Sigue la racha de gran variedad de estrenos por semana, aunque bajando un poco el nivel de interés. Hollywood manda con tres propuestas bien distintas: la secuela de la cinta de animación Río, el salto a la gran pantalla de la saga de videojuegos automovilísticos Need for speed (siguiendo la estela de Fast and furious... y lo que viene), y Noé. Este bien podría ser el estreno de la semana, únicamente por su director, Darren Aronofosky, en un proyecto muy personal tras Cisne negro (2010) y su abandono de la secuela de Lobezno por circunstancias personales. Pero, francamente, una historia que todos sabemos que es pura ficción, no me atrae en absoluto.
El cine patrio, en pleno megaéxito de la comedia Ocho apellidos vascos -ya han anunciado secuela-, vuelve con otro de sus géneros más agradecidos, el terror, con Purgatorio, a cargo de Pau Teixidor y con Oona Chaplin como niñera de un niño de extraño comportamiento... quien asegura que en la casa hay otro niño al que solo él puede ver... Y completamos los estrenos en lengua hispano con la cubana Una noche, sobre el drama de los balseros.
Pero la palma se la lleva esta vez el cine francés con lo último de uno de los grandes, Bertrand Tavernier, y su Quay d'Orsay. Para que nos entendamos, si la película fuese norteamericana se titularía La Casa Blanca, y si fuera española La Zarzuela. A través del nuevo encargado de redactar los discursos del ministro de Exteriores, conocemos los entresijos de la alta política gala en tono de comedia. Personalmente, me interesa bastante más que Noé, aunque desconozco si el film está basado en el cómic del mismo título, que también versaba sobre las interioridades de la política.
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