Semana con hasta cuatro estrenos españoles, la mitad de la oferta que llega a las pantallas.
Uno de los más interesantes podría ser Cuando los ángeles duermen, mezcla de suspense y terror que tiene como protagonistas a Julián Villagrán, el Velázquez de El ministerio del tiempo, y Marián Álvarez. Propuesta bien distinta a la de Carmen y Lola, la otra cinta que ha tenido hasta ahora mayor eco de este fin de semana y que aborda el lesbianismo, en este caso entre dos jóvenes gitanas.
Las distancias parece ser la que va más sobre seguro, con Alexandra Jiménez y Miki Esparbé en una historia que gira en torno al reencuentro de varios amigos españoles en Berlín, donde las cosas no salen como todos esperaban. Y El pomo azul es la más curiosa, con una serie de pruebas cuyo premio es un piso con pareja de ancianos incluida...
La cartelera internacional nos trae poca cosa, La monja, nueva entrega de la terrorífica saga Expediente Warren; I love dogs, comedia con muchos perros, y Mary y la flor de la bruja, cinta de animación japonesa que recuerda mucho al Studio Ghibli.
Así que al final me quedo con la cinta más publicitada de la semana y de título rimbombante, la británica Un océano entre nosotros, con los oscarizados Colin Firth y Rachel Weisz, y con el guionista ganador del Oscar por La teoría del todo, James Marsh, asumiendo la dirección. De nuevo una historia real, la del navegante aficionado Donald Crowhurst, que en el 1968 se propuso ganar la Sunday Times Golden Globe Race dando la vuelta al mundo en su velero en solitario y sin escalas, pero acabó desapareciendo y aunque su barco sí fue hallado, su destino final sigue envuelto en el misterio. El único pero es que hace apenas cinco años JC Chandor dirigió a Robert Redford en Cuando todo está perdido, que también narraba la lucha de un hombre por sobrevivir solo en su velero. El film que nos ocupa parece más ambicioso pero lo tiene difícil para ser tan redondo como aquel.
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