miércoles, 16 de noviembre de 2011

Michael no lo hubiera publicado


Lo peor del último disco de Michael Jackson es eso, que es el último, que el mayor artista pop se nos ha ido para siempre, y encima no como nos hubiera gustado. Quitando eso, lo malo de ‘Michael’ es que el propio cantante nunca lo hubiera publicado tal como se ha hecho, porque en cada corte resulta evidente que eran canciones a medio hacer. Pero ya se sabe cómo son las discográficas a la hora de sacar pasta. Y lo más irónico es que, seguramente, si Michael hubiera tenido tiempo para acabarlo, este disco habría sido mejor pero también habría vendido menos, el ser humano es así.

El primer aspecto negativo de ‘Michael’, ya musicalmente hablando, es que solo contiene 10 temas, entre los que hay muy pocos que sobresalgan. No extraña que ‘Hold my hand’, el que abre el álbum, fuera el primer single. Es de lo mejorcito, más que una balada, un canto al optimismo que recuerda a temas estilo ‘Heal the world’ con sus coros. La jugada se repite casi de inmediato, en la tercera canción, ‘Keep the head up’, también llena de optimismo (se nota que estamos en tiempos de crisis), que empieza con Michael en plan balada tierna (recordándonos lo bien que se le daban) y acaba con una fanfarria de coros. Posiblemente se pasan con la producción y los efectos sonoros, pero también tenemos al mejor Jackson.


En cambio, el segundo corte, ‘Hollywood tonight’, nos muestra su versión más sincopada y tartamudeante, pero más en la línea de ‘History’ o ‘Dangerous’ (de hecho recuerda poderosamente al tema que daba título a dicho álbum) que de los buenos tiempos de ‘Thriller’ o ‘Bad’. Y con demasiado relleno, algo habitual en la mayoría de canciones de este ‘Michael’, que dejan ver que el cantante ya no estaba para rematarlas.

‘(I like) the way you love me’, como no podía ser de otra manera con ese título, es la primera balada romántica, y da en el clavo, con un tono nada meloso pero sí juguetón, como una lluvia de abril (perdón por la cursilada, pero es lo que uno siente al escucharla).

Cambio de tercio para ‘Monster’, un auténtico bombazo, el tema más espectacular y bailable del disco, al que solo le sobra la intervención de 50 Cent, totalmente fuera de lugar. Una canción con fuerza y garra, la del mejor Jackson… o al menos se le acerca bastante.

‘Best of joy’ vuelve a intentar la jugada del primer romántico, pero aunque los primeros acordes no suenan mal, tras el primer minuto se desinfla y se queda en nada, un mero apunte. Le sigue ‘Breaking news’, el ya habitual tema en los últimos discos de Jackson destinado a reivindicar su figura y criticar a los medios. En cuanto al apartado musical, se queda a medio camino de todo, en la línea de los temas que han marcado su declive en los últimos años. Y ya ‘(I can’t make it) Another day’ es un despropósito sin pies ni cabeza, que no salva ni Lenny Kravitz.

Para despedir el último disco de Jackson, primero ‘Behind the mask’, donde se autoplagia emulando los tiempos de los Jackson Five (hablamos de ‘Can you feel it?’), y rematamos con ‘Much too son’, breve balada tristona, pero sin la perfección alcanzada en ‘History’.

Volviendo al inicio del post: lo peor, que solo hemos podido escuchar la maqueta (muy cuidada, eso sí) del disco que pudo haber sido; lo mejor, que aún lejos de su época dorada, Michael Jackson seguía muy por encima de todos los que han intentado ocupar su lugar, incluidos algunos que aparecen en este disco. En fin, siempre nos quedará ‘Billie Jean’.


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