleo y mejoren la situación social de sus súbditos. Claro, que… ¿le interesa eso a Occidente, que haya democracia real en los países árabes, o es mejor que cuatro jeques sigan mangoneándolos y viviendo a lo grande… sirviendo en realidad a los intereses occidentales, aunque no se dén cuenta?

‘Syriana’ tenía fuertes cargas de profundidad, ejemplarizadas también en el demoledor final, en el que culmina una de las tramas más interesantes: la que explica qué puede llevar a alguien a convertirse en terrorista suicida. Pero todo su mensaje ideológico y su propósito de reflexionar sobre cómo funciona nuestro mundo se presentaba en forma de thriller impecable. Muchos se quejaron de que la estructura era demasiado dispersa. En fin… al final uno entiende porque ‘Fast and furious’ y otras sagas insulsas llevan cinco entregas…

El guionista y director Stephen Gaghan iba sobre seguro en cuanto al reparto, liderado por un George Clooney que se ganó su Oscar al Mejor Secundario con su barba y su ‘pancheta’ (siempre vende que el galán o la sex symbol se afeen), una secuencia de tortura que casi duele, y que, bueno, para algo había dirigido e interpretado ‘Buenas noches y buena suerte’. Que ya tocaba, vamos. Y no le andan a la zaga Matt Damon, Chris Cooper, Jeffrey Wright, William Hurt o Christopher Plummer, que el día que pase a mejor vida va a tener una filmografía increíble.

Y un detalle que aprecié más en la segunda visión. ‘Syriana’ no solo habla de terroristas, petróleo y dinero. También habla de padres e hijos. Casi todas las tramas tienen una parte que gira en torno a las relaciones paternofiliales. Ahí está el personaje de Clooney, agente de la CIA que apenas ha visto crecer a su hijo y trata de conocerle antes de que sea demasiado tarde. O el personaje de Wright, que parece tener una vida perfecta… si no fuera por un padre alcohólico. O el jeque árabe, indeciso sobre a cuál de sus dos hijos ceder el poder. O el joven árabe que ve en el terrorismo la única manera de ayudar a su familia. O el personaje de Damon, que sufrirá una tragedia familiar.

'Syriana' es al petróleo lo que 'Traffic' a las drogas (vale, la de Soderbergh está en un nivel superior). Ahora, no estaría mal completar la trilogía (el guionista era el mismo) con una peli sobre la crisis económica...


domingo, 9 de octubre de 2011

Combate verbal

Si sois fans de Steve Buscemi, ahora más de moda que nunca por la serie ‘Boardwalk empire’, os encantará. Y si no… también. En ‘Interview’ (2007) (título más exacto respecto a su contenido, imposible) tenemos a Buscemi delante y detrás de las cámaras, como director y como uno de los dos únicos actores. Porque este es otro buen ejemplo de teatro rodado, de ese tipo de obras, como la mítica ‘La huella’ de Mankiewicz, que plantean un duelo actoral sin concesiones.

Aquí la inesperada ‘rival’ de Buscemi es Sienna Miller, encarnando a una actriz famosa pero de nulo prestigio actoral, habitual en películas de terror de usar y tirar, a la que tiene que interpretar el personaje encarnado por Buscemi, un periodista especializado en política, más pendiente de la última tormenta parlamentaria en Washington que de entrevistar a una celebrity.

Entre ambos habrá más que palabras, o mejor dicho, palabras y más palabras, en un juego del gato y el ratón que se prolongará durante apenas hora y 20 minutos, pero que da para mucho, y donde ambos intercambiarán sin cesar sus papeles en una continua montaña rusa de sentimientos. Las relevaciones y sorpresas, garantizadas hasta el último segundo.

Ya para los más cinéfilos, esta ‘Interview’ es el remake USA de la película (2003) de Theo van Gogh, (sí, bisnieto del pintor), director y artista polifacético antes de que un fanático radical islamista lo asesinara en plena calle en 2004. ‘Interview’ forma parte de una trilogía de cintas que giran en torno a un diálogo entre dos personas, y que fueron adaptadas en Hollywood como homenaje al cineasta tras su fallecimiento. Para ir abriendo boca, las otras dos son 'Cieta a ciegas' (2008), dirigida e interpretada por Stanley Tucci junto a Patricia Clarkson, y 'Somewhere tonight' (2011), de la que se hizo cargo John Turturro junto a su mujer, Katherine Borowitz.


viernes, 7 de octubre de 2011

El estreno: Crucemos los dedos...

Lo de esta semana es un auténtico acto de fe, y de nostalgia. Si a estas alturas tenemos que explicar quien es el Capitán Trueno, la creación cumbre de Víctor Mora (no olvidemos al Corsario de Hierro o al Jabato), mal vamos.

Si esto fuera Hollywood, hace siglos que las aventuras de este héroe hubieran sido llevadas a la pantalla, lo que no quiere decir que hubiera sido una buena película... a las adaptaciones de cómics USA nos remitimos, donde ha habido de todo.

Y la del Capitán Trueno tiene sus particularidades, porque no estamos hablando de superhéroes sino de aventuras medievales. Quizás eso facilitaba las cosas, pero hablamos de un auténtico símbolo y aquí, lo difícil, es capturar su esencia y el tono: gran aventura con un toque de humor... Porque, claro, el problema, básicamente, son Crispín y Goliat, que pueden funcionar bien en un cómic, pero ¿cómo lo llevamos a la gran pantalla?

Al margen de que el título no ayuda precisamente (con el santo Grial parece que invoquemos a Indiana Jones), este proyecto, con raíces valencianas, ha pintado muy mal desde el principio: la temprana deserción de Juanma Bajo Ulloa, los recortes de presupuesto cuando ya parecía que la cosa iba en serio, y más deserciones de última hora, como la de Elsa Pataky, la elección original para Sigrid... a quien ha acabado encarnando la que iba para 'mala' de la función, Natasha Yarovenko.

Lo de que Sergio Peris Mencheta sea finalmente el encargado de dar vida al Capitán Trueno, pues... tampoco acaba (empezando por la edad), y lo visto en los tráilers echa más para atrás que otra cosa. Pero... lo único que me da esperanzas es el director, Antonio Hernández, autor de 'En la ciudad sin límites' y, sobre todo, aquella maravilla de road movie titulada 'Lisboa'. Claro que en los últimos tiempos se ha dedicado a teleseries históricas como 'Los Borgia' (y no nos olvidamos de 'El gran marciano'). En fin...

La cosa no pinta demasiado bien, pero tratándose de la adaptación de 'El Capitán Trueno', pues es el estreno de la semana, por supuesto. Eso sí, tenemos otra apuesta, posiblemente más segura, y también es española, mira tú por donde: 'Intruders', lo último de Juan Carlos Fresnadillo, que ha reclutado a Clive Owen, Pilar López de Ayala y Daniel Brühl, en la primera cinta de casas encantadas que nos espera en poco tiempo. La siguiente, bajo la dirección de Jim Sheridan, tratará de asustar a Daniel Craig y a Rachel Weisz (y sí, ahí es donde se emparejaron).

miércoles, 5 de octubre de 2011

Peter Gabriel nos duerme con sus versiones


A menudo una fina línea separa lo sublime de lo instrascendente. Y por desgracia para Peter Gabriel, que desde luego ha conocido tiempos mejores, su último trabajo abunda más en lo segundo que en lo primero. La apuesta de ‘Scratch muy back’ es de esas que sugieren un agotamiento de ideas: vamos a versionear mis temas preferidos. Claro que Gabriel, como tantos otros mitos, puede permitírselo, para eso está su fabulosa trayectoria en Genesis y en solitario.

La otra apuesta, contar con una orquesta para que las nuevas versiones sean sinfónicas, y además conferirles un nuevo estilo uniforme a todas ellas. Y no parece que el disco empiece con mal pie. Todo lo contrario. La primera pieza elegida es el ‘Heroes’ de Bowie, y aunque confieso que no conozco el original, imagino que debe ser fantástico a tenor de la conmovedora versión que se saca Gabriel, sin duda lo mejor de ‘Scratch my back’.

No es el único acierto. También logra darle un aire muy particular a otro soberbio tema mucho más moderno, el ‘My body is a cage’ de Arcade Fire, aquí aún más sombrío e intimista, realmente desolador, en una versión que sirvió para darle un magnífico fondo sonoro a la mejor/peor secuencia de la séptima temporada de ‘House’ (spoiler: cuando un aparente intento de suicidio se torna en… balconing).

Y en medio del tono monocorde y suave del disco, sobresalen ‘Mirrorball’ y sobre todo ‘Listening in the wind’ de Talking Heads, con Gabriel más intenso y llegando de verdad al oyente.


El resto, empezando por ‘The boy in the bubble’ o ‘The book of love’, son temas calcados en los que Gabriel y su orquestación logran aburrir a las ovejas, canciones que no acaban de despegar y que se pierden en una monotonía que las desproviste de carácter. Si acaso podemos salvar ‘The power of the heart’, en la que el cantante parece esforzarse más por conmover.

Lo más curioso, que en algunas canciones Gabriel recuerda mucho al peor Phil Collins, el de las baladas perfectas pero carentes de emoción, el que muestra su faceta más conformista y de ‘piloto automático’, tan criticado precisamente por Gabriel, que reivindicaba mayor audacia y riesgo musical. Algo que apenas encontramos en este trabajo.

Eso sí, al menos se agradece que haya elegido ‘Philadelphia’ de Neil Young, y no la canción de la banda sonora de la película del mismo título que le valió el Oscar a Bruce Springsteen, infinitamente inferior a la de Young. Canción que, por cierto, Gabriel versionea aceptablemente, sin cambiar apenas nada del original. Y es que si una canción es perfecta, mejor no tocarla.

PD: Creo que la idea de Gabriel era que 'Scratch my back' sirviera para una gira de conciertos con orquesta. A diferencia de la última gira de Arcade Fire, igual sería buena idea acudir con un almohadón. O tal vez en directo cambia la cosa...


domingo, 2 de octubre de 2011

Russian Red destapa su lado ye-ye


Lourdes Hernández supera el reto del segundo disco, ese que suele marcar la consolidación o el olvido, fiel a la propuesta musical de su primer trabajo, 'I love your glasses', pero escapando de la alargada sombra de Marlango y casi dejando atrás ese falsete demasiado omnipresente en su debut. Quién iba a decir que el referente sonoro de 'Fuerteventura' sería Conchita Velasco...

...y es que, sobre todo en el arranque del disco, Russian Red se desmarca de los temas íntimos y melancólicos a los que nos tenía acostumbrados y se muestra más juguetona y resplandeciente, facturando temas pop de gran frescura, que no hubieran desentonado en absoluto en aquellas películas de los 60 que tanto han repuesto en 'Cine de barrio'. Es el caso, principalmente, de 'The sun, the trees' (esos coros...) y 'Fuerteventura', pero también de 'I hate you but I love you'.

Tras ese arranque de desbordante optimismo vuelve la Russian Red más delicada con sus baladas a prueba de bomba, aunque la paleta sonora continúa devolviéndonos varias décadas atrás, en este caso a los 70. Así ocurre en ese magnífico medio tiempo con el que se abre el disco, 'Everyday everynight', y luego en temas como 'Braver soldier', 'The memory is cruel', 'Nick Drake' o 'A hat'. En el primero y el último de ellos, especialmente, recuerda a Karen Carpenter y aquellas baladas impecables que facturó con su hermano.

Pero el tercer y último referente es más curioso y más cercano, la Julee Cruise que nos hechizó con la banda sonora de 'Twin Peaks', y de la que hallamos un poderoso eco en 'My love es gone' y 'Tarantino', sin duda el gran tema del disco (y eso que no es precisamente mi director de cine favorito, más bien el mayor caso de talento desperdiciado del Hollywood actual...).



'Fuerteventura' muestra, pues, más y variadas caras de Lourdes Hernández, en un trabajo más versátil y maduro que su debut, más redondo, aunque posiblemente menos conmovedor. Respecto a lo que puede deparar el futuro, tal vez haya una pista en el cierre del álbum, 'Mi canción 7', uno de los más impactantes, donde la voz de Russian Red, con una dureza poco habitual, navega sobre una potente percusión, a la que luego se añaden la guitarra eléctrica y el teclado para conformar un sobrecogedor fondo sonoro que se apodera del oyente.

PD: Si en 'I love your glasses' Russian Red incluyó una versión del 'Girls just wanna have fun' de Cindy Lauper, aquí hubiera quedado perfecta la 'Chica ye-ye'.

sábado, 1 de octubre de 2011

El estreno: El mejor papel de Stephen Dorff

Posiblemente esta semana sea preferible cualquier estreno a lo que hayan perpetrado el creador de la saga 'Resident evil' y su mujer, Milla Jovovich, con la obra inmortal de Dumas, 'Los 3 mosqueteros'. Por fortuna, hay una película que cuenta con los suficientes atractivos para merecer ser destacada en cualquier circunstancia, 'Somewhere'.

Se trata del regreso de Sofia Coppola, que cambia de tercio tras su 'María Antonieta' y vuelve a centrar su nueva obra en dos personajes como ya ocurriera en 'Lost in translation'. Aquí, con un argumento que recuerda al de la mítica 'Luna de papel' de Ryan O'Neal y su hija Tatum, tenemos a un actor que no es precisamente un modelo de virtudes, quien tiene que hacerse cargo de una hija de once años a la que no ha visto en su vida.

Interpretando al actor tenemos a Stephen Dorff, al parecer con el papel de su vida, que le ha valido numerosos elogios, sobre todo en el festival de Venecia, donde además la cinta se llevó nada menos que el León de Oro a la Mejor Película. Y por si eso no fuera suficiente, a la hija le da vida la joven Elle Fanning, que después de deslumbrarnos en 'Super 8' tiene la oportunidad de demostrar que es uno de los mejores nuevos valores de Hollywood.