El estreno: Chicas malas

Lo de este fin de semana ya es un páramo desierto, o casi, en cuanto a estrenos cinematográficos.

Tan solo cinco, uno de ellos de animación, ¡Vaya bichos!, en principio descarada copia de una de las primeras cintas Pixar en este caso llegada de Francia, y es que esta vez no tenemos ni el consuelo de las novedades galas.

De Alemania, en coproducción con Noruega y Suecia, nos llega El viaje de Nisha, de lo poco salvable esta semana, sobre la doble vida de una joven de 16 años, en casa perfecta pakistaní, y con sus amigos una noruega más, basada en las propias experiencias de su directora.

El único estreno español es la muy publicitada El pacto, con Belén Rueda de regreso al cine de terror, y de los USA apenas nos llega la comedia El espía que me plantó, a mayor gloria de Mila Kunis y Kate McKinnon, donde una de las protagonistas descubre que su exnovio es agente secreto y eso la mete en muchos problemas.

Ante este panorama acabo dándole una oportunidad a Purasangre, la otra novedad norteamericana, cuyo título original, Good breeding gone bad, podríamos traducir por algo así como Buena crianza echada a perder. Y es que las protagonistas son dos jovencitas de buena familia con la mejor educación, unidas por su aversión al padrastro de una de ellas, lo que las lleva a tramar un oscuro plan. Debut en el guión y la dirección de Cory Finley, que da el protagonismo a Olivia Cooke, recientemente vista en Ready Player One, y Anya Taylor-Joy, que lleva un carrerón tras darse a conocer con La bruja y que ya tiene en cuenta atrás el estreno de Glass, la secuela de Múltiple (y de El protegido, ahí es nada). Así que habrá que ver como las dos actrices que parecen no haber roto un plato se pasan al lado oscuro.