domingo, 6 de febrero de 2011

Los caballeros extraordinarios de Alan Moore

¿Cómo sabes que un cómic es bueno? Cuando lo relees una y otra vez por más años que hayan pasado desde su publicación. Ese es el caso de ‘La Liga de los Caballeros Extraordinarios’ de Alan Moore y Kevin O’Neill, un clásico instantáneo muy superior a su versión para la gran pantalla.

La primera miniserie constó de seis números y se publicó bajo el sello America’s Best Comics, simplificando: el intento de Moore por controlar sus obras al máximo creando su propia editorial. La Liga fue la colección que más repercusión obtuvo, gracias a la película, y es de lo mejorcito del guionista británico en los últimos tiempos.

Hasta cierto punto, lo que se propuso Moore fue crear el cómic de superhéroes que se hubiera publicado a principios del siglo XX, reclutando para su intrépido grupo a varios de los personajes más emblemáticos de la literatura de aventuras de la época. Así, encontramos al capitán Nemo de ’20.000 leguas de viaje submarino’, la Mina Harker de ‘Drácula’, el hombre invisible de H. G. Wells, el Dr. Jekyll (y por supuesto a Mr. Hyde) y Allan Quatermain, de ‘Las minas del rey Salomón’. A ellos se sumó en la película Tom Sawyer, por aquello de que hubiera alguno de Estados Unidos, y el mismísimo Dorian Grey, en uno de los escasos aciertos del film

Cierto es que en el cómic se multiplican las referencias literarias y las apariciones de multitud de personajes como los detectives Auguste Dupin de ‘Los crímenes de la calle Morgue’ y Sherlock Holmes, etc., etc.

La serie, pues, se disfruta mucho más si se conocen los referentes, y supone uno de los mejores intentos de contar las aventuras de personajes célebres literarios a partir de donde las dejaron sus autores originales. Aquí es donde Moore le gana por completo la partida a quienes perpetraron el guión de la película, sobre todo con el romance (nada romántico por cierto) entre Quatermain y Mina, cuyas versiones de cómic son infinitamente superiores a las del film, y con la escasa complacencia con la que retrata a sus protagonistas, todos ellos bastante perturbados psicológicamente.

El mejor ejemplo es el hombre invisible, un ser amoral que no tiene problemas en violar o asesinar, o la versión más bestial de Hyde que se haya visto, cuya imagen captaron a la perfección en el film, pero cuya psicología explora mucho más Moore. Nemo (en una etapa posterior a 'La isla misteriosa') es mostrado como un árabe que odia a muerte todo lo occidental y Quatermain aparece como un adicto al opio, una sombra del héroe que fue. Entre todos ellos, Mina brilla como una mujer de fuerte carácter que tiene que lidiar con todos estos hombres y se convierte en el personaje con el que más se luce el guionista.

Moore cuenta además con un Kevin O’Neill que realiza una gran labor a los lápices, con un estilo espectacular y vigoroso, no exento de ciertas escenas gore en los momentos de mayor acción. En cuanto a la trama de esta primera entrega, decir que los villanos son también clásicos y superan con mucho al malo de opereta de la película. Pero esto, claro, es SPOILER.



Los dos primeros números se van en la reunión del grupo de aventureros, cuyo jefe en las sombras es un tal M, cuya inicial Mina cree que pertenece a Mycroft Holmes, el hermano del detective. Los dos siguientes se centran en el enfrentamiento contra nada menos que Fumanchú, aunque en ningún momento se le llama así por aquello de los derechos de autor. Y en los dos últimos se descubre que M no es otro que Moriarty, el archienemigo de Holmes, que les ha utilizado en su lucha contra Fumanchú por gobernar el hampa de Londres. Una lucha que acaba con una batalla aérea para la que no había bastante dinero en todo Hollywood.

Lo mejor es que Moore presenta a Moriarty como un agente del Gobierno británico que sirve para controlar al hampa, lo que hace que éste se pregunte ‘¿soy el director de la inteligencia militar que se hace pasar por un criminal, o un criminal que se hace pasar por el director de la inteligencia militar, o ambas cosas?’. Sólo la recreación del duelo entre Holmes y Moriarty al inicio del quinto número ya vale la miniserie entera.

PD: La mejor frase de toda la colección, la que resume el espíritu de la obra, es la respuesta de Quatermain cuando Nemo le confiesa ‘si le soy sincero, estoy aquí porque deseaba otra aventura’: ‘Sí, resulta difícil parar y ya está, ¿verdad?’.

PD 2: Vale, la película de Stephen Norrington no estaba mal. Mantenía elementos del cómic, como el aspecto árabe de Nemo o el Nautilus más impresionante que se haya visto nunca, pero cuidando más la fidelidad a las formas que al fondo del cómic. Tampoco estaba mal del todo la trama central, tomando algunas ideas de Moore y dándoles una vuelta, o ese arranque con Quatermain, nada fiel a las viñetas pero con la despedida heroica que se merecía Sean Connery en su última película. Sólo que el cómic está muy, muy por encima de su adaptación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario