Empezamos en casa, donde tenemos dos estrenos de peso y dos outsiders. Estos últimos son La última cena, experimento en tiempo real de los valencianos María S. Torregrosa y Toni Agustí, y Alegría, con la televisiva Laia Manzanares como rostro más reconocible y una propuesta más que necesaria que nos lleva a Melilla y muestra cómo pueden convivir diversas religiones en un mismo territorio.
El primer plato fuerte es La vida era eso, con Anna Castillo, que sigue eligiendo muy bien sus proyectos, y la veterana Petra Martínez, que logra su primera nominación a los Goya por esta historia en la que cruzan sus caminos dos mujeres de distintas generaciones.
Y la propuesta más notable, El lodo, aquí con Iñaki Sánchez Arrieta haciendo doblete guión-director, como David Martín en la cinta anterior. Raúl Arévalo acapara protagonismo en esta película sobre choque entre ecologistas y agricultores en tono de thriller, muy bien secundado por Paz Vega, Joaquín Climent, Roberto Álamo o Susi Sánchez. Vamos, que la gran temporada de cine español continúa.
De los USA nos llegan tres aspirantes a bizarrada, aunque pueden dar la sorpresa. Querido Evan Hansen es un musical sobre un joven que busca ser aceptado en la era de las redes sociales, con Ben Platt como protagonista y secundarias como Julianne Moore o Amy Adams.
Sube la apuesta Zeros and ones, en la que Abel Ferrara regresa a los USA en un film con apariencia de thriller en el que Ethan Hawke interpreta a dos gemelos: uno es un soldado que ve estallar el Vaticano en un ataque terrorista y el otro parece tener la clave del asunto. Tratándose de Ferrara, puede que nada sea lo que parece.
Y por último, Netflix casi vuelve a llevarse el gato al agua con No mires arriba, en la que Adam McKay, también al guión y dirección, tiene a sus órdenes nada menos que a Leonardo Dicaprio, Meryl Streep, Jennifer Lawrece o Cate Blanchett para darle una vuelta a la clásica historia de meteorito que va a impactar en nuestro planeta. Y es que a nadie parece importarle.
Abrimos gira internacional en Canadá con Demonic, cinta de terror de Neill Blomkamp, de quien esperábamos más tras sus primeras películas (Distrito 9 y Elysium), y seguimos en Australia con La familia Bloom, vehículo de lucimiento para Naomi Watts como la madre de una familia perfecta que queda paralítica y a la que un pájaro herido ayudará a superarse.
Pero la palma se la lleva la italiana Tres pisos, donde Nanni Moretti nos cuenta a su personal manera diez años en la vida de tres familias que viven en el mismo edificio. Y conociendo al cineasta italiano, comedia y drama se darán la mano a buen seguro en perfecta armonía.
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