jueves, 29 de julio de 2010

Los orígenes de Miyazaki

Ya que el verano es el periodo del año en el que más disfrutan los niños, y al que están asociados buena parte de nuestros recuerdos de infancia, vamos en esta ocasión con una película para niños, aunque también pueden disfrutarla los mayores. El pasado año el maestro de la animación japonés Hayao Miyazaki recuperó uno de sus primeros trabajos, ‘Mi vecino Totoro’ (1988), reestrenándolo en cines con motivo de su 20 aniversario, algo que sólo pueden hacer gente como Lucas con sus ‘Star Wars’, o nuevos montajes como los de ‘Apocalypse Now’ o ‘Blade Runner’.

Este film sentó las bases de la filmografía posterior de Miyazaki, y de hecho el personaje de Totoro, un duende gigantesco del bosque, se convirtió en el logotipo de su propio estudio de cine, Studio Ghibli, al igual que los primeros cortos de Spielberg y Amenábar, ‘Amblin’ e ‘Himenóptero’, respectivamente, dieron nombre a sus productoras. Tal vez debido a que se inscribe en esos inicios, ‘Mi vecino Totoro’ está más enfocada hacia los niños que sus posteriores producciones. Así, después de haber visto obras maestras del calibre de ‘La princesa Mononoke’ o ‘El viaje de Chihiro’, y en menor medida ‘El castillo ambulante’, con las que ha logrado introducirse en el mercado europeo y norteamericano (además de llevarse un Oscar y un Oso de oro), esta obra primeriza resulta mucho menos compleja y adolece de una trama bastante más simple.

Eso no quita para que este film sea una pequeña joya, eso sí, más disfrutable por los pequeños de la casa, que se verán reflejados en las protagonistas, dos niñas, y descubrirán un mundo de magia. Un mundo, también es cierto, menos elaborado que las posteriores fantasías de Miyazaki, desbordantes de imaginación, y en las que la perfección y belleza del dibujo, ya presentes aquí, alcanzan cotas impensables. La banda sonora, de su habitual Jo Isaishi, está también en consonancia con la de su filmografía posterior, convirtiéndose en una de las principales bazas de ‘Mi vecino Totoro’, al igual que este curioso personaje, cuyas apariciones son lo mejor de un film que nos habla, como ‘ET’ o ‘Donde viven los monstruos’, de ese momento en el que empezamos a decir adiós a nuestra infancia.

El detalle cinéfilo: Antes de Totoro, y antes de 'Nausicaa en el valle del viento' (1984) (considerado el primer film de Studio Ghibli y reestrenada este año), Miyazaki fue uno de los responsables de series tan populares en nuestro país como 'Heidi', 'Marco' o 'La abeja Maya'. Sí, a él le debemos muchas risas y también muchas lágrimas de nuestra infancia.


lunes, 26 de julio de 2010

Seguimos esperando al mejor Woody


Vale, he tardado un poco (más bien bastante) pero al final ha caído lo último de Woody Allen. Y no hablo de ‘Conocerás al hombre de tus sueños’, su próximo estreno, sino de ‘Si la cosa funciona’, el último film del maestro neoyorquino que hemos podido ver en España, donde se estrenó hace un montón de meses. Y es que, por unas o por otras, desde ‘Match point’ que tardo lo mío en verme las nuevas entregas de Woody Allen. No es buena señal…

Y es que ‘Si la cosa funciona’ no cambia las sensaciones que uno tiene después de ver las últimas películas de Allen. Como decía, el maestro parece haber perdido su toque en los últimos tiempos y está facturando films que se encuentran lejos de sus mejores obras, pese a que todos mantienen un nivel apreciable. ‘Match point’ continúa siendo su última obra maestra, y el nivel baja especialmente tras la divertida ‘Scoop’, la última en la que ha actuado, y que me encantó, pese a ser un divertimento menor (pero qué divertimento).

A partir de ahí, en ‘El sueño de Cassandra’ repetía temas ya tratados en ‘Match point’, sin alcanzar la misma inspiración, y ‘Vicky Cristina Barcelona’, pese a su éxito y el Oscar de Penelópe, es un magnífico spot de la ciudad condal y gana bastante en la versión original, pero tampoco pasará a la historia. Lo mismo ocurre con ‘Si la cosa funciona’, con la que Allen regresa a su querido Nueva York, convertido de nuevo en un personaje más de la función.

No es lo único que retoma el director, también recupera su tono más cáustico regalando al cómico Larry David, creador de la mítica ‘Seinfeld’, un papel para lucirse, uno de los personajes más impresentables y desvergonzados que haya ideado Allen (a su lado, House es de lo más simpático), aunque al final uno no puede evitar que le caiga bien. Su ‘romance’ con una jovencita de pocas luces no es precisamente la mejor trama que haya escrito el neoyorquino, aunque le sirve para seguir aportando frases ingeniosas a su filmografía y lanzar de paso unos cuantos dardos a la clase más puritana de su país.

Están perfectos no sólo Larry David, sino también Evan Rachel Wood en su papel de adolescente, pero quien más brilla acaba siendo Patricia Clarkson, ya presente en ‘Vicky Cristina Barcelona’, que aquí acaba arrollando con más metraje para lucirse y un personaje genial.

A la espera de su próximo film, con un repartazo de lujo (Anthony Hopkins, Naomi Watts, Antonio Banderas, Josh Brolin, Freida Pinto…), y de esa ‘Noche en París’ que rueda ahora, nos quedamos con el mensaje final de su última aventura en Nueva York. Y es que tal como dice su protagonista, Boris Yellnikoff: ‘Aprovecha todo el amor que puedas dar o recibir, toda la felicidad que puedas birlar o brindar, cualquier medida de gracia pasajera. Si la cosa funciona…’.


viernes, 23 de julio de 2010

Una epopeya del oeste... y una gran historia de amor

‘Si Dios me da larga vida prometo dedicarla toda a ti’…


…pero siempre es más fácil decirlo que cumplirlo. Esa es una verdad que descubrirá la pareja protagonista de este western, una de las cumbres de Anthony Mann, y curiosamente una de sus escasas películas pertenecientes a este género en las que no contó con James Stewart como protagonista. Aquí ese rol recae en Glenn Ford, también en uno de sus papeles míticos, posiblemente el que más junto al de ‘Gilda’.

Ford, que ya tenía una cierta edad, es el 'cimarron' del título, el prototipo de hombre hecho a sí mismo norteamericano, un pionero en todos los sentidos acostumbrado a lanzarse a la aventura sin pensárselo. No extraña, pues, que se embarque en la odisea de ser uno de los primeros colonos de Oklahoma en 1889, participando en una carrera para hacerse con un terreno de cultivo. Una aventura en la que embarca a su mujer, con la que acaba de contraer matrimonio, y que parece su antítesis, perteneciente a una familia bien y que nunca ha salido de casa. María Schell interpreta a este personaje, al que convierte en la otra clave de la película, no en vano durante buena parte de su metraje Ford desaparece de la pantalla debido a esas ansias de aventura. Y es que la historia de amor entre ambos, llena de altibajos, es la gran trama del film, por encima de las mil y una aventuras del protagonista, enlazadas como si fuesen episodios de una serie, una estructura que no beneficia en exceso al film.

El primero de esos capítulos es el más espectacular, la carrera entre los aspirantes a colonos que se convierte en el momento más épico del film, y donde queda más patente su carácter de superproducción. Mann inauguraba así un periodo de su carrera, en el que a continuación se trasladaría a Europa para dirigir ‘El Cid’ y ‘La caída del imperio romano’. ‘Cimarron’ resulta así lo más opuesto a uno de sus primeros westerns, ‘Winchester 73’, tal vez mi favorito de todos los tiempos, ya que con una gran economía de medios, una fotografía en blanco y negro, James Stewart y un elenco tremendo de secundarios encabezado por Shelley Winters, abarca todos los temas del género con una maestría pocas veces igualada.

En cuanto al argumento de ‘Cimarrón’, una vez instalado en Oklahoma, el protagonista, Yancy Crabat, pronto abandona sus sueños de convertirse en granjero para hacerse director de periódico y acabar emprendiendo nuevas expediciones que le alejarán de su mujer y su hijo. Es entonces cuando su esposa, Sabra, se cuestiona más que nunca si él la ama. Inolvidable su encuentro final con el personaje que interpreta otra mítica dama de Hollywood, Anne Baxter, también en una etapa muy avanzada de su carrera, como una ‘chica de vida alegre’ enamorada de Yancy a la que Sabra ve como una rival. Sin duda, mi escena favorita de la película.

Basada, al parecer, en una famosa novela norteamericana, en la mejor tradición de ‘Lo que el viento se llevó’, escrita por Edna Ferber, ‘Cimarrón’ prolonga su acción durante décadas, abarcando también el surgimiento de las petroleras, muy en la línea de ‘Gigante’ y haciendo que su protagonista tenga que desenvolverse tanto en tiroteos de saloon como en la arena política, mientras su mujer se convierte en una importante empresaria. ¿Triunfará su amor? Para eso hay que ver el último western de Anthony Mann, que nos recuerda, tal como dice uno de sus personajes secundarios, que ‘la vida no vale la pena vivirla sin un sueño’.


martes, 20 de julio de 2010

Con un genio así, todo es más fácil


El pasado sábado le dio a Cuatro por montar el día Disney-Pixar, curiosamente sólo con un film de Pixar, ‘Toy Story 2’, y después de comer acabó cayendo ‘Aladdin’. Con los años esta película parece haber quedado un tanto olvidada debido al boom de las dos películas entre las que se estrenó, ya que siguió a ‘La bella y la bestia’ y precedió a ‘El rey león’, formando con ellas la trilogía dorada de la era moderna de Disney, antes de que el estudio volviera a caer en la mediocridad y se viera ampliamente superado en calidad y favor del público por su división digital.

Pero lo cierto es que, seguramente sin llegar al nivel de esas otras dos cintas, ‘Aladdin’ destaca con luz propia en la filmografía Disney. Desde el primer fotograma recupera a la perfección todo el ambiente de ‘Las mil y una noches’, sobre todo en la espectacular presentación del protagonista, un pícaro ladronzuelo de buen corazón que tras escapar de mil guardias da el pan que ha robado a dos niños hambrientos. Con un uso del color apabullante en cada plano y pocas pero buenas (y sobre todo divertidas) canciones, este film se convierte en un entretenimiento ligero en el que sobresale el Genio de la Lámpara, que le roba la función al resto de personajes. En la versión original Robin Williams se lucía como nunca, imitando a la plana mayor de Hollywood, y aquí Josema Yuste realizaba una magnífica labor al doblaje.

La desbordante imaginación de quienes dieron vida a esta nueva versión de Aladino se plasmó en detalles portentosos como convertir la alfombra mágica en un personaje más, dotándola de vida propia, o lograr que el mono del protagonista no fuese la típica mascota cargante de los films de Disney sino un divertido y entrañable personaje en la mejor tradición del pato Donald. Lo dicho, un cuento de ‘Las mil y una noches’ para hacer las delicias de niños y mayores que nos recuerda la última época de grandeza de Disney, con un Genio que justifica por sí solo la visión del film.


sábado, 17 de julio de 2010

El negro les sienta bien

La otra noche acababa de cenar en casa y empezaron a echar en La 1 ‘Hombres de negro 2’. Y sí, no sé cuántas veces la he visto ya, pero eso que te sientas y empiezas a ver una película sin mucha intención de acabarla de ver, y a lo tonto a lo tonto te la acabas tragando toda (la verdad, ayuda que no echen publicidad y que la peli en cuestión apenas dure horita y media).

Bien, ¿qué puedo decir? Lo admito, soy fan de estos ‘Hombres de negro’. La segunda entrega tiene los mismos aciertos que la primera. Will Smith y Tommy Lee Jones están impecables. El primero, tirando más de su vis cómica después de que en la apertura de la serie tuviese sus momentos serios al afrontar lo que supone ser policía de un cuerpo secreto que no existe para la humanidad, y el segundo, bueno, para mí es su mejor papel, y eso es decir mucho.

Pero el mayor acierto de ‘Men in black’ es su propia falta de pretensiones, saber en todo momento que es un típico producto de ciencia-ficción de serie B aunque tenga los medios de una superproducción. A diferencia de lo que suele ser habitual en este tipo de films, nunca se toma en serio a sí misma y abunda en referencias a todas aquellas cintas de platillos volantes y monstruos gigantes a las que homenajea con cariño, al tiempo que Barry Sonnenfeld brilla como pocas veces en la dirección, dándole un tono ágil y ligero que le va a la perfección.

Y así, las dos entregas de la serie, donde la trama principal es lo de menos, encadenan una tras otra secuencias en las que se suceden pequeños gags y un sinfín de detalles que logran que no se te borre la sonrisa de la cara en ningún momento, porque, sí, a veces se te escapa una carcajada, pero el humor de ‘Men in black’ es más del que te hace sonreír con su ingenuidad. A ello contribuye también todo el elenco de secundarios, desde Linda Fiorentino y Rosario Dawson, maravillosas las dos en la primera y segunda entrega, respectivamente (y ojo, que la Fiorentino nos sorprendía con su vis cómica tras su papel de mujer fatal en ‘La última seducción’), a la pérfida Lara Flynn Boyle en la secuela, la multitud de aliens a cada cual más divertido o ese perro hablador que parece que haya inspirado un poco al gato con botas de 'Shrek'.

Ahora parece que un montón de años después se prepara la tercera entrega, por supuesto titulada ‘Men in black 3D’. Este tipo de anuncios ya me dan bastante pereza, pero qué queréis, parece que repetirán Will Smith y Tommy Lee Jones, de nuevo con Sonnenfeld tras las cámaras, o sea que habrá que darles el beneficio de la duda. Esperemos que sigan sin creérselo.


lunes, 12 de julio de 2010

¡España gana el Mundial! (¿suena raro, no?)



Pues eso, que a este cinéfilo también le gusta el fútbol (sobre todo si es como el que suelen realizar, o al menos lo intentan, equipos como la Selección Española o el Barcelona) y que lo que vivimos anoche sólo pasa una vez en la vida (hombre, por pedir, a ver si se repite, que tenemos Roja para al menos unos añitos más). Sólo faltó José Ángel de la Casa.

Lo mejor, que aveces el fútbol premia al mejor, al que intenta jugar, y no al que se dedica a repartir leña. Igual la suerte le habría cambiado a Holanda si hubiera salido a ganar en lugar de a limitarse a frenar a España. Nunca lo sabremos... (por fortuna).

El detalle: Vale, sí, el vídeo igual tenía que ser otro (¿verdad, Casillas?), pero dentro de un montón de años nos vamos a acordar más del golazo de Iniesta (¡qué grande es este hombre!).

sábado, 10 de julio de 2010

Shrek se despide sin levantar el vuelo


Las aventuras del ogro favorito del público tocan a su fin (al menos eso dice la promoción de ‘Shrek, felices para siempre’) y esperemos que los productores no quieran seguir haciendo caja con una quinta entrega (para eso ya está el anunciado film protagonizado por el gato con botas). Y es que como ya pudimos apreciar en ‘Shrek Tercero’, esta saga animada da sobradas muestras de agotamiento.

Con todo, no está mal este ‘capítulo final’, cuyo principal defecto es la falta de novedades, todo lo contrario de la primera película de la serie, que lograba sorprender en cada fotograma al dar una visión absolutamente innovadora y desmitificadora de los cuentos de hadas tradicionales. La segunda entrega mantuvo el listón (es mi favorita) con la introducción de nuevos personajes como el gato con botas, pero a partir de la tercera se empezó a caer en la rutina, haciéndole perder frescura a las aventuras de Shrek.

También es posible que haya tenido que ver con el bajón de la serie el cambio de director, ya que Andrew Adamson pasó a dirigir las dos primeras películas de ‘Las Crónicas de Narnia’ tras haberse hecho cargo de los dos primeros capítulos de Shrek, o el hecho de que se hayan filmado cuatro películas en una década (la primera se estrenó en 2001). Sea como fuere, en la última entrega apenas destacan el gato con botas (y su espectacular sobrepeso) y el flautista de Hamelin, al que se le podría haber sacado más partido. Por lo demás, la gracia de la película está en ver cómo hubieran sido Muy Muy Lejano y sus habitantes si Shrek no hubiera rescatado a Fiona en el primer film y asistir a los intentos del ogro por volver a enamorar a su mujer.

En cuanto al debut de la saga en 3D, hacedme caso, ahorraos el dinero. Hasta ahora he visto tres películas en este formato: ‘Avatar’, la ‘Alicia’ de Tim Burton y ‘Shrek 3D’. Pues bien, la primera está muy por encima de las otras dos, tanto en la perfección del efecto 3D como en su utilización narrativa. Pero es que si, a pesar de ello, valía la pena ver ‘Alicia’ con las dichosas gafitas, en ‘Shrek’ apenas hay un par de momentos que justifican su uso.

El detalle cinéfilo: Por una vez, en España parece que se han tomado en serio lo de convertir salas a 3D ('la pela és la pela'). Otra cosa es aumentar las copias en versión original subtitulada, lo que en este caso nos permitiría disfrutar con las voces originales de Mike Myers (Shred), Cameron Díaz (Fiona), Eddie Murphy (Asno) o Antonio Banderas (Gato), algo mucho más interesante que un 3D que esta vez no aporta nada. En fin, al menos os dejo con el trailer en VO... (por cierto, el narrador es Banderas).

martes, 6 de julio de 2010

Toda la magia de 'Robin de Sherwood'


Otra serie más, pero esta vez echamos la vista atrás. El reciente estreno del ‘Robin Hood’ de Ridley Scott me ha recordado mi versión favorita de este personaje, ‘Robin de Sherwood’, una excelente serie que produjo la BBC a mediados de los 80, y que aquí pudo verse en alguna autonómica como TV3.

La televisión pública inglesa suele cuidar sus productos y éste no lo fue menos. El mayor acierto fue apostar por darle un matiz mágico a Robin Hood basándose en la mitología británica. Aquí el popular justiciero es elegido por Herne El Cazador, una deidad de los bosques con cuerpo de hombre y tocado de alce (así suena a cachondeo, pero en la serie sabían darle un aura mágica), quien le encarga la misión de velar por los débiles (simplifico mucho lo que es un origen del personaje más profundo y complejo de lo habitual).

A partir de ahí, ese cariz mágico no está reñido con un aspecto visual que es el más realista que se haya visto nunca y una magnífica ambientación en los bosques británicos. En cuanto a los personajes, están todos y tratados a la perfección: Little John, Marion, Fray Tuck, Will Scarlett e incluso un chaval del que tomaron buena nota para el personaje de Christian Slater en la versión de Kevin Costner. En el bando de los malos, el sheriff de Nottingham era encarnado por un actor de la talla de Nickolas Grace, a quien aquí conocemos por haber interpretado a Lorca en la serie española 'Lorca, muerte de un poeta'. Y no nos olvidemos de sir Guy de Gisburne, mano derecha del sheriff, uno de esos personajes creados para ganarse el odio de la audiencia.

Pero el detalle que acaba de hacer única esta versión de Robin Hood es que tras los primeros 12 episodios el actor protagonista, Michael Praed, dejó la serie (atención: para encarnar al príncipe Michael de Moldavia de ‘Dinastia’!) y hubo que sustituirle. La gracia no está en que lo hiciera Jason Connery (efectivamente, el hijo del mejor James Bond), sino en que se cargaron a Robin Hood y Herne buscó a un sustituto, Robert de Huntingdon, un noble que, cual Zorro, alterna los salones medievales con la capucha de Robin Hood hasta que todo se descubre y se marcha definitivamente a los bosques. Huelga decir que Marion acaba enamorándose también del nuevo paladín, hasta que los 12 capítulos de Connery finalizan con un espectacular y sorprendente doble episodio.

‘Robin de Sherwood’, creada en 1984 por Richard Carpenter, era aventura en estado puro y dio más ideas a Hollywood, puesto que incorporó a la banda de Robin a Nasir, un guerrero sarraceno del que seguro tomaron buena nota para el personaje de Morgan Freeman en la peli de Costner, otra vez. Por cierto que el primer protagonista no tuvo suerte en su aventura norteamericana, todo lo contrario que Ray Winstone, quien encarnó a Will Scarlett antes de convertirse en un secundario de prestigio en filmes como ‘Cold Mountain’, ‘Infiltrados’ de Scorsese o el último Indy.

Y no me olvido de cerrar este remember con una mención a la extraordinaria banda sonora de esta serie, a cargo de Clannad, sin duda el grupo celta más emblemático. En esta ocasión firmaron uno de sus mejores trabajos antes de hacerse mundialmente famosos con el tema ‘I will find you’ de ‘El último de los mohicanos’ de Michael Mann. Sólo sus canciones ya valen echarle un vistazo a ‘Robin de Sherwood’. Sigue siendo el mejor Robin.



jueves, 1 de julio de 2010

'Dr. House, me aburro. ¿Es grave?'


Seguimos con más series televisivas, ¿será que con el verano se renueva la programación y se acaban las temporadas en curso? En el caso de ‘House’ llegamos al final de la sexta entrega, y la verdad es que me ha sabido a poco. Igual es que nuestro galeno favorito nos había acostumbrado mal, pero para mí esta temporada se resume con una palabra: aburrimiento.

No es que la calidad de la serie haya caído en picado, pero creo que en general vuelve a estar estancada, como ya ocurriera al término de la tercera temporada. Entonces la solución fue incorporar a nuevos personajes (memorable la idea de la selección del nuevo equipo) y la estrategia funcionó, tal vez incluso llevando a ‘House’ a sus cotas más altas.

Sin embargo, la serie ha vuelto a perder fuelle. Es cierto que la nueva temporada arrancó muy bien, con el doble episodio del psiquiátrico (gran trabajo de Franka Potente), y que ha habido varios capítulos magníficos, como el último, el que mostró cómo es un día en la vida de Cuddy o el que dirigió el propio Hugh Laurie (su trabajo sigue siendo lo mejor de la serie) y en el que todos se quedan encerrados en el hospital.

Pero han sido los menos. La verdad es que a mí las infidelidades de Taub o la relación entre Foreman y 13, ya me dan bastante igual. Lo único interesante en toda la temporada ha sido la marcha de Cameron (otro momento para recordar). Y lo de ‘vamos a hacer que House sea bueno y le salga todo mal…’, pues bueno… Ni la dirección de Juan José Campanella en varios episodios ha salvado la que tal vez haya sido la temporada más floja de la serie.

Ni siquiera el final se ha salvado demasiado. Creo que hubiera dejado a House dudando sobre si retomar su adicción o no, porque lo del final feliz con Cuddy… A ver, en primer lugar, el romance entre ella y Lucas no se lo creía nadie… Sí es creíble el desenlace de esta temporada (y uno se alegra por el bueno de Greg), pero no nos engañemos, todos sabemos cómo acabará esto…

Por lo demás, diría que los casos médicos que se tratan en cada episodio también han dejado de tener interés, salvo honrosas excepciones. Por mi parte, supongo que le daré un voto de confianza a ‘House’ y seguiré ante la pantalla al inicio de la séptima temporada. Pero la verdad, no espero grandes cosas…

Por cierto, en Cuatro a ‘House’ le ha sucedido la sexta entrega de ‘Anatomía de Grey’, y sólo los dos primeros episodios ya valen por toda la temporada de su predecesora. Claro que eso no es ninguna sorpresa…

El detalle: Ya puestos, no me resisto a formular una pregunta que me ronda la cabeza desde el final de la quinta temporada de ‘House’ y de ‘Anatomía de Grey’: ¿quién se copió a quien? Porque las dos series acabaron igual: House tiene alucinaciones… provocadas por su adicción, e Izzie tiene alucinaciones… provocadas por un tumor. Mucha casualidad me parece…