viernes, 9 de noviembre de 2012

El estreno: El narcotráfico según Cuerda y Rivas


Tras lo nuevo de Bond, toca semana cargada de estrenos, digamos a medio gas, en la que tenemos desde el regreso de Darío Argento con su Drácula 3D al último film de Disney que exprime el personaje de Campanilla, pasando por la enésima comedia sin gracia de Ben Stiller y Vince Vaughn. Pero también tenemos Buscando a Eimish, con Óscar Jaenada y Manuela Vellés en una historia de desamores, y una de las películas europeas del año, En la casa, a cargo del galo François Ozon, que triunfó en San Sebastián.

Pero quien gana esta semana es José Luis Cuerda, quien la verdad es que me caía mejor cuando dirigía comedias surrealistas como Amanece que no es poco, que ahora que parece haberse pasado al drama sin posibilidad de vuelta atrás. Acertó en La lengua de las mariposas, erró en Los girasoles ciegos con ese estrepitoso error de cásting llamaro Raúl Arévalo, y ahora repite con otra historia de Manuel Rivas, autor de la primera.

El argumento de Todo es silencio nos lleva a Galicia y gira en torno al narcotráfico, con la sombra alargada de No habrá paz para los malvados, lo que no dice demasiado a su favor y lo vuelve todo muy cansino. Pero ahí están Quim Gutiérrez, Celia Freijeiro (esa mujer que no tiene suerte en tv: Pelotas y Homicidios), y sobre todo Juan Diego. Otra cosa es Miguel Ángel Silvestre, mafioso una vez más, y que si todo lo interpreta como en el tráiler, mal vamos (y mira que el chico es de Castellón y uno le desea toda la suerte del mundo...).

La gran baza puede ser la parte dedicada a la infancia de los protagonistas y esa evocación nostálgica después, cuando un niño se ha convertido en policía, otro en ladrón y la chica se ha casado con este último, por supuesto, aquel al que no quería. Demasiado típico y conocido. Veremos qué ofrecen de nuevo.

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