martes, 30 de enero de 2024

La futilidad de la nieve (Tablas en los Andes)


Ahora que La sociedad de la nieve acaba de ser nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera, y antes de que se fallen tanto estos premios como los Goya, en los que la cinta de JA Bayona es una de las grandes aspirantes (13 nominaciones, solo por detrás de las 15 de 20.000 especies de abejas), vamos con la comparativa entre el film español (aunque paga Netflix) y la otra plasmación en la gran pantalla del drama acaecido en 1972 en la cordillera andina, la norteamericana ¡Viven! (1993). Bien es cierto que hay una tercera versión, una producción mexicana de 1976, Supervivientes de los Andes, al parecer infumable.

Y el resultado es empate. La obra de Bayona no mejora a su predecesora por mucho que se promocione. Cada una tiene aspectos en los que se impone a la otra, pero la valoración final acaba en tablas. Y vamos con el análisis, con unos cuantos spoilers.

Empecemos con los puntos a favor del último estreno. La fotografía, ahí sí gana por goleada La sociedad de la nieve, gracias al gran trabajo de Pedro Luque, que dota al film de un aspecto visual elegante e hipnótico, frente a un acabado más, digamos, de telefilme en ¡Viven! Pero es prácticamente lo único en lo que se impone con claridad la película española.

Otro acierto de Bayona es tanto el prólogo como el epílogo, ausentes en la cinta norteamericana, más seca a la hora de abrir y cerrar la acción, puesto que arranca ya a bordo del avión y se cierra cuando llegan los helicópteros de rescate.

El prólogo muestra cómo eran los protagonistas antes de la tragedia, y con ello Bayona, tomando buena nota de su maestro Spielberg, empieza a establecer la conexión emocional del espectador con los personajes cuya historia va a narrar. Sirve además para apreciar los cambios que se producirán en ellos a lo largo del metraje, aunque el hecho de que el prólogo no se alargue demasiado frustra un tanto este objetivo.

Por lo que respecta al epílogo, obviamente con él se busca que el espectador pueda recrearse en un final feliz después de someterlo al visionado de tantas penurias y es clave para dejar ese poso de historia más grande que la vida que Bayona ha buscado desde que puso en marcha el proyecto. También es ahí donde se justifica el adelgazamiento de los actores durante el rodaje, puesto que solo en esas escenas se ve a alguno de ellos completamente desnudo, para impactar más en el espectador. 

Y aquí hago un pequeño inciso, ya que lo que sigue pendiente es contar qué ocurrió al regreso de los supervivientes, el calvario ante la opinión pública al descubrirse lo que habían hecho para sobrevivir, cómo afectó eso a sus relaciones con los parientes de los fallecidos, etc. Ahí, quizás, es donde queda pendiente una gran película, porque ni lo es la de Bayona ni tampoco su predecesora.

Volviendo a la comparativa, ¡Viven! resulta superior en todo lo demás, empezando por la factura técnica. De manera increíble, teniendo en cuenta que a ambas cintas las separan 30 años de tecnología, la norteamericana está mucho mejor hecha –fotografía aparte--, y eso se nota, por ejemplo, en la secuencia del accidente (aunque ya sabemos que el mejor accidente aéreo en una pantalla se vio en el primer capítulo de Perdidos). Bayona tampoco ayuda mucho en la dirección, atropellada demasiadas veces y abusando de primerísimos primeros planos en los que no se entiende nada de lo que ocurre.

Esa es la gran virtud de ¡Viven!,  que como suele ocurrir en el cine norteamericano, y especialmente en los directores artesanos, en ella está todo mejor explicado y discurre de manera más lógica y clara, desde la atención médica en los instantes posteriores al accidente, a mostrar de donde sale el interminable suministro de tabaco, que los protagonistas digan qué van a hacer en lugar de mostrarlo de manera directa y que el espectador trate de averiguarlo… o que en La sociedad de la nieve cuando por fin hacen funcionar una radio, justo entonces oyen que han abandonado su búsqueda, ¡hombre, qué casualidad! En la española, eso sí, van mostrando el nombre de cada fallecido a medida que se va reduciendo el número de supervivientes.

Otra historia son las distintas opciones a la hora de contar una historia. El film de Frank Marshall en la dirección, con su inseparable mujer, Kathleen Kennedy, en la producción, un tándem que ha producido buena parte de la filmografía de Spielberg –aunque solo había dirigido Aracnofobia (1990)--, convierte en el centro de la película a Nando Parrado, encarnado por Ethan Hawke, en el que el film se centra incluso durante el largo periodo en el que está inconsciente, mostrando en todo momento qué ocurre con su madre y hermana, que apenas aparecen en la cinta de Bayona. Nando no solo es quien llega a Chile, y por tanto salva a los supervivientes, sino que es el primero en proponer que se alimenten de los compañeros fallecidos.

En cambio, Bayona da el protagonismo a Numa Turcatti, que es de los que más se oponen a esa iniciativa, lo que ya supone un gran cambio de punto de vista. El español, eso sí, acierta al darle el protagonismo a un personaje que muere después, con la consiguiente sorpresa para el espectador. Con Numa, además, el director recurre a la voz en off para fomentar esa conexión entre público y personajes, mientras que en ¡Viven! ese recurso se limita a las breves apariciones de John Malkovich como un superviviente que abre y cierra la película. Eso sí, resulta paradójico que Bayona haga que cuente la historia uno de los fallecidos, cuando todo lo que sabemos de lo que ocurrió es lo que han relatado los que sobrevivieron.

En definitiva, ¿hacía falta volver a rodar ¡Viven!? A la vista del resultado artístico, la respuesta es un rotundo no. Otra cosa es que la nueva versión fílmica haya servido para volver a poner de actualidad la historia real y que Bayona lance ese mensaje de unión entre los hombres para superar cualquier desafío. 

Aquí no está de más recordar que ¡Viven! se basa en un libro escrito por un periodista que investigó los hechos, mientras que La sociedad de la nieve adapta el texto de uno de los supervivientes a raíz del documental por el 50 aniversario del accidente.

Lo dicho, tanto ¡Viven! como La sociedad de la nieve son buenas películas, quizás incluso muy buenas, pero no grandes películas. Porque ninguna se acerca a transmitir al espectador lo que ocurrió en los Andes, una historia tan sobrecogedora que solo llega de verdad en las múltiples entrevistas a los supervivientes que se suceden estos días. Ahí sí se alcanza a atisbar una experiencia que supera lo imaginable.

 


lunes, 29 de enero de 2024

El estreno: La criatura de Lanthimos


Volvemos de nuevo. Por un pequeño error, en el repaso habitual a los estrenos de la última semana nos dejamos el que, de hecho, ES el estreno por excelencia, así que vamos con él.

Hablamos de Pobres criaturas, lo nuevo del griego Yorgos Lanthimos, uno de los cineastas más rompedores e inclasificables del momento. Tras sorprender y escandalizar con films como Canino (2009) o Langosta (2015), El sacrificio de un ciervo sagrado (2017) supuso su debut en Hollywood, donde se consolidó con La favorita (2018), que ya acaparó nominaciones a los Oscar y le valió el premio como Mejor Actriz a la británica Olivia Colman, a la que los norteamericanos descubrieron con esta película.

Su nueva propuesta adapta una novela de Alasdair Gray, en lo que supone una vuelta de tuerca al clásico Frankenstein desde una óptica feminista que la convierte en perfecta sustituta de Barbie en la carrera de los Oscar. De hecho, el film de Lanthimos ya batió al de Greta Gerwig como Mejor Comedia en los Globos de Oro y Emma Stone --que repite con el director tras La favorita-- hizo lo propio con Margot Robbie como mejor actriz. Recordemos también que el film que nos ocupa es el segundo con más nominaciones, 11, para los próximos Oscar, solo por detrás de Oppenheimer, que con 13 solo es superada en la historia por las 14 de Eva al desnudo (1950), Titanic (1997) y La, la land (2016 y también con la Stone), con lo que ya tenemos duelo servido, en lugar del previsible Barbenheimer.

La cinta de Nolan parece un valor más seguro a la hora de apostar, pero depende de si los Oscar deciden seguir el modelo de las galas que coronaron a las más académicas Green Book (2019) o Coda (2022), o bien seguir los pasos de los años en que se impusieron Parásitos (2020) o Todo a la vez en todas partes (2023), en cuyo caso Lanthimos tendría más números para triunfar con una propuesta más innovadora.  

La película del griego parece querer mostrar cómo sería una mujer que no recibiese ninguna influencia de la cultura patriarcal, narrando el autodescubrimiento y liberación sexual de su protagonista, todo en medio de un alarde de puesta en imágenes de un mundo barroco, exuberante y excesivo, quizás no apto para todos los públicos y paladares. De hecho, se dice que es el film que hará salir a más gente del cine antes de acabar la proyección, y por lo visto Carlos Boyero solo aguantó porque le tocaba escribir la reseña. No solo eso, hay quien considera que los mensajes que transmite el visionado del metraje son otros bien distintos, como una apología de la prostitución, e incluso de la pedofilia. 

En lo que parece haber más consenso es en la extraordinaria labor de Emma Stone, que podría llevarse su segundo Oscar, sin descartar que también reciba el suyo Mark Ruffalo. Habrá que ver, pues, una película tan deslumbrante como sorprendente, que aporta nuevos elementos a la lucha por los Oscar.

sábado, 27 de enero de 2024

El estreno: La historia más inmortal de Francia


A la espera de la entrega de los grandes premios cinematográficos de la temporada, la cartelera empieza a languidecer con estrenos de relleno, entre los que aparecen algunas obras interesantes.

Es el caso de la única cinta que nos llega de Estados Unidos, Miller's girl, que a punto ha estado de ser el estreno de la semana. Escrita y dirigida por Jade Halley Barlett, nos propone un curioso duelo actoral entre el británico Martin Freeman y Jenna Ortega, una de las actrices más de moda gracias a la serie Miércoles y la saga Scream (de la cual acaba de bajarse), aquí como profesor de literatura y alumna envueltos en un inquietante juego de seducción.

De ahí nos vamos a Reino Unido con El último soldado, donde Pierce Brosnan, convenientemente maquillado para aparentar más de 90 años, interpreta en esta historia real a un veterano que tras la muerte de su esposa escapa del asilo de ancianos en que reside en Irlanda del Norte para viajar a Francia en el aniversario del Día D.

De Costa Rica nos llega Presa de su objetivo, película que puede tener cierto paralelismo con la primera de la que nos hemos ocupado, aquí con una joven que sueña con ser modelo y se reúne con un reconocido fotógrafo para una sesión, en la que empieza a intuir que algo va mal.

Dos son las novedades españolas de la semana, como ya dije, de las que denominaríamos de segunda fila. Faro parece ser un ejercicio de terror con Hugo Silva interpretando a un hombre que, tras la muerte accidental de su mujer, se refugia con su hija en un faro, donde las pesadillas empiezan a atormentarlos. En cambio, Un mal día lo tiene cualquiera supone el debut en la dirección de Eva Hache con una comedia protagonizada por Ana Polvorosa como una joven que la noche antes de defender su tesis doctoral se ve envuelta en mil problemas tras aceptar la invitación de una amiga a tomar una caña.

Acabamos en Francia con Rodeo, cinta protagonizada por una joven aficionada a las carreras ilegales de motocros urbano...

...y Los tres mosqueteros: Milady, otra de esas películas con las que Francia demuestra que puede asimilar a la perfección el modelo de cine made in Hollywood. Si en los USA son capaces de convertir Dune en dos films, pues eso hacen ahora los galos con una de sus obras más populares, Los tres mosqueteros de Dumas. Así que ahora nos llega la segunda parte de Los tres mosqueteros: D'Artagnan, con toda una intriga internacional y protagonismo para la villana de la novela, Milady, encarnada nada menos que por Eva Green, y con Vincent Cassel como Athos. Producción de lujo con acabado sucio acorde a los nuevos tiempos para contar, una vez más, una historia que no pierde tirón con el paso de las décadas y los siglos. Aunque, si hablamos de la gran pantalla, continúa sin ser superada (ni lo va a ser) la versión de 1948 dirigida por George Sidney con un Gene Kelly en su mejor momento, capaz de convertir las escenas de acción en números de baile de un musical. Una auténtica joya del séptimo arte. 

domingo, 21 de enero de 2024

El estreno: El horror estaba al lado


La cartelera sigue renovándose a buen ritmo, y con películas procedentes de todo el globo.

De los USA solo nos llega la comedia romántica Cualquiera menos tú, con una pareja que tras una idílica primera cita frena su relación, pero se ve obligada a fingir que siguen juntos en una boda.

Dos son las novedades de casa. La más potente es El correo, nuevo thriller de Daniel Calparsoro que recuerda a El niño (2014) de Daniel Monzón, aquí con Arón Piper como protagonista, salido de la factoría de Élite, al igual que María Pedraza, a quien también encontramos en un reparto en el que sobresalen Luis Tosar y Luis Zahera. El otro estreno es la catalana L'home dels nassos, a vueltas con un legendario personaje de terror catalán.

Iniciamos el largo periplo internacional de esta semana en Francia, de donde nos llega una de sus típicas comedias, ¡Felices 50!, secuela de Barbacoa de amigos (2014), donde de nuevo se reúnen los protagonistas, aunque, para empezar, tienen que cambiar a última hora la soleada Grecia por la lluviosa Inglaterra.

De ahí nos vamos a Austria con Viaje hacia el desierto, que narra la relación de la poeta Ingeborg Bachmann con el dramaturgo Max Frisch y el viaje de la primera al desierto para renacer tras una complicada etapa. Pasamos a Lituania con Slow, película que está dando que hablar ya que en ella su pareja protagonista ha de afrontar que él sea asexual, y nos vamos a Argentina con Cuando acecha la maldad, saludada por muchos como la mejor cinta de terror del año.

Seguimos por Latinoamérica y de Venezuela nos llega Simón, que sigue a un joven que escapa de dicho país a Miami y se debate entre seguir allí o regresar para luchar contra la tiranía. Lo más curioso es que el film no solo no ha sido censurado en Venezuela, sino que ya es allí la película más taquillera.

Hacemos una penúltima parada en Israel con La floristería de Iris, donde un hombre que vive en Chicago regresa a Israel una década después de su partida...

...y acabamos con La zona de interés, con la que el británico Jonathan Glazer firma la que ya es la película del año para buena parte de la crítica. Su propuesta es tan sencilla como aterradora: mostrar la vida cotidiana del comandante de Auschwitz mientras el horror del campo de exterminio queda fuera de campo. Una nueva visión del Holocausto tan pacífica como perturbadora que busca remover conciencias.

lunes, 15 de enero de 2024

El estreno: Los días perfectos de Wim Wenders


Continuamos con los primeros estrenos del nuevo año, y esta vez sí, con dominio patrio, al menos en cuanto a cantidad, ya que la mitad de las novedades son españolas.

De más a menos publicitada, empezamos con Valle de sombras, en la que Miguel Herran emula al Brad Pitt de Siete años en el Tíbet (1997) y da vida a un turista que se pierde en el Himalaya, en otra buena prueba de que lo que se lleva ahora en el cine español es la nieve (¿verdad, Bayona?). Algo menos de eco en los medios ha tenido Honeymoon, que viene avalada por su pareja protagonista, Nathalie Poza y Javier Gutiérrez, sin olvidar a la pequeña que les acompaña en una road movie muy particular. Y para acabar, Palacio estilistas, con un atractivo reparto en el que caben Goya Toledo, Carlos Hipólito, Lolita o Pastora Vega, para contar la historia de una peluquera que sueña con ser directora de cine y acaba chantajeando a un cliente.

Nos vamos a los USA, de donde nos llegan dos propuestas con cierto interés. Por un lado, Beekeeper. El protector, en la que Jason Statham se monta su propio The Equalizer, y donde lo más triste es ver como, una década después de Fury, su director, David Ayer, parece haber tirado su carrera. Y por otro, Chicas malas, remake del mismo título de, en este caso, hace dos décadas, en aquel momento con Lindsay Lohan como gran estrella junto a dos actrices que luego tuvieron mejor suerte, Amanda Seyfried y Rachel McAdams. Detrás de esta nueva versión está Tina Fey, que ya firmó el guión de aquella (adaptando la novela Queen bees and wannabes (Abejas reinas y las que quieren serlo) de Rosalind Wiseman) y repite papel, además de escribir también la nueva versión, ahora en clave de musical.

Y acabamos con la breve gira internacional, que nos trae las dos novedades más prometedoras. La memoria infinita es la aspirante chilena al Oscar a mejor documental, donde su directora, Maite Alberdi (El agente topo), sigue centrada en la tercera edad, ahora con un hombre aquejado de alzhéimer y su relación con su esposa. Solo que hablamos de Augusto Góngora, periodista que luchó contra Pinochet, y con quien también desaparece en parte la memoria de aquellos días, sin olvidar que su mujer es la actriz Paulina Urrutia, quien fue ministra de Cultura.

Así que, solo a los puntos, se lleva la palma Perfect days, con la que Japón aspira al Oscar a mejor película extranjera (cuidado, Bayona) de la mano del veterano Wim Wenders, que aquí sí parece lucir en plena forma para contarnos con sencillez la historia de un hombre que encuentra la felicidad en los pequeños detalles del aquí y ahora. Ahí Wenders tiene un gran aliado en Koji Yakusho, actor que también está acaparando premios por este film. Así que si os gustó Falling leaves, igual tenéis aquí otra propuesta en similares coordenadas.

miércoles, 3 de enero de 2024

El estreno: La odisea del migrante


Pues vamos con el resto de la cartelera para estos días de fiesta con las novedades que nos llegan desde este miércoles apenas estrenado el año.

De nuevo, poca cantidad, aunque la media no está mal en cuanto a calidad. Los USA son los únicos que cuentan con más de una propuesta: el regreso del director Renny Harlin a la acción con Agente X: Última misión, donde Aaron Eckhart se ve enredado en una conspiración internacional, y la primera cinta con posibilidades de la semana, Los que se quedan. Lo nuevo de Alexander Payne cuenta con tres nominaciones a los Globos de Oro, incluyendo Mejor comedia, y supone su reencuentro con Paul Giamatti casi dos décadas después de Entre copas. Ahora el actor interpreta a un profesor que se ve obligado a pasar las navidades en la universidad para cuidar de aquellos alumnos que no tienen donde pasarla, estableciendo un vínculo inesperado con uno de ellos y con la jefa de cocina, que acaba de perder a un hijo en la guerra de Vietnam. O sea, no van a ser unas navidades normales.

La gira internacional, sin estrenos españoles esta semana, nos lleva primero a Reino Unido con el thriller Acusado, en el que tras un atentado terrorista en el metro de Londres un joven inocente acaba convirtiéndose en sospechoso para todos. De ahí nos vamos a la habitual parada en Francia, que esta vez nos trae Los colores del incendio, donde asistimos a la lucha contra todo de una mujer que hereda durante el periodo de entreguerras un imperio financiero que va a tener que defender ante múltiples ataques.

Pero la ganadora es Italia con Yo, capitán, lo último de Matteo Garrone, que deja claro que el año arranca con fuerza. Y es que si Juan Antonio Bayona apuesta por el realismo descarnado en La sociedad de la nieve, el cineasta italiano vuelve a mostrar su vena más social, como hiciera en Gomorra (2008), para narrar el aterrador viaje de dos migrantes desde Dakar a Europa, a través del desierto, las cárceles libias y el mar. Una odisea que tantos afrontan hoy en día, y con la que ya se llevó el León de Plata a la mejor dirección en Venecia. Como Bayona, también está en la carrera al Oscar.