El primero, obviamente, es Babylon, del director de Whiplash y La, la, land, Damien Chazelle. Vamos, parece que nadie quiere recordar First man, la biografía de Neil Armstrong. En fin, que el director se ciñe a lo que parece que mejor se le da --ahí está su reciente incursión en la tele con The Eddy, muy en la línea de La, la, land--, es decir, mucha música y ambientación en el Hollywood dorado. Repartazo con Brad Pitt, un recuperado --tras el último Spiderman-- Tobey Maguire, la omnipresente Margot Robbie y la incombustible Jean Smart que se está haciendo con una filmografía de lujo entre cine y tele. Ojo que el resultado puede ser bien distinto a La, la, land (o no), ya que el director parte de uno de los libros que muestran el lado más salvaje y oscuro de la Meca del Cine en el paso del mudo al sonoro, y quizás haya menos fiesta de la que da a entender el tráiler después de la media hora inicial --de un larguísimo metraje de 3 horas-- que sí es puro desenfreno hasta la aparición de los títulos de crédito.
De los USA, eso sí, lo único que nos llega además de lo ya reseñado es Detective Knitht: Redención, con otro incombustible, Bruce Willis, que sigue facturando clones de La Jungla de Cristal como si nada.
Iniciamos el breve periplo internacional en Reino Unido con Una herencia de muerte, comedia sobre rivalidades en torno a una herencia con un reparto que ya garantiza las risas: Anna Faris, Toni Collette, Kathleen Turner y David Duchovny.
De ahí nos vamos a Oriente, primero con Evangelion: 3.0+1.01 Thrice upon a time (ojo con el titulito), que también se toma su tiempo, dos horitas y media, para cerrar definitivamente --a ver si es verdad-- uno de los animes de mayor éxito de todos los tiempos, y que se ha ido estirando y estirando y estirando...
Lo bueno nos llega, y van, de Corea del Sur, cuya cinematografía sigue en estado de gracia. Y lo que tenemos esta semana es el regreso de uno de sus directores más laureados, Park Chan-wook, con lo que anuncian como La película más romántica del año, Decision to leave, cuyo argumento es todo un clásico del cine negro de toda la vida: un detective investiga la muerte de un hombre... y se enamora de su esposa.
Acabamos finalmente en casa, donde tenemos dos posibles bizarradas. Especialmente sería el caso de Capitán Carver, con el ruso Evgeny Yablokov dirigiendo a una especie de superhéroe patrio, un vigilante de seguridad que por la noche patrulla las calles. Más posibilidades ofrece 8 años, con guión y dirección de JD Alcázar, donde una pareja homosexual rompe tras siete años de relación pero deciden celebrar meses después su octavo aniversario... en la Isla de la Palma, cuyo paisaje volcánico se convierte en el gran protagonista del film.
Y acabo quedándome con El frío que quema, cuyo tráiler me impactó bastante más que la fiesta a lo Baz Luhrmann de Babylon. Santi Trullenque dirige y coescribe junto a Agustí Franch una cinta que nos recuerda al recientemente fallecido Agustí Villaronga y que apunta a lo mejor del año en nuestro país. La acción nos lleva a 1943, cuando una familia de judíos que huye de los nazis se oculta en el Pirineo, poniendo en peligro a una familia que tratará de protegerlos pese al acoso de los alemanes. Historia mil veces vista, pero hecha para golpear al espectador y que cuenta en su reparto con Adrià Collado, Pedro Casablanc, Roger Casamajor y especialmente una Greta Fernández que tiene pinta de ser lo mejor de la película.
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