De los USA, cómo no, dos producciones de género que buscan el taquillazo, sobre todo Ejército de los muertos, con la que Zack Snyder, aún reciente su montaje de la Justice League, regresa a sus orígenes en una nueva película de zombis, aquí con Dave Bautista como rostro reconocible y un grupo de ladrones a los que en pleno apocalipsis no se les ocurre otra cosa que robar en Las Vegas. La otra propuesta es Este cuerpo me sienta de muerte, combinación de comedia y slasher donde un asesino en serie y una adolescente intercambian cuerpos desatándose los equívocos. Y ya si añadimos que el psicópata (ahora con mente de animadora) es Vince Vaughn...
Liquidamos el cine de género con Borrar el historial, comedia francesa que promete con tres vecinos que declaran la guerra a las grandes tecnológicas por sus problemas con las redes sociales, y hasta cierto punto el drama romántico sueco Vivir sin nosotros sobre la ruptura de una pareja homosexual.
De Turquía nos llega Ghosts, debut en la dirección de Azra Deniz Okyay que a través de las historias entrecruzadas de cuatro personas en Estambul nos muestra la realidad turca, poco que ver con los culebrones tan de moda.
Seguimos el periplo internacional con Hijos del sol, cinta iraní sobre cuatro adolescentes que sobreviven con pequeños trabajos en un taller y delitos menores, quienes descubren la pista de un tesoro y para alcanzarlo se inscriben en la Escuela del Sol, una institución benéfica para chavales de la calle.
Llegamos a Dinamarca para otra de las novedades más interesantes a priori de este fin de semana, Valhalla rising, poderoso título que llega ahora a nuestras pantallas pero que en realidad data de 2009 y es la película inmediatamente anterior a la exitosa Drive de Nicolas Winding. Aquí, con el omnipresente Mads Mikkelsen como protagonista, nos propone una personal relectura de las aventuras de vikingos que bien podría haber sido el estreno de la semana.
Pero ese lugar se lo dejamos a Todas las lunas, la única novedad española. Film vasco que en este caso supone una vuelta de tuerca a los cuentos tradicionales, con Itziar Ituño, la Lisboa de La casa de papel, como un ser inmortal que rescata de la muerte a una niña a finales de la última guerra carlista, pero solo para que le haga compañía en su eterno peregrinar. Digamos que esta vez, la elección es una corazonada. Y que hay muchas ganas del Sandman de Netflix.
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