Así, el único estreno español que se atreve con las reposiciones de los Goya es la comedia La novia de América, que supone el regreso del director Alfonso Albacete casi una década después de Solo química y la anterior Mentiras y gordas. En apariencia más cerca de este último film que del mejor que ha rodado el cineasta, Sobreviviré (1999), tenemos una propuesta cómica que no pinta demasiado bien y rodada a mayor gloria de Miren Ibarguren, aquí una mujer a la que acaban de plantar y que viaja a México para la boda de su padre... con una mujer 30 años más joven que él. ¿Tópicos a cascoporro?
De Alemania nos llega el drama Labios sellados, con una mujer que sale de un gulag ruso para buscar una vida mejor en la Alemania socialista, encontrándose con nuevos problemas, mientras que de Corea del Sur tenemos esta vez Project Wolf Hunting, es decir, un motín en un barco que traslada a presos muy peligrosos a una nueva cárcel. Más interesante parece la sueca El triángulo de la tristeza, que ha conseguido incluso estar nominada al Oscar a Mejor Película, con un naufragio que invierte las clases sociales, puesto que la mujer de la limpieza es la única que sabe pescar...
Nos vamos finalmente a los USA donde tenemos lo nuevo de Marvel, Quantumania, es decir, la tercera entrega de las aventuras del Hombre Hormiga y la Avispa, que parece dejar de lado el tono humorístico y familiar de la saga para embarcarse en una mega aventura contra el nuevo gran villano de este universo superheroico, Kang, presentado en la serie de Loki.
Pero me quedo con Ellas hablan, donde Sarah Polley, aquella actriz que nos descubrió Isabel Coixet en Mi vida sin mí y La vida secreta de las palabras, ya convertida ahora en una magnífica directora, tras adaptar a Margaret Atwood en la mini serie Alias Grace lleva ahora a la pantalla Ellas hablan, novela de Miriam Toews, que también ha sido nominada al Oscar a Mejor Película. La historia se basa en parte en hechos reales, los de una comunidad menonita donde en 2010 un grupo de mujeres descubrieron que los hombres las habían drogado y violado durante años. Reflexión sobre la religión, el perdón y obviamente el abuso sexual, Polley tiene a sus órdenes a actrices de la talla de Frances McDormand, Rooney Mara o Claire Foy, además de a un Ben Whishaw que sabe elegir sus trabajos de una manera fantástica (Bond, Fargo, Esto te va a doler...). Una cinta de visión obligatoria, aunque lamentablemente aquellos que más deberían verla no se acercarán ni por casualidad.
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