sábado, 15 de febrero de 2014

El estreno: Redford y el mar


Coincidiendo con San Valentín, algo parece que se anima la cartelera. Empezamos con un par de curiosidades: la belga Alabama Monroe, la historia de una pareja que le valió el galardón de Mejor Actriz en los Premios del Cine Europeo a su protagonista, Veerie Batens, y Bajo un manto de estrellas, primer estreno español que se suma a las reposiciones tras los Goya, en torno a un convento dominico en pleno estallido de la Guerra Civil. La otra novedad en la cartelera nacional es la comedia Solo para dos, con Santi Millán y Antonio Garrido entre los protagonistas. 

Y Hollywood sí empieza a soltar la artillería pesada. Ya que se celebra el Día de los Enamorados, ahí tenemos Cuento de invierno, romanticismo mágico en el debut en la dirección de Akiva Goldsman, guionista de Una mente maravillosa o Fringe, que cuenta con los británicos Colin Farrell y Jessica Brown Findlay (Downton Abbey) como pareja protagonista, y William Hurt y Russell Crowe como secundarios de lujo.

Para quien prefiera la acción, también llega el remake de Robocop, otro de los clásicos por excelencia del género en los 80, con Michael Keaton como villano y otros secundarios a tener en cuenta como Gary Oldman o Samuel L. Jackson.

Pero me quedo con Cuando todo está perdido, película que nos recuerda a cierto reciente estreno francés, principalmente por un cartel calcado, pero con una diferencia sustancial: si en aquella se narraba la historia de dos hombres a bordo de un barco, aquí solo hay un navegante a la deriva, interpretado por una de las últimas escasas estrellas del Hollywood dorado que nos quedan en activo: Robert Redford. El actor ha vuelto a lo grande, con nominación en los Globos de Oro incluida, y algún que otro premio al mejor intérprete. Así que tenemos la oportunidad de ver a uno de los grandes a su mayor nivel.

Por cierto, cambio de registro para su guionista y director, JC Chandor, después del repartazo coral de Margin Call, en la que abordaba el inicio de la actual crisis económica.

Y sí, esta película es la respuesta a ¿y si Redford hubiera protagonizado La vida de Pi?

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