Pero empezamos con lo que nos trae Hollywood, secuelas y cine de género para variar. Balada de pájaros cantores y serpientes es el rimbombante título para la precuela de Los juegos del hambre, también basada en una novela de la creadora de la saga, todo para contar por qué 64 años antes Snow se volvió malo, con muchas estrellas y Rachel Zegler, que tras el remake de West Side Story y a la espera de su Blancanieves también quiere ser la nueva Katniss Everdeen. La otra novedad made in usa es la muy apropiada para estas fechas Black Friday, donde Eli Roth vuelve a lo que mejor se le da, el terror sangriento, reclutando para la causa a Patrick Dempsey (quien por cierto ya hizo sus pinitos en Scream 3) y a Gina Gershon.
El (breve) periplo internacional nos lleva primero a Reino Unido con El viejo roble, lo último de Ken Loach, a vueltas con la inmigración y el propietario de un viejo pub, y después a Países Bajos con Solo queda la danza, donde vemos cómo dos jóvenes aspirantes a bailarinas afrontan el éxito de una de ellas. Por último, Alemania presenta Séneca, con John Malkovich como el famoso filósofo, justo cuando Nerón le ordena suicidarse.
Y empezamos con las novedades de casa, que son unas cuantas. La nota curiosa la pone el documental Contigo, contigo y sin mí, donde su directora, Amaya Villar, repasa las cuatro relaciones amorosas que han marcado su vida mediante grabaciones reales de las mismas. También tenemos la cinta animada El sueño de la sultana, en la que seguimos a una joven donostiarra que descubre este libro de la escritora musulmana Begum Rokeya, que habla del País de las mujeres, donde estas son científicas y tienen el poder mientras los hombres, ignorantes, se quedan en casa, y la chica decide ir a buscar su rastro en la India.
Juan Francisvo Viruega tiene a Aura Garrido como cara más conocida en Amanece, una cinta cuyo argumento nos recuerda a tantas dirigidas por mujeres: dos hermanas vuelven a casa y se reencuentran con su madre. Vuelve Marc Recha, que en Ruta salvaje veremos si da más peso al thriller o al drama con la historia de una mujer que ahora se dedica a vuelos turísticos y tiene que hacer frente a su pasado cuando aparecen varios exsoldados serbios que han atracado un banco en Alicante. También regresa Carlota Pereda tras el éxito de Cerdita, aunque en La ermita parece cambiar de registro con una película que no queda muy claro si es de terror o infantil, con Belén Rueda, Elena Irureta y una niña que se lleva todo el protagonismo.
Y vamos con las dos que parecen tener mejor pinta. Por un lado, Que nadie duerma, adaptación de la novela de Juan José Millás, donde Malena Alterio es una mujer que pierde su trabajo como programadora informática y tiene que reinventarse como taxista, iniciando además una venganza contra quienes le han robado su historia.
Pero me quedo con La imatge permanent, la última triunfadora de la Seminci, a cargo de la debutante Laura Ferrés, que muestra el buen momento que vive nuestro país en cuanto a la aceptación de todas sus lenguas. Y es que si una película en gallego ganó en San Sebastián, una en catalán se ha llevado el premio en Valladolid. Una cinta de nuevo con las mujeres en su centro, y en concreto las que emigraron de Andalucía a Cataluña en esta España tan diversa. Mal que les pese a algunos.
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