De menos a más, Mamá es pura lluvia es una muestra del cine de animación galo, con una niña de 8 años a la que no adopta un mono, sino que su madre la envía al campo con su abuela.
Mejor pinta En un muelle de Normandía, con la primera estrella francesa del fin de semana, Juliette Binoche, como una autora que para escribir un libro sobre la precariedad laboral se pone a trabajar como limpiadora en un pueblo.
Y casi se ha llevado la palma Todo ha ido bien, que cuenta con un trío espectacular de veteranísimos de distintas nacionalidades: Charlotte Rampling, Hanna Schygulla y André Dussollier. Aquí la novelista es Sophie Marceau, que se enfrenta a un dilema de los buenos, y es que su padre, enfermo, le pide que le ayude a morir.
Rompe el dominio galo la canadiense Mira por mí, que propone una original vuelta de tuerca al clásico Sola en la oscuridad que protagonizó en su día Audrey Hepburn: aquí la joven ciega cuya casa es asaltada por ladrones utiliza una aplicación de móvil en la que alguien mira por ella, y casualidades de la vida, está conectada con una veterana del ejército que se pasa el día jugando a videojuegos...
Pero la triunfadora es Belfast, cinta británica con la que Kenneth Branagh deja las películas de encargo a las que se dedicaba últimamente (desde Thor a Cenicienta pasando por una, al parecer, lamentable adaptación del clásico infantil Artemis Fowl) para ofrecernos su proyecto más personal, en el que nos narra su infancia, o algo parecido, en la Irlanda de 1969. El film es una de las apuestas fuertes para los próximos Oscar tras acaparar nominaciones en los Globos de Oro, donde se alzó con el mejor guión, y el hecho de estar rodada en blanco y negro la emparenta aún más con Roma, film de corte similar de Alfonso Cuarón, aunque el que nos ocupa solo dura una hora y media.
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