martes, 10 de enero de 2012

'The killing': Cuando la forma lo es todo




Muy posiblemente la mejor serie que se ha podido ver durante el último trimestre de 2011 en las teles generalistas sea ‘The killing’, cuya primera temporada puede catalogarse perfectamente de obra maestra… a excepción, tal vez, del final.

En esta adaptación norteamericana de una serie danesa la forma lo es todo. La historia nos la han contado mil veces: una joven desaparece, es hallada muerta y se investiga para descubrir al asesino. Pero la clave es cómo se nos cuenta esa historia, y ahí, todo es de 10.

‘The killing’ nos muestra una Seattle que nada tiene que ver con la que nos ha enseñado ‘Anatomía de Grey’. Como si de la ciudad de ‘Seven’ se tratara, aquí siempre llueve, siempre está nublado, con una lograda atmósfera visual que lo es todo. El factor tiempo también es esencial, hasta el punto de que es la serie que mejor ha captado un ritmo temporal desde ‘24’. Aquí cada capítulo narra un día, empezando por el que acaba, bien entrada la noche, con el descubrimiento del cadáver, en la que es, sin duda, la mejor escena de toda la serie, y la que mejor ha utilizado un móvil desde que la telefonía cambió por completo. Además de todo un homenaje a la misma secuencia del arranque de 'Twin Peaks', a la que 'The killing' remite en ciertos, pero menos aspectos de los que uno pueda imaginarse.

Muy en la línea de ‘Homicidios’, pero apostando el todo por el todo, los 13 capítulos narran una única investigación, en la que la policía halla indicio tras indicio, reconstruyendo poco a poco las últimas horas de la víctima, Rosie Larsen. Si acaso se le puede poner un pero, es el continuo baile de sospechosos, que acaba cansando un poco, y sobre todo al final, creando cierta sensación de que, una vez más, los guionistas hacen equilibrios sobre la cuerda floja sin saber cómo resolver la trama central.

No contentos con mostrar la investigación, el argumento de la serie se ramifica en otras tramas que involucran a la pareja de policías protagonistas, la campaña política por la alcaldía, y sobre todo, cómo afecta la muerte de Rosie a sus padres, posiblemente la parte más interesante.

Como protagonista tenemos a la actriz Mireille Enos, que, en lo personal, tampoco es que me haya parecido nada del otro mundo, aunque cumple sobradamente y acaba de ser nominada al Globo de Oro a la Mejor Actriz de Drama. Del resto del reparto, eficaz del primer al último secundario, destacan Michelle Forbes como la muy sufridora madre de Rosie y Brent Sexton como el padre, así como Billy Campbell en el papel del líder de la oposición.

Desde un principio surgió la comparación entre ‘The killing’ y ‘Twin Peaks’, dado que ambas se centran en el asesinato de una joven aparentemente perfecta, en una pequeña población, y poco a poco van saliendo a la luz los trapos sucios de todos los vecinos, víctima incluida. Todo eso también está presente en ‘The killing’, pero no hay elemento sobrenatural, ni atmósfera de terror, ni toques de humor… ni enanos, vaya. De nuevo, tal vez sea la misma historia, pero nada que ver en el tono.

En cuanto al polémico final, sin destripar nada, sencillamente, y desde el desconocimiento de la versión danesa, lo que ha ocurrido es que ‘The killing’ ha sido un éxito en los USA, así que habrá segunda temporada, con el peligro de estirar en exceso una trama que parecía resuelta por completo, en todos sus aspectos… a falta de un minuto para el final del último capítulo. Y ahí es donde todo da un vuelco y dejan un continuará de esos que te dejan sin aliento.

Ahora no solo habrá que ver si la segunda temporada está al nivel de la primera (difícil lo tienen) y si el misterio se resolverá de manera coherente (más difícil todavía), sino si la Sexta emitirá los nuevos capítulos tras haber acabado programando la serie a las 0.00 después de ‘The walking dead’ y ‘Person of interest’.

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