Francia es el único país que rompe este fin de semana el dominio absoluto de España y los USA, con Verano de 85, lo nuevo de François Ozon con una nueva historia de amor homosexual, esta vez entre dos chicos adolescentes.
De los USA, aunque hay cantidad, cero interés. Tenemos la cinta de terror The vigil, que parte de la tradición judía en la que alguien debe custodiar el cuerpo hasta el entierro. Vaya, la vela de toda la vida.
Siguiendo con el cine de género, Nación cautiva es una propuesta de ciencia ficción sobre unos Estados Unidos donde la invasión alienígena ha triunfado, con caras conocidas como John Goodman o Vera Farmiga, y El rey del barrio es la nueva comedia de Judd Apatow, con el clásico tío que está a punto de llegar a los 30 y sigue comportándose como un adolescente.
Pero, como decíamos, los documentales, todos españoles, son los reyes de la taquilla este fin de semana. Los tenemos biográficos, como Sanmao, sobre la escritora china que en los 70 se enamoró del submarinista español José María Quero y descubrió el Sáhara, o Arzak since 1897, acerca de la famosa saga de cocineros. También tenemos Cartas mojadas, primer gran estreno de la semana, donde Paula Palacios sube a bordo del Open Arms para mostrar la tragedia de los inmigrantes que siguen muriendo día tras día en el Mediterráneo en su intento de llegar a Europa.
Pero me quedo con Dehesa, el bosque del lince, tercer capítulo de la impresionante trilogía que se ha marcado Joaquín Gutiérrez Acha, con la producción de TVE, y que se iniciara en el 2013 con Guadalquivir para seguir en 2017 con Cantábrico. El director sigue mostrándonos la fauna y paisajes de España como nadie, convirtiendo cada uno de sus estrenos en una verdadera delicia, y más en pantalla grande. Como para perdérselo.
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