Buena parte de culpa la tiene Hollywood con tres novedades a cual más interesante. Para empezar, Warfare: Tiempo de guerra, donde Alex Garland reincide en el cine bélico tras su reciente Civil War, y junto a Ray Mendoza escribe y dirige este film que parece querer trasladar todo el realismo de Salvar al soldado Ryan a una operación de los Navy Seals en Iraq. Tenemos también el regreso de uno de los grandes, Steven Soderbergh, con el thriller Confidencial, que presenta un reparto de lujo capitaneado por Cate Blanchett y Michael Fassbender junto a Pierce Brosnan o Tom Burke, entre otros. Y rematamos con Los pecadores, donde el director de Pantera Negra y Wakanda Forever, Ryan Coogler, recluta a Michael B. Jordan para interpretar a dos hermanos gemelos en una amalgama de géneros donde caben la mafia, El color púrpura, el musical y el terror.
Iniciamos el periplo internacional en Argentina con la curiosidad de la semana, ¡Caigan las rosas blancas!, donde una directora de cine que en su día realizó una película porno lésbica es reclutada para un film x convencional y acaba siendo incapaz de dirigirla por sus convicciones. De ahí nos vamos a Francia con Prodigiosas, biografía de las hermanas gemelas Vallois, dos pianistas virtuosas que al sufrir una enfermedad degenerativa inventaron una técnica para tocar juntas a cuatro manos. Y acabamos en Corea del Sur con otra curiosidad, La viajera, donde Isabelle Huppert interpreta a una misteriosa mujer que sobrevive como puede en Seúl.
Ya en casa tenemos dos propuestas bien distintas. El casoplón es la nueva comedia para lucimiento del televisivo Pablo Chiapella, cuya familia acaba okupando la mansión en la que trabaja durante un verano como jardinero. Vaya, un particular remake de Parásitos.
Pero me quedo con Parenostre, cinta catalana en la que Manuel Huerga, director de Salvador, se centra en la figura de Jordi Pujol a partir la confesión sobre su delito fiscal. Y quien da vida al histórico político no es otro que el gran Josep Maria Pou, pese a que, físicamente, parece el menos indicado para ello. Pero por eso Pou es un gigante de la interpretación.
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