Semana cargada de curiosidades, empezando por Drive my car, cinta japonesa que se ha colado en las nominaciones a los Oscar, y en la que, una vez más, todo gira en torno a una representación teatral de Tío Vania, esta vez con un director teatral cargado de problemas que inicia una curiosa relación con la mujer que trabaja para él de chófer, de ahí el título del film.
También motorizada es la propuesta que nos llega de Reino Unido, Destino a Brighton, aquí con el clásico viaje iniciático, esta vez el de un joven de 19 años que busca la cuna espiritual de los Mods con la antigua Lambretta de su padre.
De Francia nos llega la dramedia El brindis, donde en la misma cena al protagonista le deja su novia y su futuro cuñado le pide que le haga el discurso para la boda.
La cinta de animación de la semana nos llega de Colombia, Tundama y el tempo del sol, y resulta poco recomendable para simpatizantes del PP, puesto que su protagonista es un valiente cacique que se enfrenta a los invasores españoles...
Hablando de cine español, tenemos dos bizarradas: Canto cósmico, la biografía, por decir algo, del Niño de Elche, y Petra de San José, biografía, aquí sí, de la beata española.
Por último de los USA nos llegan dos estrenos bien diferentes: Moonfall, en la que Roland Emmerich, que ya casi ha destruido el mundo de todas las maneras posibles, lo hace ahora, como su título indica, dejando que la luna caiga sobre la Tierra...
...y la segunda novedad religiosa de la semana, Los ojos de Tammy Faye, aquí con Jessica Chastain a la caza de un Oscar (de momento ya tiene la nominación), encarnando a una de las más famosas telepredicadoras de Estados Unidos, que amasó una gran fortuna y prestigio... antes de que todo se viniese abajo al salir a la luz sus oscuros tejemanejes. A la Chastain la acompañan Andrew Garfield, que está en un momento dulce con su retorno a las mallas y también nominado al Oscar, y Kingpin, digo Vincent d'Onofrio.
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