domingo, 10 de junio de 2012

'It', la obra definitiva de Stephen King



Un niño pasea con su impermeable amarillo bajo la lluvia, viendo cómo se desliza entre los arroyuelos el barquito de papel que le ha hecho su hermano mayor, en cama con fiebre. El barquito cae por una rejilla del alcantarillado… y abajo alguien se ofrece a dárselo al niño, un payaso que también le dice que le dará un globo ‘porque aquí abajo todos flotamos, Georgie’. Pero cuando el niño mete el brazo por la rejilla, el payaso se lo arranca de cuajo.

Desde luego StephenKing lo cuenta mejor que yo, pero baste decir que solo este prólogo hace que las más de 1.200 páginas (y con letra pequeña) de ‘It’ (Eso) sean lo mejor de toda su obra. Un libro que arranca con un inolvidable comienzo ‘El terror, que no terminaría por otros 28 años –si acaso terminó alguna vez-, comenzó, hasta donde lo sé o puedo decirlo, con un barco hecho con una hoja de diario que flotaba por una alcantarilla hinchada de lluvia’. Un arranque solo superado por el de la otra obra cumbre del autor, ‘La torre oscura’: ‘El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de él’. Sencillo, pero muy efectivo.

‘It’ es más que la obra maestra de Stephen King, su obra definitiva, la más ambiciosa (vale, ‘La torre oscura’ se sale de madre). Aquí no hay una casa o un hotel encantado, es toda una ciudad, Derry, que como de costumbre en su obra, pertenece al mismo estado en el que vive King, Maine. Allí habita Eso, un mal más antiguo que el hombre. Eso es el monstruo del armario, el hombre del saco, un ser que duerme durante 28 años y despierta para alimentarse de niños. Su forma real no la conoceremos hasta el final, pero tiene la habilidad de aparecer ante cada niño como lo que más teme. Eso le sirve a King para mostrarnos un amplio repertorio de monstruos: el hombre lobo, la momia, un ojo gigantesco, el mítico Paul Bunyan convertido en un gigante asesino, un leproso, un pájaro aterrador, etc. Aunque la forma más reconocible es… la de un payaso, lo que lo vuelve mucho más aterrador.

Pero ‘It’, y ese es su verdadero valor, es mucho más que una novela de terror. Como en otras de las más apreciadas obras del autor, como ‘Cuenta conmigo’, es una reflexión maravillosa y sobrecogedora sobre la infancia. Los protagonistas son un grupo de niños de 11 años que harán frente al mal en un verano inolvidable, superando todos sus miedos gracias al poder que les da su amistad. King les llama ‘los perdedores’, y en efecto, en ese grupo de 7, número mágico, tenemos de todo: el tartaja, el gordito, el chistoso, el hipocondríaco, el negro, el judío y la pelirroja desgarbada.

Todos ellos arrastran sus propios problemas y temores reales, como una madre sobreprotectora que ha convertido a su hijo en un asmático, un padre que pega a su hija y muy posiblemente le hará cosas peores ahora que empieza a ser una mujer, o el odio del típico matón de clase, que aquí está más allá de la locura. Y en el caso de Bill, el tartamudo, la obsesión por vengar a su hermano George, el primer niño asesinado por Eso, y recuperar el cariño de sus padres, que no parecen sentir nada por él desde la muerte de su hermano.



King narra el enfrentamiento entre los chicos y Eso en dos épocas: el verano del 58, cuando eran niños y todo parecía posible, y en 1985, cuando todos ellos rondan los 40 y ya no creen en nada. De hecho, ni siquiera recuerdan lo que ocurrió 28 años atrás ni unos a otros, todo ha desaparecido de su memoria de manera mágica. Esto permite al escritor acometer una cuidada estructura, en la que alterna presente y pasado, a medida que los protagonistas van recordando y descubriendo su pasado al mismo tiempo que el lector. Y, faltaría más, Bill es escritor, otra constante en la obra de King, lo que aquí le sirve para hablarnos del origen de las historias, de dónde las saca cada uno, y encima otro de los amigos es bibliotecario, el depositario de la memoria oscura de Derry.

Porque King no se conforma con contarnos la historia de esos niños, sino que su ambición es testimoniar el horror que ha vivido Derry década tras década, siglo tras siglo. No solo seremos testigos de la llegada de Eso eones atrás, sino que el autor aprovecha los interludios entre las distintas partes en que divide la historia central para viajar a momentos claves en la historia de Derry, en los que el maligno influjo de Eso dio forma a pesadillas como una matanza a cargo de un leñador y su hacha, la muerte de unos ‘Bonnie and Clyde’ acribillados por todos los vecinos o un incendio con tintes racistas. Todo ello en relatos autónomos que amplían y dan mayor profundidad a la historia central, que acaba con la apocalíptica destrucción de una ciudad maldita, narrada por el autor de manera épica.

Pero el mayor logro es dar una absoluta verosimilitud a los siete protagonistas, definir sus personalidades, en dos épocas tan distintas de su vida, con tantos matices, que se vuelven tan reales en las páginas escritas por King que cuando acaba el libro el lector comparte la misma sensación de los protagonistas, ha perdido a sus mejores amigos. Porque ha compartido con ellos sus miedos y deseos y les ha seguido a cada paso de su camino.

Con ellos descubriremos que ‘los verdaderos monstruos son los adultos’, el primer amor (con un emotivo triángulo amoroso), el despertar sexual, el fin de los juegos, lo que supone volverse adulto… Y que creer en monstruos puede hacerlos reales, pero también puede servir para acabar con ellos, por ejemplo, convirtiendo un spray de agua en un veneno letal, si de verdad lo crees.

Por eso, como los protagonistas, al final, le cuesta creer que ‘nos vamos de Derry; si todo esto fuera un relato, éstas serían las últimas cinco o seis páginas, te estarías preparando para guardar esto en los estantes y olvidarlo’.

En última instancia, como dice el propio King, ‘It’ es ‘la fascinación eterna del cuento de hadas: ¿sería derrotado el monstruo… o comería?’.

PD: Mira tú por donde, empieza a hablarse de una nueva adaptación fílmica de ‘It’. Ya hubo una, en formato miniserie televisiva, en la que lo más destacado fue la recreación del payaso Pennywise a cargo de Tim Curry en una de sus mayores creaciones. Dicen que tendrá dos partes, una por cada época, lo cual me parece un error, ya que la estrategia de King consiste en que lector y protagonistas vayan descubriendo poco a poco en el presente qué ocurrió en el pasado, de manera paralela. Puede que sea la única opción posible, pero le restará muchos puntos. Y es imposible trasladar a la pantalla la prosa de King y todos los matices de esta historia. Veremos.




SPOILER: Magistrales los dos epílogos finales, pero me quedo con el primero, en el que los protagonistas, tras vencer de manera definitiva a Eso, se dan cuenta de que vuelven a olvidarse unos a otros debido a un poder superior. Les alivia, porque no recordarán la pesadilla que han vivido, pero tampoco recordarán a los mejores amigos que tuvieron nunca. La manera en que King describe cómo afrontan eso los protagonistas es conmovedora e inolvidable. Tanto, como la escena en la que Beverly se las ingenia para salvar a todos sus amigos.

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