Tenemos un par de documentales, Pompeya: mito y leyenda, sobre la célebre ciudad italiana que fue arrasada por un volcán, y Esta ambición desmedida, sobre el cantante C. Tangana.
Los USA dominan en cantidad como hace tiempo que no se veía, con hasta cuatro propuestas. No puede faltar una secuela, en este caso la tercera de la franquicia animada Trolls, a la que se suman dos cintas de acción. Por un lado tenemos Hypnotic, con Robert Rodríguez dirigiendo a Ben Affleck en lo que venden como una combinación de Origen y Misión:Imposible, que parece saldarse con críticas nefastas, y por otro Retribution, nuevo vehículo a la medida de Liam Neeson, que aquí retoma el papel de Luis Tosar en el remake de la cinta española El desconocido. Y completamos con lo más interesante, El asesino, otro film de Netflix que llega antes al cine que a la pequeña pantalla en esta recta final del año, y donde David Fincher se reúne con el guionista Andrew Kevin Walker casi 30 años después de Seven para contarnos la cacería a la que es sometido un asesino profesional encarnado por Michael Fassbender.
En casa tenemos dos novedades. En Mamacruz la venezolana Patricia Ortega dirige a Kiti Manver, que vive una fantástica madurez a sus 70 años y encarna a una mujer muy religiosa que a esta edad ve cómo despierta su apetito sexual. El otro estreno es Alimañas, donde Jordi Sánchez se dirige a sí mismo al alimón con Pep Antón, y a un reparto de lo más prometedor, con Carlos Areces, Loles León, Carmina Barrios o Silvia Abril, en la historia de dos hermanos que quieren echar a los inquilinos del piso de su madre.
Y acabamos con una breve gira internacional. De Francia nos llega Divertimento, con dos hermanas que sueñan con tener su propia orquesta... solo que estamos en el París de 1995 y ambas son argelinas.
Y acabamos con la japonesa El chico y la garza, que supone el regreso del maestro de la animación Hayao Miyazaki una década después de la que pensábamos que iba a ser su última película, El viento se levanta, de nuevo con el marchamo de testamento cinematográfico del genio del estudio Ghibli. Como entonces, parece que Miyazaki deja de lado la fantasía para volver a contarnos una historia con la segunda guerra mundial como telón de fondo, en la que un joven afronta la reciente muerte de su madre. Ahora solo hace falta cruzar los dedos para que lo mejor de esta cinta sea... que no sea la última de su director.
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